Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La vida es aburrida por CrystalPM

[Reviews - 124]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

He conseguido lo imposible en este capítulo. Una cita con Nay, SIN NAY MUAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHA... ok no ¿Me callo? Si mejor me callo.

 

-¿Sabes que ser comunicativo a veces es hasta saludable?- Nay me ignoró totalmente y siguió caminando conmigo pegado a su espalda. Habíamos cogido una especie de caravana comunitaria a Berlín y ahora andábamos por la ciudad hacia Dios sabe dónde. Nada más adentrarnos en la ciudad  el chico había vuelto a su típica expresión de “Soy demasiado guay como para molestarme en decirte a donde vamos” y no había vuelto a hablar durante el trayecto, inmerso totalmente en sus pensamientos.  Yo había tratado de sonsacarle a donde demonios me estaba llevando, pero obviamente acabé fracasando estrepitosamente (Mejor dicho, siendo ignorado estrepitosamente ) 

Al final me había limitado a seguirle y dedicarme a desvariar en voz alta. Era consciente de que él probablemente no me estaría ni escuchando, pero algo en mi interior temía que si me callaba el aura de incomodidad sería mucho peor. Así que simplemente decía lo primero que se me pasaba por la cabeza. No siendo obviamente lo más indicado.

 

-Eres una persona realmente rara ¿sabes?. La gente normalmente no se toma tantas confianzas con las personas. Me tratas como si me conocieses de toda la vida, pero en realidad somos casi desconocidos. ¿No te has parado a pensar que podría ser el asesino en serie de las cartas o algo así? - Por el rabillo del ojo noté como Nay intentaba aguantar una sonrisa, probablemente por el hecho de imaginar que yo pudiese ser un asesino. Fruncí el ceño al ver que no me tomaba en serio- Sí.Tu ríete ahora que puedes. Quien ríe el último ríe mejor- La vocecita toca narices de siempre resonó en mi cabeza “ Dan, no eres un asesino”  Chasqueé la lengua “ Nunca es tarde para cambiar” - Ahora en serio. ¿Qué conoces de mi? El nombre y poco más.- De repente caí en la cuenta de algo no muy agradable. Entrecerré los ojos con recelo y no pude mirar a Nay con mirada acusatoria- Porque al menos te sabes mi nombre…¿Verdad?

 

El chico se volvió hacia mi como si se acabase de dar cuenta de que estaba hablando con él y fuese un desconocido cualquiera que le hubiese preguntado la hora por la calle.

-¿Ehm? - Abrí los ojos desmesuradamente, pero antes de que pudiese insultarle de alguna manera ofensiva el peliazul me agarró de la mano y tiró de mi hacia un laberinto de calles.- Es por aquí. 

“ Será hijo de puta.”  Aún así no toque más el tema de mi nombre. No por falta de ganas sino porque en seguida me olvidé del tema al ver por el tipo de calles que me estaba llevando el chico.

 

Para que os hagáis una idea, era como estar en la calle rara donde está la tienda de Tarón, solo que no era una calle, era un barrio entero.  Eran calles estrechas que serpenteaban a miles de sitios. No había ni un solo hueco de pared que no estuviese pintado por un graffiti, pero no de esos graffitis feos y estúpidos que la gente hace por molestar, eran de esos que se pueden considerar más obras de arte que otra cosa. Esos que te quedas mirando y por mucho que los mires siempre te parece que algo nuevo aparece en el dibujo.

 

 Todas las tiendas parecían competir por ver quién era la más llamativa y no solo las tiendas, los pubs, las cafeterías, las galerías de arte, los centros de música. Nay tuvo que tirar de mi unas cuantas veces para que no me perdiese ya que me quedaba parado a cada minuto alucinando con lo que veía.  

 

Llegamos a una especie de plaza enana donde la principal atracción para los turistas era una enorme figura de murciélago hecha toda con chatarra que de vez en cuando empezaba a moverse como si estuviese viva de verdad. Fue entonces cuando el peliazul frenó en seco y se volvió hacia mi. Con mirada amenazante me señaló con el dedo. No pude evitar encogerme ligeramente intimidado, pero creo que lo disimulé bastante bien. Nay me habló ( ordenó) con tono serio.

 

-Espérame aquí cinco minutos- Dicho eso se marchó entre el gentío dejándome parado en mitad de la plaza con una protesta en los labios. Y allí me quedé, solo y sin saber muy bien que estaba pasando. Me crucé de brazos molesto con el chico. ¿Es que ni siquiera podía molestarse en decirme a donde iba? Chasqueé la lengua.

