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La vida es aburrida por CrystalPM

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Notas del capitulo:

Primeo de todo gracias por los comentarios que siempre dejais, se que suelo tardar en contestarlos, pero siempre siempre los leo y siempre acabo por contestar XD

Parpadeé intentando desperezarme rápido y me restregué los ojos con el dorso de la mano para asegurarme de que no estaba teniendo una alucinación debido al sueño, pero Nay seguía ahí. Tan real como lo eran las demás cosas que llenaban mi habitación y a la vez tan surrealista como solo Nay podía llegar a ser.


—¿Siempre te levantas insultando a tus amigos? — Por mis labios solo asomó un esbozo de sonrisa que no llegó a mis ojos.


—Solo los sábados y miércoles.


Cuando mi mirada se cruzó con la suya el chico la evitó y escondió las manos en los bolsillos de su gran sudadera de Muse. Un silencio incómodo inundó la habitación, Nay porque parecía estar teniendo dificultades para encontrar las palabras adecuadas y yo porque realmente no tenía nada que decir.


Sentado en mi cama podía observar de soslayo el rostro del peliazul y podía ver como se mordía el piercing del labio pensativo y como parecía tener la mano cerrada en tenso puño. De repente, con un movimiento brusco alzo su cabeza para mirarme con una expresión decidida. No pude evitar tomar aire junto a él.


—Novato...Yo...— Con la misma brusquedad que había empezado a hablar cesó de hacerlo y frunció el ceño. Yo le miré confuso ¿Qué había hecho para molestarle ahora? Cuándo lo vi avanzar hacia mí noté los nervios revolotear en mis tripas e inconscientemente intenté echarme hacia atrás cuando noté como la cama cedía por su peso cuando se sentó al borde de está —Agh... Mira. Aquel día yo...


Mantuvo la mirada fija en el suelo y cuando agachó ligeramente la cabeza la luz que incidía por la ventana hizo brillar su cabello. Fue entonces cuando me di cuenta de que el color de su pelo estaba desapareciendo. Ya no era aquel azul potente que me llamó la atención nada más verle sino que se había ido destiñendo y desfalleciendo poco a poco dejando ver un montón de tonos diferentes de azul que se mezclaban entre si. Sin ser consciente de lo que hacía alcé mi mano para enterrar la mano en sus cabello, deseando ver como los diferentes tonos bailaban con el reflejo de la luz, y tuve que contener la respiración al notar la suavidad de su cabello en mis dedos. 


Nay alzó la cabeza alarmado al notar el tacto y me miró, pero no aparté la mano ni él hizo ningún gesto brusco para zafarse de mi, simplemente nos quedamos mirando mutuamente a los ojos.


—Novato. Estoy intentando formar una frase coherente aquí y no estás siendo precisamente de mucha ayuda.


Tardé unos segundos más en ser consciente de lo que acababa de hacer y cuando el sentido de la razón volvió a mi retiré la mano con rapidez, con vergüenza y casi miedo.


—Va — Me crucé de brazos para impedir ningún ataque acosador más y formé una sonrisa beata—.Ya paro. 


Nay cerró los ojos y se llevó una mano a la cara frustrado. No sabéis lo que daría para poder saber sus pensamientos ahora. Al final pareció ponerse de acuerdo en el debate interno que debía estar teniendo y suspiró.


—Lo siento— soltó de sopetón, causándome un pequeño respingo —. Aquel día...


—Me dolió— No le estaba mirando cuando le interrumpí, pero aún así pude sentir como el chico abría los ojos para observarme—. Se que me pasé y que no debería meterme donde no me llaman — me encogí sobre mi mismo, pasando mis brazos a mi alrededor en una especie de abrazo—, pero aún así me dolió.


Aquellas palabras parecieron hacer efecto en el muchacho, porque pude ver como hacía una mueca de culpabilidad.


—Fui muy injusto contigo novato. Se que tienes todo el derecho a estar enfadado conmigo y que una disculpa no lo va a arreglar— Alcé una ceja confuso.


—¿Enfadado? — Negué con la cabeza y por fin descrucé los brazos —. No estoy enfadado— Nay apoyó una mano en el colchón haciendo que este cediese un poco más y me miró con los ojos entrecerrados, intentando detectar algún signo de mentira en mis palabras.


—Eres raro — Ahora fue a mi a quién le tocó entrecerrar los ojos.


—¿Así te disculpas tú? —la sonrisa que había empezado a asomar por los labios de Nay desapareció y yo maldecí internamente—. Olvídalo, ya te he dicho que no estoy enfadado, no tienes porqué disculparte.


