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La misión por Shiro0

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Notas del capitulo:

Hola, hola:)

Hoy les traigo otro cáp. con la esperanza de que les guste.

Gracias por leer y comentar :)

9. Posición en la lista

 

Y de un abrir y cerrar de ojos, la semana de exámenes había terminado. Ahora todo el alumnado esperaba nerviosos los resultados, algunos dentro de los salones, otros en el patio. Ya que como bien la mayoría sabía, aquellos exámenes eran para designar que alumnos seguirían en la escuela y que otros se tendrían que ir; el examen se realizaba todos los años desde el nuevo director.

Y al igual que el resto de los alumnos, Alfred y Romano esperaban saber sus resultados, para ellos solo era un paso más cerca de la meta. Si bien, todos en el grupo esperaban sus resultados, para pasar el tortuoso momento de espera se distraían con lo que fuese, desde una mariposa a una mosca, desde la lectura hasta el juego el colgado, había uno que solo esperaba. Alfred se apoyaba en el marco de la ventana mientras veía el patio como si fuese de lo más interesante y nuevo.

— ¿Nervioso, Alfred?— Dicen Arthur  sacándolo de su ensueño al acercarse a su lado.

Gira la cabeza para mirarlo— La verdad, no mucho— Sonríe seguro— He tenido que esperar por el resultado de cosas peores.

— ¿Cosas peores?— Enarca una ceja " ¿Qué otras cosas pueden ser peores que esperar los resultados de los exámenes?”— ¿Ok? ¿Y qué tal si no apruebas? ¿No te preocupa un poco?

— Mmm— Llevándose un dedo al labio— Ahora que lo dices nunca había pensado en la posibilidad de reprobar— Dice ajeno a la reacción de fastidio de Arthur que con un tic en la ceja piensa " ¿¡Quién se cree para actuar tan pretensioso!?  ¡Hasta yo estoy algo nervioso con la espera!"

— ¿Tú lo estás?  

Tomándolo por sorpresa— ¿! Eh ¡? Cla-claro que no— Sonríe dándose aires de grandeza— Cómo crees que el presidente del consejo estudiantil, pueda reprobar. Eso es ¡imposible!—    " ¡Fuck¡ ¡¿Qué estoy diciendo?!"

Al ver la expresión de superioridad fingida de su compañero, Alfred no puede evitar dar una pequeña risilla que le sorprende tanto como al otro. Diablos sí que le asustaba la reacción de su propio cuerpo, hacia tanto  tiempo que no reía con ganas que en un principio se asusto, pero a medida que reía podía sentir esa cálida y dolorosa sensación en el estómago que da rienda suelta a una viva y añorada risotada. Para cuando logro calmarse, las lágrimas que habían aparecido al borde de sus ojos tuvo que limpiar y mientras lo hacía pudo notar la mirada de llena de seriedad de Romano a lo lejos. La irritación llega junto con las palabras dichas del italiano hace unas semanas atrás, borrando su sonrisa de inmediato.

Arthur que aún miraba fijo al Norte Americano pudo notar este cambio de expresión, se gira en dirección a la mirada de Alfred y  busca el causante del cambio, ve el momento justo cuando el otro chico transferido se iba de la habitación tan silencioso como había entrado, ni siquiera Antonio quien siempre daba vueltas a su alrededor se había percato de la salida de este. Volviendo la vista al muchacho frente suyo, este ya volvía a mirar por la ventana, seguramente pensando en cosas que él no entendería, entonces como si algo en aquel chico, en su perfil que emanaba soledad y en aquellos ojos fríos que segundos antes habían mostrado tanta felicidad. Arthur siente una extraña atracción, una fascinación por conocer lo que hay oculto tras esa increíble mascara de seriedad que había transmitido desde el día que llego y que solo se había visto distorsionado con el incidente de Francis y unas cuantas sonrisas falsas en clases.

Luego de media hora de exasperante nerviosismo, los coordinadores se dignaron a aparecer con una larga lista en mano que colgaron en el mural del pasillo, por lo cual todos en el instituto apresuradamente se dirigieron hacia este. Nuestro grupo no fue la excepción, por lo que atrapado entre la masa luchaban por ver los resultados.

— ¡Uah! Al fin logre pasar- aru— Dice un Chino que había salido del montón que se aglomeraba alrededor de la lista. — Ahora bien— Buscando su nombre en el papel—Aquí estoy… en el número… — Sigue con el dedo hasta llegar al número— ¡Ah! 16— Suspira aliviado. Al volver a salir de manera forzosa de la masa, se encuentra con el japonés frente a frente. — Kiku

—Yao-kun— Le dice con una sonrisa— ¿Cómo te ha ido en los exámenes?

Ríe frotándose la nariz con el dedo— Estoy en el 16

Kiku ladea un poco la cabeza y sin dejar de sonreírle— Me alegro mucho oír eso

—Gracias-aru— Deteniéndose, pestañea para pensar en que decir — ¿Y cómo te fue a ti Kiku?

