Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La vida es aburrida por CrystalPM

[Reviews - 124]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

Antes que nada Feliz año nuevo a todo el mundo ^^Espero que tengáis un genial 2016 y cumpláis lo que os propongáis. 

Tal vez no será el regalo de navidad que todos pedías (Navidad pasó hace ya tiempo jejejeje), pero considerarlo un regalo de año nuevo porque esta vez me he esforzado y no he tardado un mes en subir (?)

El capítulo iba a ser bastante más largo, pero ya se me estaba haciendo mu largo y pufff mejor publico esto y luego ya en el siguiente más. Encima se me cierran los ojos ya del sueño que tengo y los próximos días los debería emplear en estudiar para mis exámenes, así que tampoco tenía mucho tiempo para más

Siempre tengo muchas cosas que decir, pero a la hora de decirlas por aquí se me olvidan en seguida... pero en fin.  Gracias a todos por todos los comentarios y las cosas bonitas que me mandáis, lo aprecio mucho

 

Cuando empezaba a planear que es lo que podría hacer para encontrar Crystal y solucionar todo el lío que se había montado, Sara apareció de entre un grupo de gente y me agarró del hombro.

 

—¡Eh, Novato! ¿Te apetece venir a jugar al tekken con unos amigos míos? Pensábamos hacer una especie de torneo y el perdedor tenía que saltar a la piscina — A Martín le brillaron los ojos de una manera extraña cuando escuchó la palabra "tekken" y me miró con ojos amenazadores por si se me ocurría rechazar la idea. Me llevé una mano a la cabeza e hice una mueca.

 

—Lo siento Sara, tengo que buscar a Crystal... pero a mi amigo le encantaría sustituirme —me disculpé mientras señalaba a Martín. Sería una buena tenerle entretenido con maquinitas hasta que yo encontrase a mi amiga.

 

La chica pareció darse por satisfecha y se marchó con el rubio dejándome a mi solo entre la muchedumbre. "Muy bien Dan, solo tienes que encontrar a la pelo zanahoria y aclararle todo" Me parecía increíble que Crystal se hubiese ofendido por las mentiras de Martín, pero también me parecía increíble que la chica estuviese colada por alguien, así que ya no había nada imposible. 

 

Vagué por la zona de la fiesta intentando distinguir alguna cabellera pelirroja, pero no tuve mucha suerte. Mi amiga no estaba en la sala de juegos, ni en la terraza, ni en la zona del bar y en la zona de baile había tanta gente que era incapaz de distinguir a nadie. 

 

—¿Dónde demonios se ha metido? — Mientras intentaba abrirme paso entre la gente noté como sin querer golpeaba la bebida de alguien tirándola—. ¡Oh, lo siento! —Con desinterés volví la cabeza hacia el afectado por mi torpeza para soltar una vaga disculpa. Grave error, observé con horror el tío que me sacaba media cabeza y llevaba toda la camiseta empapada de un extraño liquido rojo.

 

—¡Hijo de puta! — El tío estaba tan borracho como para reaccionar violentamente, pero no lo suficiente como para no tener buena puntería con sus puñetazos. Afortunadamente pude esquivar el primer golpe, alcé las manos intentando calmar al chico, pero la labia no parecía un método efectivo en aquella ocasión. En aquel momento solo se me ocurrió una idea, "¡Huye por tu vida Dan!" . Aprovechando que aún nos encontrábamos entre un bullicio de gente, y que yo era mucho más delgado y escurridizo, eché a correr entre las personas mientras escuchaba como el chico se dedicaba a amenazarme con torpeza debido al alcohol, pero no miré hacia atrás. Corrí hasta salir de la pista de baile y sin pensármelo dos veces me adentré en los pasillos de la casa de Crystal, me alejé de la zona de fiesta con rapidez, hasta que estuve seguro de que nadie me seguía y decidí parar para tomar el aire. 

 

—Esto no podría salir peor —murmuré entrecortadamente mientras me sentaba en suelo apoyando la espalda en la pared. Crystal estaba desaparecida y enfadada, Martín no se enteraba de nada, casi muero en manos de un borracho y por si no fuese suficiente aún me seguía viniendo a la mente las palabras de Nay mientras le decía al rubio que hiciese lo que quisiese. Apreté con fuerza los puños, definitivamente odió las fiestas. 

