Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Butterflies por CaedesDarkParadaise

[Reviews - 18]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Pansy había saboreado las piernas de Hermione. ¡Y como le encantaban! Nunca antes había visto unas tan bonitas, tonificadas y pálidas que caminasen por el gran comedor, que se alzasen para agarrar algún libro de la estantería o que se columpiaran inocentemente mientras leía. Aquella gryffindor la volvía loca, pero ella no lo sabía. Nadie lo sabía. Era un secreto, excepto para sus amigos más cercanos, que Hermione Granger era su talón de Aquiles. Ni siquiera la leona se había percatado que Pansy era su acosadora personal. La acechaba a escondidas, espantaba a los moscones de Hufflepuff, Slytherin, Ravenclaw y Gryffindor que querían acercarse a ella y que tuviera una foto de ella durmiendo no era nada mas que amor "inocente".

Aunque se esforzaba por ignorarla porque si la miraba a los ojos se descontrolaría y su plan se iría al cuerno. Estaba haciendo tiempo, unos días más y ella se declararía. Hermione aceptaría por supuesto, saldrían más o menos unos meses, Pansy le pediría matrimonio y Hermione aceptaría de nuevo. En sus planes no existía una negativa. Iba a ser suya. Punto. Sin embargo, el concurso de canto para todas las casas les había fastidiado los planes. Todo por culpa de ese viejo come caramelos. Y su Hermione...

Al verla estuvo a punto de maldecir, disparar luces verdes, incluso matar a todo el que mirase a su chica con otros ojos.

Estaba hermosa, radiante. Era otra Hermione, aunque a Pansy le encantaba la sabelotodo tímida, metida de llena en sus libros y mordiéndose el labio que tanto se le antojaba. Estaba irreconocible, pero nadie tenía que haber visto la belleza que escondía Hermione. Nadie.

Y ahora...

- ¡Por favor no me arranques la ropa!- suplicaba Hermione siendo llevada a rastras hasta el dormitorio de Pansy en las mazmorras.- ¡No merece la pena ser expulsada por agredir a otra alumna! ¡Mira yo...!

- ¡Calla, sabelotodo Granger!

No pudo contenerse más. Ella se tensó al oírla.

- ¿Pansy?

Su nombre sonaba tan bien en sus labios que sonrió levemente.

- Si, soy yo, come libros.

- ¿Porque...- Hermione la miraba con los ojos entrecerrados, aclarándose la vista entre la niebla.-...¿A dónde me llevas?

- A mi habitación.- Ni siquiera le importaba donde iban, Hermione se había relajado en sus brazos y no oponía resistencia. Eso la extraño.- ¿No vas a decir nada?

- ¿Porque diría nada?- susurró.- Al parecer estoy soñando y no quiero despertarme. ¿Al final habrán conseguido llevarme esos alumnos del comedor?

- ¿¡Que tonterías estas diciendo, Granger!?- rumió Pansy tomándola de la cintura.- ¡Jamás hubiera permitido que esos idiotas te hubieran atrapado! ¡Por encima de mi cadáver!

Hermione frenó de golpe.

- Que sueño más extraño.- La miraba a ella y luego se metía en sus pensamientos.- Suena tan real.

- Es real, nena.

Pansy la insto a seguir andando, pero Hermione no avanzaba. Se giro, extrañada, dándole la cara a su chica que tenía los ojos abiertos de par en par y lucía pálida.

- ¿Es real?- tragó en seco, girando la cara de un lado a otro, estupefacta.- ¿No me voy a despertar?

La slytherin suspiro sabiendo que su leona no iba a dar razones hasta que le diera pruebas. Tomó su cara entre sus manos y estampo sus labios contra los de ella, saboreando su boca y besándola tan apasionadamente como merecía. Hermione gimió, rodeando su cuello con los brazos y atrayéndola hacia sí.