—Que no estés enfadado no quita que fuese un completo gilipollas y te hiciese daño, por eso lo siento. Cuando llegué a casa con Annie lo comprendí, tú solo querías ayudar y yo... —las palabras volvieron a trabársele y pude ver como el chico volvía a luchar internamente consigo mismo. Apiadado por su expresión de angustia cogí su mano para llamar su atención y que dejase de torturarse a si mismo.


—Los dos nos hicimos daño mutuamente aquel día —Hablé con tono amable, aunque era un completo manojo de nervios en mi interior—. Así que estamos en paz.


El chico no parecía estar del todo contento con esa manera de acabar el problema, pero en aquel momento su móvil hizo un extraño sonido que supuse que era el tono de mensajes. Nay sacó el aparato y yo no pude evitar sonreír al ver el fondo de pantalla del fallout. Luego el friki era yo. Mi subconsciente me reprocho "Tu tienes un fondo de Ramona Flowers" mientras que yo discutía internamente sobre mi grado de frikísimo Nay leyó el mensaje que le habían mandado y se puso en pie haciéndome volver al mundo real.


—Vístete novato o llegaremos tarde —Observé como el chico andaba hasta la puerta y abría la puerta para luego volverse hacia mi y hacerme un gesto de que me diese prisa.


—¿Tarde a qué? —, pero el chico ya tenía mitad del cuerpo fuera de mi habitación y no me escuchaba. Frustrado me levanté y corrí a prepararme cogiendo lo primero que encontré en el armario. Parecía que todo había vuelto a la normalidad después de aquella extraña charla y la poca iniciativa de Nay para explicarme a dónde me llevaba no era la excepción.


Cuando salí de mi habitación no le vi por ningún lado. Frunciendo el ceño bajé las escaleras mosqueado encontrándome a mi hermana en el rellano. La chica se acercó a mi con prisas y me habló en un cuchicheo dejando mostrar una expresión sorprendida.


—¿Quién es adonis que ha entrado en casa? —Ignoré el apelativo que había usado para referirse al chico. Andrea solía ser muy exagerada con esas cosas.


—Es un amigo —Obviamente no esperabais que fuese a presentarle de otra manera a mi hermana pequeña ¿No?—. ¿Le has visto? ¿Dónde está? — La idea de tener a Nay rondando por mi casa no hacía más que ponerme de los nervios.


La chica soltó una risita de esas que solo las adolescentes en la edad del pavo saben hacer.


—Está en la cocina ayudando a mamá —Noté como la garganta se me secaba inmediatamente. ¿Qué cojones hace Nay en mi cocina? Avancé con rapidez hacia la cocina seguido de mi hermana a la cual no paraban de brillarle los ojos. Al entrar contemplé la extraña escena de mi madre revoloteando por la cocina mientras hablaba por los codos a un Nay frente al fogón. "Cuando piensas que lo has visto todo..." 


—¡Oh! ¿Ya estás listo?—Cuando ambos se percataron de nuestra presencia y se volvieron a nosotros sentí un escalofrío al ver la sonrisa burlona que se había formado en los labios de Nay.


—Mamá,¿ Qué anécdota humillante le estás contando? — Mi madre hizo una especie de puchero nada acorde con su edad y la sonrisa de Nay se ensanchó aún más.


—No seas tonto hijo. Solo le estaba contando cosas de tu infancia —La sonrisa se congeló en mis labios " A eso precisamente me refería". Mi progenitora nos hizo gestos a mi hermana y a mi para que nos acercásemos—. A sentarse y tomar el desayuno —Luego se volvió hacia Nay y habló con voz dulce—. ¿Seguro que no quieres nada? Debes de haber madrugado mucho para llegar hasta aquí.


Nay negó mientras se acercaba para dejar las tostadas en la mesa. Habló con un tono educado que nunca había escuchado en él.


—Gracias, pero ya he desayunado— Luego se volvió hacia mi y su tono se volvió mucho más burlón—. Come rápido que tenemos prisa.


Arrugué la nariz, y cogí una de las tostadas sintiendo repentinamente observado, pero antes de pegarle un mordisco me frené.


—No estarán envenenadas ¿No? —Mi madre me pegó una colleja mientras pasaba a mi lado.


—Déjate de tonterías y come. 


 


 


Cuando salimos de casa tuve que dar gracias al cielo. Durante el desayuno me había forzado a mi mismo a engullir todo lo más rápido posible para así reducir el tiempo de preguntas incómodas de mi hermana y mi madre hacia el peliazul. El chico lo había soportado todo sonriente, consciente de lo nervioso que me ponía. ¿Cómo es posible que cuando me interroga Kyra sea yo el que sufra y ahora que es él el interrogado por mi hermano sigo sufriendo yo? La vida no es justa. Para mi sorpresa Nay no se dirigió hacia ningún metro o autobús, sino que paró enfrente de un coche negro y con un gesto de mano me indicó que entrase. 


