Capitulo 3: Buenas tardes/cuarta parte/el cariñito y el tonto.
-Yeobo…- Preguntaba, intrigado, extrañado.
-Despierta- Suavemente.
-Omma-Curiosa.
-Cariño- Curioso.
Miró confundido, cerrando pestañas por un momento.
-Jonggie- susurró.
Extrañado.
¿Qué había pasado? Ah, claro, se había perdido en sus pensamientos, en su primer y maravilloso beso. Fantástico. Se tocó los labios. Se sonrojó. No podía evitarlo, aun cuando ese beso había sucedido hace varios años atrás, no podía olvidarlo, era como si hubiera vivido nuevamente el momento. Como un momento reencarnado, la habitación de su pequeño Jinki se había convertido en un pasillo largo y estrecho, el techo más alto, en un sol de medio día, en paredes de colores grises, casilleros pequeños. En un muchacho delgaducho, tímido, inocente, y Jonggie, sonriente, arrogante, juguetón, y claro, por supuesto, completamente suyo, seguía siendo suyo y también seguía siendo maravilloso, pero…
-¿Por qué ya no me regalas dulces?
JongHyun lo miró sin entender absolutamente nada. Alzó una ceja, pasando una mano morena por su barbilla, su pie derecho se posicionó sobre la cama; tomó la pose de pensador confundido.
-¿Qué dices?
-Eso, antes…
-¿Appas? Por favor, no sé qué hacer.
Ambos dejaron de mirarse. La mueca confundida de JongHyun desapareció, transformándose nuevamente en algo escalofriante mientras bajaba el pie de la cama y se cruzaba de brazos. Isabelle se arrepintió de haber abierto la boca.
-Isabelle…- Bramó- ¡Eh dicho que no tendrás novio hasta que cumplas los treinta y nueve años!
-¡Appa! Tú ni siquiera tienes esa edad y ya tienes casi diez hijos, ¡No es justo!- La adolescente puchereo, haciendo puños sus manos, alzándolas en el aire para, enseguida, dejarlas caer con gracia sobre sus muslos. Berrinche.
-Ah… eso es diferente- Miró al rubio en busca de ayuda. Kibum sonrió, burlándose de él en silencio. Finalmente trató de levantarse de la cama. JongHyun caminó a grandes zancadas a su lado, le sostuvo de un brazo ayudándole a ponerse de pie.
-Jonggie, no seas exagerado, puedo yo solo- Lanzó una risita pequeñita, risueño y, aun así, con el rostro cansado- Cuando cumpla los siete meces entonces sí, ayúdame-Murmuró mientras acomodaba los pequeños bracitos de su niño debidamente en la cama; Onew seguía bien dormidito.
-No creo que tenga que esperar más meses, te notó más cansado. Sólo llevas tres meses y estas así. Duermes mucho, cariño.
Kibum logró ponerse en pie con su ayuda, aunque no quisiese admitirlo, era verdad. JongHyun tenía toda la razón, estaba cansándose mucho. Diez hijos, era todo, no podría tener uno más aunque quisiera, Minho sería su último bebé. Cada vez sentía que podía menos. Estaba feliz de tener a JongHyun a su lado, era un buen hombre. Lo ayudaba con los quehaceres domésticos, incluso a hacer la comida, y también estaba su trabajo en el hospital, JongHyun también debería estar cansado. Cuando lo vio más de cerca lo comprobó, las ojeras de JongHyun lo hacían parecer un panda. Iba a decirle algo como… “vete a duchar” pero seguramente el hombre le pediría que se bañara con él, después… “Ve a descansar” JongHyun le diría que sería perfecto descasar de una vez con él a su lado, de una manera morbosa, claro está, si sabía a lo que se refería: Hacer el amor. Quizá eso respondía a la duda de porque tenían tantos hijos. JongHyun podría estar cayéndose del cansancio, pero siempre tenía energías para hacerlo suyo.
Finalmente, Kibum no dijo nada. Él, a diferencia de JongHyun, cuando estaba cansado no tenía energías para un poco de acción.