-Mi nombre es Dan cabeza pitufo - Suspiré derrotado. Era increíble que a estas alturas ni se supiese mi nombre. Sí, lo reconozco, eso dolía en el orgullo. De nuevo el universo me quería recordar lo poco importante que era.

 

Estuve esperando ahí de pie por un buen tiempo. Probablemente la gente se pensaría que era un demente o algo, pero no les culpo. Yo también dudaría de un tipo que se queda parado en un mismo sitio mientras se dedica a murmurar todos los insultos que conoce y a fulminar a cualquiera que se le acerque con la mirada. Con impaciencia miré de nuevo el reloj. “ Sí claro, 5 minutos tu madre” ¿Qué estaría haciendo?, ¿Por qué demonios me lleva a un sitio así y luego me deja tirado? Preguntas que lo único que hacían era empeorar mi humor. Mientras me encontraba en mi mundo de “ Todo es muerte y destrucción” mis ojos se percataron de una de las cafeterías que se encontraba en esa plaza enana. No me llamó la atención por ser especialmente llamativa. Más bien lo contrario, me llamó la atención por ser discreta, pero entre tanto esplendor conseguía destacar de esa manera. 

 

“Bueno, me ha dicho que le esperase, pero no a especificado como debía esperar”  Intentando llamar lo menos la atención me acerqué a la cafetería. Una vez dentro me las arreglé para pedir por señas una Coca Cola( Aunque los malditos me dieron una Pepsi) y me senté en una de las mesas pegadas a la ventana desde donde podía fijarme si el peliazul volvía o no. Por curiosidad eché un vistazo a la mochila que me había traído conmigo. La mochila que Nay me había tirado violentamente hacía apenas unas horas. Fruncí un poco confundido al ver que prácticamente todo lo que había ahí era mío. ¿Cuándo demonios había cogido el peliazul mis cosas? De entre todas saqué el libro que me había prestado Crystal dispuesto a matar el tiempo leyendo un poco, pero nada más abrir una página las ganas se me quitaron de golpe. De repente empezaba a notar el cansancio de los días, los músculos agarrotados por el entrenamiento de Haddock y sobre todo la impotencia al descubrir como siempre que no comprendía absolutamente nada de los que Nay hacía. Apoyé la cabeza en la mesa derrotado. “¿Por qué la vida tiene que ser tan complicada?” 

 

Estuve en modo desesperación unos minutos. Hasta que noté como alguien se sentaba en frente mío. Una voz desconocida llegó a mis oídos.

-Un día duro ¿Verdad? - Alarmado alcé rápidamente la cabeza. Una chica me miraba con una sonrisa de disculpa desde el otro lado de la mesa. Parecía más mayor que yo. Aún sería joven (Entre los 27 y 30 diría yo), pero era tan pequeña que si la hubiese visto de espaldas habría jurado que era una niña de 14 años. Curiosamente me sorprendió más el hecho de que supiese hablar español que el hecho de que se hubiese tomado las confianzas inexistentes de sentarse a mi lado y hablarme como si nada. La chica señaló el libro que aún permanecía en la mesa, algo que quería decir claramente  “Vi el título y supuse que eras español”.  Cualquier otra persona habría salido por patas acojonado, pero a estas alturas este tipo de comportamientos se me hacían bastante naturales y normales. Suspiré y me incorporé en mi sitio.

 

-Y que lo digas- Permanecí unos segundos en silencio receloso, pero por alguna extraña razón mi mente no parecía tener reparos en contarle mis penas a una desconocida. -Este verano conocí a una persona- Enmudecí unos segundos meditando que era exactamente lo que me deprimía.- Soy incapaz de comprender lo que pasa por su cabeza. Me desespera, me confunde- Apoyé los codos en la mesa mientras me pasaba las manos por la cabeza. - Dice una frase y cambia por completo mi vida, pero a la vez parece que ni siquiera se acuerda de quién soy. Es uffff…- solté un bufido de frustración- desesperante.

 

-Esa persona ¿Por algún casual te gusta? - Alcé de nuevo la vista fulminando ligeramente a la chica con la mirada “ Serás cotilla” , pero enseguida mi mirada se ablandó y volví a clavar la vista en la mesa avergonzado. Creo que a estas alturas era obvio, pero eso no quitaba que las palabras se me atorasen en la garganta solo de pensarlo. 

