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La familia Kim por Nanaa

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Notas del capitulo:

Holaaaaaaaaaaa ♥

¿Como estan? asadasada, si, se que me tarde xD No les digo nada sobre mi retraso en la actualización, se los comento más abajito en las notas finales n_n

Disfruten el cap c:

 

Capitulo 3: Buenas tardes/Primera parte

 

El rubio estaba solo en la casa. Sus pies se movían aquí y allá, preparando una rica comida para su familia. La cocina desprendía un aroma delicioso, Kibum siempre se esmeraba en sus comidas. Le gustaba tanto cuando sus hijos le decían que sabía delicioso. Tarareó una canción mientras daba una salpicadita de sal a las verduras y otra más al arroz. Las cazuelas lanzaban ese característica humo; el vapor que desprendía las verduras, estaba causándole mucho calor, pero eso no lo despegaba de la cocina. Sus caderas comenzaron a moverse al ritmo de su melodiosa voz. El delantal amarrado en su cintura, azul cielo, mantenía ciertas manchitas de harina y agua. Había preparado un sencillo pastel, hoy quería consentir a sus niños más pequeños que adoraban el dulce. El pastel estaba cocinándose en el horno. Ya casi todo estaba listo.

 

Dejó de tararear cuando observó la hora. En media hora sus hijos menores saldrían del kínder y de la primaria. Se quitó el delantal y caminó deprisa hacia su habitación. Se quitó sus sandalias y tomó unos zapatitos blancos. Se miró en el espejo por un momento y peino su cabello con cuidado. Escuchó un sonido similar al de una pequeña campana y supo que el pastel estaba listo.

 

Antes de llegar a la cocina, pasó por la sala. Los videojuegos de los trillizos seguían en su lugar, había olvidado guardarlos en otro lugar donde sus hijos no lo pudieran encontrar. JongHyun se lo había pedido. Iba por ello, cuando sintió un olorcito quemado. El pastel. Corrió hacia la cocina, se puso los guantes y abrió el horno.

 

-No, por favor, sólo me tarde unos minutos… no puede estar tan quemado- Mordió su labio y suspiró, aliviando, cuando vio las partes doradas, no quemadas, pero estaban a punto de quemarse y arruinar el sabor de su pastel de chocolate- Perfecto- Musitó, mirando su pastel caliente.

 

Dejó su redondo pastel achocolatado sobre la barra, quitándose los guantes después. Apagó la estufa, las verduras estaban listas y el arroz blandito como le gustaba. Finalmente, cuando estuvo en la sala, tomó los videojuegos de los trillizos. Todo; la consola y los discos. Los guardó en su habitación, en el closet. Ya podía imaginar el alborotó que harían sus adolescentes, pero ellos se habían ganados ese castigo, tenían que aprender a obedecer. Por fin, con una sonrisa, abandonó su casa. Era hora de ir por sus niños.

 

*

 

El sol estaba jugando con él, maldito desgraciado con sus rayos letales. ¡Era medio día! Por supuesto que el sol estaría fuerte y por supuesto que lo agobiaría. Era la rutina, de igual manera. Ir por sus hijos a esas horas siempre era molesto por el sol. No se quejaba, sólo que le molestaba y se aguanta porque cuando veía a sus hijos correr hacia él con una enorme sonrisa y los brazos estirados para que los abrazara, todo el malestar desaparecía.   

 

“¡Mami, Mami!” Los chiquillos corrían felices hacia los brazos de su madre, incluso el más grande de toda esa bolita de niños; Onew, el niñito que era inseparable de su omma, que lo quería tanto y adoraba abrazarlo mucho, mucho. Los niños del rubio estaban un poco mimados, lo admitía, pero no podía evitar chiquearlos, complacerlos en uno que otro de sus caprichos. JongHyun era más duro, normalmente él ponía más orden, era más estricto y Kibum estaba bien con eso, a veces le parecía imposible no cumplir los caprichos de sus hijos, y JongHyun era quien lo detenía. No debían darles todo a sus hijos, siempre había que aprender a decirlos NO en algunas cosas, si eso no se hacía, podían convertirse en unos niños malcriados y berrinchudos sin remedio. Aunque, de cierta forma, la situación de JongHyun y Kibum era algo extraña. JongHyun podía ser más estricto, pero cuando Kibum sentía que, de pronto, algunos de sus hijos se les salían de control de una manera extrema o exagerada, entonces… su semblante blandito cambiaba completamente. Él mismo JongHyun podía temerle. Si había algo que la familia Kim no debía hacer, era enojar a la omma, definitivamente.

 

-Omma, ¿Me compraras la manzana de caramelo?-Akemi, con su voz tierna, estaba señalando al señor que vendía dicho dulce. Bueno, él le había prometido esa mañana, que le compraría una manzana acaramelada. Había sido una promesa, no podía romperla.