-Appas, lo quiero mucho, pero por favor, ayúdenme.
Ambos recordaron el tema inicial: aconsejar a Isabelle.
-Isabelle, hija eh dicho que…
Pero Kibum le cerró la boca. Le colocó uno de sus dedos delgados sobre la boca gruesa, haciéndole callar. Kibum habló más alto, mirando a su hija segundos después. Sus consejos iniciaban.
-Mi niña, eres demasiado joven para tener un novio. ¿Sabes lo que hacen los novios? ¿Lo que harían tu y ese niño? se darían muchos besos, se abrazarían, pasarían tiempo juntos-Mientras hablaba, el rostro de su hija comenzaba a desfigurarse y no era por un buen sentimiento. Estaba asustándose. Kibum sabía que la visión de su niña hacia los noviazgos era algo inocente, y claro que lo sería, tenía sólo doce años, aunque debido a la televisión, al ver pequeñas escenas de doramas, su visión se empañaba, mostrándole besos apasionados de actores guapísimos. Ella pensaba que también tenía que besar así y no quería hacerlo, le parecía lindo cuando lo veía en televisión, pero eso, a realmente hacerlo, era asqueroso para la adolescente. Y Kibum no sabía cómo era el niño que pretendía a su pequeña, podría ser un niño con una capacidad de perversión similar a la de un muchacho de quince o más años.
-¡No quiero besos!-Exclamó-Me dan miedo…-Musitó, bajando el rostro de a poquito. Su vista se enfocó en el suelo, en sus pies cubiertos por unos zapatitos rosados.
-Lo sé… por eso, espera más tiempo, eres muy pequeña Isabelle-Se detuvo, pensando en sus próximas palabras- Las relaciones no son como los doramas, quizá sí, pero no para los niños menores, como tú, con tus doce añitos, son muchachos mayores, quizá de dieciocho o más años- Isabelle lo miró sorprendido, comprendiendo, atenta y más aliviada- Dana, tuvo su primer novio hace un par de semanas, tú sabes que tiene quince años apenas y…
-¡¿Qué?! ¡¿Pero qué estás diciendo?!-La voz de JongHyun, exaltada, molesta hasta la medula, hasta el último cabello de su cabeza, hasta la planta de los pies, bueno, está claro que estaba molesto. Su nariz podría sacar fuego, vapor caliente de un volcán en plena erupción- ¡Dana, Dana!- Gritó, caminado deprisa hacia la salida, sacó la cabeza por el marco de la puerta hacia el pasillo- ¡Dana, te quiero ya mismo en el cuarto de Jinki! ¡Dana!
-JongHyun.
Calló, la molestia disminuyo lentamente. Kibum lo había llamado con esa voz. ESA VOZ. Seria, ronca, ultratumba misma -Yeobo-Se volvió dulce de repente, volviendo la situación un poco más escalofriante para JongHyun. Se acercó a su esposo, dándole la espalda a su niña en esa posición-Asustas a Isabelle con tus regaños, de esta manera ella jamás querrá contarte nada- Susurró para que solamente él lo escuchase. Sus palabras, en cambio, le dolieron y Kibum se dio cuenta de eso cuando observó las facciones decaídas de su esposo- Lo siento, pero es la verdad- Pronunció un poco más suave- JongHyun… ¿Prefieres que te esconda sus futuros noviazgos sólo por el hecho de que no la dejas tener uno? Ella recurrirá al novio secreto, al tener un novio sin contárnoslo por miedo a los regaños o porque se lo tengamos prohibido.
-Kibum…- Murmuró como un niño pequeño, reprochándole- Es muy pequeña para tener novio, incluso Dana.
-Lo sé y estoy de acuerdo con eso- Pronunció, volviéndose nuevamente hacia Isabelle- Pero Isabelle, ¿Tú realmente quieres tener un novio, no quieres contarme como es ese niño?
