Capítulo 6: Problems
Naruto choco su frente contra la carpeta, se sentía muy pero muy frustrado. Era su tercer día en Konoha High School y aún no había podido remediar el hecho de que su numen lo creyera un pervertido, cada vez que intentaba acercarse al doncel, este huía de él.
— En lugar de estar sentado dando pena, deberías dar algunas ideas para poder reunir el dinero necesario y comprar los nuevos uniformes a tiempo – dijo Gaara con los brazos cruzados, parado a un lado de Naruto.
— Gaara, tiene razón, de nada servirá que logres cambiar tu imagen de pervertido ante el Uchina si ni siquiera vas a poder asistir a esta escuela – dijo Neji, quien estaba sentado al frente de Naruto con Hinata sentada sobre sus piernas, quien miraba una revista de modas.
Naruto choco su frente nuevamente contra la carpeta. Había olvidado por completo el hecho de que tenía que comprar nuevos uniformes y de la amenaza del director si no los compraba.
— ¿Cuánto cuesta los uniformes? – dijo el rubio mientras calculaba el dinero que tenía ahorrado en esos momentos y usarlo para comprarse los uniformes.
— El uniforme normal completo: 270 y el uniforme de deportes completo: 230 – dijo Shino mirando desde su celular la página web de la escuela.
— ¿Son de oro o algo así? – dijo Kiba al saber el precio de los uniformes
— Serian 3000 entre todos – dijo Neji, el genio de las matemáticas del grupo.
— ¿Qué hacemos ahora? – dijo Hinata despegando su mirada de la revista y posándola sobre Naruto, al igual que todos.
Naruto al sentir todas las miradas sobre él se sintió un poco sobrecargado. Sabía que reunir el dinero en 4 días no sería una tarea sencilla, él y sus amigos provenían de familias media-baja, no podían pedirles dinero a sus padres o tutores, ellos ya tenían suficiente con pagarles la pensión del colegio, la cual a pesar de ser la mínima aun así suponía un gran esfuerzo pagarla pues era mucho más cara que la de su anterior colegio.
— No lo sé, chicos………pero ya se me ocurrirá algo.
Naruto no iba a desperdiciar la oportunidad de oro de estudiar junto a su numen
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Deidara se bajó del taxi que había tomado para llegar al jardín de su pequeño. En la entrada del jardín se encontró con su viejo amigo: Iruka Hatake, el papá de los mellizos amigos de su pequeño, quien al igual que él había ido a recoger a sus hijos del jardín.
Fueron poniéndose al día camino al aula de sus hijos. Deidara le hablo a Iruka sobre la exposición que la galería donde trabajaba realizaría este lunes, razón por la cual andaba últimamente muy ocupado al ser parte del grupo que organizaba la exposición. Sin embargo para cuando llegaron al salón, solo encontraron al pequeño Takeru. La maestra de los niños les dijo que Daichi y Taiyo se encontraban en la oficina de la directora.
Deidara soltó un suspiro de resignación mientras se encaminaba hacia la oficina de la directora, no le sorprendía mucho que su pequeño terminara en la dirección ya que casi siempre era enviado allí por las travesuras que realizaba aunque tenía que admitir que si le sorprendió saber que en lugar de Takeru, el fiel cómplice de su hijo en sus travesuras, se encontrara el dulce y tranquilo Taiyo. Este último pensamiento también cruzo por la mente de Iruka Hatake.
A los donceles les extraño ver que afuera de la oficina de la directora no solo estaban sus pequeños sino tres pequeños más: dos niños varones y una niña, y junto a los pequeños se encontraban sus respectivos padres.
Deirada y Iruka soltaron un jadeo cuando al acercarse a donde estaban sentados sus hijos descubrieron que los pequeños, Daichi y Taiyo, tenían la ropa toda jaloneada, el pelo despeinado y algunos rasguños.
— Daichi/Taiyo ¿qué les paso? – dijeron Deidara y Iruka al mismo tiempos.
Los niños no respondieron y solo agacharon su cabeza sabiendo el regaño que muy pronto recibirían de sus oto-chan.