 

Bien, creo que ya quedó suficientemente claro que, para Kibum, era muy difícil no cumplir los caprichos de sus bebés.

 

-Claro.

 

Muy difícil.

 

-¡Mami, yo también quiero!

 

Extremadamente difícil.

 

-Y mañana nos compras también ¿Si, mami, si, por favor?

 

Pero también tenía su límite.

 

-Lo siento, sólo será por hoy.

 

-Mami, por favooooooooor, mañana también- Hiromi, su pequeño flash, pidió con su voz chillona y aniñada. Kibum tenía que negarse, lo sabía.

 

-Mis niños, no- Los miró serio y después negó con la cabeza- Ahora vengan, compremos sus manzanas.

 

Ninguno protestó, sabían que no les convenía hacerlo. A Kibum podía parecerle difícil cumplirles sus caprichos pero, aun así, sus niños sabía que cuando su madre decía “No” era no y se acabó, punto. Aunque a veces se ponían berrinchudos, bueno, eran niños después de todo, ¿Qué niño no hacía berrinches? 

 

-Por favor, deme cinco manzanas- Él también aprovecharía y compraría una para sí mismo.

 

Habían llegado hacia el hombre que las vendía, los niños, contentos, tomaron sus manzanas y le quitaron el empaque inmediatamente, no perdiendo un segundo de tiempo.

 

Kibum enterneció cuando miró a sus pequeños hijos después de pagar las manzanas azucaradas. Los niños estaban entretenidísimos, lamiendo sus manzanitas; calmados, simplemente allí, de pie, sin hacer ningún sonido. Kibum sabía que Akemi y Hiromi terminarían por manchar sus caritas y que quedarían pegajosas, sabía que tendría que mandarlos a ducharse una vez que llegaran a casa, siempre lo hacía cuando comían esas manzanas. En cambio, Grace y Onew terminaban sin ninguna pizca de suciedad, claro, tenían nueve y diez años, sabían comer mejor.

 

Kibum se encaminó con sus hijos hasta posicionarse debajo de un árbol para obtener un poco de sombra. Hacia tanto calor. En momentos como ese, se le antojaba tanto ir a la playa, quitarse toda esa ropa para sólo usar su traje de baño, tomar una bebida fría y darse un buen chapuzón. Enarcó una ceja, pensativo, las vacaciones estaban cerca, podían ir a la playa, no era una mala idea, hace mucho que no salía con sus hijos y su esposo. Podrían quedarse por unos días, hospedarse en un hotel y disfrutar de la playa. Miró a sus pequeños, estaba seguro de que ellos adorarían la idea, aunque no estaba seguro por JongHyun.

 

Grace se percató de su mirada y sonrió bien grandote.

 

-Omma, ¿Por qué compraste otra manzana? ¿Me la darás a mí?- Cierto, había pedido cinco manzanas y la restante la tenía en su mano izquierda.

 

Los demás niños dejaron de lado su manzana, excepto Onew.  Akemi y Hiromi con las mejillas pegostosas, miraron la manzana intacta, que sostenía sobre sus manos finas, con los ojillos brillosos.

 

-No, me la dará a mí- Habló Onew, pero en ningún momento dejó de lamer su manzana.

 

-Hey- Kibum fingió molestia, frunciendo su ceño levemente y haciendo un pucherito precioso, de esos que JongHyun adoraba besar- Esta manzanita es para mí, a mi también se me antojó- Sonrió después y sus niños sonrieron también a su lado.

 

-¿Para alimentar a nuestro nuevo hermanito?-Preguntó inocentemente, Onew.

 

-Por supuesto.

 

Sabía que no debía comer tanto azúcar debido a su embarazo, pero la boca se le hizo agua cuando vio las manzanas, sólo comería un poquito, quizá la mitad y el otro pedazo lo guardaría para comerlo otro día. Espero a que sus hijos terminaran sus manzanas, de igual forma, ellos siempre terminaban muy pronto, todo lo que fuera dulce lo devoraban en un santiamén.

 

Cuando llegaron a casa, Kibum mandó a Hiromi y Akemi a la ducha. Grace y Onew fueron a sus habitaciones para quitarse el uniforme. El rubio, con cierto cansancio, se dirigió a su recamara donde, en el cuarto de baño, Akemi estaba por darse su ducha. Kibum lo vio allí paradito, llenando la tina apenas. Se recostó en la cama, de lado, viendo a su hijo desde esa posición; Akemi había dejado la puerta del baño abierta. El rubio cerró los ojos por un momentito, sabía que el embarazo lo ponía perezoso… entonces, los minutos pasaron. Supo que se quedó dormido cuando dio un saltito sobre la cama, asustado. Vio directamente en el baño, observando como Akemi estaba dentro de la tina, lleno de espuma y jugando con sus juguetes de animalitos. Suspiró aliviado, Akemi era su hijo más pequeño y apenas estaba empezando a bañarse solo.