—No sabía que tenías coche— murmuré al entrar en el asiento del copiloto. Nay sonrió mientras arrancaba.


—Es de Tarón— Encarné una ceja sorprendido. No esperaba que Tarón supiese conducir... y tampoco que tuviese un coche tan normal—. El aeropuerto pilla bastante mal para ir en transporte público. 


—¿Aeropuerto? —Nay asintió y su rostro volvió a mostrar una expresión seria.


—Annie y Kyra se marchan hoy. Annie me dijo que quería despedirse de ti— Una sonrisa burlona apareció en su rostro—. En realidad las palabras textuales fueron que quería que trajese a "ese amigo tan gracioso que se atragantaba al comer", así que sin duda se refería a ti. 


Si no estuviese tan sorprendido por el hecho de que la hermana pequeña del peliazul quisiese verme le habría fulminado con la mirada por esas palabras.


—¿A mi? ¿Por qué iba a querer despedirse de mi tu hermana pequeña? —El peliazul se encogió de hombros despreocupadamente y sacó el brazo por la ventanilla del conductor, bajada al tope debido al excesivo calor del verano.


—Le caíste bien. Me contó que te quedaste con ella para cenar y cuidarla... Gracias por eso— Me mantuve en silencio, sin ser capaz de saber como debía responder a eso. 


Empezaba a notar un calor en las mejillas al ruborizarme y disimuladamente intenté bajar la ventanilla del copiloto para que el viento ocultase mi acaloramiento... dije intenté porqué lo único que conseguí al girar la manecilla fue escuchar un sonoro CRACK que me hizo apretar los dientes y hacer una mueca. "Perfecto, ya te has cargado algo" Nay me miró divertido por mi expresión y negó con la cabeza.


—Está rota, Tarón aguanta la ventana con un taco de madera.


Sin añadir nada más se inclinó hacia mi lado del coche para poder alcanzar el trozo de madera que hacia tope para que la ventana no bajase. Al notar su repentina cercanía no pude evitar apretarme con fuerza contra el asiento del copiloto notando un tremendo cosquilleo en el estómago. Dios, mi estupidez había aumentado desde la última vez que le vi. Sin embargo Nay no pareció notarlo o al menos no mostró ningún gesto alguno de extrañeza. Ambos volvimos a permanecer en un silencio incómodo mientras yo intentaba encontrar algún tema de conversación que poder sacar. Al final el tema vino solo de por si.


—Nay... te acabas de pasar la salida — El chico alzo una ceja mientras yo observaba como el cartel del aeropuerto pasaba frente a nuestras narices. Tenía que haber recordado lo mal que se orientaba el peliazul.


—¿Y se te ocurre avisar ahora?


—¡Se supone que el que conoce el camino eres tú!— el chico suspiró y tomo el siguiente giro saliendo de la autopista. Yo no pude evitar mirarle de malos modos—. ¿Acaso sabes a donde lleva esta? — Nay se encogió de hombros despreocupadamente.


—Ni idea.


Tras mucho discutir y con un poco de magia (O el Google Maps del móvil, como prefiráis llamarlo) conseguimos llegar a la zona del aeropuerto. Nay no pareció perder la calma en ningún momento y cuando salimos del automóvil me pregunté internamente cuántas veces se habría perdido el chico para mostrarse tan acostumbrado a eso. 


 


—Estoy bastante convencido de que me has mentido — Dije mientras andábamos hacia la terminal, el peliazul me miró extrañado y repentinamente a la defensiva.


—¿Mentirte en qué?


—Me dijiste que no visitabas el mismo el lugar dos veces porque el mundo era muy grande para estar repitiendo, pero ahora estoy convencido de que no lo visitas dos veces porque no eres capaz de encontrar el sitio de nuevo. 


La risa del chico atrajo la mirada de algunas personas y no pude evitar fijarme en como dos chicas cuchicheaban entre ellas sin dejar de mirar al peliazul. Por fin pudimos refugiarnos en el interior del aeropuerto y su bendito aire acondicionado a toda potencia, nada más entrar pude distinguir a Annie y Kyra que esperaban justo frente a la zona de control de seguridad. Al vernos llegar la pequeña salió corriendo a nuestro encuentro.


—¡Nay! —El chico se agachó para recibir a su hermana en un abrazo que casi le hace perder el equilibrio. Como siempre que veía o hablaba de su hermana pequeña el rostro del peliazul había cambiado a uno de pura felicidad, pero lejos de sentirme avergonzado por estar presenciando un momento tan familiar y personal sonreí contagiado por aquella alegría. Nay despeinó el cabello rubio de la niña con la mano y por fin se separó de ella. Esta se volvió hacia mi y cogiendo de improvisto se lanzó a darme un abrazo que en mi caso si me hizo perder el equilibrio, cayéndonos ambos. Annie se echó a reír en el suelo conmigo.