 

—¿Quién está ahí? —Pegué un bote alarmado, pensando por unos momentos que el jugador de rugby borracho me había seguido, pero me calmé al ver el rostro de un niño de rizos castaños asomar desde una esquina. Esbocé una pequeña sonrisa y hablé con amabilidad.

 

—Isai. Soy Dan, el amigo de Crystal —El chico mostró una sonrisa alegre al reconocer mi voz y caminó hacia mi con una confianza que solo se puede obtener después de vivir una vida entre aquellas paredes. 

 

—¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en la fiesta? 

 

Me debatí internamente sobre si contarle mis penas a un niño de 9 años sería caer muy bajo o no, aunque al final acabé por relatarle al pequeño mi intención de juntar a Crystal con mi mejor amigo y como mis esfuerzos estaban fracasando estrepitosamente. Isai me escuchó con paciencia y con una expresión en el rostro de esas que ponen los niños cuando quieren aparentar ser adultos.

 

— ¿A Crystal le gusta tanto ese chico? —No pude evitar reír divertido por su pregunta y asentí, cosa muy estúpida, pero me di cuenta del error con rapidez y me apresuré a afirmarlo con palabras.

 

—No te imaginas cuanto— A mi también me parecía de locos que a la pelirroja le pudiese interesar tanto un ser humano normal y corriente. Supongo que sufría el síntoma "Quiero lo que no tengo". El niño se mantuvo en silencio unos segundos hasta que al final puso cara de decisión

 

—Vale, te ayudaré a reunirles. Yo buscaré a Crystal, me conozco la casa a la perfección y si lo haces tú acabarías perdiendo.

 

Le miré asombrado ¿Cómo podía sonar tan seguro de si mismo un niño de 9 años? Aunque había que reconocer que llevaba razón, si me paraba a pensarlo ni siquiera estaba muy seguro de por qué camino se volvía a la fiesta. El niño continuó hablando, como si fuese simple y pronto adiviné que se lo tomaba más como un juego de estrategia que otra cosa.

 

—Tú busca a tu amigo y nos encontramos en la entrada para juntarles —Sonreí divertido y le seguí el juego poniendo voz de soldado que sigue las ordenes de una importante misión.

 

— Cómo usted mande general — Ambos nos dimos un apretón de manos símbolo de alianza y cada uno se fue por un lado (Isai me tuvo que dar indicaciones de como volver a la zona de la fiesta)

 

Una vez volví al bullicio de gente no me fue muy difícil dar con la zona de juegos donde ya habían comenzado las batallas al tekken, pero para mi horror no vi a Martín entre el grupo de gente que se apelotonaba frente a la gran pantalla de plasma. Sintiendo mis sensores de alarma chillar me acerqué a Sara que observaba emocionaba como dos chicas se enfrentaban a la última ronda.

 

—¡Sara! ¿Dónde está mi amigo? —La chica no apartó los ojos de la pantalla, pero me respondió.

 

—¿Martín? Venció a todos en 10 minutos y luego unas chicas se lo llevaron —Dijo con tono monótono dejando notar lo muy poco que le importaba el tema.

 

—¿Unas chicas? ¿¡Quiénes!? —Dejé escapar un gemido de frustración y una pequeña sospecha me vino a la mente —. ¿No sería una chica rubia con pintas de modelo de lamborginis, verdad? 

 

—Premio para el novato —Antes de que Sara pudiese decir nada más yo ya me había largado en busca de mi amigo. ¡Esa rubia tirafichas! Conseguir apartar a Martín de una playstation... había que reconocerlo, la chica sabía lo que se hacía.

 

Recorrí una vez más la zona de la fiesta, aunque esta vez buscando a Martín y a la rubia golfa. "Piensa , piensa, adonde llevaría una tía a un tío al que se quiere y que muestra un interés por las mujeres equivalente al interés que tendría por una colección de chinchetas" La verdad es que estaba claro, a la zona del bar. Cuanto más borracho estuviese Martín, más fácil serían las cosa para ella. 

 

Bastante convencido de mi deducción me dirigí a la zona donde hace apenas unas horas había presentado al rubio a Haddock y a Mía y con una sonrisa de triunfo pude distinguir la cabellera de mi amigo entre la multitud, rodeado de un grupito de mocosas lideradas por la reina madre, Amanda. 