-Yo… ahora no se…-Empezó a jugar con sus dedos- yo, no sé si quiero tener novio, no quiero que me bese- Murmuró aun con la cabecilla hacia el piso- Él… es como mi mejor amigo, paso los descansos con él y mi otra amiga, Hyuna, pero es todo… él es una persona buena, es agradable, me gusta, pero… creo que si quiero esperar más tiempo para tener un novio, appas.
Kibum sonrió, JongHyun sintió alivio.
-Está bien, espera más tiempo, después podremos hablar sobre los besos.
JongHyun lo miró como si fuera un extraterrestre bajado del planeta Marte.
-Yeobo- Pronunció, moviendo la cabeza a los lados, negando rotundamente.
-Yeobo- Copió Kibum, mirándole con una carita tiernita, bonita, encantadora. JongHyun no fue capaz de decirle nada más.
Kibum pretendía hablarle sobre los besos, por supuesto quería hacerlo cuando su hija tuviese edad para eso. Contarle que él también tuvo mucho miedo de besar, pero su padre fue tan especial con él, y paciente, porque no pudo besarlo cuando quiso la primera vez, fue después del quinto intentó en los pasillos escolares cuando logró besarlo.
-¡Appaaaaaaaas!- Sólo el grito feliz de su nena, grandioso, feliz, sonó en la estancia- Gracias, mañana mismo le diré que no quiero ser su novia- corrió hacia la salida, gritando como una pequeña loquita, estaba realmente contenta. Estaba más feliz de tener que decirle que no al chico que se le declaró.
-¡Pero no seas muy dura con el niño, Isabelle!- Exclamó el rubio bien plantadito sobre su lugar, se abrazó al brazo musculoso de su esposo. Se sentía tan cansado, deseaba tanto dormir, pero estaba feliz de poder solucionar el problema de su hija. Se sentía a gusto.
-Cariño, ¿Cómo está eso de que Dana tuvo su primer novio?
-Hmm- el rubio hizo un mojin. Esperaba que JongHyun se olvidara de ese detalle-Si… hace dos semanas lo terminó. Ella, a diferencia de Isabelle, sólo me aviso que ya tenía novio, le di unos cuantos consejos. Tres días después lo terminó, así que ya no tienes de que preocuparte.
-¿En serio?
-Sip, y es todo lo que te diré.
Kibum se desenganchó de su brazo, alejándose lentamente de él. Paso a pasito salió de la habitación de Onew, el niño que aun dormía como una pequeña roca a pesar de todos los gritos que su appa celoso pronunció.
-¡Kibum!-Se quejó-¿Por qué terminaron? ¿Ese noviecito intentó sobrepasarse con mi Dana, con mi niña?
Había acertado, el muchacho intentó sobrepasarse con su hija, Dana como buena luchadora-al tener tantos hermanos, sabía cómo defenderse y muy bien- afrontó al muchacho. Se lo contó en cuanto eso sucedió. Kibum le dijo que lo terminara inmediatamente. Dana lo hizo, y ese muchacho no volvió a molestarla. Si JongHyun se enterase era capaz de ir a buscar al chico para cortarle la cabeza. Está bien, no hablando literalmente, pero si armaría un gran escándalo.
Kibum detuvo sus pasos, un hombre grande pasó por delante de él, corriendo por el pasillo como si estuviera en una pista profesional. Kibum exhaló, sosteniendo su barriguita con ambas manos, JongHyun había pasado tan de prisa, asustándolo. Definitivamente no se esperaba ese movimiento.
-¡Dana! ¡¿Dónde estás, ven ya mismo?!
-¡JongHyun!
El nombrado detuvo sus pasos, volteó a mirar a su esposo, pensó que no tendría que regresar por él, que seguirá corriendo para buscar a su hija, pero el rostro frágil de su esposo denotaba terror, susto. No pudo simplemente irse. Pero si, corrió, pero esta vez hacia otro camino. Llegó hasta Kibum y lo cargó sobre sus brazos. Lo vio temblar, pero le sorprendió que Kibum no dijese nada y sólo enrollara sus delgados brazos en el cuello moreno.
