Jongin se quitó la chaqueta de tela negra y la dejó sobre una mesa que estaba frente a él, se giró para mirar a su pet quedándose sin aire ante la sorpresa. Kyungsoo estaba sin su bata, semi desnudo, ya que sólo vestía sus bóxer, arrodillado frente a Jongin con su manos atrás, y su columna y cabeza perfectamente rectas, mientras mantenía su vista sumisamente hacia el suelo, aquella era la posición perfecta de descanso* y jamás había tenido un sumiso que la supiera hacer y que además la hiciera por cuenta propia. Jongin se acercó hasta Kyungsoo y posó un dedo bajo el mentón de este, y levantó un poco más su cabeza para que lo mirara.
-muy bien mi lindo pet, tienes iniciativa y eso me gusta, pero recuerda que estas bajo mi dominio y debes seguir sólo mis órdenes - se alejó por completo de Kyungsoo mientras iba en busca de unas cosas.
-¡desnúdate y vuelve a tu posición de descanso!- dijo Jongin mientras le daba la espalda en busca de algunos implementos.
Kyungsoo no demoró en atacar la orden de Jongin y rápidamente volvió a su posición de descanso, procurando que sea lo más perfecta posible, pues para esto había sido entrenado, para ser un sumiso perfecto ante Jongin, pero se sentía tan nervioso y con miedo de cometer un error, no quería que por su culpa el plan fallara y menos que sus maestros Kris y Chen se decepcionaran.
Jongin volvió a acercarse a Kyungsoo, esta vez traía los implementos los cuales iba a ocupar, los cuales básicamente constaban en: Una pala de cuero, una venda para los ojos y unos acolchados inmovilizadores de cuero negro para las muñecas.
-Mi precioso pet, ¿estás listo para lo que te voy a hacer?-
-si…-
-¿si qué?-
-Sí, maestro-.
-Muy bien…. Dame tus manos-
Kyungsoo extendió sus manos hacia Jongin y sus muñecas fueron cubiertas por los acolchados inmovilizadores, Jongin se alejó un poco para tomar un pequeño control remoto , presionó un botón y enseguida se escucho un extraño ruido mesclado con el ruido de una cadena moverse, Kyungsoo alzó su vista hacia el techo y su vista se topó con una cadena con un pequeño gancho en el extremo, la cual lentamente bajaba sobre él, se detuvo a una cierta distancia y vio como Jongin se acercaba a él y alzaba sus manos atadas, para engancharlas al gancho que sostenía la cadena. El cuerpo de Kyungsoo se estremeció levemente al verse inmovilizado, y aquello no pasó desapercibido por Jongin quien sonrió ladinamente.
-al parecer te gusta estar inmovilizado mí querido pet-.
Kyungsoo se sonrojo leve al verse descubierto, pues en realidad aquello era cierto, durante sus dos años de entrenamiento descubrió que le gustaba demasiado estar inmovilizado, le gustaba el sentirse completamente a merced del dominante y más si aquel dominante era Jongin.
Jongin cubrió los ojos de Kyungsoo con la venda y luego tomó nuevamente aquél pequeño control en sus manos, apretó otro botón y la cadena comenzó a ascender, obligando a Kyungsoo a colocarse pie.
-mantén tus piernas separas mi pet-
-sí maestro-
Kyungsoo abrió lentamente sus piernas, dejando que Jongin tuviera una fantástica vista de sus nalgas y de del erecto miembro de su sumiso <<<Oh dios mío, contrólate Jongin, contrólate>>, le dijo a sub subconsciente, le estaba costando mucho mantener el autocontrol. Jongin deslizó su dedo índice por toda la columna vertebral de Kyungsoo, quien se estremecía ante el más mínimo roce que Jongin le otorgaba. Jongin tomó entre sus manos la pala de cuero, admiró un poco más aquel bonito trasero que tenía frente a sus ojos y sin previo aviso, azotó la nalga derecha de Kyungsoo, quien gimió ante el dolor y placer que aquello le provocaba, enseguida quedó pasmada la roja marca de la pala, en la nívea y suave piel de este.
-mmm…se te marca hermosamente, mi lindo pet… ¿te gusta lo que te hago?-
-sí, maestro-
Jongin azotó nuevamente el trasero de Kyungsoo, esta vez en la nalga izquierda, admiró el lindo color rojizo que adornaba estas y acaricio con su mano libre suavemente sus nalgas, suavizando el ardor de estas. Kyungsoo quien se mordía el labio inferior, intentaba acercar su trasero hacia las caricias de Jongin.