La puerta de la oficina de la directora se abrió y de ella salió una mujer de mediana edad
— Buenas tardes, Señores y Señoras – dijo la directora a los presentes mientras se acomodaba las gafas – Primero pasarán los padres de la señorita Miu Hagiwara y del señorito Taiyo Hatake junto con los pequeños.
Iruka le pidió a Deidara que vigilara a Takeru mientras iba a hablar con la directora.
Oficina de la directora
Al entrar a la oficina, lo primero que noto Iruka fue que la pequeña que había sido llamada junto con su pequeño, tenía peor aspecto que Taiyo, las dos coletas que sujetaban el negro cabello de la niña estaban prácticamente desechas. Y lo segundo, fue que junto a la pequeña se encontraba su versión mayor, una mujer muy hermosa de un largo cabello negro y ojos marrones que pensó jamás volvería a ver……Hanare Saito, una de las “ex amiguitas” de su esposo.
— Iruka Umino ¿Cuánto tiempo, no?, Que alegría verte – dijo Hanare con una sonrisa más falsa en opinión del doncel – ¿Cómo esta Kakashi? ¿Siguen juntos?
— Sí, nos casamos y tenemos dos hijos – dijo Iruka dedicándole la mejor de sus sonrisa, esa que decía “soy la persona más afortunada del mundo”.
Iruka noto como la sonrisa de Hanare temblaba ante la noticia, “Toma esa, perra” pensó con cierto regocijo al ver la mirada de desilusión de la muy zorra al saber que Kakashi y él seguían juntos.
— Oh, me alegro por ustedes
El ruido de la puerta cerrándose, libro a Iruka de decir algo impropio ante la falsedad de las palabras de Hanare.
— Señor Hatake, Señora Hagiwara, tomen asiento por favor – dijo la directora señalando las dos sillas que se encontraban en la oficina mientras se dirigía a su escritorio.
Los padres tomaron asiento al igual que la directora y a sus lados se posicionaron sus niños, los cuales se fulminaban con la mirada entre ellos.
— Se les ha mandado a llamar debido a que durante el descanso, sus hijos se han liado a golpes. Un bochornoso incidente, y déjenme decirles impropio del comportamiento de una señorita y señorito doncel.
Iruka miro sorprendido a Taiyo, quien desvió la mirada de su oto-chan avergonzado del comportamiento que tuvo pero la niñita esa le había provocado.
— Miu, no puedo creer que te hayas comportado como…como…una salvaje – se le escucho decir a Hanare.
— No es mi culpa, oka-san. Taiyo me ataco primero, y yo solo me defendí– dijo la niña tratando de quedar como la víctima.
— Es verdad eso ¿Taiyo? – le pregunto la directora al pequeño doncel.
Taiyo asintió con la cabeza
— ¿Por qué lo hiciste, Taiyo? – volvió a preguntar la directora.
— Porque, porque…….Porque Miu es una mentirosa – dijo Taiyo con las mejillas sonrojas por la furia en su interior al recordar lo que dijo Miu.
— Yo no soy una mentirosa – grito la niña.
— Si lo eres, les dijiste a todos los niños donceles y niñas que Daichi era tu novio y que se iban a casar, eso es mentira, Dai es MI novio.
Iruka miro con los ojos abiertos lo que había dicho su inocente pequeño, aunque ya no tan inocente al parecer si hasta novio secreto tenía.
— ¡Mentiroso! Daichi-kun no puede ser novio de un fenómeno como tú – chillo Miu con furia, tratando de abalanzarse sobre el doncel pero fue detenido por su madre.
— Dai es Mi novio, el me lo pidió. Aléjate de él – gruño Taiyo fulminado con la mirada a esa niñita.
Iruka no podía creer que su dulce Taiyo fuese tan territorial.
La niña logro zafarse del agarre de su madre y se abalanzó sobre el pequeño doncel
— Aléjate de él – decía Taiyo mientras le jalaba los pelos a Miu
— ¡No!, Tú, aléjate de él – respondía Miu jalándole los cabellos al doncel.
