Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La vida es aburrida por CrystalPM

[Reviews - 124]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

WOOOOOOLAAAAAAAA

Antes de poner la continuación quería aclarar que en el texto se va a mencionar una cosa llamada " selectividad" que es básicamente una prueba que te da una nota con la cual puedes acceder luego a la universidad que quieras ( y puedas cof* cof*) Lo quería aclarar por la gente que no es de España, para que no se quede como WTF ¿QUE EH ESO?¿ SE COME?

 

El capitulo no es especialmente guay, pero quiero que sepais que tengo bastantes cosas pensadas para la historia :) ( luego que sean guays o no ya no digo nada...) Solo es cuestión de que me entre la inspiración para ponerlas jajajaja

 

Contemplé con ligera melancolía como la caravana se adentrada de nuevo en las ya más que conocidas calles de mi ciudad natal. A pesar de que el viaje de ida había durado unas cuantas semanas la vuelta había sido en apenas unos pocos días. El precio a pagar por ello habían sido largas horas de conducir y poco tiempo para hacer nada más. Suspirando miré al interior de la caravana. Dentro reinaba una atmósfera de nostalgia. Algo me decía que todos estábamos recordando los momentos que habíamos pasado juntos ahora que el viaje llegaba a su fin. Mía y Haddock eran los únicos que parecían mantener el buen humor y no apartaban la sonrisa de su rostro. Aunque lo suyo tenía truco porque aún seguían en la fase “Momento extremadamente ñoño con mi pareja nueva” 

Haddock condujo con tranquilidad la caravana hasta llegar al parking donde la encontré la primera vez. Una vez aparcada la caravana Haddock salió a devolver las llaves mientras todos recogíamos nuestras cosas y aún sin borrar esa expresión de nostalgia en los rostros y salíamos del autocar. No pude evitar suspirar al pisar el suelo firme del aparcamiento. A mis espaldas Sara y Crystal parecían haber recobrado los ánimos y se dedicaban a cantar no se qué canción a pleno pulmón, pero yo en aquel momento no podía más que pensar que pasaría apartar de ahora. 

“Bueno… vuelta a la vida normal”  A mi lado Mía sonrió.

 

—Ha sido una bonita aventura ¿No te parece? —Asentí mientras caminaba hacia el exterior del aparcamiento junto a todos.— Habría que repetirlo el próximo verano… Aunque aún quedan muchas cosas por hacer este— La chica frunció el ceño pensativa como si estuviese pensando cual sería el plan próximo, pero al final acabó sonriendo de nuevo con amabilidad— En fin, ya surgirá algo. Haddock es demasiado inquieto como para no hacer nada en lo que queda de vacaciones.

 

No pude evitar reírme ya que tenía toda la razón, pero la risa cesó en cuanto el rey de roma apareció de nuevo y me señaló con el dedo.

—Mía tiene razón. Novato ¡No creas que he olvidado mi propósito de entrenarte! Necesito tu dirección- Contuve una mueca de miedo. Que Haddock supiese mi dirección solo podía significar días de madrugones acompañados con torturas físicas que él llama “Calentamientos”. Mía le agarró con amabilidad del brazo para obligar al mayor a bajarlo.

—Venga, venga. No atosigues al pobre chico tan pronto— Como era de esperar Haddock se quedó medio atontado por la sonrisa de la chica y se olvidó del tema ( Gracias de nuevo Mía) 

Al llegar a la parada de autobuses la pareja se despidió del grupo alegremente y se marcharon. Mientras tanto Sara y Crystal parecían haber iniciado una batalla con un taxista en un intento tacaño de bajar el precio del viaje. Las contemplé divertido unos instantes hasta que sentí la figura de Nay colocarse a mi lado. 

—Se acabó la buena vida— Una extraña sensación me inundó el estómago al oír su voz. Con todas las prisas para llegar a la ciudad no había podido en ningún momento intentar aclarar qué era exactamente lo que buscaba el peliazul de mi y eso solo había hecho que mi inseguridad creciese por momentos causándome una horrible sensación de vacío. Nay pareció notar mi turbación, con el ceño ligeramente fruncido se inclinó ligeramente para dejar su rostro a la altura del mío. —¿Te pasa algo novato? 