 

-Akemi, hijo…- Susurró lo suficientemente fuerte como para que su niño lo escuchara. El pequeño lo miró y le sonrió, después siguió jugando con los juguetes. Kibum se puso de pie y se dirigió hacia el baño. Supo que Akemi llevaba bastante tiempo allí adentro cuando vio sus manitas arrugaditas-Bebé ¿Te lavaste el cabello?- El niño asintió- ¿El cuerpo?- Volvió a asentir- Bien, ven aquí, es hora de salir- Akemi puso una carita triste pero se levantó de igual manera, siendo envuelto en la toalla por su madre.

 

Cuando Akemi estuvo listo, seco y vestido, Kibum bajó con él hacia la sala. Hiromi estaba jugando con sus figuras de acción en la mesita ratona. Grace y Onew estaban sentados en los sillones, viendo televisión.

 

Miró el reloj que colgaba arriba de la puerta principal. Una en punto. Bueno, quizá sólo había dormido media hora, no era mucho después de todo. Akemi se dirigió hacia Hiromi y ambos comenzaron a jugar. Cuando fue a la cocina, miró su pastel picoteado y con una mordidita por allí. Sonrió, negando con la cabeza. Aun faltaba hora y media para que sus hijos mayores y JongHyun llegaran. La comida estaba lista, sólo tendría que volver a calentarla. Bostezó, somnoliento, aun tenía sueño, pero aguantaría hasta las 2:30 hasta que todos llegaran a casa para comer todos juntos y después se daría su merecida siestecita.

 

Se dirigió a la sala y se sentó junto a sus hijos.

 

Eran las 2:34 cuando la puerta principal se abrió. JongHyun, que siempre pasaba por los trillizos e Isabelle a la preparatoria, ingresaron a la casa. Los niños pequeños corrieron hacia su appa, abrazándolo con mucha alegría. Kibum fue el último en recibir un abrazo de JongHyun. Seguía en el sofá cuando JongHyun se arrodillo en frente de él, le acarició las piernas disimuladamente y Kibum suspiró.

 

-¿Cansado?- Preguntó, el rubio asintió.

 

-Mucho, tengo sueño.

 

-Es normal, estás en tu tercer mes- JongHyun acarició su pancita, subiendo después sus manos para llegar a su rostro, le tomó las mejillas tersas, pálidas, y lo miró por un momento.

 

-Cariño… te necesitó.

 

Kibum enrojeció, algo en su estomago revoloteó como un mini tornado, quiso decir algo, pero las palabras se negaron a salir. Miró a los lados, cerciorando que sus hijos no hubiesen escuchado tan insinuante declaración. Sabía perfectamente lo que significaban esas palabras, sabía que JongHyun lo necesitaba de una manera íntima. Finalmente, susurró:

 

-JongHyun, no digas esas cosas aquí- El nombrado sonrió hermosamente, sólo esa sonrisa sincera que lo volvía loco; grande, única como todo él, con todos los dientes blancos mostrándose resplandecientes.

 

-Te amo, Yeobo- En cambio, él sólo ignoró las palabras de Kibum y siguió dándole cariñitos. Y Kibum, Kibum sólo sonrió, esta vez fue su turno de sonreír resplandecientemente, volviendo bobo a JongHyun con su sonrisa bonita.

 

-Yeobo…- Canturreó; de pronto, también necesitando a JongHyun.

 

-Appas- Una voz.

 

-Appas, omma…-Varias voces los nombraron.

 

Y su burbuja se rompió. Dana, Daniel y Dan, estaban frente ellos, los tres con los brazos cruzados y los ceños fruncidos. De pronto todo era un caos en la casa. Hiromi con el traje de flash, corriendo aquí y allá, Akemi jugando con las figuras de acción de Hiromi, lanzando uno al suelo porque era superman y pensaba que seguramente, como en la película, la figura de acción también terminaría volando. Hiromi lo vio y, enfurecido, le quitó las demás figuras de acción que tenía entre las manos, como resultado, tenemos a un Akemi lloroso porque le quitaron los juguetes y a un Hiromi enojado. Grace se peleaba por el control remoto con Onew, entre sus manos, el control era cambiado de canal cada segundo, subiendo el volumen sin querer, provocando un sonido demasiado fuerte.

 

-¡Onew!- Combinado también con sus gritos-¡Basta! Tengo que ver un programa importante.

 

-¡Nada es más importante que mi caricatura!

 

Isabelle, desde una esquinita de la sala, hablaba con el teléfono de la casa. Parecía coquetear, su sonrisita avergonzada y los cachetes enrojecidos la delataban.