Hermione aun no entendía porque Pansy Parkinson, la serpiente más admirada de todo Hogwarts, la estaba besando. ¿Tal vez había conseguido su propósito? ¿Había llamado su atención? Al parecer así era. Un explosión de alegría estalló en su pecho. Aunque aún se preguntaba que tanto le había llamado la atención de ella después de años de ser ignorada. Ya era sabido por sus amigos que la castaña estaba locamente enamorada de Pansy, sin embargo esta conocía las andanzas de la serpiente más perseguida y acaudalada: usaba a las mujeres de usar y tirar. Y Hermione, aunque había pasado tantas noches llorando, disfrutaría la oportunidad de saber lo que era estar, al menos una noche, bajo sus sabanas.

Una noche.

- Deja de pensar, Granger.

Le había dicho plantando sus labios contra los de Hermione otra vez.

- Lo siento.

- Vamos a mi habitación.- sus ojos estaban empañados de excitación.- Hoy tendremos una larga noche.

Ella se dejó llevar intuyendo el triste final.

Casi corrieron a las mazmorras cuidando de que nadie las viera. Pansy tenía la varita preparada por si algún tonto se atrevía a frenar el secuestro de su leona o quisiera llevársela. De todas maneras los maldeciría hasta el final de sus vidas.

- Rápido, leona.

Como sea quería llegar a su habitación y desnudar a Hermione.

No tardaron mucho en subir, nadie estaba en la sala común y la gente había desaparecido de las habitaciones. Estarían celebrando el final del concurso entre cerveza de mantequilla y whisky de fuego para adultos. Una vez entraron al cuarto, la slytherin hizo que se sentara al borde de la cama y se dedicó a mirarla de arriba a abajo durante unos buenos minutos. Hermione sentía la mirada de deseo clavada en ella, torturándola, excitándola aun más de lo que estaba. Se removió, nerviosa. El corsé le apretaba y la falda, subida alrededor de sus muslos, estaba provocando aún más miradas de pasión por parte de Pansy.

- ¿Quién te puso esa falda? ¿Y el corsé?- Fue lo primero que escuchó de sus labios.- ¿Y esos zapatos?

- Ginny.- contestó, más bien murmuró.

Los ojos verdes de Pansy se colorearon en un negro profundo.

- ¿La Weasley?- masculló apretando los puños.

- Si, Ginny.- Hermione miraba a otro lado, preocupada por su amiga al ver que Pansy dabas vueltas.- Ella trajo la ropa, pero yo me vestí.

Aunque no iba a decir que el corsé tuvo que ponérselo con ayuda y ser sujetado también con ayuda. Aún le dolían las costillas al andar.

- Desnúdate.- dijo Pansy, enfadada.- O lo haces tú o lo haré yo, y no prometo que sea muy amable.

Granger se sonrojo, aunque sin pensarlo sus manos pararon a su espalda para desanudar las cuerdas del corsé, poco a poco fue liberándose y sus pechos quedaron libres a los ojos de Pansy. Avergonzada, los oculto con sus manos.

- Quiero verlos.- exigió algo más cuidadosa.- Por favor.

Entonces Hermione se decidió en ese momento, desinhibiéndose del todo y dejando de ser ella por esa noche. Lentamente dejo caer sus manos y Pansy vio lo que tanto ocultaba su leona, unos pechos pálidos, redondos y suaves. Con más deseo del que podía aguardar acaricio uno de ellos y noto como se estremecía.

- Esta noche serás mía, Hermione.

Faltaba decir que en realidad lo sería toda su vida.

Y Hermione lo aceptó como suponía.

Volvió a besarla pegando sus pechos turgentes a los suyos y despacio fue tumbándola en la cama. Movían sus cuerpos abrazándose mutuamente y rompiendo cualquier barrera que alguna vez se hubieran impuesto.

- Pansy.- gimió.

- Eso es, leona, gime mi nombre.