 

Martín no parecía darse cuenta del revuelo que había causado el chico no despegaba la mirada de su pantalla de móvil y no se daba cuenta de nada de lo que sucedía a su alrededor, por ello pude ver como aceptaba distraídamente la bebida que le ofrecía Amanda. "Eso sí que no. Dan al rescate" Con rapidez me acerqué al grupito de nuevas fans y me abrí paso a codazos hasta llegar a la altura de mi amigo que desvió la mirada de su pantalla al notar mi presencia. Intentando adoptar un tono jovial agarré al chico de la muñeca, por su expresión de dolor y desconcierto supongo que me pasé un poquito de la cuenta con la fuerza que empleé.

 

—¡Martín! ¿Dónde te habías metido? ¡Le prometimos a Clotilda que ayudaríamos a sacar los platos de la cocina! —Antes de que el chico metiese la pata preguntando quién demonios era Clotilda (Precioso nombre, si me preguntáis) le clavé las uñas en la piel para que se estuviese calladito y tiré de él sacándole de la muchedumbre. Pude la mejor cara de " vendedor de teletienda" que pude hacer—. Lo siento chicas, os lo quitaré unos minutos. 

 

Amanda sonrió también con falsedad.

 

—No tardéis. Te echaremos de menos Martín — "¡Ja! Echarte de menos tu padre

 

Una vez alejados de las miradas indiscretas la sonrisa de mi cara se borró y fulminé a mi amigo con la mirada.

 

—¿Te dejo cinco minutos a solas y ya tienes un club de fans? — Iba a tener que hablar muy seriamente con la madre de Martín acerca del look que le daba a su hijo. No hacía más que atraer a golfas. Mi amigo soltó una mueca confundido.

 

—¿Fans? No se de que me hablas ¿Te encuentras bien, Dan? —La expresión de Martín se tornó seria—. ¿No te habrás creído de verdad lo que le dije a tu novio antes, no? Me halagas Dan, pero a mi no me van los tíos — Se tuvo que callar para esquivar la colleja que le intenté dar.

 

—¡No es eso idiota! — Estaba claro que si le dejaba otra vez solo a su aire iba a ser un caos. "Muy bien. A grandes males, grandes remedios" Tirando aún de él nos adentramos en la cocina, un sitio mucho más vació que el resto de las salas. Fui hasta una pequeña puerta que se encontraba justo al lado de las escaleras por las que Crystal y yo accedimos a la cocina la última vez que visité su casa y la abrí con brusquedad, dejando ver una pequeña alacena ocupada por una pareja dándose el lote. Fruncí el ceño ante la vista, esto complicaba un pelín los planes.

 

—¿¡Pero qué?! —Una chica morena soltó un pequeño grito y alzó la cabeza en nuestra dirección, aún abrazada al su novio, que nos fulminaba con la mirada. Martín parecía confundido, incómodo y avergonzado, pero yo me limité a poner una expresión de inocencia. 

 

—¡Oh, lo siento! No sabía que había alguien ahí. Solo quería enseñarle a mi amigo las cucarachas — El efecto fue inmediato.

 

—¿¡¡Cucarachas!!? —La chica pegó un bote apartándose por completo de su pareja y salió corriendo de la sala. Tuve que hacer un enorme esfuerzo por no sonreír triunfalmente cuando pasó a mi lado seguida por el chico que intentaba calmarla y proponer otro sitio para continuar con sus...cosas. "El truco de las cucarachas nunca falla"

 

Martín a mi lado parecía alucinado.

 

—¡¿Estás loco Dan?! ¿A qué ha venido eso? —No me digné a contestar. Con insistencia empujé a Martín dentro de la alacena sin hacer caso a sus quejas. Alcé un dedo a modo de amenaza. 

 

—Quédate aquí, no te muevas, no salgas y no hagas absolutamente nada —Dicho esto cerré la puerta y por si acaso eché el pestillo que había por fuera sin hacer caso de los gritos amortiguados del interior de la alacena.

 

Sí, se lo que estáis pensando. Que soy un paranoico, un exagerado y que probablemente encerrar a alguien en una alacena sea ilegal, pero ya me he cansado de tener que ir detrás de todos solucionando problemas ¡Leñes!

 

Una vez asegurada la posición de Martín me dispuse a volver al punto de encuentro con Isai. A lo mejor tenía suerte y podía encerrar a Crystal también y entonces, vaya si estarían obligados a hablar ¡Ja! (Lo se, me estoy dando miedo a mi mismo)

 

Me sacudí el polvo de la camisa (No es que tuviese polvo, es que es algo que siempre hacen en las películas después de haber cometido un crimen y queda guay) y me dirigí a la entrada donde me dispuse a esperar a Isai. Dije me dispuse porque nada más poner un pie en el rellano una voz me paralizó.