—Eres muy patoso.— "Gracias, no es como si mi existencia me lo esté recordando a cada minuto de mi vida"


—Menuda escena estáis montando— Kyra se había acercado a nosotros y nos miraba con una sonrisa burlona en su rostro. Nay se levantó y miró a su hermana con una expresión más seria.


—¿Y los tíos?... —La sonrisa de la chica se ablandó a una mucho más comprensiva.


—Ya han embarcado. Nos han dejado esperar aquí para despedirnos— Mientras ambos hermanos mayores hablaban entre ellos la pequeña Annie me agarró de las mejillas para atraer mi atención. Riendo por lo bajo habló en un cuchicheo que solo pude escuchar yo.


—Gracias —Miré a la chica sin comprender y ella volvió a reírse—. Convenciste a Nay para que volviese a casa ¿Verdad? Para que no estuviese sola— La niña me dedicó una sonrisa angelical—. Gracias


Después de eso la niña se alejó de mi y volvió con sus dos hermanos, dejándome en un estado de hipnotismo y ensimismamiento en mi propio mundo. A veces Annie parecía muy madura para su edad. Les observé hablar sin prestar atención a lo que decían. Desde fuera aparentaban una familia muy unida... rara como ninguna, pero qué familia no es rara a fin de cuentas.


—¡Novato! —La voz de Nay me hizo salir de mi ensimismamiento. Extrañado observé la mano que me ofrecía y tardé unos segundos en ser capaz de alzar la mía para agarrarla y levantarme— ¿Has oído algo de lo que te he dicho? 


—¿Eh? — Nay agitó la cabeza, dándome por un caso perdido. 


—Se marchan ya— Annie y Kyra tenían ya preparadas las maletas dispuestas a pasar el control y perderse por el edificio. La niña me sonrió y agitó la mano a modo de despido, la mayor me miró sin abandonar esa mirada burlona que siempre la acompañaba e hizo un gesto con la cabeza que quería decir adios. Después ambas se perdieron de la vista entre la cola de personas. Sin esperar más Nay se dio la vuelta y se estiró con pereza —.Bueno, ha sido rápido.


—Las habríamos visto más tiempo si no te hubieses perdido.


—No empieces una batalla que no puedes ganar—No pude evitar soltar un gemido de sopor cuando la ola de calor nos golpeó al salir del edifico. Nos montamos en el coche corriendo y no fue una vez habíamos cogido de nuevo la autopista que Nay volvió a hablar.


—He estado pensando novato...— Rápidamente me puse a la defensiva —¿De verdad no te acuerdas de nada del día de la discoteca? 


De nuevo todas aquellas imágenes borrosas y turbias invadieron mi cabeza, pero no conseguí sacar nada en claro con ellas así que negué.


—Nada de nada— ¿Por qué preguntaría? —. ¿Tú recuerdas algo del festival? 


—Solo de cosas inconexas — El chico entrecerró los ojos pensando y supuse que por su cabeza estarían pasando también imágenes borrosas. Luego su expresión cambió a una de sorpresa y su voz sonó incrédula y ofendida — ¿Me dijiste que era pésimo jugando los videojuegos?


El fuerte viento que pasaba por la ventanilla ocultó a la perfección mi carcajada.


 


 

Notas finales:

Se que querías que hubiese sangre y cabezas rodando en este capítulo, pero es que pensando en la personalidad tan rara de estos dos personajes no se me hacía posible no poner algo... raro XD

WWOOOOOLAAA ¿Qué tal estáis ? Yo estoy como en una nube *.* Todo porque babymetal, el grupo más raro del mundo y mi grupo favorito (y el de Dan :P)  sacó nuevo disco!!!

No os podeís imaginar mi alegría, porque además es geniaaaal *Bailando en el arcoiris del Kawaii Metal* 

Eeeeeen fin, dejémonos de mis frikadas y os voy a dar mis recomendaciones de hoy :P (De nuevo gracias por vuestras recomendaciónes XDDD) 

Hoy esta recomendación es un poco peliaguda :S, ¿Razón?, no está acabada aún T.T, y no es que esté en un hiatos de esos... pero a la vez sí, nu se es algo raro XD, pero es que es TAAAAN GENIAL que incluso sin que esté acabada todavía es una de mis favoritas (Y yo se que la autora la continuará, lo se +.+) A lo mejor si hacemos presión de grupo... (Ok, no, nada de black mailing) 

La historia se llama " Nadie es perfecto" de Diana Muniz En wattpad . Algunos ya me habéis recomendado En la sangre, que es una de sus otras obras y esa está acabada XD, pero Nadie es perfecto se gana un rincón en mi corazoncito por lo original, alucinante y preciosa que es.

Ahora ya me callo y os dejo XDD Feliz día!

 

 


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