Pansy tocaba sus piernas con sus dedos, sintiendo la suavidad en sus yemas. Ella la veía con esos ojos marrones que la volvían loca, se deshizo de los zapatos de tacón y comenzó a besar sus piernas haciendo que Hermione jadeara aún más alto. Subía hacía arriba, tocándola con sus manos, masajeando sus pechos. Con cada toque la gryffindor se retorcía. Parkinson, en un arranque de pasión, tironeó de la falda hacia abajo rompiéndola de golpe.

- ¡Pansy!- chilló Hermione, escandalizada.- ¿Porque...?

- Esta falda, si se puede llamar así, me estaba volviendo loca.- gruñó.- La haré explotar en mil pedazos. Nadie puede volver a verte así.

- No...- susurró.-...Ginny me matará.

La slytherin la calló con un beso apasionado, furioso.

- ¡No hables de otra mujer cuando estés conmigo!- gruñó. Hermione, por primera vez desde que toda esa situación la alcanzó, sonrió dulcemente.- ¿Ahora porque sonríes? ¡Hablo enserio! ¡No debes hablar nunca más con mujeres, punto!

Ella rió aún más. Pansy sonrió también, pero volvió a acallarla de nuevo al notar sus dedos quitando la tira de sus braguitas y dejándola expuesta. Estaba tan húmeda, tan caliente, que ya no podía pensar, solo sentir.

- Disfrutaras mucho y querrás más, Granger.- y acercando su rostro al centro de su calor hundió su boca ahí donde nunca antes nadie estuvo. Hermione sentía la lengua de Pansy moverse haciendo que gimiera como una posesa.

- ¡Por merlín, Pansy!

Continuaba prodigándole placer, repitiendo el movimiento y enviándola a otro mundo. A cada lamida lloriqueaba más y más. Miraba a Pansy a través de sus pestañas y la slytherin la observaba con los ojos ennegrecidos de lujuria.

- Yo...

- Solo siente el placer, Granger.

Así lo hizo.

- ¡Me voy a...!- El grito que soltó se habría escuchado por toda Escocia, sin embargo a Hermione no le importaba lo más mínimo. Su pecho subía y bajaba, agotada de tanto placer, pero aún quería más y más.- Lo siento yo...

- Eres una chica lujuriosa, come libros.- Pansy saboreo sus labios y continuó paseando sus labios por todo su cuerpo. Llegó a sus pechos y los mimo y beso como nunca, dejando marcas rojas que Hermione supo que no se irían en una semana.

"Tienes que devolverle el placer, Hermione."- pensó besándola en los labios y dándole la vuelta para regalarse la vista de ver a Pansy desnuda y toda para ella.- "Debes sacarle el máximo partido a esta noche. Una única noche de placer con la mujer que amas."

- ¿Hermione que...?- Una sonrisa libidinosa se extendió por sus labios y Pansy miró como la sabelotodo Granger lamía sus dedos profundamente para después toquetear su clítoris y humedecerlo aún mas.- ¡Hermione!

- Es mi turno.

Jamás había querido tanto a esa leona como ahora.

Como si fuera una mujer experimentada hundió sus dedos, una y otra vez, llenándola de pasión, haciendo que disfrutase del sexo más de lo que había disfrutado anteriormente. Pansy Parkinson había hecho una elección de por vida esa noche.

- Córrete para mí, Pansy.

- ¡Merlín, Hermione!

No podía detenerse, simplemente no podía, su mente le decía que continuara tantas veces como pudiese. Hermione quería dejar su marca en Pansy, una pequeña, casi invisible, pero su marca. Para que en el futuro tal vez la recordara.

- Me vas a matar, Hermione.- Pues esta vez la castaña comenzaba a lamer sus pezones, acariciar sus pechos con su lengua.- ¡Hermione!

¡Como la amaba!

Para siempre, incluso cuando fuera ya una anciana, tendría el recuerdo de Pansy Parkinson viniéndose y gritando su nombre.

- Por esto...- jadeaba.-...tendrás una buena recompensa, sabelotodo.