 

-Omma, appa, ¿Dónde está la consola?

 

Y esa era la razón del enojó de los trillizos.

 

Todo estaba pasando al mismo tiempo, y ellos, que habían estado tan sumergidos en su propia coquetería, no se dieron cuenta del tremendo cambio que sus hijos estaban dando en la casa. JongHyun fue el primero en ponerse de pie. Tomó el control remoto entre las manos de Onew y Grace, y apagó el televisor.

 

-¡Silencio!-Exclamó.

 

El aire pareció abarse vuelto negro.

 

-Grace, Onew, los quiero en la cocina ahora mismo, pondrán los platos para la comida.

 

-Pero appa…-Pausa-omma- Onew miró al rubio, como pidiéndole ayuda.

 

-Jinki, no. Ahora mismo- JongHyun señaló con la cabeza la puerta de la cocina, Grace y Onew, resignados, se dirigieron a regañadientes a donde les fue indicado. Isabelle había colgado el teléfono y los trillizos, que eran los más difíciles, seguían con el seño fruncido, esperando una explicación a su consola desaparecida. JongHyun los miró.

 

-Espero, que para la próxima ocasión, no jueguen hasta altas horas de la noche. Y espero, también, que no jueguen cuando tienen que irse a la escuela. Por hoy, no hay videojuegos y es mi última palabra- Sentenció.

 

Dan exhaló, negando con la cabeza. Daniel y Dana miraron a los lados, deteniendo la mirada en su madre.

 

-Omma…- Pronunciaron los tres trillizos al unisonó.

 

-No, su madre no los salvara de esto- Pronunció enseguida, JongHyun.

 

-Mis niños, así debe ser. No deben desvelarse jugando- Y Kibum, manteniendo la mirada con sus hijos, lo dijo. Así debía ser, lo sabía. Los trillizos estaban molestos, pero JongHyun no les regresaría la consola por el resto del día, sino hasta el día siguiente. Ese era su castigo.

 

Por último, estaba Akemi. El niño había dejado de llorar y Kibum se dirigió hacia él. Se plantó frente él y le acarició sus cabellos obscuros. Su voz cálida invadió la estancia, creando un ambiente más suave.

 

-Mi niño, los juguetes no se avientan y menos estos- Kibum tomó entre sus manos a superman- No se hace.

 

-¿No?- preguntó, Kibum negó- Pero es superman, debe volar.

 

-Sí, pero este es un juguete, no es el verdadero superman, podría romperse.

 

-Hmm- Murmuró, jugando con sus manitas- Lo siento, es que pensé que también debía volar…

 

De pronto, la puerta principal volvió a abrirse, interrumpido las palabras de Akemi. Taemin, con dos de sus amigos, ingresó a la casa.

 

-Ah… ¿Hola?- Preguntó tontamente al ver la situación en la casa. JongHyun y los trillizos parecían molestos, y Hiromi había desvanecido su enojo al saber que su hermano no había aventado su juguete a propósito.

 

-Buenas tardes- KyuHyun, el buen amigo de Taemin, pronunció.  Sus ojos serios buscaron a la madre de Taemin. Lo vio en frente del niño más pequeño de la casa. Sin que nadie pudiese notarlo, o al menos eso trató, miró al rubio de pies a cabeza. JongHyun gruño para sus adentros, de nuevo ese adolescente; le parecía ridículo y hasta cierto punto, le daba un poco de pena.

 

-Buenas- Pronunció el ultimo amigo. Seungri. Un muchacho alto y delgado. Su cabello corto y negro le daba cierto aire de misterio. Muy varonil y hasta mujeriego.

 

-Buenas tardes- Pronunció la vocecita de Akemi. Kibum sonrió, enternecido. Abrazó a su niño y luego respondió también: “Buenas tardes”

 

 

 

Notas finales:

¿Que tal, les gustó? Siento que estuvo un poco flojito al principio, pero espero les haya gustado, se los hice con mucho amorsh xD La verdad es que disfruto mucho escribiendo este fic, cuando comienzo a escribir ya no puedo parar >u< Es la primera vez que manejo tantos personajes y es como un reto para mi... >u<

Y en cuanto a... que me tarde en la actualización u.u Avise que lo haría a algunos de ustedes en sus Rews, espero que lo hayan visto... sólo que huvo algunos que ya no pude contestar a tiempo, lo siento, y a los que no tenian idea... sorry u.u Avisare siempre, cualquier cosa, cuando por algo tarde en alguna actualizacion por medio de sus Rews, es que tengo otros fics que actualizar y posiblemente tendran actu en una semana más, pero como ya les dije, cualquier cosa les aviso en los Rews c:

Waaa, Gracias a quienes comentaron, me dieron estos animos e inspiración para escribir este capitulo, mil gracias!

Nos vemos pronto ♥


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