-Yeobo, ¿Qué sucede, te encuentras bien? Dios Mío, háblame.
Así es, JongHyun había caído en la trampa, de esta manera olvidaría el tema de Dana. Kibum sabía que JongHyun también merecía darles sus consejos a las niñas, de guiarlas, pero era bastante bruto y celoso, perdía la cabeza fácilmente y quizá, recurriría a simplemente prohibirles tener novios. JongHyun, que tuvo su primera novia a los trece, irónico, pero lindo, pensó Kibum, se preocupaba mucho por sus hijas y las cuidaba mucho, en realidad, así era con todos sus hijos, incluso con Taemin cuando tuvo su primer novio, si, novio, el chico era bisexual.
-Yeobo…- susurró- ¿Por qué ya no me regalas más dulces?- Pronunció nuevamente cuando fue recostado en la cama.
-Diablos, cariño, ¿Por qué no me hablabas? Estaba asustándome.
Kibum se sintió repentinamente mal, el pinchazo de la culpa le traspasó el pecho.
-Lo siento.
-Y no te regalo más dulces porque ya no los necesitas, estas aquí para mí, eres todo mío-Murmuró, sentándose en la cama a su lado. Empezó a acariciarle los cabellos rubios, alejando el flequillo de su frente amplia.
-Entonces…- Carraspeó- básicamente, me vez ganado, por eso ya no me regalas más detalles- Kibum lo miró duro, aunque sólo estaba fingiendo. No podía sentirse enojado, se sentía genuinamente contentó.
-Claro-Pronunció sin vacilar, seguro de sí mismo- Eres mío, y pobre del imbécil que se le ocurra intentar algo contigo. Conocerá lo peor de mí.
Pobre KyuHyun. Aunque JongHyun no tenía planeado lo peor para ese muchacho, era un crío inmaduro, sólo quería hablar con él y aclararle unas cuantas cositas.
-JongHyun, tonto.
-Oye…- Una extraña calidez se instaló en su rostro- Hace tanto que no me llamas tonto, me lo decías tanto cuando íbamos en preparatoria- Alzó amabas cejas, recordando algo más- Pensé en nuestro primer beso ¿Sabes? Cuando te pusiste tan rojo que apenas podías mirarme. Siempre fuiste tan tierno, incluso ahora que estas sonrojándote de nuevo sólo por el simple recuerdo.
-Cállate, yo no estoy sonrojado, es sólo calor…
Kibum supo que no debió pronunciar la última palabra.
-¿Calor, cariñito?
-¡Cállate, JongHyun, cállate!- Kibum tomó una almohada con ambas manos, la sostuvo en el aire, estampándola en el rostro de su esposo. Se sentó en la cama en el proceso, riendo con muchas ganas- Tonto, idiota, te amo, tonto idiota- se carcajeó, dando más almohadazos al amor de su vida- Igual tu…- Se detuvo, JongHyun bajó los brazos, riendo, sus brazos habían sido la salvación, su escudo a los almohadazos asesinos de su rubio- Hace tanto que no me decías cariñito.
-Es bueno recordar viejos tiempos- JongHyun le rodeó la cintura con ambos brazos, atrayéndolo hacia su pecho.
-Sí, muy bueno- Susurró, cerrando los ojos gatunos de a poquito. Sus manos se posicionaron sobre el pecho fuerte, descansando calmadamente sobre su almohada favorita.
-Yeobo, ahora se a que te referías con respecto a los dulces. Recuerdo que amabas esa paleta de sabor cereza…- Kibum no respondió- ¿Yeobo?- se había dormido. JongHyun suspiró- Sigues igualito-Acarició las mejillas medio regordetas debido al embarazo- Igual de tierno, adorable, hermoso. ¿Es bueno pensar que me alegro de haberte quitado la inocencia? Oh, yo creo que sí, es bastante bueno. Por cierto, yo también te amo, cariñito.