 

—¡¡Eh, gilipollas!! —Intuyendo de quién sería aquella voz me giré para encontrarme cara a cara con el lo jugador de rugby que hace unos instantes me había intentado partir la cabeza de un puñetazo por haberle tirado la copa encima. "¡Mierda!" Alcé los brazos para ponerlos entre él y mi cabeza. 

 

—¿Me hablas a mi? 

 

—¿A quién si no enano de mierda? ¡Me voy a cobrar una camiseta nueva a puñetazos en tu cara! —"Oh shit, no parece querer hacer amigos". Tragué saliva

 

—Creo que te estás equivocando de persona. ¿Te conozco de algo? Puede que te hayas encontrado con mi hermano gemelo, es un caso perdido ya sabes —Solté una risa nerviosa que sonó más como una cabra ahogándose. El tipo hizo crujir sus nudillos.

 

—¿Me tomas por tonto? 

 

—¡Por supuesto que no! Yo nunca osaría hacer tal cosa, su eminencia — Cuando vi como el chico alzaba el puño para dar el primer golpe comprendí que ni siquiera un intento de huída me salvaría de la paliza esta vez. Por puro reflejo cerré los ojos y me encogí esperando el golpe, "Fue una bonita vida mientras duró" , pero el golpe nunca llegó. Me mantuve unos segundos en la misma posición, con los ojos cerrados y las manos ligeramente arriba intentando cubrir la zona de la cara, pero al notar que nada hostil parecía volar hacia mi cara abrí uno de los ojos con cautela. Justo en frente mío Haddock agarraba al jugador de rugby del hombro. 

 

—¿Pasa algo aquí? — No pude evitar soltar un quejido de alivio "¿Cuantas veces van ya que Haddock me salva la vida?" Creo que he perdido la cuenta.

 

Mi amigo y el borracho violento debían conocerse, porque cuando el segundo habló no lo hizo con hostilidad, sino más bien cautela.

 

—No te metas en esto. Es un asunto pendiente que tengo con el tirillas— Mi amigo negó con la cabeza.

 

—No pienso dejar que te metas con un enclenque George— "Vaya Haddock, gracias por esa fantástica defensa y por dejar mi dignidad intacta, yo también te aprecio" Antes de poder escuchar como continuaba la conversación entre ambos chicos una voz me llamó a mis espaldas. Isai me esperaba con el rostro asomado por el pasillo de al fondo. Debía de haber escuchado las voces e intuía que lo mejor era no dejarse ver. Decidí que Haddock podía con aquel borracho solo y apuntando en mi lista mental lo mucho que le debía a mi amigo me escabullí por el pasillo junto al pequeño. 

 

—¿Has encontrado a Crystal? —El niño asintió con evidente orgullo.

 

—Está en su habitación, en el piso de arriba, pero se niega a salir. Vamos a tener que llevar a tu amigo hasta ahí. 

 

—De acuerdo, le he dejado en la cocina —Seguido del pequeño deshice el camino hecho hasta la cocina. Nada más entrar sentí como el mundo se volvía a desmoronar —. No jodas— La puerta de la alacena que al irme había dejado cerrada con el cerrojo ahora se encontraba abierta de par en par y no había ni rastro del rubio. Me llevé las manos a la cabeza exasperado "Esto tiene que ser una broma, una broma de Dios, una cámara oculta, un complot ¡YO QUE SE!" —, ¡Pero si había cerrado con el cerrojo! 

 

Alguien había tenido que sacar al rubio de su escondite y la imagen de la rubia tirafichas se me vino a la mente.

 

—¡Será hija de...!—"Cálmate Dan, que hay un niño de 9 años"—, pu...¿puerta? —Miré de reojo a Isai, pero el niño no parecía alterado por mi vocabulario. La chica debía de haberme seguido cuando me llevé a Martín y le había sacado de la alacena. Esto ya rayaba lo inmensamente ridículo, a mi lado Isai se echó a reír. 

 

—Cálmate, seguro que le encontramos con rapidez. No pude evitar fulminar al niño con la mirada. Se nota que no había sido él el que llevaba de arriba para abajo en aquella maldita fiesta desde que puso un pie dentro de la casa —. Solo hay tres salidas de la cocina —"¿Solo?" —. La del exterior está cerrada con llave y no nos lo hemos encontrado cuando veníamos hacia aquí. Así que tiene que haber subido al piso de arriba. A las habitaciones. 

