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La vida es aburrida por CrystalPM

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Notas del capitulo:

Ha sido más de un mes desde la última vez que actualicé, Lo se.

 

Le dedico el capítulo a SoraSkies por haber estado ahí desde el principio desde Amor Yaoi y acabarlo conmigo aquí ahora :)

 

Ahora mismo estoy llorando un poquito, pero ya os doy la tabarra después de el capítulo. Ahora sí disfrutad(?)

 

 

 No dije nada mientras me sentaba a su lado y ella esperó, también en silencio, mientras yo pedía una cerveza al barman. Sara bebió con lentitud de su botellín mientras observaba con desinterés como el camarero dejaba en la barra el mío. Al fin fue ella quien decidió hablar primero.

 

—Eres un idiota — No sonaba enfadada, pero lo decía totalmente en serio. La rubia se restregó la boca con la manga de la chaqueta que llevaba y continuó—. ¿Sabes cómo están todos por ti? No te ven en meses.

 

—Un mes y tres semanas — Murmuré, pero la mirada que me echó me recomendó cerrar el pico.

 

—Mía se preocupa como una madre desamparada, Haddock está continuamente diciendo que te vas a quedar canijo sin sus entrenamientos y...—La chica enmudeció abruptamente, como si hubiese estado a punto de decir algo que no debería, y volvió a zar un sorbo a su botella. La imité, sintiendo los remordimientos invadirme. No es que hubiese desaparecido por completo, seguía en contacto por mensajes y alguna que otra llamada, pero no había vuelto a ver a nadie después de todo lo que pasó—. Dime una cosa, novato—sentí una extraña opresión en el pecho al oír ese mote. Hacia mucho que nadie me llamaba así—, ¿No se te ocurrió pensar que, como mejor amiga, podrías haberme pedido consejo a mi en vez de comerte el coco tú solo? 

 

Aquello me cogió por sorpresa. Me sentí un completo estúpido en aquel momento. Nunca lo había pensado, ni siquiera se me había pasado por la cabeza.

 

—Lo siento—La chica soltó un gruñido. 

 

—Se que no soy una persona muy agradable para mantener una conversación, pero te habría ayudado. Al menos para hacerte dar cuenta que la única relación que peligraba con Nay era la mía. 

 

—¿Ehm? —Estaba demasiado distraído por escuchar el nombre del peliazul como para intentar descifrar sus quejas. Sara negó con la cabeza y terminó de un trago su cerveza.

 

—Olvídalo, no pienso luchar sus batallas. ¿Qué tal en la universidad?¿Qué estás haciendo? 

 

La miré en silencio unos segundos, hasta que la chica pareció captar mi mutismo. Soltó un bufido extraño 

 

—No pienso contarle nada a él si es lo que temes—Aunque sus palabras me parecieron sinceras tardé un rato en contestar, me lamí el labio inferior pensativo. No quería perder el contacto de nuevo de aquella manera tan estúpida

 

—Astronomía ¿Y tú?

 

No volvimos a tocar el tema de los reproches y los errores. Sara se tiró media hora hablando del overwatch y me hizo prometer que me uniría a su equipo de competitivo y no me dejó marchar hasta que le prometí que llamaría a Mía para quedar con ella algún día.

 

Cuando llegué al piso ya era pasada medianoche. Al cruzar la entrada Crystal esperaba en la entrada, apoyada contra la pared del pasillo. La miré unos instantes, sorprendido de que siguiese en la casa a aquellas horas, pero mucho más sorprendido de que me estuviese esperando. La chica parecía incómoda y sus ojos verdes evitaron el contacto visual en todo momento. Con desgana alzó un pequeño sobre hacia mi.

 

— El viernes Isai celebra su cumple. Me dijo que quería que estuvieses— Observé el sobre que me extendía con la boca abierta, antes de que Crystal pudiese decir algo más (Y temiendo que se arrepintiese en cualquier momento) me apresuré a cogerlo, sin apartar la vista del rostro de mi amiga... o ya no tan amiga.

 

—Gracias —La chica bufó como un gato y sin decir nada más se alejó, hacia habitación de Martín. En un pequeño impulsó alcé un poco la voz—, Crystal. Lo siento— Ella no pareció escucharme y continuó su camino. Contuve un suspiro, no era la primera vez que me disculpaba por todo lo sucedido y que ella me ignoraba. Bajé la vista hacia el pequeño sobre y jugueteé con él, indeciso.

 

—Deberías ir— Sin que yo me diese cuenta Martín se había acercado a la entrada y me observaba con una mirada amable—. Isai se alegrará —Volví a mirar el sobre con desconfianza.

 

—Isai se alegraría, pero... no se, no creo que Crystal me quiera ahí. No me gustaría fastidiar la fiesta.

 

La mirada de mi amigo cambió a una melancólica y cohibida.

 

—No. Dan... Crystal no —El chico dejó escapar una mueca incapaz de encontrar las palabras adecuadas—. Se que puede parecer que ha roto toda relación contigo, pero en el fondo le importas. 

 

Así era Martín, incapaz de hacer daño a alguien como yo aunque me lo mereciese. Sintiendo las manos increíblemente pesadas y torpes conseguí rasgar el borde del sobre, pudiendo así sacar la pequeña tarjeta de color marfil de su interior. Una pequeña sonrisa se me escapó al verla. La invitación estaba escrita en letras negras, con un diseño que imitaba la escritura de una persona. Debajo de las letras habían puesto el mismo mensaje en braille, para que pudiese ser leído por todo el mundo. Paseé los dedos por el relieve, sintiendo las letras que para mi eran incompresibles, pero para alguien como Isai lo podían significar todo. 

 

— A mi también me importa ella.