Su expresión cambia a una más serena— Me encuentro en  el número 4— Dice, ganándose un grito de asombro por parte del chino.

— ¡Eso es estar en la cima!

Restándole importancia— No es para tanto Yao-kun— Pero el otro lo sigue elogiando, moviéndose con efusividad.

Por otro lado un tímido Canadiense camina alejándose de aquella desastrosa escena, abrazando a Kumajiro. Yendo a su ritmo va hacía un lugar apartado de todo aquel bullicio, ya había visto su nombre y la posición en la que había quedado que era lo importante, antes de alejarse buscó a su hermano pero al no encontrarlo decidió que lo mejor era irse. Y sin darse cuenta, el lugar al que llegó fue donde se había encontrado con Francis, y para su sorpresa el mencionado se encontraba allí como por arte de magia sentado de lo más cómodo en el césped, pero no estaba solo, a su lado Antonio le respondía algo con una gran sonrisa que luego se convirtió en risas. Sin poder evitarlo, Matthew abraza un poco más fuerte a Kumajiro y dándose la vuelta decide ir a buscar otro sitio,. No obstante antes de poder siquiera dar un paso escucha su nombre.  Girándose ve a Francis de pie.

— Matthew  ¿Qué hacías por aquí? 

— Solo buscaba un sitio tranquilo— Desvía la mirada como acostumbraba hacer.

Francis entendiendo la incomodidad del chico y regalándole una sonrisa, lo invita a unirse a su pequeño grupo. Matthew al principio se sintió un poco incomodo ante la situación, ya que ambos chicos reían con algún que otro comentario del otro y que él no  podía comprender del todo. Pero luego Francis los presento y explicó la situación, fue entonces que  los tres entablaron una conversación amena, hasta llegar a los exámenes.

—Yo quede en el  puesto 19— Dice Antonio con una sonrisa avergonzada.

— Jo ¿Alguien quedo después de mí? — Con superioridad, lo que hace que el español lo mire sobresaltado.

— ¿! Qué ¡? ¿Qué puesto has tenido?

—Jejeje deléitate con escuchar mi puesto por sobre el tuyo— Se tira la melena hacia atrás para ponerle emoción al asunto— En el 18— Feliz. Antonio al escuchar el número bufa, preguntándose cómo no vio venir eso.

— Qué! Estoy por sobre ti— Exclama Francis en respuesta a la reacción de su amigo.

— Solo por un número, eso no es nada— Sonríe sacándole en cara que su posición no vale mucho.

Enfurruñado — ¡solo estas celoso!

— ¡No lo estoy!

— ¡Si lo estas!— Chocando sus frentes, se miran con odio. Odio que es interrumpido por la suave voz del tercer chico en el grupo.

—Por favor chicos, cálmense— De manera amable

Antonio que reacciona antes que su compañero, le pregunta con una sonrisa— ¿Y Matthew, en que puesto has quedado? — Al igual que él, Francis espera con interés.

— Amm, yo. Quede en el 11—  Las sorpresas no se hacen esperar, el par Europeo lo abordan con preguntas sobre cómo habría alcanzado hasta aquel número, si podían estudiar desde ese momento en adelante con él, si le gustaban las mascotas, la Paella o los vinos. Desviándose del tema a lo que el canadiense solo puede reír, sintiéndose a gusto entre esos chicos.

 

— ¡¡DOITSU!! —Corre hacia el alemán agitando los brazos. El mencionado se detiene y espera a que llegue a su lado. Posición en la listaPosición en la lista— Ve~— Una vez a su lado.

Pero al ver que no dice nada. — ¿Qué sucede Italia?

— Ve~Acabo de ver mi número en la lista

— ¿A si? — Prestándole atención— ¿En qué posición has quedado?

— En el 10 ve~-Sonriendo

Sorprendiéndose un poco— Veo que te fue bastante bien

Asiente— ¿En qué posición quedaste tú?

— En el 5

Asombrado— Doitsu eres increíble, eres casi el nº 1

— No es para tanto— Rascándose la nuca, abochornado ante la fascinación del otro. — Ciertamente a ti también te fue bien.

Pero entonces el rostro de Veneciano se vuelve serio— Aún así quiero que la próxima vez me enseñes tú

Alzando una ceja— ¿Por qué si te fue bastante bien?

Frunciendo el entrecejo a la vez que hace un puchero— Porque me gusta cuando me enseñas tú —Dice sin darse cuenta del efecto de sus palabras.

Sonrojado hasta las orejas, Ludwing gira la cabeza hacia un lado para que no el otro no pudiese ver su rostro— Es-está bien, la próxima vez procurare enseñarte sin falta. — Dice asiendo que veneciano, feliz salte a abrazarle. Imagínense como estaría Ludwing.

