Había una vez tres palabras... Cadena de Drabbles WonKyu~
Pues bien, este juego consistirá en escribir un drabble con tres palabras que otra persona haya escogido con su mejor intención..
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De: Rossette
Para: Rosale
Palabras: Insomnio, cafeína, Niebla
Dedicatoria: A la personita que eligió estas 3 palabras. Espero que este desvarío sea de tu agrado. Los drabbles no son mi fuerte y esto por poco se vuelve one-shot @.@ pero a pesar de que quería seguir metiéndole cosas, creo que así está bien. No es perfecto, pero está hecho con amor. (En esta dedicatoria se puede notar que soy malísima siendo breve xD).
--Terror en la oficina--
Insomnia
- ¡Wow! luces terrible.- la voz de Hyukjae hizo que pegara un salto, despertándolo de la inesperada siesta que estaba tomando sobre los papeles que debía firmar. Parpadeó un par de veces para disipar la niebla que empañaba sus ojos, pero el agotamiento permaneció ahí.
- Maldición- musitó tallándose el rostro. Se sentía tan agotado que estaba seguro que en cualquier momento caería en estado de coma.
- ¿Sigues teniendo insomnio?- Siwon asintió con la cabeza sin siquiera mirarle.- ¿tienes idea de que está causándolo? Porque a este paso no llegarás a la junta del jueves sin desmayarte en plena mesa ejecutiva.
Los hombros de Siwon se tensaron ante la pregunta. Por supuesto que sabía cuál era la causa del maldito insomnio y jamás se la diría a su amigo ni a nadie. Incluso el mínimo pensamiento le provocaba escalofríos.
Hyukjae negó con la cabeza. - Mandaré al secretario Cho por café.
Siwon tragó seco al escuchar aquello. Miró a Hyukjae salir por la puerta de su oficina y pudo escucharle hablar con su secretario antes de que cerrase la puerta.
Sacudió la cabeza y decidió seguir con el papeleo que tenía frente a él. En ocasiones las letras se volvían borrosas y parecían bailar en la hoja. Siwon creía que tal vez dándoles un pequeño golpecito con los dedos dejarían de moverse de aquí para allá.
Golpeó su rostro contra la mesa. Simplemente era incapaz de trabajar en esos momentos. ¿Dónde demonios estaba su café? Ya habían pasado hartos minutos desde que Hyukjae había salido de la oficina.
-¿Señor Choi?- escuchó que llamaban desde la puerta. Reprimió un bostezo y levantó la cabeza para mirar a su secretario con el café en la mano.- Lamento la tardanza, la máquina de café estaba averiada así que tuve que ir...
Las palabras del joven se desvanecieron en el aire. No veía la necesidad de escucharlas cuando podía observar sus preocupadas orbes chocolate enmarcadas con unos anteojos que hacían parecer sus ojos aún más grandes.
Desvió su mirada hacía los rojos labios que se movían sin emitir sonido y tuvo que morderse los suyos para no emitir algún vergonzoso sonido.
Después de lo que pareció una eternidad, su secretario se acercó a la mesa para asentar el café a su lado y Siwon sintió que el aire se atoraba en sus pulmones. Tenía a su secretario tan cerca, podía admirar cada rasgo de su bello rostro. El puente de su respingona nariz y las pestañas que rodeaban sus ojos.
Cuando al fin fue capaz de respirar, sintió sus pulmones llenarse de un aroma que no podía describir. Sintió cierta incomodidad en su cuerpo, una muy conocida sensación. La culpable de que se negara a conciliar el sueño.
En efecto, el secretario Cho era la razón de las interminables noches de insomnio que Siwon sufría. Invadiendo sus sueños con su inocente sensualidad.
- Señor Choi- escuchó que le llamara su secretario, pero no podía responder- ¿Señor Choi? ¿Señor Choi?- la voz de su secretario se hacía más fuerte, pero su cuerpo se desvanecía lentamente.- ¡Señor Choi!
Por segunda vez en el día, pegó tremendo salto sobre su silla. Parpadeó una y otra vez mirando a su alrededor. Se había quedado dormido sobre sus papeles de nuevo y esta vez había dejado un rastro de saliva sobre ellos.
- Aquí tiene su café. ¡Oh!- exclamó el secretario Cho al observar los papeles.- permítame imprimir otro paquete.
El castaño extendió su brazo invadiendo su espacio personal y tomó los papeles. El mayor sintió que su corazón latía desbocado ante la cercanía de su secretario. El aroma que tanto le atormentaba hizo presencia.
Desvió el rostro avergonzado, estaba seguro que sus mejillas estaban ruborizadas.
Decidido a ignorar al menor, escuchó sus pasos dirigirse hacia la puerta cuando el sonido de los papeles al caer al piso y un "¡ups!" llamaron su atención.
Sus ojos se abrieron de par en par tras ver a su secretario inclinarse para recoger los papeles dándole como espectáculo sus pantalones ceñidos a sus redondeadas nalgas.
Cuando el secretario terminó de recoger los papeles continuó su camino hacia la puerta sin mirar atrás. Con una sonrisa maliciosa adornando sus labios.
(¿Fin?)