Lamentablemente llegamos a la mesa, me gustaría escuchar más de su plática para así sentirme más cerca de Zoro, poder comprenderlo, saber que guarda en su interior, ese vacío y esa soledad que carga, desearía saber más de el.
Les dije sobre el plato del día, la especialidad del chef y nuestro plato principal. Les deje el menú y les serví vino. En cuanto hice todo eso me marche.
Fui avisarle al abuelo que el almirante Zoro estaba en el restaurante, salió enseguida de la cocina y me pidió que lo acompañara.
-buenas noches, Lamento molestarlos pero quería saludarte Zoro- mi abuelo le ofreció la mano.
-zeff, cuanto tiempo de no verte- decía levantándose y agarrando la mano de mi abuelo para poder atraerlo y abrazarlo con cariño.
-lo se, ya más de 11 años y dime ¿ya te casaste con kuina?- decía feliz el anciano.
-yo......no- decía con tanta tristeza en sus palabras.
-kuina pasó a mejor vida hace 10 años- decía Robin.
-oh, lamentó escuchar eso. Lo siento por mi indiscreción-
-no importa, ya pasó hace mucho-
-zeff, no me piensas saludar- hablaba Robin, cambiando rápidamente la atmósfera creada.
-Robin que alegría, pensé que ya no te volvería a ver, después de que decidiste irte a los campos de guerra ayudar a los niños refugiados- dijo abrazándola.
-tenía planeado el quedarme pero Zoro me necesitaba- decía agarrando la mano del anterior mencionado.
-y si que te necesitaba- los dos reían.
-me alegra el escuchar que tienes a alguien que te apoya- hablaba el abuelo posando su mano en el hombro de Zoro. -se que fue difícil para ti-
-gracias por tus palabras zeff-
-de nada muchacho sabes que siempre estaré cuando quieras, nunca me olvidare de aquel niño que jugaba a ser almirante enfrente de mi casa y las niñas que jugaban a curarlo- se dedicaron una sonrisa.
-tiempos aquéllos- decía Robin.
-bueno, cambiando de tema te presento a mi nieto Sanji, te recuerdas de el. Siempre quitaba a kuina de tu lado con la excusa de que el sería tu esposa- decía apuntando me con una mano y riendo sonoramente.
En ese momento me sentía perdido, no sabía de que estaban hablando, no lo podía comprender. Era enserio ¿yo conocía a Zoro anteriormente? ¿Jugaba a ser su esposa? Eso era demasiado.
-con que eso era, por eso se me hacia tan conocido- dijo Zoro viéndome.
-jaja, ahora que se recuerdan pasó a retirarme. Me deben de necesitar en la cocina- dijo despidiéndose.
-no te recuerdas de nosotros ¿cierto?- decía viéndome con una sonrisa de esas que me mataba y revivían en el mismo instante.
-no, lo siento mucho, creo que era muy pequeño como para recordar- dije tristemente
-bueno no es que importara mucho, ya que a mi me olvidaste también- decía Robin
No podía creer que ya lo conocía anteriormente y no lo recordaba, hasta decía que sería su esposa. Que pena saber que desde pequeño estaba enamorado de Zoro, y no poder recordar nada de el.
-con su permiso- hable para pasar a retirarme yo también y poder dejarlos solos en su velada. Necesitaba pensar sobre lo ocurrido, quería saber porque no lo podía recordar.
-oye, Sanji- me decía Robin -tu ¿ya te has enamorado?- esa pregunta me paro en seco.
-...amm...bueno..si- dije viendo instantáneamente a Zoro poniéndome rojo ante mi propio acto.
-ja, ya veo entonces, dime si tu perdieras a alguien importante muy importante pero ya pasaron muchos años desde su pérdida, ¿siguieras con tu vida y formarías una nueva relación?-
-eso depende de cuanto ame a esa persona, no importara cuantos años pasarán me sería imposible el poder olvidar todos los momentos vividos con ese alguien especial, yo no trataría de olvidar, yo la guardaría en el fondo de mi corazón, como mi primer amor pero la vida sigue y estaría dispuesto a encontrar a alguien más con el cual pasar el resto de mis días, estoy seguro de que esa persona que fue especial, estaría contenta de saber que nuevamente soy feliz- dije seguro de mis palabras.
-lo escuchaste Zoro, no soy la única que piensa así, debes de rehacer tu vida- decía Robin sonriéndole.
-si es todo me pasó a retirar- dije sabiendo que hacia un mal tercio en ese ambiente.
Escuche decir a Zoro detrás de mi -tienes razón, ella estaría bien si yo soy nuevamente feliz con alguien más, gracias-
El escuchar eso no se sí me hacia feliz o tristes, ya que quizás tenía una mínima posibilidad pero a la vez se que Robin es la otra persona que puede hacer a Zoro feliz.
Saber que Zoro perdió a su novia hace 10 años y que aún la sigue amando es increíble, el saber que aún hay personas que aman desde lo profundo de sus corazones y no importa cuanto tiempo pase nunca se olvidarán de sus hermosos sentimientos.
El restaurante estaba por cerrar y los comensales iba saliendo en calma. Zoro se quedo un tiempo más hablando con mi abuelo, recordando, quizás, viejos tiempos.
Ya era muy tarde, Zoro se estaba despidiendo y se dirigió a mi y con una sonrisa me dijo -nos vemos mañana- agarro el abrigo de Robin y lo puso sobre los hombros de ella, Robin lo agarro del brazo y salieron así del restaurante.
-y pensar que hasta planes de boda tenía- escuche decir a mi abuelo.
-él y kuina ¿verdad?- pregunte, la curiosidad me mataba, quería saber más sobre eso.
-si, ellos se veían tan bien juntos, es una pena que ella muriera en la guerra. Se suponía que después de que regresarán se iban a casar- hablaba con pesar.
-¿ella era soldado?-
-no, kuina era enfermera, supongo un día atacaron a los heridos o quizás la agarraron desprevenida dándole su muerte-
-es una pena- dije, ahora ya sabía porque Zoro tenía un vacío en sus ojos, cuando miraba pareciera que no tenía nada por lo cual seguir vivo.