 

—Dan ¿Te pasa algo? — La voz de Natalia me sacó de mis pensamientos y me hizo volver a la clase de matemáticas que estábamos teniendo en ese momento. La chica me miraba extrañada—. Te ves pálido.

 

Intenté formar una sonrisa que fuese convincente y negué con la cabeza.

 

—Estoy bien— La chica hizo un mohín y sin el mínimo recato hacia el profesor inclinó su cabeza, quedando apoyada en mi hombro—. ¿Alguien te ha dicho alguna vez que eres una sobona?

 

—¿Y a ti que eres un borde? Es viernes, deberías estar un poco más alegre ¿No crees? —Tragué saliva y solté una especie de risa nerviosa, precisamente eso era lo que me sentaba mal, que hoy era viernes. Estuvimos un rato en silencio, haciendo como que prestábamos atención a lo que fuese que el profesor estuviese diciendo, hasta que la chica volvió a hablar—, ¿Me recoges mañana para la fiesta de por la noche?

 

—Te recuerdo que no se conducir— Sin apartar la mirada de la pizarra pude escuchar como mi amiga chasqueaba la lengua.

 

—¿No va a venir ese compañero de piso tan majo que tienes y que tiene coche? El rubio que está bueno— Contuve un suspiro. ya me había acostumbrado a esa clase de comentarios.

 

—Lo siento por ti, pero tiene novia— La chica se incorporó con rapidez y se colgó de mi brazo izquierdo en una especie de abrazo y habló con aire esperanzado.

 

—¿Una novia? ¿Y ella sabe conducir? — Solté una pequeña carcajada que rápidamente intenté ocultar debido a que seguíamos en mitad de clase.

 

—Ve andando por una vez en tu vida, vaga.

 

Natalia me sacó la lengua con aire infantil. En aquel momento la campana que indicaba el fin de la clase sonó y todos los alumnos, deseosos de salir de aquel horno que llamaban clase, suspiraron al unísono.

 

—De todas maneras ¿Cómo es que nunca me la has presentado?

 

Contuve una mueca mientras volvía a notar malestar en todo mi cuerpo.

 

—Nunca se ha dado el momento, supongo— mentí mientras mantenía la mirada fija en la montaña de libros que intentaba meter a presión en mi mochila.

 

El camino desde la universidad a la mansión de Crystal se me hizo extremadamente corto, como si el universo no estuviese dispuesto a darme el tiempo suficiente para reunir el valor que necesitaba para volver a aquel sitio. Cuando llamé a la puerta de la entrada lo hice con miedo, seguía sin estar del todo convencido de que Crystal fuese a alegrarse de tenerme de nuevo aquí, por mucho que Martín insistiese en que debía ir. 

 

Fue mi amigo el que abrió la puerta, recibiéndome con una gran sonrisa. 

 

—Me alegra que te animases a venir. Están todos en el patio— Me sorprendió la confianza que mostraba el chico de si mismo en aquella mansión, como si estuviese acostumbrado a estar en aquel lugar día y noche. 

 

Me sentí como en un flashback al recorrer las estancias, ahora vacías, de la casa de Crystal. Cada esquina me recordaba a aquel día tan extraño de la fiesta. El lugar donde rescaté a Martín de la rubia tirafichas, donde casi me dan una paliza y fui salvado por Haddock, la alacena donde encerré a Martín para que no huyese...

 

—¿Cómo demonios saliste de la alacena, por cierto? — me volví a Martín con el ceño fruncido mientras cruzábamos la cocina—. Juraría que eché el pestillo.

 

Mi amigo se rió y me apremió para que saliese por la puerta que daba al jardín.

 

—Un mago no desvela sus trucos. 

 

Al salir al exterior una pequeña exclamación de sorpresa se escapó de mis labios. Alguien, con unas capacidades trepadoras excelentes ( O una escalera, pero suena mejor lo otro), se había dedicado a decorar todos los arboles con faroles de colores dando al lugar un aspecto mágico. Crystal debía de haber sacado el equipo de música para que la música inundase el lugar. Al acercarme al claro de césped donde todo el mundo se encontraba me di cuenta que los faroles no solo iluminaban, sino que las velas impregnaban la estancia de diferentes olores agradables. Sonreí al comprender que era para que el propio Isai pudiese sentir la atmósfera de fiesta en su propio cumpleaños. Distinguí al pequeño con rapidez, estaba junto a un corro de niños de su misma edad y parecía estar enseñándoles a tocar la guitarra mientras todos admiraban la habilidad del pequeño asombrados. 

 

—Acércate a saludar. Le alegrará saber que has venido... Ah y Dan— Martín se acercó a mi y con un gesto amistoso tiró ligeramente de mi labio inferior, liberándolo de la presión de mis dientes—, deja de morderte el labio, no hay por qué estar nervioso —Le miré sorprendido.

 

—¿Cómo sabes tú...? 

 

Tarde. El chico ya había desaparecido al interior de la casa de nuevo. Inspirando y expirando con fuerza me giré para observar a Isai, tendría que dejar para otro día el misterio de por qué Martín ,mi amigo el despistado, de repente era capaz de detectar mis habituales tic nerviosos.

 

Sintiéndome enormemente nostálgico, y a la vez culpable por haber estado tanto tiempo sin ver al niño, me acerqué y posé una mano con suavidad sobre su hombro, para hacerme notar. El chico inmediatamente dejó de tocar y volvió el rostro hacia mi, extendiendo una mano hacia donde suponía que estaba. Dejé que me palpase el rostro y sonreí inmensamente al ver como su rostro se iluminaba al reconocerme.

 

—¡Dan! — El niño se aferró a mi cuello y yo correspondí al abrazo riendo.

 

—Hola pequeño. Hace mucho que no se de ti.

 

—Crystal me dijo que estabas ocupado con la universidad— Agradecí que el niño no pudiese ver mi expresión de desconcierto y asombro al saber que Crystal había hablado de mi con él. 