 

"Ahhh, las habitaciones. Ya se lo que pretendes perra" Isai y yo subimos con cautela las escaleras, pero al llegar a la planta de arriba no vimos a nadie. 

 

—Pueden estar por cualquier lado —Fruncí el ceño. Si llego a saber que iba a ser tan complicado buscarle pareja a Crystal la dejo soltera para el resto de su vida. 

 

—¡Isai! ¿Qué estás haciendo aquí? —Saliendo por una de muchas puertas del pasillo Henry nos miraba con desaprobación, yo me encogí inconscientemente por el grito, pero Isai no pareció nada intimidado, es más, al escuchar la voz del mayordomo se le iluminó la cara.

 

—¡Abuelo! Tienes que ayudarnos a localizar al amigo de Dan. Se ha perdido en la planta de arriba —El hombre mantuvo su expresión seria unos minutos, pero le debía resultar difícil no consentir a su nieto, porque al final aceptó ayudarnos entre refunfuños. Con movimientos elegantes sacó una especie de pinganillo que tenía guardado en la chaqueta y se lo llevó al oído. 

 

— Pedro, infórmame de la gente que está en el piso de arriba — le habló a un pequeño micrófono que tenía enganchado al cuello de la camisa y luego se dirigió a nosotros—. Si vuestro amigo está aquí las cámaras le verán —Un momento...¿Cámaras? ¿Había cámaras de vigilancia por toda la casa? No pude evitar abrir la boca en una expresión de asombro. Esto empezaba a tornarse en una película de la mafia con infiltrados y todo. Henry no se dio cuenta de mi asombro, parecía muy atento a lo que el tal Pedro le informaba por el auricular. Con voz monótona recitó —. Hay una chica en la terraza principal intentando construir un castillo con cajas de cartón, un par de chicos están saliendo ahora mismo del comedor discutiendo—Frunció el ceño—, otro está hurgando en la despensa de licores del señor, le voy a tener que hacer una visita..., dos parejas están...—miró fugazmente al pequeño y pareció rectificar — jugando al parchis en dos habitaciones, hay otras dos chicas en...

 

—Así no vamos a llegar a ninguna parte —se quejó Isai interrumpiendo a su abuelo. Yo por mi parte permanecí callado, ligeramente aterrado al saber que todos los movimientos en esta casa estaban siendo observados a todas horas—. Dan, dile al abuelo como es tu amigo y así tardaremos menos.

 

Le di una breve descripción de mi amigo y esperé a que el señor de las cámaras le encontrase, rezando en mi fuero interno que no resultase ser una de las parejas que "jugaban al parchis" Al final Henry soltó una exclamación de triunfo.

 

—Ahora mismo está andando solo por el pasillo que hay enfrente de la sala de música... da la impresión de que se ha perdido —Sonreí aliviado, era mejores noticias de las que me esperaba. Isai parecía entusiasmado.

 

—¡La sala de música está muy cerca de la habitación de Crystal! Si conseguimos que salga se podrán ver —El pequeño tanteó en el aire hasta encontrar mi mano y luego tiró de mi con insistencia —. ¡Vamos, si cruzamos la biblioteca llegaremos antes! 

 

Nos despedimos de Henry no sin antes darle las gracias por su pequeño trabajo de espionaje e iniciamos el camino hacia la habitación de Crystal. Isai se movía por las habitaciones de la casa con una soltura que solo se podía adquirir después de haber vivido toda su vida en aquella mansión. Tomaba las curvas sin dudas, sabía inconscientemente donde se encontraba cada mueble de la casa y las esquivaba inconscientemente y además parecía como si su mente hubiese trazado un mapa completo de la casa aprendiendo las maneras de acortas los caminos para llegar a los sitios. Por ello no me resultó raro que llegásemos sin problemas hasta el pasillo que ya había recorrido la última vez que fui a visitar a la pelirroja, el que daba a la puerta de su habitación. Una vez ahí ambos nos detuvimos. Isai parecía indeciso.

 

—¿Serás capaz de sacarla de su habitación? Por mucho que lo he intentado yo no lo he conseguido —Sonreí y le despeiné el pelo con cariño.

 

—No te preocupes, se sus puntos débiles sargento — El niño se echó a reír y me deseó suerte —Cuando haya completado la misión volveré aquí para informarte. 