No pude evitar desviar la mirada nervioso. Aunque sabía que me moría por preguntar también sabía que no sería capaz de formular la pregunta que tanto me preocupaba

—Tengo la sensación de que después de esto ya no nos vamos a volver a ver nunca - Hasta yo mismo me sorprendí por la sinceridad y cursilería de mis palabras. Sí, será estúpido, ¿pero no os has pasado alguna vez que habéis tenido la sensación de que todo lo ocurrido era un sueño? Pues eso es lo que sentía yo en esos instantes. Nay me miró pensativo unos instantes haciendo que mi nerviosismo aumentase ¿No podía limitarse a darme una respuesta sin clavarme esa mirada como si me estuviese observando con rayos x?  Al final acabó sonriendo distraídamente.

—Por supuesto que nos vamos a ver. No digas estupideces—  Le fulminé con la mirada molesto por su tono tan pasivo.

—¿Cómo puedes estar tan seguro de eso?— El chico se encogió de hombros despreocupadamente.

—Ya nos encontraremos por ahí.— Arrugué la nariz. Las posibilidades de encontrarse con ese chico eran una entre un millón. — Si no siempre te puedo llamar.

—No tienes mi número- Nay no pareció notar el tono acusatorio de mi voz. Miró al cielo como si estuviese pensando la respuesta.

—Ehm… pues siempre puedo preguntar por ti a alguien— Mi mirada malhumorada se acentuó

—No sabes mi nombre para poder preguntar por mi.— El chico hizo una mueca y me miró con el ceño fruncido.

—¿Tienes algún fetiche raro porque me sepa tu nombre?

—¿Qué?…¡No!- En seguida noté como el calor inundaba mis mejillas— Es algo perfectamente normal esperar al menos que te…- El peliazul posó su mano sobre mi boca para impedirme continuar. Abría protestado de no ser porque esa sonrisa genuina me distrajo de mi propósito

—Deja de ser un dolor de cabeza y relájate.- Con unos movimientos demasiado lentos para mis nervios el chico acercó su rostro al mío. Su mirada se ablandó llegando a ser hasta casi dulce- Nos vamos a volver a encontrar- Por alguna extraña razón esta vez sí le creí- Nos vamos a encontrar porque quiero volver a verte. Así de simple. 

 

Dicho eso (Y sin borrar aquella sonrisa deslumbrante de su rostro) el chico apartó la mano de mi casi con temor, como si temiese que siguiera hablando nada más me destapase la boca, pero yo no dije nada porque no tenía nada que decir. En aquel momento Sara le gritó algo a Nay desde el taxi que no llegué a distinguir. Lo siguiente que recuerdo es que el chico ya se había ido y yo estaba de camino a mi casa aún con esa sonrisa grabada en mi mente.

 

 

Lo primero que vi al entrar en casa fue la cabellera castaña que se me abalanzó en un instante. Sorprendido intenté zafarme del agarre de mi madre para poder respirar, pero ella parecía no hacerme caso.

— Gracias a Dios, Dan ¡Mi niño! Qué orgullosa estoy de ti— ¿Orgullosa? ¿Qué ha pasado con todo eso de “Cuando llegues a casa vas a estar un mes sin ver el sol señorito” o lo de “Con estos disgustos que me das me quitas cinco años de vida?”. Mi madre siguió parloteando sin darse cuenta de mi desconcierto. Hablaba tan rápido y tan agudo por la emoción que no podía entenderla nada.

—Mamá ¿De qué demonios hablas?- Justo en ese momento mi padre entró por la puerta y no hizo sino confundirme más. Mostrando una amplia sonrisa me dio unas palmadas en los hombros con una fuerza que casi me hace perder el equilibrio.

—¡Enhorabuena Dan! Ya sabía yo que mi hijo iba a hacer grandes cosas — Un quejido de desconcierto se escapó de mis labios “¿Es qué nadie se puede limitar a explicarme esta repentina euforia que les ha invadido?” Fue entonces cuando una cabellera castaño claro llegó a mis ojos. Mi hermana la salvadora vino a saludar. Con una sonrisa divertida me pasó la mano por el pelo, despeinándomelo a modo de saludo. 

—Por fin llegó el tonto a casa. Tienes a estos dos muy contentos— Pareció apiadarse de mi mirada suplicante porque enseguida me lo explicó.— Han salido tus resultados de selectividad 

 

 La expresión de mi rostro se agrió.“ Conque era eso”  Mi madre tiró de mi dando saltitos de entusiasmo y sin dejar de hablar de cosas que no llegué a comprender me puso enfrente de la pantalla del ordenador para que pudiese verlas. Contemplé los resultados con recelo. No era una nota excesivamente brillante… pero digamos que era bastante más de lo que me esperaba.

— Me has dejado sin palabras hijo, yo que pensaba que ibas a suspender por bastante — Por si no lo habéis notado, de mi madre heredé el pesimismo — Pero con esta nota vas a poder optar a universidades muy buenas.— Mi hermana, a mi espalda, se rió.

