Ya comenzaba a oscurecer y yo aún tenía unos cuantos papeles más que revisar para completar las estadísticas. Me sentía cansado, lo estaba y mis ojos comenzaban arder por la dedicación que le daba a estos pedazos de hojas con letras, gráficas y números inscritos.
Eche una ojeada por cuarta vez a todos los informes que Sehun me había pasado, estos estaban con una calidad lo bastante buena pero el contenido me preocupaba, no significa que no confié en mi hermano, pero de la forma en que los terminaba me hacía dudar si estarían completos o no.
Deje en mi escritorio toda especie de papeles referentes al trabajo, me levanté de mi silla de cuero negro y me encamine hacia la enorme ventana de cristal transparente que estaba detrás de mí, baje la vista y me topé con la variedad de personas que pasaban de un lado a otro con prisa o simplemente con la tanta tranquilidad del mundo, niños sonriendo junto a sus padres, drogadictos que estaban en las banquetas, vagabundos, ancianos cruzando con lentitud la carretera para llegar al otro lado, autos de diferentes colores: unos pequeños, otros grandes. Y las luces que iluminabas aquellas calles con tanto esplendor.
Tome por hecho que ya había terminado mi trabajo, todo estaba bien como para preocuparme; además, tenía que asistir a la cena de hoy. Eso le había dicho a Sehun.
Acomode en una carpeta todo lo que estaba en mi escritorio, apague la computadora, tome lo necesario que podía llevar en mi portafolio y salí de la oficina.
– ¿Ya se retira, Señor? – Pregunto mi secretaria.
–No me llames ‘Señor’– Pedí.
–Estamos en el trabajo, Señor– Remarco.
–Bien, bien, como quieras. Me voy, hasta mañana–
–Hasta mañana, Señor– Chasque la lengua y escuche una aguda risa a lo lejos.
Presione el botón del elevador y en pocos segundos este abrió sin ninguna persona dentro y entro sin problema. Lo silencioso del elevador me agradaba, los pisos a los que pasaba brillaban en los botones hasta llegar al último piso donde tome una postura más seria, no podía mostrarme de esa manera tan relajada ante las personas de trabajo.
Recibí saludos y halagos por las personas del plantel a los que yo respondí con varias sonrisas. Empezaba a dolerme la boca por sonreír tanto.
No tuve necesidad de pasar al estacionamiento, ya me esperaba mi chofer con la puerta trasera abierta para que entrara y entre en el sin ni siquiera saludarlo, este cerro y fue directo al piloto.
–Señor…– Dijo sin pasarme la mirada.
– ¿Qué les pasa a todos? No me llamen ‘Señor’, me hace sentir viejo– Gruñí.
–Es porque lo estás– Dijo sonriéndome por el retrovisor.
–Que gracioso, Taemin–
– ¿Te llevo a casa? –
– ¿A dónde más iría? –
La camioneta que había traído Taemin arranco poniéndonos en marcha, suspire nueva y lentamente ¿Cuántas veces había suspirado ya? No recuerdo pero tenía en cuenta mi cansancio.
Frote mi rostro con las palmas de mis manos y bostece, afloje la corbata de mi cuello y masaje mi hombro derecho.
– ¿Saldrás esta semana? –
–Pasaré a ver a mi familia–
– ¿Cuándo regresas? –
– ¿Me vas a extrañar? – Enmarco una ceja.
–Tendré que manejar yo– Reí y él rodo los ojos aún con la vista en la carretera.
A los casi 35 minutos de llegar, salí por mi propia cuenta de la camioneta, me despedí de mi gran amigo y pase a la entrada en donde pase a deleitarme con el olor familiar de la gran casa frente a mí: Blanca, con grandes ventanas en donde traspasaba los objetos que habían dentro, pequeños cuadros de césped bien podados y algunas sillas y sofás afuera a la luz de la luna y lo frío que daba la gran piscina que estaba frente a la casa.
Entre a la casa y me topé con un Sehun medio adormilado.
– ¿Trabajaste mucho? Te vez muy cansado–
–Idiota, me dormí–
–No tenías que decirlo cuando es obvio–
–Recibiste una llamada de Jinah– Se tallo los ojos.
– ¿Y? ¿Qué dijo? – Fui al mini-bar que también tenía en casa y me serví una copa.
–Mañana tienes una entrevista– Bostezo y por instinto, también lo hice.
– ¿Quieres dejar de pegarme de esa forma el sueño? –
–Lo siento pero acabas de despertarme–
– ¿Ya has cenado? –
Este negó y le pedí que la servidumbre preparara una cena.
Al sentarnos y casi devorar nuestra cena para luego pasar a cada una de nuestras grandes habitaciones ya hechas sin antes darnos un “Buenas noches” y caer rendidos.