 

Dicho esto dejé al pequeño en una de las habitaciones que habíamos cruzado a modo de atajo y me dirigí a la puerta de Crystal. Llamé un par de veces con decisión, aunque nadie respondió. Al intentar abrirla me di cuenta de que estaba cerrada con pestillo por dentro, pero sin perder los nervios volví a insistir.

 

— ¡Crystal! Se que estás ahí —Está vez un grito amortiguado salió del interior de la habitación.

 

—!¿Qué quieres?¡ —Llegó el momento de poner en acción el plan. Intenté darle a mi voz el tono más nervioso que pude fingir. 

 

—¡Crystal! Creo que deberías salir. La fiesta se está desmadrando un poco... Verás, descubrieron la sala de instrumentos. He oído que quieren intentar imitar a Herman Lee y probar a hacer un solo en tu piscina y no estoy muy seguro de que tu guitarra vaya a sobrevivir.... y puede que ya se hayan cargado un amplificador... o dos.

 

—¿¡QUÉ!? —Sonreí triunfante, aunque seguí con la actuación.

 

— Bueno... puede que uno lo rompiese yo sin querer ¿Si sale humo es que algo va mal no?

 

—¡DAN! —"¡Bingo!" Escuché pasos dentro y como alguien empezaba a descorrer el pestillo por dentro. Justo cuando la puerta se empezaba a abrir yo ya había salido corriendo por el pasillo —¡NO HUYAS COBARDE! 

 

No me hizo falta darme la vuelta para saber que la chica había salido corriendo tras de mi. Podía escuchar sus amenazas de muerte a la perfección. Hice el esfuerzo de no perderme y seguir las indicaciones que me había hecho memorizar Isai para llegar hasta donde se encontraba Martín "Girar la primera a la derecha ... la segunda también, cruzar el rellano, esquivar a Nay y luego todo rec... ¡NAY!" Frené en secó para no darme de bruces con el chico de cabellos azules que se encontraba en mitad del pasillo. Por la inercia me deslicé unos centímetros por el pulido suelo y tuve que hacer unos malabares raros para no perder el equilibrio. 

 

—¡Novato! ¿Qué cojon...? —"No tengo tiempo para esto" Si Crystal me pillaba ahora todo se iría al garete. Con decisión agarré a Nay de la muñeca y tiré de él hacia la primera puerta que vi, empujando al chico dentro para luego meterme yo y seguidamente entrecerrar la puerta. Justo en aquel momento pude escuchar como Crystal hacía presencia en el pasillo. 

 

—¡¿DÓNDE TE ESCONDES ESTÚPIDA RATA?! — A mi lado escuché como Nay tomaba aire, seguramente para protestar o preguntar a qué demonios había venido ese ataque tan repentino, pero antes de que dijese cualquier cosa que nos pudiese delatar le tapé la boca con una mano mientras que me llevaba un dedo de la otra a los labios a modo de silencio. Por la rendija de la puerta podía distinguir el fondo del pasillo, donde se suponía que Martín debería estar, y cómo había predicho la cabeza del rubio no tardó en asomar por la esquina, alarmado por aquel griterío. 

 

—¿A alguien le está dando un ataque? —No podía ver a Crystal con mi reducido campo de visión, pero por su tono de voz al contestar supuse que estaba o bien pálida como un vampiro o roja como un tomate.

 

—¿T...tú?¿Qué haces tú aquí? —Lo que si pude ver fue como Martín se sonrojo avergonzado.

 

—Ehm... me he perdido —El chico se llevó una mano a los cabellos y esbozó una mueca que se podía interpretar como una sonrisa —. ¿A quién estabas amenazando de muerte? — Con esa pregunta Crystal pareció recordar la verdadera razón por la que había salido de su escondite porqué la vi pasar con rapidez hasta la puerta que se encontraba justo al lado de Martín y abrirla con brusquedad. La chica soltó un suspiro de alivio al ver que todo en la sala de música estaba intacto. A mi lado Nay volvió a intentar hablar, pero de nuevo hice más ímpetu en el gesto " Estáte calladito o te rajo" 

 

—¿Te pasa algo? —Por una vez en su vida Martín parecía preocupado por el comportamiento tan extraño de la chica. El tono de Crystal sonó mal humorado

 

—Nada de nada —Mentía, era obvio que mentía. A las chicas siempre les pasa algo. Se hizo un silencio incómodo entre los dos en el cual sentí unas ganas tremendas de salir a darle una bofetada a los dos por haberme hecho pasarlo tan mal en aquella fiesta solo para que ellos tuviesen ahora esa conversación tan estúpida. Al final Crystal pareció suspirar y me pareció ver como la chica agarraba la muñeca de Martín con decisión para tirar de él hacia la sala de música —Ven. La última vez te dije que te iba a enseñar. 