 

—Bueno, sí. He estado liado, pero prometo venir a verte más a menudo a partir de ahora — El niño sonrió de oreja a oreja y rápidamente comenzó a parlotear emocionado, presentándome a todos sus amigos de la escuela. La mayoría se acercaba a mi y al igual que el niño se acercaba a mi para palpar mi rostro e inmediatamente sonreían cuando sentían que empezaba a hacer muecas extrañas que ellos podían imaginar por medio del tacto.

 

Después de un rato hablando con ellos y siendo su bufón personal decidí alejarme y dejarles jugando y charlando juntos. Después de todo era el cumple de Isai y le tocaba disfrutarlo con sus amigos.

 

Así que me alejé e hice lo que todo el mundo haría mi situación si estuviese en una fiesta donde solo conoces a tres personas y una de ellas prácticamente te odia, irme a refugiarme en la zona de la comida. Agarrando la primera bebida que pude encontrar y pillando un puñado de palomitas me dediqué a picar mientras observaba desde la distancia como discurría la fiesta.

 

Me divertía viendo a los niños jugar y a los adultos charlas animados, de vez en cuando tarareaba al ritmo de la música (Bastante conocida para mi después de haberme tirado un verano encerrado en una caravana con la pinchadiscos oficial de la fiesta). De vez en cuando recorría con la mirada la estancia, temeroso ( o tal vez esperanzado) de encontrarme con alguien conocido entre aquella gente, pero a Martín no le había vuelto a ver desde que me abrió la puerta y Crystal también se encontraba desaparecida...aunque tal vez eso fuese una buena señal para mi. 

 

—Vaya. Tú si que eres una cara nueva por aquí — Una voz desconocida me hizo volverme para encontrarme cara a cara con un hombre trajeado y de aspecto serio que me miraba con una mezcla de curiosidad y reproche —¿Eres un amigo de mi hija? 

 

¿Hija? Tragué de golpe el puñado de palomitas que me había metido en la boca al ver en aquel señor los rasgos del padre Crystal. Parecía que él no me había reconocido como el chico que se interpuso entre la pelirroja y él el día de la tienda

 

— Eh...No exactamente. Soy Dan, encanta...— Iba a extender la mano a forma de saludo, pero luego pensé que no sería buena idea darle la mano a un señor trajeado cuando acababas de agarrar un montón de palomitas grasosas, así que acabé haciendo un gesto raro con la mano—...do. 

 

El señor encarnó una ceja, juicioso, pero luego volvió el rostro hacia la fiesta.

 

—Dan... tu nombre me suena de algo. Puede que mi hija te mencionase alguna vez... o tal vez lo hiciese ese novio tan extraño que tiene.

 

No añadí nada, demasiado intimado por estar de nuevo frente a aquel señor que me hacía sentir como si fuese una pequeña hormiguita a su lado. El hombre continuó hablando.

 

—Es extraño ¿No crees? Hacer una fiesta para no videntes. Estas ideas tan raras solo se le ocurren a mi hija. A veces me cuesta acostumbrarme.

 

—Yo no creo que haya nada malo en que sea extraño — Antes de darme cuenta ya había hablado. Tal vez fue porque tenía en mente la noche en la que presencie a la tía de Nay criticando a su sobrino delante de él, y recordé lo mucho que había deseado en aquel momento que alguien le defendiese —. Isai está disfrutando de este día enormemente. ¿Eso es lo que cuenta no? Es bonito, especial, único, son palabras que suelen acompañar a Crystal ¿No cree? 

 

El señor no dijo nada, se limitó a observarme con una expresión indescifrable. Yo continué hablando, casi para mi mismo recordando algo que me había dicho Nay tiempo atrás

 

— Ser diferente no significa ser raro —Sentí un extraño escalofrío al recordar sus palabras, como si me las estuviese susurrando el mismo al oído. Cerré un momento los ojos, reprochándome a mi mismo haber recordado algo como eso así de pronto. 

 

El hombre suspiró cansadamente y volvió a fijar la vista en el corro de niños que seguían divirtiéndose

 

—Bonito, especial y único, ¿Eh? —El señor asintió con la cabeza, como si estuviese discutiendo consigo mismo—. Ya van dos chicos que me dicen algo parecido de mi hija en menos de un mes y creo que cada vez voy entendiendo más lo que pretenden decirme con ello... — De repente se volvió hacia mi con un brillo extraño en la mirada—, ¿Acaso sientes algún tipo de sentimiento romántico hacia mi hija, joven? Porque me temo que suficiente he hecho por aceptar a ese chico rubio tan curioso en la familia.

 

Pegué un bote que agitó mi vaso de Coca Cola peligrosamente.

 

—¿Eh? ¡No! ...Yo solo

 

—¡Papá, déjate de tonterías! ¡Dan es mi mejor amigo! — Ambos nos volvimos para observar a Crystal al otro lado de la mesa de la comida, observándonos con los brazos en jarra. Mientras que yo me encontraba en estado shock, analizando el adjetivo que acababa de ponerme Crystal, su padre sonrió burlonamente. 

 

—Lo siento hija, solo me aseguraba de que no tuvieses más pretendientes de lo que mis nervios pueden aguantar— ¿Soy yo o este hombre tiene mucho más sentido del humor que la última vez?

 

—Anda, ve a ayudar en la cocina. Dan, tu ven a ayudarme a mi con la música— al cruzar miradas la chica me guiñó un ojo y eso fue suficiente para darme la energía suficiente para mover mi propio cuerpo.

 

—Un placer conocerler señor...eh.