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Me desperté aún con sueño, los rayos del sol traspasaban las cortinas blancas que intentaban cubrir las ventanas para que este no fuera tan fuerte al posarse en mis ojos.
Talle mis ojos con pesadez y suspire profundo y me incorpore tan rápido que gracias a ello me causo un estúpido mareo que pude controlar en unos cuantos segundos, me levante y fui directo a ducharme.
– ¡Minah, quiero mi ropa lista cuando salga! – Grite para que pudiera escucharme a lo lejos.
Gire las llaves donde me indicaba el agua caliente y la fría, poco después de elegir la temperatura deseada, lancé mi ropa de dormir en un rincón del baño y me empape por la cálida agua que recorría mi cuerpo.
Al salir, encontré un buen conjunto de traje sobre mi cama que ya estaba arreglada, así como toda mi habitación.
Me vestí y arregle de mi apariencia para después pasar a la habitación de Sehun que, al entrar a su habitación estaba tendido en el colchón muy graciosamente.
Me acerque cauteloso hacía él, sujete la orilla del colchón con fuerza y lo alcé dejando caer a un malhumorado Sehun quien, se estaba dedicando a lanzarme todo lo que estaba a su alcance.
– ¿¡Qué mierda te pasa!? –Gruño.
–Ya es tarde– Me encogí de hombros.
–Pero si son las…– Volteo para mirar su reloj digital–…las 7 de la mañana.
–Buena hora para levantarse– Reí y salí de su habitación.
Cuando me pasaba por los pasillos, mi móvil vibro con el ringtone que le había asignado, observe la pantalla, era Jinah. Presione el virtual botón y recibí la llamada.
–Señor, recuerde que tiene una entrevista hoy– No me dejo ni saludar.
–Buenos días para ti también. Dale un pase directo a mi oficina–
–Ahórrate los buenos días– Me dijo.
–La niña también tiene su carácter– Me burle.
–Mocoso, soy mayor que tú– Susurro sobre el teléfono.
– ¿Soy un idiota? –Cuestione.
–Siempre lo he dicho. La entrevista es a las 10 a.m, no seas irresponsable– Al decirlo, colgó la llamada.
Por ser el Director general de Korea Travel, ya había ganado demasiada fama que ya tenía controlada por varios empleados que había contratado para que los paparazzi me dejaran tranquilo durante el día y dejaba a uno que otro hacerme entrevistas sobre mi trabajo.
De esa forma también podríamos ganar más fama de la que ya tiene la compañía.
En el desayuno, Sehun seguía mirándome con molestia en donde me decía un “Te la voy a cobrar” que me daba bastante gracia.
Terminamos y tome mi portafolio en donde tenía los papeles que debía haber revisado pero no lo había hecho. Lo haría llegando. Le pedí a Taemin que me llevara directo a la compañía y al llegar salí del auto, me encamine a mi oficina pasando por alto los saludos y todo lo que los empleados pudieran decirme.
Subí al elevador con varios movimientos que hacía con mi zapato derecho, Jinah me había dicho que fuera responsable y, ¿Por qué le haría caso? Porque ella era más que mi secretaria personal, era como una hermana para mí y para Sehun, los tres somos muy cercanos.
Intente pasar desapercibido por donde se encontraba ella pero me detuvo cuando estaba por entrar.
–Llegas tarde– Me dijo en un tono serio.
–Soy el jefe– Me encogí de hombros restándole importancia.
–Pero acabas de llegar tarde– Me ignoro.
–Bien, bien, lo siento ¿Feliz? – Enmarque una ceja.
–No y ya vete–
–Yo soy el jefe– Replique y ella rió.
Entre a mi oficina y lo primero que hice fue servirme una copa, la necesitaba por temprano que fuera, me relajaba.
Empecé a checar los demás informes y propuestas de los demás Directivos que ya tenía en mi escritorio y mis oídos escucharon el sonido agudo del teléfono.
– ¿Qué? –
–Pasaran a entrevistarlo ahora, Señor–
–Hazlo pasar– Colgué e hice la rutina de siempre con mi traje.
Cuando entro me levante de mi silla y fije mi vista hacía el de baja estatura, con ojos grandes y labios gruesos; este, tenía una piel blanca y lechosa. Sostuve la mirada sobre él y sonreí con un poco de picardía, no pretendía nada, no ahora porque para mi gusto era bastante atractivo y solo me daba curiosidad de como era su rostro al sonrojarse, era hermoso a mis ojos.
–Kim Jongin– Me presente, tome su mano y la apreté con la mía mientras que la otra sujetaba su brazo.
–D-Do Kyungsoo…–