 

-Puede… - La chica sonrió con lo que supuse que era diversión. Genial, ahora hasta los desconocidos se burlaban de mi.

-Y piensas que esa persona no siente lo mismo. -Noté el ya muy conocido nudo en el estómago como siempre que recordaba ese detalle.

- En realidad no tengo ni idea- Suspiré de nuevo- No tengo ni idea de lo que pasa por su cabeza. Es …como si cada uno pensase de una manera totalmente diferente y siempre estuviésemos chocando ¿Entiendes? Una relación así agota a cualquiera.

-Pensar diferente de alguien no es algo malo. Es más, yo lo considero realmente divertido- Me mordí el labio incómodo, aunque sus palabras resonaron en mi cabeza. Por un momento pensé en Nay y me di cuenta de que en realidad no estaba mosqueado por el comportamiento del chico. No, su comportamiento lo único que hacía era aumentar mi curiosidad en él. Nay era Nay por ser así precisamente. Lo que estaba era nervioso, tenía pánico por pensar lo que podía suceder, pero no eran unos nervios de los malos… en realidad era más bien expectación.  

-Sí… creo que tienes razón. En realidad ser diferentes no es tan malo-Una sonrisa triunfante se dibujó en su cara aunque no llegó a sus ojos. Me incorporé en el asiento.

-Bueno, Ahora te toca a ti-  La señalé con dedo acusatorio. Su rostro cambió rápidamente del gesto triunfante a uno preocupado- Todo el mundo tiene problemas y mucho más si has decidido ahogar tus penas en - Eché un ligero vistazo al interior de la taza que tenía entre las manos y no pude evitar alzar una ceja incrédulo- …chocolate caliente…¿ En verano? - El rostro de la chica enrojeció en seguida.

-¡No hay nada de malo en tomar chocolate caliente en verano!

-No, nada de malo si lo que quieres es que te de un colapso por calor.- La chica me pegó ligeramente en la cabeza con el libro de Crystal.

-Anda ¡Cállate! - Permaneció unos instantes mirando su taza pensativa. Con esa expresión de que está debatiendo algo interno. Al final pareció decidirse a hablar- Vale, yo también no tengo un buen día hoy. - No pude evitar dar un golpe en la mesa.

 

-¡Lo sabía! - La mujer me dedicó una mirada que quería decir “ Una palabra más y no hablo”  Así que opté por callarme y poner una expresión de inocencia. No se si la convenció, pero al menos siguió hablando. -No estoy teniendo unos buenos días con mi trabajo. Vivo de escribir y simplemente…no me sale nada, me bloqueo. Llevo días sin poder escribir ni una sola palabra - La chica volvió la vista al libro de nuevo con melancolía-  A veces tengo la impresión de que todo lo que hago no sirve para nada. ¿Qué demonios hacemos los escritores para la sociedad? Solo es un entretenimiento que cada vez importa menos.

 

No pude evitar contemplar su expresión desolada con cierta pena. Debía de ser horrible perder la fe en tu trabajo, en lo que se supone que te debería apasionar por el resto de tu vida. Eché una vista por la cafetería incómodo. Si tan solo aquella mujer hubiese decidido hablar con cualquier otra persona estoy seguro de que la habrían conseguido animar con alguna frase de apoyo, pero había tenido la desgracia de elegir al hombre más negado del mundo. Entonces reparé de nuevo en el libro de Crystal que seguía encima de la mesa completamente olvidado. Lo medité unos segundos y lo agarré entre mis manos con aire de convicción “Por un día no vas a ser un completo negado Dan. Esfuérzate para hacer algo bueno” Hablé con voz calmada para atraer la atención de la desconocida

-¿Conoces este libro?- Esta alzó la vista ante mi pregunta y cuando supe que había captado su atención continué. Casi como si hablase para mi mismo- Este libro es otro de mis grandes problemas. Me lo dio una de mis mejores amigas y creo que pretende decirme algo a través de este libro. Tengo la impresión de que de alguna manera refleja su vida- Di vueltas al objeto entre mis manos, como si fuese la primera vez que lo veía. -Una chica y su ángel de la guarda. Una historia simple pero brillante. Se que significa mucho para mi amiga y esto lo escribió alguien a quien ni siquiera conoce. ¿No te parece fascinante? 