-Quiero sentir esos hermosos labios tuyos rodear mi polla-
-cómo usted quiera maestro-.
Jongin se desnudo por completo, y se acercó a Kyungsoo tras él, haciendo que su erecto y ya duro miembro rosara descaradamente las nalgas de Kyungsoo, sacándole un gruñido, y a Kyungsoo un dulce gemido.
-aah…mi querido pet, no sabes cómo me gustaría follarte, es un lástima que decidas guardarte para tu dueño permanente-
-aah- gimió Kyungsoo al sentir como Jongin acariciaba suavemente el Glande de su miembro, haciendo un poco de presión en la punta. Segundos despues las caricias cesaron y Kyungsoo gruño leve en protesta, Jongin sonrió ante aquello, tomó el pequeño control entre sus manos y nuevamente lo hizo descender hasta que Kyungsoo quedó arrodillado, dejó el control en la mesa y se ganó frente a Kyungsoo.
-abre la boca pet-
Kyungsoo abrió obedientemente su boca y recibió gustoso el miembro de Jongin en su boca, ahuecó sus mejillas y comenzó a masturbarlo, lamiendo de vez en cuando el glande. Jongin dejó cae su cabeza hacia atrás, totalmente extasiado de lo que Kyungsoo hacía, llevo ambas manos al cabello de Kyungsoo e impuso su propio ritmo, el cual Kyungsoo acató sin quejarse.
-aaah…pet…lo haces tan bien, tan jodidamente bien, haz que me corra pet-
Kyungsoo intentó incrementar lo más que podía la velocidad de la masturbación oral que le hacía a Jongin, sintiendo como el pre semen se hacía presente, aquel salado sabor, no hizo más que excitarse al saber que pronto probaría la esencia de Jongin. Minutos más tarde Jongin se corrió en la boca de Kyungsoo, soltando un fuerte gruñido de satisfacción.
-córrete para mí pet- dijo Jongin con su respiración agitada ante el reciente orgasmo.
El cuerpo de Kyungsoo se tensó cuando un fuerte gemido llenó la habitación. Jongin miró boquiabierto como el miembro de Kyungsoo tiroteaba cuerdas de semilla blanca y salpicaba el suelo.
Jongin estaba hipnotizado, no salía de su asombro. Jamás había visto a algún sumiso correrse con sólo una orden, este chico era jodidamente perfecto, y era suyo, sólo suyo….por un semana, despues podría firmar un contrato con algún otro dominante, pero Jongin no soportaba esa idea, y eso según él estaba mal, el no podía enamorarse de aquel chico, no podía perder el control por un sumiso y querer firmar un contrato permanente, no, el no es de las personas que se atan a una solo persona, le gusta tener sumisos diferentes, tener todos los que él quiera y cuando quiera, le gusta tener el control y dominio de su vida, eso es lo que lo ah mantenido fuerte y lo que lo ah hecho olvidar el odio que sus padres le tienen. Jongin toda su vida desde que era pequeño ah sido un hijo no deseado, y una molestia para sus padre, y son ellos quienes diariamente se lo hacían saber recalcándole cuanto le odiaban. Jongin a la edad de 15 años ya estaba sumido en un depresión terrible, la cual superó gracias a la amistad de Sehun, se hicieron amigos cuando Sehun se mudó a su calle, y desde ahí se hicieron inseparables. A los 16 años Jongin peleó con sus padres diciéndole que si le daban dinero mensualmente, se iría para siempre y desaparecería de la vida de ellos, dejándoles como ellos decían “en paz”, y así fue sus padres aceptaron y los padres que Sehun acogieron a Jongin en su casa ya que aun era menor de edad, Jongin vivió en la casa de los padres de Sehun hasta los 18 años y luego se mudó a un departamento, gracias a que había estado ahorrando los dos últimos año el dinero que sus padres le mandaban mensualmente. Jongin a su corta edad logró surgir, y compró acciones en la cadena de hoteles Brown, una de las cadena de hoteles más importantes y lujosos, poco a poco el valor de sus acciones fue aumentando, convirtiéndose en el segundo mayor accionista y ganado así una fortuna, de ahí se debe a la buena vida que lleva hasta ahora, rodeado de lujos.
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-¡¿Por qué no puedo comprarlo?!- dijo un muy irritado Sehun hacia su tío.
