[3er contacto]
No bastaba con aguantas los entrenamientos ni las presentaciones, no bastaba con ir a entrevistas ni verlo ir y volver de china prácticamente cada dos días, no… nada bastaba.
Porque a pesar de las pocas horas de sueño y la tensión que estaba acumulando debía encontrarse con “ese” tipo de escenas…
¡Estaba harto! Por más que lo ignoraba el menor aparecía por todos lados, lo peor era que cuando al fin accedía a dirigirle la mirada y notar que Kim Jong Dae aún existía siempre aparecía un Su Ho a su lado.
Como una vez que se cruzaron en la sala de ensayo e inmediatamente apareció el líder con una botella de agua para el menor.
O cuando lo encontró en la cocina y Su Ho apareció de la nada con las llaves y el ipod del menor diciendo que se les había hecho tarde.
Ni que decir de cuando entró a la habitación buscando a Kai y se encontró con un Jong Dae sin polera profundamente dormido y un Su Ho saliendo de la ducha con una toalla amarrada a la cintura.
O como ahora, que aún cuando solo les tocaba ensayar a ellos dos, Su Ho no los dejaba en paz…
Tiró la hoja que tenía la letra del nuevo cover que harían y salió de la sala de ensayos, estaba harto y no podía desahogar su frustración; las ganas de matar a su líder creciendo a cada instante.
-Si tanto quiere a Jong Dae que lo guarde en una caja, así nadie lo vería- formuló con rabia en la voz al coger una botella con agua y abrirla de un solo movimiento –O mejor me paso a EXO M y el idiota de Chen toma mi lugar ¡Apuesto que eso les encantaría!-
-¿Celoso?- No pudo evitar bufar con fuerza, ¿ahora hasta lo seguía?
-¿De Su Ho? Nunca-
-Pensé que de mi…- y el tono de sorpresa y picardía del castaño le dieron a entender que había hablado de más.
-¿De ti? Ni que me gustara Jun Myeon-
Tembló al escuchar esa risa en su oído, ese “ven conmigo” que lo hizo obedecer mudamente y dejarse jalar a la que parecía la sala de baile, los espejos reflejando un Jong Dae cerrando con seguro el pestillo.
-Al fin-
-No estoy para jue…-
La voz del mayor se ahogó en los labios ajenos, todo su cuerpo temblando al ser besado y tocado con tal voracidad, sus gemidos empezando a salir cuando su espalda desnuda chocaba contra la fría pared y el castaño se apoderaba de su cuello y torso. No tenía ni idea del cuando lo había desnudado y poco le importaba, su cuerpo ahora estaba frotándose contra el otro.
Baek Hyun jadeó al perderse en esos besos, mordidas y lamidas dándose con fuerza ante el sonido de un cinturón cayendo y un gruñido proveniente de un impaciente Jong Dae solo sacaban una risa nerviosa, los pantalones le quedaban tan ceñidos que debía bajarlo poco a poco.
“Benditos pantalones”
Las caricias que repartía el menor sobre sus piernas eran deliciosas, el pantalón y su ropa interior bajando al igual que el cuerpo ajeno y el ronco “mira” que susurró el menor le descolocaron; no quería ver, no quería comprobar que no era real y de seguro este era uno más de sus sueños húmedos luego de aquel día en su habitación.
-Baek Hyun mira…-
Y esta vez volteó el rostro, sus ojos encontrándose con un Jong Dae arrodillado observándole con deseo desde el espejo y, oh Dios, esos labios… esos pecaminosos labios que ahora se deslizaban por su más que despierto miembro.
Se llevó una mano a los labios para no gemir más fuerte, la sala tenía tan buena acústica que lograba escuchar su agitada respiración ante la imagen del espejo; Jong Dae lo seguía mirando, sus orbes fijas mientras su lengua jugaba por toda la extensión. Quiso negarse y apartarse del castaño, sus manos sujetándolo por los hombros y sorprendiéndose a sí mismo al atraerlo aún más a su cuerpo y poder disfrutar de las atenciones del otro.
Jadeó al percibir los temblores de su bajo vientre, aún más al notar como la calidez de la boca ajena ahora se encontraba nuevamente en sus labios. Sus manos acariciaron el torso ajeno al quitarle la playera y jugar con sus pantalones, si bien antes el menor le había sorprendido ahora sabía bien como responder, su excitación llevándolo a arrancarle el cinturón y obligarlo a quitarse el resto de la ropa para devorar cada sector de piel que tenía a su disposición. No quería ninguna preparación, no lo necesitaba… el solo oír los gruñidos del castaño hacían que lo deseara dentro.
Gimió con fuerza al sentir como un dedo se introducía en su interior, podía sentir los ojos de Jong Dae en su cuerpo, en su rostro… Lo deseaba, lo deseaba tanto que su propio cuerpo empezó a moverse ante ese dedo; pidiendo por más, por otro y otro en su interior; sus súplicas siendo atendidas inmediatamente y dándose cuenta que luego lo lamentaría pero ahora solo lograba pensar en el placer que le brindaba.
Jong Dae no aguantaba más, necesitaba estar dentro del mayor y sentir con su propio miembro la estreches que disfrutaba con sus dedos; sus manos hicieron agachar al mayor, un gruñido saliendo de sus labios al obligarlo a mirarse en el espejo y sonriéndole a su reflejo se introdujo de una sola estocada. El rostro lleno de placer del pelinegro era una imagen erótica, aún más cuando fue él mismo quien empezara a moverse para auto penetrarse.
Las embestidas se volvieron rápidas a cada segundo, la mano del castaño atendiendo la erección del pelinegro mientras con la otra libre lo sujetaba de las caderas y lo movía al ritmo de su propio vaivén. Todo en la habitación eran gemidos y jadeos, palabras inentendibles cargadas con puro placer hasta que gemidos más fuertes irrumpieron en toda la sala; cualquiera que pasara por afuera los hubiera escuchado pero no les importaba, sus respiraciones agitadas encontrándose en un ardiente beso al momento en que el menor salía de su interior y lo acunaba entre sus brazos, sus manos acariciando el cuerpo desnudo del mayor y sintiendo el ambiente totalmente caliente, una capa de vapor mostrándose en ese espejo que ahora evidenciaba el acto.
-Dios…- susurró el pelinegro al apartarse de los labios contrarios, su frente chocando con la del menor sin deseos de mirarlo; no sabía que o por qué había ocurrido todo eso pero no le importaba… lo había disfrutado, y demasiado
-¿Me llamaste?- y esa sola pregunta originó que el mayor lo golpeara –Moría por hacerlo…Pensé que te gustaba Su Ho y..
“Su Ho…”
Se apartó con rapidez del menor, cogiendo su ropa y poniéndosela aún cuando su trasero le dolía por la brusquedad de antes; no escuchó a Jong Dae llamándole o pidiendo una explicación, ni siquiera quería hablarle...No quería saber nada de él
-¡Hable la maldita puerta!- gritó ante el rostro descolocado del contrario, no lograba quitarle el seguro y lo único que quería era irse
-Baek…-
-¡estoy harto de ustedes dos! ¡Ya te di lo que querías ahora déjame en paz!-
No supo porqué pero el calor del ambiente se evaporó con esas palabras, el menor poniéndose su ropa y abriendo de un solo movimiento la puerta del salón; Baek Hyun no sabía querido decir aquello, no de esa manera...pero ya era tarde para las disculpas y lo entendió cuando el menor pasó por su costado sin siquiera mirarlo, tan solo pronunciando algo que podía jurar serían sus últimas palabras hacia él.