Ante eso sonrió brillantemente y siguieron amándose la noche entera. Ya de madrugada, casi al amanecer, Hermione observaba a una hermosa Pansy dormitando después de una larga sesión de sexo desenfrenado. Se atrevió a tomar unos mechones de su cabello y olerlos, pero Parkinson ni cuenta se dio. Estaba tan agotada como Hermione, aunque ella había olvidado el sueño y había decidido absorber cada cosa que pudiera llevarse consigo. Por ejemplo, como sus brazos ahorcaban la almohada, como suspiraba al dormir, como el sudor cubría su nívea espalda y como su cabello se enredaba y hacía un barullo. Ya no era la perfecta slytherin, ahí era simplemente Pansy.

- Ojalá fuera más de una noche.- suspiró con un nudo en la garganta.- No puedo pedir más. En algún momento tenía que decirte adiós. ¿Me extrañaras?

No lo creía, pero no iba a hundir su amor propio de tal manera.

- Me has dado la mejor noche de mi vida.- Empezó a levantarse despacio para no hacer ruido. No quería despertarla.- Ahora me iré y esperó que vuelvas a recordarme. No sabes cuan enamorada estoy de ti, pero es suficiente.- le sonrió a su espalda mientras recogía los trozos rotos de su ropa.- Me he sentido amada por ti. Sé que es suficiente.

Intentaba convencerse a toda costa y cuando huyó de la sala común de Slytherin sin levantar sospechas aún solía mirar a atrás por si Pansy hubiera salido en su busca. Mucho más deprimida que nunca se echó a llorar al llegar a la puerta de Gryffindor, las lágrimas caían y no podía detenerlas.

- ¿Que voy a hacer ahora?

Ninguna mujer sería igual que Pansy.

Se quedaría sola para siempre.

Con los zapatos en la mano dio la contraseña a la señora Gorda y caminó rumbo a su habitación. Solo quería dormir y dormir y no salir jamás.

- ¿Que haré ahora, Crookshanks?- abrazó a su gato con fuerza buscando calor.- ¿Tu si me quieres en tu vida, verdad?

El gato maulló, mimoso.

- Eres tan bueno.

No mucho después Hermione se quedó dormida hasta que, de repente, un ruido que parecía más una explosión, la hizo saltar de la cama.

- ¿¡Qué diablos está ocurriendo ahí abajo!?

Se oyeron chillidos de las habitaciones de las chicas. Hermione tomó su varita y se propuso salir fuera para poner orden o ayudar. Mas no hizo falta porque su puerta fue expulsada de la pared haciendo chillar a su compañera de cuarto.

- ¿Que está ocurriendo, Hermione?- le preguntó Lavender, atemorizada.

- No lo...

- ¡Lo que está ocurriendo es que...- Los ojos castaños de Hermione se abrieron de par en par al escuchar esa voz.-...mi mujer no está en mi cama donde tendría que estar ahora conmigo, estúpida!

Pansy Parkinson estaba furiosa, no, furiosa no era suficiente. Tenía un enfado de los mil demonios que podía comérsela viva. No hacía mucho que se había despertado esperando ver a su leona recién levantada para continuar haciéndole el amor. En vez de eso, se encuentra las sabanas revueltas y la cama vacía. Sin rastro de su come libros. La llamó, pero nadie respondió. Cuando su mente captó que Hermione se había ido, chillo tan fuerte que las ventanas explotaron. Revolvió toda la sala común de Slytherin en su busca, pero nada ocurrió así que supuso que su Granger habría regresado a Gryffindor. Nadie quería darle el paso así que tuvo que usar unas cuantas amenazas y maldiciones de su varita. Nada le importaba. Fue de cuarto en cuarto hasta que la halló.

- ¡Pansy!

- Si, soy yo.- musitó con los puños pálidos.- ¿¡Que haces aquí que no estás en mi cama!?