 

—Paul — Dicho esto el padre de Crystal se alejó hacia el interior de la casa y yo me quedé a solas con la pelirroja, que me agarró del brazo para tirar de mi hacia el aparato de música. Al ver que la chica no volvía a decir nada mi nerviosismo aumentó. Puede que solo hubiese dicho lo de mejor amigo para echarse de encima a su padre... aún así necesitaba saberlo. Cada vez comprendía más que no podía dejar de vivir sin mi mejor amiga, así que me armé de valor para hablar.

 

—Crystal. Siento mucho todo lo que he hecho— Como ya he dicho, no era la primera vez que lo decía y no sería la última vez que lo dijese si ella no decidía perdonarme. Esta vez ella no pareció ignorarme como habitualmente, frenó y se volvió hacia mi, agarrando mi rostro por los mofletes.

 

—Mira que llegas a ser tonto Dan, pero adorable — Alcé una ceja a duras penas ya que seguía teniendo el rostro comprimido por sus manos.

 

—¿Eso es que me perdonas? — la chica se rió y se me lanzó en un abrazo efusivo.

 

—Gracias por hablar así de mi frente a mi padre —"oh, así que lo ha oído todo" Al saberme descubierto sentí mis mejillas enrojecer. 

 

—Bueno, alguien tenía que decirlo...supongo. Al menos no me ha comido o algo parecido— Crystal volvió a echarse a reír y aunque una parte de mi seguía sin procesar lo que acababa de ocurrir una extraña sensación de alivio y alegría me invadió por completo, haciéndome sentir más feliz de lo que me había sentido en mucho tiempo—. Te he echado de menos pelirroja.

 

Crystal cesó de reír y me miró a los ojos.

 

—Y yo a ti. Frikazo.

 

—¿Podemos volver a la fase donde me odiabas e ignorabas completamente? —Crystal bufó con fuerza y se cruzó de brazos, sin moverse de delante de la televisión desde donde me impedía ver la partida.

 

—Has recuperado mi amistad Dan, asume las consecuencias que eso acarrea — Emití una especie de gruñido mientras me hundía aún más en el sillón—. Ahora mueve tu culo y ve a tu habitación para prepararte para la fiesta.

 

—Es una fiesta de la universidad pelo zanahoria, todo el mundo está acostumbrado ya a mis maneras de vestir

 

—¿Crees que eso me importa?—La chica alzó una mano apuntando hacia mi con gesto acusador—. ¡No voy a permitir que ningún amigo mío vaya vestido como un saco de patatas!. Además, quién sabe, puede que encuentres a ahí a alguien interesante. Necesitas recomponerte y superar lo de Nay. 

 

Me removí incómodo.

 

—Ya he superado lo de Nay —Su nombre sonó raro en mis labios, pero fingí que no aquello no me afectaba.

 

—Y yo tengo que hacer como que me lo creo ¿No? 

 

—No miento —Me pasé las manos por el cabello e intenté hacer trabajar a mi mente para que pensase en algún modo de cambiar de tema.

 

—Miente —En algún momento de la discusión Martín había aparecido y nos observaba a los dos desde la puerta—. Ya ni escucha "Tales of the Destinies" y era una de sus canciones favoritas.

 

Me volví hacia el chico, ofendido. Detrás mío pude escuchar como Crystal hacía un sonido de disconformidad.

 

—¿Tú sabes la cantidad de veces que dicen su nombre en esa canción? 

 

—No es culpa de Babymetal que "Nai" signifique "No" en japones. El problema lo has creado tú en tu mente— Me levanté del sofá, dispuesto a salir por patas de aquella encerrona, pero Crystal me agarró del brazo y empezó de tirar de mi hacia mi habitación.

 

—¿Por qué no me acompañáis y así Crystal se preocupada de prepararse a ella misma y no de prepararme a mi? — Martín fue el que se adelantó a contestar, movimiento airosamente las manos de forma de negativa

 

—Ya he tenido suficientes fiestas para toda mi vida— A pesar de su tono jocoso pude detectar una sonrisa nerviosa en mi mejor amigo. Me estaba ocultando algo el muy...

 

—Ya, claro ¡Tú lo que quieres es tener la casa para vosotros solos! —Hablé con fingido tono ofendido.

 

—Dejemonos de excusas y estupideces. ¡Te vas a preparar y hoy ligas!

 

Una hora después estaba de camino a la fiesta preguntándome cómo demonios hacia Crystal para salirse siempre con la suya." Te quejas mucho, pero estás alegre de tenerla de vuelta" 

 

No podía negarlo, que Crystal me volviese a dirigir la palabra era la cosa más feliz que me había pasado en mucho tiempo.

 

La fiesta se hacía en casa de un compañero de la universidad que vivía por el centro. Milagrosamente no tuve muchos problemas para poder localizarla y cuando llegué Natalia ya estaba en la puerta esperándome. Al verme extendió los brazos con teatralidad, demandando un abrazo.

 

—Pensé que no vendrías — se quejó e hizo un puchero mientras la abrazaba.

 

—¿Y dejarte sola de sujeta velas con Laura y su ligue? No soy tan mala persona— La chica se rió, se colgó de mi brazo y juntos entramos al chalet, donde se podía escuchar la música saliendo de las ventanas a todo volumen. 

 

La fiesta, aunque recién comenzada, parecía tener buen futuro. Había buena música, mucha comida y bebida. Por suerte para mi habían abierto la puerta al jardín exterior donde la gente podía salir a descansar de tanta música y barullo ( Adivinad quién tiene planeado pasar las próximas 4 horas de fiesta ahí). No me sorprendió no reconocer a la mitad de gente que estaba en el lugar, las fiestas de universidad se caracterizaban por ir extendiendo las invitaciones por el boca a boca de la gente y al final acababa yendo la gente que menos tenía que ver con la carrera.

 

—¡Por fin llegáis! — Jorge, un chico pelirrojo y muy alto y Marina, una joven pecosa se nos acercaron —. Marina y yo habíamos hecho una apuesta para ver si Dan venía o se quedaba jugando a los videojuegos.