Un poco más lejos, un chico albino camina junto a un austriaco que diplomáticamente regaña a su compañero y amigo por no escuchar a los demás  debido a que no deja de hablar de su persona. A lo que Gilbert solo le responde con monosílabos mientras pensaba en lo grandioso que era y en el grandioso puesto que había adquirido con los exámenes. Pero  aún no caía en la cuenta de que habían veinte y un personas que venían antes que él, y entre esas personas estaba el austriaco.

— ¿De qué te ríes? —Molesto el de lentes

—Kese de mi grandiosa persona que consiguió el puesto 22 keseses

— ¿Solo 22? — Sonriendo ante el número.

Frunciendo el ceño— ¿Y tú qué posición tienes señorito?

— El 20

— ¿¡Qué ¡? Eso no es verdad—Lo apunta acusatoriamente

— Claro que sí. Si no me crees puedes ir a verificarlo en la lista

Celoso, le grita— Claro que lo voy hacer— Y de esa forma sale corriendo hacia el mural, que ya estaba casi despejado ya que la mayoría de los alumnos habían visto sus notas y puestos que era lo más importante.

 

Al ver zona casi despejada se acerca tratando de actuar natural hasta el mural que contenía su nota colgando a la vista de todos. Deteniéndose frente a la lista, sube hasta el primero puesto, después de todo es el presidente del consejo estudiantil y el alumno hasta el momento con el puesto número uno desde que se implantaron esos exámenes.  Y antes de llegar al número uno algo llama su atención, deteniéndose en el número dos, su sorpresa es grande que sin poder evitarlo exclama en voz alta.

— ¿¡Qué!? — Al lado del número estaba escrito el nombre de Romano Vargas y en el tercer lugar el de Alfred Jones. Sin poder creerlo pestañea para poder despertar del que pensó un sueño. Eran alumnos prácticamente nuevos, todo lo que había entrado en los exámenes venía siendo de años anteriores, seguramente encontrarían algo en libros e internet pero solo lo básico. En aquel lugar las cosas eran algo diferentes a las que enseñaban en otros colegios o cualquier  lugar de enseñanza, eran cosas tan avanzadas que los colegios alrededores del institutos no daban crédito de porque le enseñaban aquello a sus alumnos. Pero si era sabido que desde aquel instituto salían los mejores,  en los pocos años que ha existido y de los que se han graduado, eran  alumnos que en esos momentos eran personas de renombre a pesar de la corta edad.

Rápidamente subió hasta el número uno y dando un suspiro de alivio por ver su nombre ahí, no se había percatado de que su grito de sorpresa había atraído la atención de los demás que estaban cerca, quienes se acercaron curiosos por saber que había sorprendido tanto al presidente del consejo, pero al encontrar el causante todos tuvieron la misma reacción. Arthur al ver la situación, decide abandonar el lugar antes de pasar a mayores, es decir, que lo comiencen a interrogar, siendo que ni el sabía la respuesta. Caminando a paso apresurado por el pasillo, ve a varios estudiantes llorando, otros que trataban de reconfortase mutuamente,  seguramente eran los alumnos del final de la lista y serían a ellos los que la escuela eliminaría de su sistema. 

Al doblar por el pasillo se encuentra con los dos nuevos hablando con tranquilidad, y antes de que lo vean se esconde para tratar de escuchar la conversación.

“Seguramente hablan de cómo consiguieron esos puestos. No es que este dudando de ellos, pero siempre cabe la posibilidad de que hayan copiado… o quizás entrado en el sistema…” Sin hacer el menor movimiento escucha con atención.

— ¿A si que el puesto 2? — Dice el de lentes

—  Sí. — Asiente para agregar—  Vi que quedaste en el 3

Hace una mueca de  desagrado— Solo no estudie lo suficiente

— ¿Tú crees que yo sí? — Cruzándose de brazos— Tenemos el mismo trabajo y hacemos casi lo mismo, no actúes como lo hacías en la academia.

— Es la verdad, estuve más tiempo buscando información y pistas— Alzando una ceja— Y lo que paso en la academia fue cosa de niños.

“¿Academia?” Se pregunta Arthur ¿En qué clase de academia estuvieron? y más importante ¿A qué se refieren con "lo mismo"? ”

— Sí, sí lo que digas. Y encontraste algo más de lo que tenemos?  Después de todo estuviste más tiempo buscando pistas ¿no?

Lo mira con irritación— Tsk, no soy el únicos que tenía que buscar ¿sabes? Tú también---

Pero no escucha lo que sigue, ya que el alumnado que minutos antes se encontraba alrededor del mural, ahora se acercaba a él entre gritos, pidiendo explicaciones, ayuda y un tanto de cosas más que no se entendían. Arthur a regañadientes, sale del lugar escapando en la dirección opuesta a la horda y al par que ajeno a los comentarios sobre ellos conversaban. “Corre, corre, corre”  se decía mientras huía con paso veloz.

Notas finales:

Gracias de nuevo y nos leemos en la próxima :D


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