Los pequeños parecían dos perritos peleando por un trozo de carne mientras rodaban por todo el piso.
Iruka, Hanare y la directora después unos minutos lograron separar a los pequeños, quienes trataban de zafarse del agarre de su madre y oto-chan para seguir con la pelea.
— Creo que es mejor, hablar de esto en otro momento – dijo la directora, previniendo otro altercado entre los pequeños. “Estos niños sí que cresen rápido, mira que pelearse por un niño varón a esa edad” pensó la directora para sus adentros.
Iruka y Hanare asintieron con la cabeza y se encaminaron rápidamente a la salida antes de que sus pequeños volvieran a pelearse.
Afuera de la oficina de la directora
Deidara trataba de evitar que Daichi y Takeru entraran a la oficina de la directora. Los pequeños se encontraban muy inquietos desde que escucharon algunos gritos provenientes de la oficina.
— Ojala que mi solcito este bien – dijo un preocupado Daichi.
La puerta de la oficina se abrió y de ella salieron primero Miu y Hanare, y luego Iruka y Taiyo.
— Daichi-kun – dijo Miu al ver que el pequeño varón se dirigía hacia donde estaba pero todo rastro de emoción se evaporo al ver que Daichi la ignoraba y se dirigía al fenómeno, seguido del hermano del fenómeno. Miu apretó los puños con furia al sentirse rechazada.
— ¿Qué pasó allí adentro? – le pregunto Deidara a Iruka mientras se acercaba al doncel mayor y veía que Taiyo y la niña se veían peor que cuando entraron.
— Bueno…..Tu hijo al parecer es muy popular – dijo Iruka quien al ver la mirada de desconcierto de su amigo soltó una pequeña risa – Se pelearon por Daichi.
Deidara miro a su hijo asombrado sini embargo se asombró aún más cuando su pequeño agarro la mano de Taiyo y se paró frente suyo.
— Oto-chan, quiero presentarte a mi novio Taiyo Hatake – dijo Daichi con firmeza y a su lado se encontraba un Taiyo con la cara roja.
Deidara se quedó completamente sin habla ante lo dicho por Daichi, incrédulo de que su pequeño ya tuviera novio.
— ¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! – el grito de Miu rompió el silencio que se había formado.
Los presentes vieron como la niña hacia un “berrinche” porque Daichi no era su novio.
“Que niña tan caprichosa” pensaron Iruka y Deidara al ver la escena frente a ellos, la cual termino luego de que Hanare llevara a rastras a la niña hacia la salida.
— No te preocupes, solcito, nunca te cambiaría por esa loca niña – le dijo Daichi a Taiyo dándole un pequeño beso en el cachete.
Iruka y Deidara se derritieron ante la imagen de sus pequeños.
— ¡Ejem, ejem! – dijo la directora llamando la atención de los presentes – Por favor pueden pasar los padres del joven Daichi Namikaze, Ren Masuko y Shiro Amagawa.
Deidara se despidió de Iruka y los mellizos Hatake invitándolos a que un día de estos se vayan a su casa a que jueguen con Daichi.
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Deidara entro a su casa y la encontró completamente vacía, al parecer sus hermanos aún no habían llegado a casa.
“Este es un buen momento para hablar con Daichi” pensó ya que durante la reunión con la directora y los padres de los otros niños involucrados en la pelea que se llevó acabo en el descanso, su hijo se había negado por completo a revelar la razón por la que golpeó a esos niños.
— Daichi – dijo Deidara al ver que su hijo intentó escabullirse a su cuarto para evitar la charla que iban a tener.
— Oto-chan …… yo…..yo…….
— Daichi, yo sé que nunca golpearías a otros niños sin una buena razón. ¿Cuál fue el motivo por el que los golpeasteis? ¿Qué es tan malo para que hallas reaccionado así?
Daichi permaneciendo en silencio, apretando los puchos.
— Por favor Daichi, responde. ¿Qué te dijeron? – volví a intentarlo pero los labios de Daichi estaban sellados. Empieza a enojarse al no tener respuesta.