 

—Esa era mi intención— murmuré por lo bajo mientras cogía uno de los vasos de plástico de las mesas y lo llenaba de Coca cola "Una loca de pelo rojo me obligó". Marina se rió.

 

—¡Vaya! Pues quién lo diría ¡Con lo guapo que vienes! ¿Te has peinado? — Gruñí mientras esquivaba su mano, que venía con la intención de revolverme el cabello—. ¡Si hasta vienes con camisa!

 

—Eso sí que NO era mi intención —"También fui obligado"

 

—A veces me resulta chocante lo diferentes que somos todos en este grupo— Comentó Natalia mientras daba un sorbo a mi bebida sin darme tiempo a reaccionar. Solté un quejido de protesta, pero ya era demasiado tarde. " Será ocupa espacios vitales"

 

—Tienes razón —Coincidió Jorge con aire pensativo—, si os paráis a pensar Laura y Dan son completamente opuestos. Laura es la reina de los vestidos y Dan... el rey de los sofás

 

—¡Eso no es verdad! —Me quejé con aire infantil —, a Laura también le gusta pasar los sábados encerrada con su sofá—Natalia negó con la cabeza.

 

—Eres un caso perdido...Por cierto, hablando de la reina de los vestidos y de roma —Con un gesto de cabeza señaló a nuestra derecha—. Creo que es hora de que nos de la tabarra con su nuevo crush. Vamos a saludar.

 

Todos nos volvimos al unísono para ver a la rubia hablando con un chico de cabello rojo como el fuego. Sin ser consciente de ello la copa se deslizó de mi mano cayendo al suelo y salpicándolo todo.

 

—¡Dan! —No escuché los quejidos de Natalia a mi lado y seguí observando la espalda de aquel extraño... no, extraño no. Puede que estuviese de espaldas, y puede que ya no tuviese el pelo de ese azul intenso que tanto se había quedado grabado en mi mente, pero podría reconocerle en cualquier instante. En aquel momento Laura pareció escuchar el grito de mi amiga y se percató de nosotros. Con una sonrisa radiante empezó a parlotear y a hacer gestos exagerados hacia nuestro lugar. "Mierda" Por puro reflejo me di la vuelta antes de que lo hiciese él, incapaz de enfrentarme a su rostro, observé el suelo encharcado con la pegajosa bebida con extrañeza, como si yo no hubiese sido el causante.

 

—Esto... lo siento. A...Ahora..a...lo recojo. Ahora lo recojo— Me agaché con rapidez, pero luego me di cuenta de que no tenía nada para limpiar a menos que decidiese usarme a mi mismo y a mi camisa como fregona humana (Cosa que no le haría nada de gracia a Crystal) 

 

—¿Estás tonto? Papel ¡Toma, papel! 

 

—¿Es el principio de la fiesta y ya estáis armando un estropicio?— La voz de Laura sonó divertida y cercana...demasiado cercana. Cerré los ojos pronunciando mentalmente los insultos más raros que se me pudiesen ocurrir.

 

—¿Necesitáis ayuda? — Un escalofrío me recorrió la espina dorsal al escuchar su voz. Lenta, muy lentamente, me fui levantando y me di la vuelta, tenía que enfrentarme a la realidad. La expresión de Nay era también de sorpresa, como si acabase de ver un espejismo y por mucho que parpadease la ilusión no se fuese de la cabeza.

 

—Anda, ya lo recogeréis luego. Ahora quería presentaros a mi nuevo amigo Nay —Laura nos guiñó un ojo mientras sonreía, solo le faltaba dar saltitos de entusiasmo—. Nay estos son mis amigos de la uni.

 

—Encantado Nay, me llamo Jorge

 

Jorge, el simpático del grupo, se adelantó dispuesto a darle la mano al peliaz...digo pelirrojo. Nay pasó su mirada de mi a la mano del muchacho, como si no supieses que hacer con ella. Al final, con gesto lento y desinteresado acabó correspondiendo al apretón de manos. De inmediato el resto del grupo se dispuso a presentarse por turnos.

 

—Hola, yo soy Marina. Laura nos ha hablado mucho de ti—Nay correspondía a cada saludo y hasta llegó a sonreír amablemente. Yo en cambio me quedé observándolos incrédulo, con una servilleta medio mojada en una mano y un vaso vació en la otra, hasta que llegó mi momento de saludar. Los ojos de Nay se posaron en mi y un extraño brillo apareció en sus ojos, uno que nunca había visto en él y que no sabía identificar. Esperó paciente a que dijese algo, pero al ver que no era capaz de emitir ningún sonido coherente su mirada pareció apagarse y acabó por ser él el que se presentase, imitando el gesto de Jorge.

 

—Nay, encantado—Por un momento todo se calmó en mi interior, fue como si el chico me hubiese querido dar una tregua, que sabía que necesitaba, y yo la acepté gustosamente."Un completo desconocido, puedo trabajar con eso" Asentí inconscientemente mientras intentaba evitar el contacto visual a toda cosa.

 

—Te daría la mano, pero no creo que sea la mejor idea en estos momentos...— Una pequeña sonrisa amenazó con salir en la comisura de los labios de Nay, pero su mirada seguía apagada. Contentos con la presentación mis amigos comenzaron alguna conversación que, sinceramente, me venía al cuerno en aquel momento. Solo Natalia se acercó a mi y colgándose de nuevo de mi brazo tiró de mi, casi posesivamente. En ese momento pude sentir como una extraña tensión incómoda nos invadía a los tres, Nay miraba a la chica con el ceño fruncido, pero ella no pareció percatarse del detalle.

 

—Venga, vamos a buscar un sitio donde tirar todo este estropicio.