-Sehun… ¡no me levantes la voz, mocoso insolente!, cuantas veces tengo que decírtelo, Luhan es un sumiso que por ahora no está a la venta, ¡entiéndelo maldita sea!-
-¿Por qué no?, te daré lo que quieras, pero yo quiero, no… ¡necesito a ese chico!-
-porque tanto interés Sehun, solamente busca a otro sumiso y vete, tenemos muchos con cara bonita como Luhan…-
-pero yo quiero a L-U-H-A-N, tío por favor, de verdad quiero a ese chico-
-escúchame Sehun…Luhan es un sumiso en recuperación, su anterior dueño le torturó y abusó de el cómo se le dio la gana, Luhan tiene varias cicatrices y un trauma el cual está siendo tratado, pero no es fácil, demorará en superarlo y en volver a ser un sumiso sin miedo, en estos últimos meses ah tenido un importante avance gracias a que lo pusimos a trabajar de mesero, su lado tímido no es tanto como el de antes, al menos no teme tanto el relacionarse con personas pero el aun no supera el trauma ¿entiendes?, por eso no puedo dejar que te lo lleves-
Sehun se quedo en silencio mientras escuchaba todo lo que su tío le decía sin poder creerlo que estaba escuchando, cómo era posible que existiesen hombres tan idiotas y malos, que se hiciesen llamar dominantes cuando lo único que hacían era manchar el nombre, ni si quiera entendían el significado de DOMINAR a un sumiso, dominarlo no significaba que tenía que lastimarlo y por poco más matar a su sumisos, ¡no!, nadien se merece ese tipo de trato y menos Luhan, aquel lindo chico que había hecho que lo desease locamente.
-el hombre que le hizo eso a Luhan… está preso supongo ¿cierto?-
-lamentablemente no, no hemos podido dar con su paradero ni menos con su nombre real, puesto que cuando compró a Luhan dio una identidad falsa, nosotros estamos seguros que Luhan sabe de su identidad pero es imposible hacerlo hablar-
-¡mierda!…ese hijo de puta debería estarse ¡pudriendo en la cárcel! –
-lo mismo digo yo Sehun….pero lamentablemente no es así-
-tío por favor déjame llevarme a Luhan, prometo que haré que se olvide del trauma que tiene, le demostrare como en realidad es la sumisión, le demostrare que no se trata de tortura si no que de placer, por favor déjame ayudarlo, sé que puedo hacerlo…-
Kangjun se quedó en silencio, meditando las palabras de su sobrino, tal vez tenía razón, tal vez podría hacer que Luhan se diera cuenta de lo que realmente era la sumisión, el ser dominando y entrenado por un dominante, lo que en realidad es el mundo del sadomasoquismo, además podía poner sus manos al fuego por sus sobrino, sabía que Sehun sería incapaz de hacerle daño a Luhan.
-está bien, intentaré a hablarlo con Luhan, pero si se niega no lo obligaré a irse contigo ¿entendiste?-
-sí tío-.
Kangjun tomo el teléfono fijo y tecleo un par de número, en seguida le contestó su secretaria, y le pidió que fuera en busca de Luhan y lo trajera hasta su oficina. Minutos más tarde un tímido Luhan entraba en la oficina de Kangjun sonrojándose al ver a Sehun y haciendo rápidamente una ligera venía hacia ambos.
-señor… ¿me mandó a llamar?-
-así es Luhan, eh tomado un decisión y creo que Sehun Será un amo perfecto para ti, estoy seguro que ayudara con tu recuperación… ¿Qué te parece ser el nuevo sumiso de Sehun?-
Luhan estaba en shock, volvería a tener un dueño, pero a pesar de que aquel chico que estaba a su lado y que se llama Sehun le atrajera bastante, no quería volver a pasar por los mismos horrores que en su pasado, por el mismo sufrimiento, no quería más cicatrices en su cuerpo. No quería, y no sabía que responder.
-yo….bueno…-
-por favor Luhan, intenta confiar en mí, prometo que no te lastimaré….por favor- dijo suavemente Sehun con un pequeño tono de suplica en su voz, intentando que el chico cediera a irse con él.
-e-está…b-bien, yo acepto ser su sumiso-. Dijo Luhan mientras bajaba su vista intentando ocultar su sonrojo.
Sehun sonrió. >>no te arrepentirás Luhan, lograré que pierdas tu trauma, y que disfrutes ser sometido bajo mi dominio<< pensó Sehun mientras una pequeña sonrisa se formaba en sus labios.
Continuará….