— Daichi…. – le digo con aquel tono de voz que dice “si no respondes te va ir mal”
— Cosas….sin importancia – respondió Daichi de mala gana
— Pues deben tenerlas si te has liado a golpes. ¿Qué cosas?
— Cosas….solo cosas. Déjalo así
— Daichi, me estas ocultando algo. La sinceridad es…….
— ¿Sinceridad? Tú también ocultas cosas, cada vez que te pregunto sobre mi oto-san no dices nada.
Las palabras de mi pequeño fueron como una puñalada en mi corazón, sabía que lo que decía Daichi era verdad. Cada vez que mi pequeño preguntaba por su oto-san intentaba cambiar de tema rápidamente o fingía no oírlo, sin duda era frustrante para un niño de casi 6 años no saber de su otro padre sobre todo cuando veía a otros padres varones jugar con sus hijos en los parques y en su jardín.
— ¿Dónde está mi oto-san? Si no está muerto, ¿porque no nos visita? – dijo Daichi, sacándolo de sus pensamientos.
— Daichi ………..yo……..
No pude continuar, no podía decirle que yo solo fui una diversión para su oto-san y que el muy bastardo no quería saber nada de ellos, o eso es lo que dio a entender luego de no haberle respondido las llamadas ni las cartas que le envió durante su embarazo.
— Me voy a mi cuarto – dijo Daichi al ver que yo no le diría nada sobre su padre.
Vi a mi pequeño subir las escaleras con desánimo y mi corazón se estrujo al verlo así. Algún día tendría que decirles a su pequeño y hermanos, porque ellos tampoco saben la identidad del otro padre de Daichi, la verdad.
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Sábado y Domingo
Naruto y Gaara organizan un campeonato de billar en el Byakugan como una manera de recaudar dinero rápido, logrando su objetivo al ser coronados campeones y ganar 540.
Neji al igual que Naruto y Gaara uso sus habilidades matemáticas para jugar varias partidas de Blackjack y Poquer recaudando 610.
Hinata logro que su jefa del salón de belleza donde trabajaba cuatro veces a la semana le permita hacer “horas extras” con paga juntando 320.
Kiba junto a Shino instalaron un improvisado puesto de comida y postres hechos por Kiba, que se vendieron rápidamente juntando 530. Sin embargo los dos días Shino termino con varios golpes en la cabeza por parte de Kiba por andar coqueteando con las clientas en lugar de ayudar a vender.
Sasuke junto a su mejor amigo, el día sábado se fueron a comprar unos trajes de donceles para la exposición de arte de la galería, Soleil Gallery, de la cual su primo Obito era socio y los había invitado. Cabe agregar que durante todo el fin de semana el doncel pelinegro no pudo evitar dejar de pensar en su pervertido compañero de ojos azules como el cielo.
Orochimaru pasó todo el fin de semana casi sin salir de su apartamento ahogando sus recuerdos con sake y planeando como deshacerse de Kakashi Hanake.
Nagato y su novio pasaron un fin de semana en las aguas termales
Deidara pasó la mitad de su tiempo ultimando los detalles para la exposición de arte que estaba organizando y la otra mitad tratando de pasar tiempo papá-hijo con Daichi.
Los Hatake pasaron un típico fin de semana familiar con un Kakashi leyendo a escondidas de su amado esposo sus preciados libros Icha Icha e ignorante de la pelea en la que estuvo metido su dulce Taiyo y el noviazgo de este con Daichi Namikaze.
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Lunes
En la casa de los Namikaze, Naruto se encontraba junto a sus amigos contando el dinero que habían reunido durante todo el fin de semana.
— 1700 ….1800…….1900 y 2000 – dijo Neji terminando de contar – Nos faltan 1000….
— Demonios – dijo Naruto frustrado al igual que el resto del grupo.
— Y ahora que hacemos, se nos acaba el tiempo – dijo Shino mientras tamborileaba con sus dedos la mesa.
La sala de los Namikaze se llenó de silencio la cual fue rota por el sonido del celular de Naruto, quien se apresuró a contestar al ver que era su hermano Deidara.
— ¿Hola?
— Naruto necesito tu ayuda y la de tus amigos ………