— Mamá no se trata de estar en universidades buenas. Sino de hacer lo que quieres— La mujer hizo un gesto con la  muñeca quitándole importancia.

— Ya podrías ir aprendiendo de tu hermano Andrea — La aludida hizo un mohín de disgusto, pero enseguida su expresión se tornó en una mueca divertida.

—¿Eso significa que el verano que viene me dejareis irme a Mallorca con mis amigas? — Mi madre negó enérgicamente con la cabeza. 

—No me refería a aprender de sus locuras… sino de sus notas—Mientras las dos mujeres se dedicaban a discutir entre ellas yo me fui deslizando en silencio hacia el pasillo sin que se notase y con rapidez me refugié en mi habitación. Cuando por fin cerré la puerta que daba a mi cuarto  pude suspirar de alivio. 

Sinceramente habría preferido no saber nada de mis notas. Cuanto más tardase en saberlo más tardaría en tener que pensar a lo que quería dedicar mi vida. Pasé los ojos por la habitación que tanto conocía. Estaba excesivamente desordenada, llena de pósteres de mis series y juegos favoritos y con las estanterías repletas de las típicas chorradas que te compras en las convenciones que te cuestan un pastón, pero que luego no sirven para nada. Con cansancio me dejé caer en el colchón de mi cama y clavé la vista en el techo. Los recuerdos del último día que había estado en aquella habitación volvieron a mi mente. Había sido cuando Nay había irrumpido en mi espacio personal con la excusa de hacer la maleta. Una pequeña sonrisa se formó en mis labios. 

-Más te vale volver a encontrarme. 

 

 

 

Cuando me bajé en la parada de la estación Crystal ya me estaba esperando en el mismo punto de siempre. No pude evitar sonreír al verla de nuevo con la camiseta causante de toda nuestra relación. Desde que habíamos vuelto del viaje hacía 5 días había ido todos los días a trabajar a la tienda de Tarón. Una parte de mi se sentía culpable por haberme ido así como así justo el primer día de trabajo.Y aunque el viejo me hubiese asegurado mil veces que no pasaba nada yo quería intentar compensarlo de alguna manera. Crystal se había ofrecido a ayudarme a recuperar el tiempo perdido y todos los días quedábamos ahí para ir juntos a la pequeña tienda de Tarón. Cuando se percató de mi presencia la chica sonrió alegremente y juntos iniciamos el camino hacia la calle más rara de toda la ciudad. Fue ella la que inició la conversación 

—Lo he estado pensando…-La miré de reojo con curiosidad e hice un gesto con la cabeza para que continuase- y te voy a regalar una guitarra.- Alcé una ceja con recelo.

—¿Y por qué demonios me vas a comprar una guitarra? —La chica me dedicó una sonrisa burlona.

— Porque si aprendieses a tocar el Ukelele te verías muy estúpido— Fruncí el ceño mientras esquivaba a la vez a la gente que andaba por la calle.

— Me vería igual de estúpido si aprendiese a tocar la guitarra

— ¿Pero qué dices? ¡Sí tocar la guitarra da muchos puntos! —“¿Puntos? ¿Puntos de experiencia?”

—No pienso tocar la guitarra para conseguir puntos imaginarios —Mi amiga hizo un puchero

—Oh vamos. Necesitas puntos para ligar— ¿Por qué demonios le había dado ahora con eso de ligar?

— ¿Y para qué voy a querer yo ligar?— La sonrisa de Crystal se transformó en una mucho más malévola.

—Tendrás que aprender alguna manera de seducir a Nay digo yo— Pegué un respingó sorprendido por su comentario y no pude evitar taparle la boca a la chica con mis manos.

— ¡Crystal! ¡No vuelvas a decir eso en público!— A pesar de mi mano la chica se echó a reír. Inició un forcejeó para intentar liberarse.

—No te enfades. ¡Sabes que es verdad!

— ¡Ni en sueños!

— Oh, no me seas nenaza— Ambos seguimos con el típico forcejeo atrayendo la atención de los peatones. Hasta que llegamos a la puerta de entrada de Tarón y Crystal, demasiado ocupada en liberar sus manos de mi agarre tropezó con una persona.— Lo siento— Entre risas se disculpó con cordialidad y el desconocido hizo un gesto para restarle importancia.

—No pasa nada — “ Un momento…” Esa voz yo la conocía. Olvidándome momentáneamente de Crystal me volví hacia el desconocido para encontrarme con un chico rubio de ojos azules.

— ¿Martín?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).