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Crawl por Yais

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Capitulo 1


 


Esa mañana Ryuichi y Tatsuha se subieron a la moto del segundo y emprendieron rumbo al trabajo del cantante sin mediar palabra. Al inicio de su relación eso podría haber sido anormal, pero ahora ya no lo era. A partir de que cumplieron un año como pareja, las cosas entre los dos se volvieron extremadamente tiesas y secas. Aparentemente la monotonía del día a día comenzaba a aplastarlos a pesar de que, siendo ellos quienes eran, parecía imposible.


La situación le causaba un sentimiento bastante negativo a Ryuichi, pero se reservaba las palabras porque deseaba que aquello fuese su imaginación. Pensaba que decir en voz alta que la relación entre ellos se estaba apagando lo convertiría en realidad. Así que su mejor apuesta era fingir que no notaba el cambio y aferrarse a la espalda de su pareja lo que duraba el camino.


Bajaron de la moto con las sonrisas acostumbradas. Tatsuha solía ponerse a la defensiva cada que llegaban al estacionamiento de la disquera pues temía que alguno de los fans de Ryuichi se aventara sobre él e intentara tocarlo. Ryuichi, por su parte, no solía notar el ambiente y prefería lanzar a Kumagoro por el aire con una expresión despreocupada.


Sin embargo, tan pronto como entraron a la disquera ambos cambiaron de actitud. Ryuichi se tensó al tiempo que intentó acrecentar la cercanía con Tatsuha, mientras que éste se relajó y retiró disimuladamente la mano que tenía sobre los hombros del cantante, logrando que sus manos apenas y se rozaran cada vez que daban un paso.


Ryuichi se encogió dolido antes de saludar con una sonrisa fingida a las chicas de recepción –¡Buenos días!


–Buenos días Sakuma san, Tatsuha kun – ambas chicas hicieron una reverencia e incluso hablaron en coro haciendo mostrar el respeto que les tenían,  pero, a pesar de haberlo saludado, Ryuichi se dio cuenta de que ninguna se dignó a mirarlo.


–Buenos días Naomi san, Sakura san – al momento que Tatsuha respondió el saludo, fue evidente que el entusiasmo de las jóvenes se debía a su presencia.


Naomi sonrió de manera coqueta al tiempo que fingía un gesto de enfado –Mo, Tatsuha kun no seas tan formal, me haces sentir vieja –. Se recargó sobre el escaparate dejándole ver una buena proporción de sus redondos pechos saliendo de su blusa.


Tatsuha respondió con una sonrisa y Ryuichi cerró los ojos.  Aquello ocurría desde siempre, pero fue a partir de ESE día que miró mal aquel intercambio, ya no era capaz de ver a su pareja enredado en una plática y no calificarla de indecente.


–Tat chan – Ryuichi intentó llamar su atención usando el bracito de Kumagoro, pero su compañero no se enteró.


–Para nada Naomi-sa…- la chica hizo un gesto con la mano y Tatsuha pulió aún más su sonrisa –Naomi chan no parece ser mayor que yo.


Ella le devolvió la sonrisa – tampoco es necesario que me mientas – batió las pestañas de forma bastante coqueta y aquel gesto fue lo último que Ryuichi pudo soportar.


–Tatsuha – llamó serio–se me hace tarde – y lo arrastró consigo por el pasillo rumbo a su estudio de grabación.


Día a día tenía que lidiar con ese tipo de cosas. A veces parecía que él era la pareja de una estrella y no a la inversa. Sus fans eran osados, lo acorralaban y le pedían cosas tan indecentes y extravagantes que ya no se sorprendía, la única diferencia radicaba en que él no era ni la mitad de descarado y fácil como lo era Tatsuha.


Su pareja miraba y coqueteaba con cualquiera, desde que lo conoció supo que era parte de su personalidad. Pero, también, le gustó que cuando notaba su presencia no se atrevía a mirar a cualquier lado donde no estuviera él. Muchos de sus fans se rendían a sus pies, pero Tatsuha fue el primero que lo hizo sentir bien con esa atención desmedida, logró hacerle sentir que necesitaba su atención.


A mitad del camino Ryuichi dejó de tironear a Tatsuha y se conformó con abrazar a su muñeco de peluche al tiempo que le mordía una oreja para controlar su ansiedad. Su pareja aún ponía las manos sobre él cada que podía y también lo mimaba, así que aún debía amarlo. Sus amigos en América se lo dijeron:


“tener sexo con más personas no significa que ya no quieras a tu pareja, es sólo un one-night stand, nadie se preocupa por eso.”


Jamás había sostenido una relación tan larga y tal vez era lógico que Tatsuha buscara a alguien más cuando él no estaba. Probablemente debía ser así, pero… ¡quería que lo mirara sólo a él!, aunque ¿y si estaba mal?, ¿si le reclamaba y a Tatsuha no le gustaba? y ¿si lo dejaba?, ¿qué iba a hacer?


Su pareja a veces se portaba esquiva, pero eran contadas con los dedos. Tatsuha durmió con alguien más, pero era normal. Tal vez coqueteaba, pero siempre fue así. Simplemente debía recordar que Tatsuha lo amaba, no mentía cuando se lo confesaba. No debía molestarlo con sus exageraciones.


–My Ryuichi – Tatsuha lo abrazó y al hacerlo enterró su nariz en su cabello para aspirar su aroma –¿en qué piensas?