 

Esta vez la chica sonó mucho más autoritaria que antes... mucho más Crystal. Martín pareció captar el mensaje (Del cual obviamente yo no me enteré), porque pude verle sonreír ampliamente. 

 

—De acuerdo.

 

Y así fue como ambos se metieron en la sala de música. Esperé conteniendo la respiración hasta que escuché como la puerta se cerraba a sus espaldas y luego no pude evitar alzar el puño a modo de victoria. "¡¡Dan 1, rubia golpa tirafichas 0!!" Y me había puesto a bailar la polca o algo parecido de no ser porque nada más darme la vuelta me topé con los ojos grises de Nay puestos en mi. "Dan 0, Humillación-frente-a-Nay 121

 

—¿Me vas a contar ahora por qué actúas como si vivieses en Matrix? — Abrí la boca dispuesto a buscar una explicación razonable para mi comportamiento, pero la cerré inmediatamente a medida que un pensamiento malévolo me cruzaba la mente.

 

—¿Yo? No se de que me hablas —"¡Prueba un poco de tu propia medicina!" La sonrisa que me dedicó el peliazul fue despiadada.

 

—Oh, ¿entonces tengo que suponer que me has metido a la fuerza en un baño contigo porque querías liarte conmigo? —Con cada palabra que decía se iba acercando un poco más a mi, atrapándome entre la puerta y su cuerpo. Tragué saliva —. ¿Qué hacías en el piso de arriba en primer lugar? — Su mirada se endureció unos segundos —. ¿Buscabas a tu amigo? 

 

De nuevo me dispuse a confesar la verdad, pero esta vez frené por razones distintas. La imagen de Nay sentado junto a la chica de pelo rosa me volvió a la mente y de repente sentí unas enormes ganas de salir del baño donde nos había encerrado y estamparle la puerta en las narices. 

 

— ¿Y tú que hacías arriba? ¿Has dejado sola a tu amiga? —Nay mordisqueó el piercing negro de su labio inferior y esbozó una sonrisa.

 

—¿A Lily? Creo que estará bien sin mi — Escuchar el nombre de la chica fue como sentir una patada en el estómago ¿Por qué demonios se sabía su nombre?. Nay parecía hacerlo inconscientemente, pero siempre acababa por recordarme lo poco importante que era yo. Ahora si que tenía ganas de salir de aquella habitación cuanto antes, pero cuando intenté abrir la puerta fue Nay el que me lo impidió apoyando su peso en ella —¡Ah no, novato! No pienso dejar que te largues. Suficiente he tenido ya con tener que buscarte una vez por toda la fiesta. 

 

El chico se acercó a mi y posó sus labios en la zona entre el cuello y las orejas dejándome sin respiración.

Notas finales:

AHORA ANTES DE IRTE LEE ESTO CACHO VAG0/A

AHHH SII ¡Casi se me olvida! (¿Veis? ya sabía yo que algo se me iba a olvidar) Estaba pensando que como es año nuevo y blah blah boa ( En realidad es porque me apetece y punto) estaba pensando que a lo mejor os apetecía probar una cosa que ya he visto en más historias que a mi me parece guay, que es hacer una especie de entrevista a los personajes. Vosotros ponéis las preguntas que queráis hacerle a cualquiera de los personajes de esta historia y yo subiría luego un cap especial haciendo que ellos las respondan. 

No se si os gustará la idea, pero bueno, yo lo dejo caer por si queréis jajaja Si os parece bien podéis dejarme vuestras preguntas aquí o en Facebook o por donde queráis y si veo que hay  suficientes como para hacer un especial pues lo hago. No hace falta que os cortéis con las preguntas podéis preguntar lo que queráis y yo haré que las respondan (Siempre que no implique hacer un spoiler sobre la trama o que sea un pregunta que el personaje por su personalidad nunca respondería, pero seh... lo que queráis) 

Así que ya sabeís. Está en vuestras manos pequeños MUAHAHAHAHAH 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).