 

Sin darme tiempo a decir nada más Natalia tiró de mi y nos adentramos en la cocina. Tras entrar la chica se volvió y me agarró del rostro con preocupación.

 

—Dan ¿Qué ha sido eso? ¡Estás muy raro hoy!

 

Intenté sonreír para tranquilizar a la chica.

 

—No pasa nada Nat. Estoy bien. 

 

Después de terminar de arreglar todo el lío, producto de mi torpeza extrema, no me atrevía a salir de la cocina. El simple hecho de volver a encontrarme con él y volver a hacer frente a todos los recuerdos me aterraba.

 

"Puede que no le hubieses superado del todo como tú creías" , pero eso no podría ser verdad. Había conseguido sobrevivir durante dos meses sin Nay ¿No?. Había dejado de soñar cada noche con él y de recordar cada momento juntos por la más mínima tontería. Incluso ahora, en frente suyo, había sido capaz de hablar con naturalidad ", pero solo porque habéis decidido fingir que no os conocéis" 

 

Cuando por fin me convencí a mi mismo de que no podía tirarme la fiesta entera encerrado en la cocina (Bueno, técnicamente sí puedo, pero ya me entendéis) salí casi con miedo. La cantidad de gente de la fiesta se había multiplicado y era imposible distinguir a nadie entre al barullo. No negaré que sentí cierta oleada de decepción al no verle, pero internamente me reproché que estas cosas no deberían afectarme. Incómodo entre tanto desconocido corrí a refugiarme al jardín trasero y para mi sorpresa el grupo entero se había trasladado ahí también. Haciendo de tripas corazón me uní a todos, sentándome lo más lejos posible de Nay, justo al lado de Natalia, que debido a su efusividad era el escudo perfecto ( Nada mejor de escudo que una loli que te abraza)

 

Durante toda la conversación que mantuvimos fui más que consciente del número de veces que giré la cabeza para observarle. Nay parecía haberse mimetizado fácilmente con el grupo, aunque yo sabía que todo aquello era una capa de amabilidad que ocultaba una fría indiferencia. Aun así se le notaba distante. De vez en cuando parecía contener un gesto de disconformidad, como si le costase fingir las sonrisas cada vez más, y en esos momentos su tono se volvía hosco y frío y su rostro se ensombrecía por unos minutos para luego volver a recuperar la máscara de amabilidad. Era sorprendente como después de tanto tiempo aún conseguía entender todas aquellas expresiones del rostro de manera automática.

 

Solo había visto a Nay tan molesto el día de la visita de sus tíos y ahora no podría evitar preguntarme internamente cual sería la causa de su molestia, incluso Natalia empezó a sentirse cohibida por el ambiente que desprendía el pelirrojo, lo se porque empezó a abrazarse a mi con más frecuencia, como suele hacer cuando se siente incómoda entre un grupo de desconocidos.

 

De repente Laura pegó un brinco en su asiento y soltó un sonido de exclamación que me sobresaltó.

 

—¡Jorge! Esa es la chica de la clase A que te gusta ¿No? ¡Vé a saludarla!

 

Fue entonces cuando empezó la típica escénica donde tus amigos intentan convencerte para que hagas algo que tú sabes que no vas a hacer y no pasó mucho tiempo hasta que las tres chicas se pusieron de pie al unísono para iniciar un forcejeo que intentaba arrastrar a mi amigo hacia la muchacha. Yo me mantuve al margen de todo y me limité a ser un simple espectador que miraba divertido como por el forcejeó casi tiran a Laura a la piscina del jardín.

 

—Parecen simpáticos—Sin que me hubiese dado cuenta Nay había ocupado el asiento a mi izquierda. El ambiente que nos rodeaba cambió en cuestión de segundos, pude notar como mi ritmo cardiaco se aceleraba, pero a al vez era como si todo sucediese más lento a nuestro al rededor.

 

—Lo son.

 

El chico no me miraba a mi, sino al numerito que estaban montando mis amigos, y eso me permitió contemplar su rostro sin temor a ser descubierto. El piercing de la boca había desparecido, solo quedaba de él una pequeña marca debajo del labio inferior. 

 

—¿Te encuentras bien? —No se muy bien por qué esas palabras salieron de mis labios antes de que mi mente pudiese procesarlas, pero ya estaba dicho y Nay se volvió hacia mi con una expresión de sorpresa. De frente pude darme cuenta de que sus ojos parecían de un tono casi blanco en contraste con el rojo de su cabello.

 

—¿Por qué lo preguntas?— Sintiendo como si hubiese hecho una pregunta que no debería haber formulado me encogí de hombros.

 

—Pareces...cansado— No mentía desde esta distancia podía observar las ojeras que recorrían sus ojos (Algo que me resultaba difícil de asimilar porque NUNCA había visto a Nay con ojeras) y su expresión parecía apagada. El chico suspiró y clavó la mirada en el suelo.

 

—La verdad es que no, no estoy bien.

 

Antes de que él y yo pudiésemos decir nada más un cuerpo menudo se abalanzó sobre mi. Sobresaltado correspondí al abrazo de Natalia, sin apartar la mirada de Nay, que había vuelto a adoptar esa expresión de molestia.

 

—¡Hemos triunfado! Jorge nos debe un café a las tres el próximo día.

 

—Perdón— la mano de Nay se posó sobre el hombro de la de pelo rizado, atrayendo su atención—, siento ser indiscreto, pero...¿Sois pareja?

 

Natalia y yo nos miramos el uno al otro atónitos y la chica rompió a reír.

 

—¿Yo y este? ¡Por supuesto que no! Ni me lo imagino.

 

La mirada de Nay centelleó

 

—Entonces ¿Podrías dejar de toquetearle a todas horas? Es extremadamente molesto

 

La expresión de shock de Natalia fue todo un cuadro, pero seguramente no superaría la mía.