La mujer permaneció en silencio. Aunque en mi interior supe que estaba dandole vueltas a lo que acababa de decir. De repente me di cuenta de lo raro que debía estar sonando. La gente normal no va diciendo cosas tan extrañas a los desconocidos.  Incómodo me incorporé mejor en mi sitio y carraspeé intentando recobrar algo de normalidad en el ambiente.

-Lo que quiero decir es que el trabajo de un escritor no es para nada insignificante. Las palabras de alguien pueden significar mucho para muchas personas. O al menos eso creo- Mi voz fue perdiendo fuerza poco a poco, hasta que al final permanecí en silencio. Juraría que un atisbo de sonrisa asomó entre los labios de aquella desconocida, pero antes de poder estar seguro noté como una mano me revolvía los cabellos desde atrás.

 

No se si alguna vez os ha pasado que hay veces que rozas a una persona por la calle o con tus amigos y ni te das cuenta del gesto, es algo que pasa completamente desapercibido, pero cuando es esa persona en especial el mínimo toque os recorre la piel como si fuese una descarga eléctrica. Por esa sensación supe perfectamente quién había detrás incluso antes de darme la vuelta.

Alcé la cabeza lentamente para contemplar el rostro de Nay mirándome con una ceja levantada mientras se mordía el famoso piercing del labio. No dije nada al verle. Simplemente me quedé observando en silencio, como si estuviese cansado de tantos gritos, botes y caras rojas. El chico mantuvo mi mirada fijamente desde atrás. Si estaba pensando alguna burla para con mi persona no la dijo, simplemente se quedó en silencio como yo. Aún tenía una de sus manos entre mis cabellos. Aunque no parecía un gesto con intención de burla… se podría decir que había sido hasta como una caricia. Al final fue el peliazul el que optó por romper aquella aura silenciosa y que se podía cortar hasta con un sable laser ( Por que cortar la tensión con un cuchillo está ya muy visto)

-Cuando te dije que me esperases no me refería a que te fueses a cualquier cafetería del lugar tú solo - Me deshice de su agarré débilmente y me di la vuelta por fin para poder verle mejor.

-Esperé. Los cinco primeros minutos que me dijiste que ibas a tardar- El peliazul entrecerró los ojos, probablemente meditando si le había respondido con tono de desafío o no. Acabó encogiendose de hombros con su típica pose despreocupada.

-Como sea. Voy a comprarme algo de beber y nos vamos- Dicho eso se alejó hacia el mostrador de la cafetería. Donde comenzó a pedir algo en alemán a una camarera que parecía encantada con su nuevo cliente. No pude evitar seguirle en todo momento con la mirada, hasta que el rostro de la desconocida me tapó el campo de visión. Contemplé su expresión de burla con recelo. -¿Qué? - Inquirí bruscamente. La sonrisa de la chica se ensanchó.

-No me habías dicho que ESA persona tuviese el pelo azul y fuese tan guapo- Mi rostro enrojeció visiblemente. La chica se rió dulcemente y se levantó de su sitio.- Ha sido un placer hablar de penas contigo.- La sonrisa había dejado de ser de burla y ahora era una amable- Tus palabras me han alegrado el día. Gracias. - Dicho eso me dejó una tarjeta encima del libro.- ¿Te importaría darle esto a tu amiga? Tengo mucha curiosidad por conocerla.- Sin alcanzar a decir nada asentí con la cabeza. Aún rojo como un tomate. Después de eso la contemplé irse de la cafetería con una gran sonrisa en los labios.

 

 

 

 

-Llevas más de quince minutos sin soltar una estupidez por la boca ¿Te encuentras bien novato? Asentí con la cabeza aún inmerso en mis pensamientos.

-Nay- El  peliazul continuó con la vista al frente, pero por su expresión corporal me dio a entender que me estaba escuchando. - ¿Crees que Crystal puede tener alguien que la cuide? Una especie de protector… algo así. - El chico me miró de reojo sin variar su expresión ni un milímetro y se encogió de hombros.

-¿No has pensado que ella puede ser la protectora y no la protegida?- Aquella frase me dio que pensar. ¿Y si durante todo este tiempo había entendido la historia de mi amiga mal? ¿ Y si ella se identificaba con el ángel y no con la niña? La voz de Nay interrumpió mis pensamientos. Con una sonrisa alegre el chico frenó de nuevo enfrente de un enorme portal que daba a unas casas del centro- Hemos llegado


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).