- ¿Porque debería estar en tu cama?- le preguntó Hermione, confundida.- Era un noche de placer, ¿recuerdas? Solo una noche. Simplemente nos ahorre la incómoda despedida. Está bien así, Parkinson.- dijo con un tono entristecido.- No hace falta que me des explicaciones, yo entiendo. Solo puedo darte las gracias y decirte adiós para siempre.- Hermione la miró de frente, la cara de Pansy era piedra pura. Alargo su brazo y tomó su mano acariciándola con adoración.- Ha sido la mejor noche de mi vida y siempre lo recordaré. Ten una buena vida, Pansy.- sonrió a pesar de sentir el escozor de sus lágrimas.- ¿Puedo llamarte Pansy?- Al ver que no decía nada, retrocedió.- Perdón, Parkinson. Me he tomado demasiadas confianzas. Será mejor que te vayas ahora o vendrá MacGonagall y podría incluso expulsarte.- hizo una cara de horror.- Vete, por favor. Yo arreglaré todo, yo...

- ¡Brown!- gritó Pansy de pronto. La chica, que había presenciado todo con la boca abierta, se exaltó.- ¡Lárgate! ¡Ahora! ¡Y llévate a todas de aquí o las maldeciré!

Lavender, asustada, corrió fuera de la habitación y empujo a todas las curiosas.

- ¿Pero Pansy...?

Estupefacta, vio a Pansy arreglar la puerta destrozada y sellarla para que nadie viera ni escuchase ni un silbido. No hacía caso a los llamados de Hermione, estaba tan metida en su furia que no podía mantenerse quieta.

- ¿Parkinson?- Hermione no sabía que decir.- ¿Puedes decirme que ocurre?

- Recibirás muchos azotes, Hermione.- la amenazó.

La castaña jadeó al oírla.

- No entiendo nada.- Hermione frunció el ceño.- ¿Se puede saber porque has montado todo este pandemónium, Parkinson?

- ¿¡Como que por qué!?- Y al ver a Hermione molestarse por su grito intento tranquilizarse.- ¡Te has ido de mi cama!

- Si, lo he hecho.- la miró extrañada. Y su rostro repentinamente se oscureció.- ¿Te has arrepentido? Lo siento yo...

- ¡Calla, Hermione!- Pansy estaba ofuscada. No estaba escuchando más que tonterías. Ella no iba a dejarla nunca.- No hables más, no pienses. Y sobre todo deja de decir sandeces.- La atrapo por la cintura y la atrajo a si.- No debiste irte de mi cama, pretendía que te quedases ahí, siempre.

- ¿Siempre?

- Lo que has oído.- aplasto sus labios con los de ella, dulcemente.- Te amo, come libros. Jamás te dejaré ir.

Hermione Granger se echó hacia atrás, mareada y con su corazón casi explotando dentro de su pecho.

- Pansy....

- ¿No me dirás...?

Estaba tan contenta por lo que oía que salto sobre Pansy y la tiro sobre la alfombra prodigándole beso tras otro.

- Ya veo que mi declaración no te ha disgustado, sabelotodo.- Hermione negó con una sonrisa que le llegaba a los ojos.- ¿Y...?

- Oh.- echó una carcajada que la hizo sonreír.- Te amo, Parkinson.

- Llámame Pansy.- susurró cerrando los ojos, extasiada. Nunca antes había amado tanto a nadie.- Si no, ¿cómo vas a llamar a tu novia?

- ¿Novia?

- ¿Creías que ibas a ir por Hogwarts sin pertenecerme?- se indignó.- Llevo un tiempo maldiciendo a todos los posibles pretendientes que se te acercan, ¿cómo crees que Parvati dejo de hablarte?

- ¿Amenazaste a Parvati?- estaba boquiabierta.- Por eso cada vez que intento acercarme a ella, huye. ¡Por merlín, Pansy! ¿Acaso no podías simplemente pedirme una cita en vez de dejar que haga todo lo que he tenido que hacer para llamar tu atención? ¡Tuve que ponerme estos tacones! ¡Casi me mato!

- Lo sé.- sus ojos miraron sus piernas con deseo.- Nunca vuelvas a usarlos si no son para mí.