 

—Dis...¿Disculpa? —Nay bufó y se removió en su asiento, visiblemente incómodo.

 

—Ya he tenido suficiente con esto de jugar a los desconocidos. Novato, necesito hablar contigo— El chico paseó su mirada hacia mi amiga y añadió con tono malhumorado—, a solas. 

 

—¿Novato? — Sin prestar atención a la confusión de Natalia me deshice de su abrazo lentamente—, ¿me he perdido algo?

 

"Si tú supieras"

 

—No creo que este sea el mejor sitio para hablar...

 

—Y un cuerno —El chico se levantó de su asiento—, no he soportado el numerito de la tipa sobona para nada.

 

—¡Nay! — El chico pareció sorprendido por mi tono de reproche.

 

—¿Qué? — Parecía un niño pequeño incapaz de entender lo malo de su berrinche—, oh, vale, lo entiendo. Estoy siendo un descortés, lo siento, mañana purificaré mi alma rezando a Zeus todo poderoso y pediré perdón por mis pecados—¿Cómo puede disculparse alguien mientras está siendo sarcástico?¿ Eso es legal?—. Ahora ¿Podemos hablar, por favor? 

 

Miré a Nay y luego a Natalia aún procesando todo lo que había dicho el muchacho. 

 

—Novato— Al volveré hacia él su mirada era suplicante—, por favor.

 

Al levantarme me sentí ligeramente mareado, pero seguramente era solo por el shock.

 

— De acuerdo.

 

Me sentía increíblemente nervioso mientras seguía a Nay por toda la casa, notaba las piernas temblando y tenía que estar continuamente recordándome a mi mismo que mi labio inferior sufriría mucho si no dejaba de morderlo frenéticamente a cada rato. No costó mucho encontrar una habitación que estuviese vacía en aquella casa, una pequeña sala de invitados. Nay entró primero y yo le seguí, sintiendo como el pulso me bombardeaba con demasiada fuerza el corazón. Cerré la puerta tras de mi y me apoyé contra ella, casi con miedo. Nay parecía tener dificultades para iniciar la conversación así que armándome de valor lo inicié yo.

 

—¿Me vas a decir ahora por qué todo el numerito de la chica sobona? —Nay me miró cohibido y se llevó una mano a la nuca y paseó la mirada por la estancia, como si la respuesta estuviese en algún lugar de la habitación.

 

—Eso, esto... ¿celos? —Abrí los ojos excesivamente, atónito.

 

—¿Celos?

 

—Sí... no... yo solo expresaba lo que pienso y...agh, da igual — El chico cerró los ojos y suspiró con fuerza—. Voy a matar a Martín cuando lo vea.

 

Alcé una ceja inquisitivo. ¿Por qué me daba la impresión de que Martín me ocultaba muchas más cosas de las que me decía? Nay continuó su discurso confuso.

 

—Mira, ¿Podemos olvidarlo todo y empezar esta conversación otra vez? Es que llevo demasiado tiempo esperando esto para...— el chico calló abruptamente y volvió a cerrar los ojos un momento, como si intentase concentrarse. Cuando los abrió su mirada era más tranquila y volvía a parecerse al Nay de siempre—. El día que rompiste conmigo. De eso necesito hablar. 

 

Hice una mueca "Mierda, así que vamos a hablar de eso... ahora" El muchacho se paseó por la habitación y yo permanecí en silencio, buscando la mejor excusa para cambiar de tema, pero el pelirrojo se me adelantó.

 

— Lo entendiste todo mal y luego te fuiste tan rápido qué yo no ...—

El chico dejó escapar un resoplido y se dejó caer en la cama que ocupaba el centro de la habitación, quedando sentado en el borde. Alzó los brazos como si se fuese a revolver los cabellos, pero estos quedaron a medio camino y en cambio se dedicó a observar sus palmas abiertas con la mirada de alguien que lleva demasiado tiempo cansado—.Toda mi vida he estado rodeado de gente que no me comprende. Siempre, puede mi familia haya conseguido acostumbrarse a mi manera de pensar, pero nunca me han entendido. Mis amigos saben como soy, pero parecen aceptar el hecho de que nunca sabrán que pasa por mi cabeza. Es como vivir en un mundo que te ha dado por perdido en el momento en el que naciste— El chico sacudió la cabeza, sus cabellos rojos brillaron centelleando como el fuego. Sus manos cayeron sin fuerza a sus costados.

— Siempre he pensado que estaba bien así, que algún día llegaría alguien que me comprendería. De todas las millones de personas del mundo alguien me entendería y que cuando la encontrase estaría bien y pensaba que eso es lo que quería. Solo tenía que esperar a la persona adecuada— El chico se levantó y despacio, muy despacio se acercó a mi—. No voy a negar que cuando conocí a Lily llegué a pensar que esa persona había llegado y no pude evitar sentir curiosidad, ambos nos llegamos a pensar que tal vez eso era lo que los dos esperábamos... pero en eso quedó todo, en una mera posibilidad. Nunca ha surgido nada entre nosotros, nada de nada, en ningún momento, ahí es donde lo entendiste todo mal, pero es mi culpa.

Sentí como el corazón me daba un vuelco con esas palabras,  ya se había acercado del todo a mi y se llevó una mano a la cabeza, como si le costase pensar. Sus cabellos rozaron fugazmente mi frente.