El cantante dejó de morder la oreja de Kumagoro y se giró para mirar a su pareja con los ojos llorosos –Tú-tú me amas ¿verdad?


–Eh –Tatsuha formó un gesto confuso unos instantes antes de apretarlo – ¡claro que te amo!, mucho. Daría mi vida por ti mi amado Ryuichi.


–¿No mien-tes?


–Imposible – Tatsuha acorraló al cantante contra la pared del pasillo y sus ojos brillantes de deseo fue lo último que Ryuichi vio antes de cerrar los suyos y fundirse en un beso demandante con su compañero.


Después de una larga sesión de besos y caricias Ryuichi, recordó que Tohma le ordenó llegar temprano. –Es tarde – murmuró como ido.


Tatsuha le sonrió de manera picara.


 


Los ensayos de Ryuichi siempre eran espectaculares por eso ahora todos estaban desconcertados, llevaban practicando varias horas y algo faltaba. No eran los arreglos de Noriko y Tohma, tampoco la letra y era algo en la voz del cantante.


La magia de Nittle Grasper disminuía cada vez que repetían la canción y Tatsuha no era el único que veía con ojos magros los golpes sin sentido que daban al aire. El disgusto de Tohma se manifestó en su aura cuando le pidió al grupo parar. Cada vez que se escuchaba sentía escalofríos.


–Toma – Tatsuha le tendió una botella con agua a su pareja, al tiempo que hacia espacio en el sillón para que se sentara a un lado, Ryuichi se dejó caer en su puesto y ligeramente deprimido tomó un trago  para relajar su garganta.


–¿Cómo va? – no era necesario que lo preguntara, él los había escuchado.


–Mal – respondió Noriko metiéndose en su plática –nos hace falta algo.


Tatsuha abrazó a Ryuichi intentando confortarlo –han ensayado mucho, deben estar cansados.


–No… – la chica se mordió el labio inferior y reprimió un comentario cuando miró a Ryuichi.


Tohma se recargó sobre la mezcladora y dejó sus audífonos de lado para mirar a su compañero cantante directo a los ojos –estás fingiendo.


Ryuichi apretó la mano de Tatsuha con fuerza. Claro, el problema con la canción era que carecía de sentimiento. Ryuichi se sabía al dedillo aquella canción, un ritmo acelerado y animado mezclado con una letra romántica. Una canción muy al estilo Nittle Grasper, pero con la que Ryuichi ya no podía identificarse.


De qué manera iba a trasmitir felicidad cuando en el fondo no se sentía así y, peor, cuando intentaba recordar el sentimiento cantaba con melancolía.


–Tatsuha – Tohma le hizo un gesto al mencionado para que se fuera pues tenían que hablar con Ryuichi.


– Voy por un jugo – el menor en la habitación se paró con reticencia –¿les traigo algo?, yo invito – y cuando ninguno le respondiera cerró la puerta tras él.


El cantante miró la puerta con ojos tristes. Sabía que el problema radicaba en él, que cuando cantaba, tenía un tapón en su garganta. Y a falta de desprender amor desde lo profundo de su alma lo hacia desde la punta de sus dientes.


Tohma se acercó hasta a él mientras Noriko posaba una mano sobre su hombro –Ryuichi – Niriko no tenia ganas de gritarle, aquello no parecía ser uno de sus deslices infantiles que bien sabía manejar.


El mencionado giró el rostro para mirarla, aún sintiendo que todos sus sentimientos se acumulaban debido a sus miedos. Miedo como no había experimentado nunca, ni la primera vez que se subió al escenario. Algo saldría mal y él no era suficiente, los ensayos lo dejaban entrever, no era suficiente, no para la banda y no para Tatsuha.


–¿Estas bien? – su compañera de grupo se sentó a un lado suyo mirándolo preocupada.


Y no estaba bien, no cuando todo el edificio estaba lleno de gente mucho más interesante para Tatsuha. No porque cuando abandonaban la seguridad de su hogar y sus manos dejaban de tocarse perdía esa sensación de bienestar.


Como en ese momento en el que Tatsuha se apartó de su lado.


Apretó los puños, su compañero dijo que iría por un jugo pero la verdad es NG tenía un nuevo cantante descubrimiento y grababa cerca de la maquina expendedora. Tatsuha volvería a tocar a alguien que no era él.


Se paró decidido y caminó directo a la puerta.


–Ryuichi, tenemos que hablar – esta vez Tohma intentó detener su salida del estudio, pero no lo logró.


–Ahora vuelvo – Ryuichi apretó a Kumagoro. Pero sus compañeros de banda más allá de notar aquella acción como un gesto de inseguridad se dieron cuenta que su voz sonaba igual a cuando cantaba, llena de miedo.


 

Notas finales:

Holas, en verdad tenía la intención de actualizar antes, pero no lo logré :s. Como compensación espero nos leamos el domingo ;).

Gracias a Clarissa por su comentario, has sido muy buena conmigo [=; y a todos por leerme.

Bsos.

Yais

PD. Hice un grupo en Fanficker de Tatsuha y Ryuichi, hace mucho que no leo sobre ellos, si tienen recomendaciones de historias o ustedes tienen algunas (sin importar que tan viejitas sean) me encantaría que me ayudaran a juntarlas todas ahí (o por aquí y yo las agrego ;D). Gracias.


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