- Yo...- se sonrojo aún más.- Soy muy torpe, pero las usaré para ti.

- Buena chica.

Hermione estaba que no creía en su suerte, amaba a Pansy y ella la amaba. No podía pedir nada más en este mundo y solo agradecer al director por ayudarles a formar su plan de conquista. Al parecer habían obtenido más de lo que buscaban. Finalmente su mente se ocupó de otros pensamientos, como otra ronda desenfrenada de pasión y amor, mucho amor.

- ¿Pansy?- Su chica la devolvió a la realidad del Gran comedor.- ¿Te encuentras bien, cariño?

Cariño.

¡Cada segundo amaba más a esa mujer!

La única respuesta que pudo formular fue besarla apasionadamente.

- ¡Te la vas a comer, Pansy!- Zabinni echó otra carcajada.- Ron, amor mío, ¿porque no nos saltamos las clases hoy? Necesito tenerte de nuevo en mi cama...

- ¡Blaise!- le dio un codazo.- No digas esas cosas...tal vez más tarde.

Zabinni sin dejar de sonreír por el sonrojo de su novio le dio otro beso.

- ¿Que habrá sido de Luna? ¿Y los gemelos?

- A los Weasley no los he visto, pero si vi a Daphne.- respondió Draco ocupando la boca de Harry con un poco de fruta.- Se ha ido de Hogwarts y se llevó a la lunática consigo. Creo haber oído que iban a irse de luna de miel.

Los cuchicheos en el gran comedor se detuvieron de golpe. ¿¡Acaso Daphne Greengrass, la sangre pura más codiciada de Hogwarts se había casado con Luna "Lunática" Lovegood!?

- ¿¡De luna de miel!?- El grito de Neville se escuchó por todo el comedor. Tanto Harry, Hermione y Ron estaban con la mandíbula caída.- ¿¡Se han casado!?

Ellos se miraron mutuamente.

No hubieran creído que el plan saliera tan bien.

- Eso creo.- se encogió de hombros.- Esa Greengrass lo tenía planeado desde el principio. Lleva acechando a Lovegood desde que entró a Hogwarts.- A Harry se le cerró la mandíbula.- No me extraña que la hubiera atado a ella a través de un anillo. Una vez que encuentra algo que le gusta, no lo suelta nunca.

- No me lo puedo creer.- boqueó Neville.

Hermione y Ron no daban de sí.

- ¿Como ha podido ocurrir?

De pronto una lechuza entró en el gran comedor haciéndolos saltar. Llevaba un sobre en el pico así que Harry lo tomó y abrió la carta. La mandíbula se le cayó ya del todo. En ella había una foto de las recientemente esposas en lo que sería una playa del caribe, sonrientes y mostrando sus anillos de casadas. Luego, el sonido de sus voces los exalto de nuevo.

"¡Casadas! ¡Volveremos pronto!- se oyó un chasquido de lengua.- No tan pronto, querida, aún tenemos mucho que foll...Aghh.- hubo un corte y una risita suave de Luna.- Perdón. Mandaremos fotos, ¡os extrañaremos mucho! ¡Adiós!"

Las voces se apagaron escuchandose el sonido de las olas.

- ¿Y las clases?- inquirió Hermione, preocupada por sus estudios.

- Ya han pasado los exámenes, Mione.- dijo Ron más calmado.- Solo tenemos unas cuantas clases, no es para tanto.

- Si que lo es.- gruñó.

- No te enfades, amor.- Pansy la beso de nuevo.- ¿Porque no hacemos nosotras lo mismo y viajamos juntas?

- ¡Si!- y la abrazó fuerte.

Sin embargo Harry, mirando con una sonrisa a cada pareja, se preguntaba que se le había pasado por la cabeza a Luna para que terminase casada con Daphne Greengrass...

 

Notas finales:

¡Perdón! Me disculpo después de tanto tiempo.

;P

Espero que os guste,

Caedes


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).