 

 

— Estaba totalmente equivocado, Novato. No quiero a alguien que me comprenda —El chico clavó su mirada en la mía y de nuevo mostró aquella mirada tan extraña que había visto al principio de la fiesta, solo que esta vez la reconocí. Era ilusión, la misma que ponía cuando hablaba de su hermana Annie, o cuando me hablaba de los pocos recuerdos bonitos que tenía de su infancia "Pone esa mirada cuando te mira"—. Te quiero a ti, solo a ti. No necesito a alguien que piense como yo, te necesito a ti, que siempre has estado ahí para intentar comprenderme aunque yo fuese un cabrón redomado. Te quiero a ti por todas esas diferencias que me hacen imposible comprenderte a ti, que te convierten en la persona más fascinante que haya conocido nunca —el chico esbozó una sonrisa nerviosa y desvió la mirada momentáneamente—. Llevo dos meses pensando que diría cuando te viese y ahora que es el momento me quedo en blanco... Te quiero Novato. Quiero ser tu novio, pero no un novio de pacotilla como lo he sido antes. No pienso volver a cometer los mismos errores. Quiero que seamos solo tú y yo. Quiero dejar de una vez de vivir en mi maldito mundo privado para compartirlo contigo... bueno ¿Qué me dices a eso, Novato? 

 

Nay terminó de hablar y me miró expectante, su respiración se notaba agitada, como si soltar todo aquello le hubiese supuesto el mismo esfuerzo que hacer una maratón. Le observé embelesado unos minutos, incapaz de entender que aquellos cosquilleos de mi estomago eran debido a la felicidad y sin darme cuenta que en algún momento había dejado de morderme el labio para formar una enorme sonrisa en mis labios. "Te vas a crear muchos problemas tú solito" Me advirtió un rincón de mi mente, pero ¡Qué demonios!, nunca me he caracterizado por hacer mucho caso a lo que dijese mi subconsciente.

 

—Suena bien eso de compartir un mundo.

 

Nay sonrió y pude sentir su aliento sobre mi rostro cuando soltó el aire de golpe. No me había percatado de que había estado conteniendo el aliento todo este tiempo. Sin añadir nada más pasó sus brazos por mi cuerpo abrazándome como si no se acabase de creer que estuviese ahí. Al igual que él me dejé llevar, abrazándole también y ocultando mi rostro en su cuello. Inspiré con fuerza y su aroma me embriagó, como si no hubiese pasado ni un solo día.

 

Escuché su risa amortiguada con mi pelo.

 

—No sabes el tiempo que he pasado preguntándome si volvería a abrazarte así— Aún con el rostro en su hombro murmuré.

 

—¿Un mes, tres semanas y cuatro días?— El pecho de Nay vibró junto con su risa, pero a la vez me estrechó más contra sí.

 

—No sabía como contactarte. No tenía tu número ,no aparecías por tu casa, nadie me quería decir donde estabas, Crystal se negaba a dejarme verte me decía que necesitabas estar solo—Aquello me sorprendió "¿Crystal seguía pensando en mi a pesar de estar enfadada?" El chico se incorporó un poco para poder mirarme a la cara y soltó un pequeño gruñido acompañado de una mueca—. Ni siquiera sabía tú nombre para preguntar por ti en las universidades.

 

Aquello provocó que se me escapase una carcajada. "Ah, dulce Karma" Sin poder aguantar del todo la risa volví a mirar sus ojos grises y una sensación de bien estar me invadió. Entonces supe que no íbamos a tener ningún problema y esbocé una sonrisa burlona.

 

—Dan. Me llamo Dan.

 

 

 

FIN

Notas finales:

 

ATENCIÓN A TODO EL MUNDO, LEE ESTO ANTES DE IRTE A VIVIR TÚ VIDA! 

He escrito todo este capítulo llena de dudas y comederas de mente y no ha sido hasta ahora que por fin lo he acabado, leído y puesto aquí que he roto a llorar consciente de que ya se acaba. Que esto es todo lo que voy a escribir de todos estos personajes. No sabéis lo triste que me pone pensar que no voy a volver a escribir siendo Dan de nuevo. Dan es todas esas cosas que piensa mi mente cuando estoy con la gente, pero que por timidez decido no decir XD Así que sí, va a ser triste  dejarle ir, pero esto ya está.

Pero bien, aunque esto ya está no se acaba del todo ¡Aún queda algo! Un capítulo extra, uno que no es del todo como el resto que he escrito hasta ahora y que aunque espero que resuelva bastantes dudas de todo lo que se ha quedado sin contar en la historia no es del todo continuación. Por eso considero esto como una despedida ( Al menos una semi-despedida)

Ahora bien, como es un capítulo extra no se muy bien cuando lo voy a seguir, porque tengo que organizar en mi mente un montón de cosas. Puede que siga el sistema de siempre. Actualizo un capitulo de Sin Rumbo y luego el siguiente actualizo este extra... o a lo mejor me tiro actualizando unas cuantas veces Sin Rumbo antes de colgar el capítulo. No se.

Siempre tengo muchas cosas que decir, y siempre se me olvidan. Apunté la obra a esas cosas de los Wattysnosecomosellaman. No me suelen gustar ese tipo de cosas, pero sentía que al terminar la historia tenía que hacer algo con ella, demostrar de alguna manera que me enorgullece haberla escrito, nu se XD (En realidad fue por la emoción de inscribirme  en el último minuto, que es muy típico de mi)

Muchísimas gracias a todos por leer esto. El acogimiento que ha tenido esta historia me ha abrumado de verdad, no sabéis lo increíble que es leer vuestros comentarios. Habéis hecho dibujos, escrito poemas, canciones incluso alguno se ha disfrazado de algún personaje XDD Todo eso me ha ilusionado y emocionado de maneras insospechables y por eso de nuevo os doy las gracias por estar ahí y por hacerme sentir que esta historia es querida.

Yo continuaré por aquí (Aun me queda Sin Rumbo y seguramente acabé ocurriéndoseme cualquier otra chorrada de historia para escribir). Siempre estaré abierta a vuestros comentarios, mensajes, acosos (?) Teneís wattpad, Facebook, twitter, lo que queráis si queréis decirme algo.

Un saludo y de nuevo gracias :)

 


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