La tarde había pasado rápidamente cuando me dí cuenta ya eran casi las diez de la noche, sólo una hora más y habré acabado por hoy menos mal que mañana es sábado y podré descansar todo el día, termino de ordenar las cajas del almacén cuando oigo como mi jefe entra.
- David, por favor puedes servir a los nuevos clientes que acaban de entrar, yo tengo que salir un momento para hacer una llamada urgente – no me dio tiempo a contestar, ya había salido por la misma puerta que entro.
Salí del almacén y me dirigí a la barra para coger mi bloc de notas y dirigirme a la única mesa que no estaba tomando nada, eran dos jóvenes, un chico de espaldas a mí y una chica bastante guapa, de larga melena morena y ojos azul cielo, parecía que su compañero le decía algo gracioso pues se reía bastante alto.
- Buenas noches, ¿qué desean para tomar? - la chica me miro y pude notar como en el rostro del chico se dibujaba una sonrisa picara y se giro hacía mi, me sorprendí al ver quien era.
- Vaya, que tenemos aquí pero si es el lindo gatito – no lo pude evitar me sonroje al oír esas palabras, ¿porque ese chico me pone tan nervioso?, mire el bloc de notas y volví a preguntar pero esta vez no tan amablemente:
- Qué vais a querer tomar, ¿Alex era no? no tengo toda la noche – dije algo molesto, este chico me hacía enfadar, y que estuviera con esa chica aun me molestaba más, pero ¿por qué? Ni siquiera lo conozco, entonces por qué me ponía nervioso que me mirara así, y que me dijera lindo, ni siquiera me caía bien.
- Dos coca-colas por favor – dijo la chica sacándome de mis pensamientos.
- En seguida se las traigo – me aleje lo más rápido posible de esa mesa, note como ella le preguntaba a Alex que había sido ese comentario, me acerque a la barra y le pedí a Laura, la otra camarera que sirviera ella esa mesa, no le hizo mucha gracia pero aceptó. Le pregunte al jefe si podía irme ya que no me encontraba muy bien, y como solo faltaba un rato para que terminara mi turno me dejo irme.
Cuando salí de cambiarme mire por última vez a la mesa donde estaba Alex y esa chica, y me sorprendí al ver que ya no estaban, no le dí importancia y me dirigí a mi casa. Vivo a unas manzanas de la cafetería, a unos quince minutos a paso lento, iba tan sumergido en mis pensamientos que no note que alguien me seguía, al cruzar una calle note como alguien me empujaba hacía la pared y me acorralaba cara la pared, note como se apegaba a mi, su respiración en mi nuca y ese dulce aroma “¿dulce aroma?, pero en que diablos estas pensando David”. Mi respiración se aceleró, estaba asustado, no es que fuera un miedica pero sabía que la persona que me atacaba era más alta y fuerte que yo, así que no tengo escapatoria, sólo podía rezar en silencio que no me hiciera nada, tampoco es como si fuera a llorar y suplicar no iba a ser tan patético o eso creo.
- Eres un gatito malo ¿lo sabías? - lo cogió de la cintura y le dio la vuelta, ahora se miraban a la cara, David se sorprendió al ver que la persona que lo tenía contra la pared era Alex, respiro un poco más tranquilo – ¿por qué no has vuelto a servirme?, yo te estaba esperando a ti. ¿Será que te pongo nervioso gatito y por eso has salido huyendo?
Mi corazón se aceleró aun más si podía, ¿él me estaba esperando?, no entiendo nada, espera un momento, porque narices me tiene acorralado contra la pared!
- Eres idiota ¿lo sabías? - le di un empujón y me zafe de su agarre – me has asustado imbécil, además a ti que más te da si te sirvo yo u otra, y para tu información no he salido huyendo por que me pongas nervioso, cosa que no haces por cierto, y no me llames así! - dije enfadado y empece a caminar otra vez.
- Jajajaja – me di la vuelta al oírle, tenía una mano apoyada en la pared y la otra en su barriga, sera hijo de su madre, encima se ríe de mi, estaba a punto de decirle cuatro verdades a la cara cuando paro de reírse y se acerco a mi – vamos David no te enfades por favor – levanto su mano y acaricio suavemente mi mejilla.
En ese momento me paralice, no podía moverme y note como empezaba a sonrojarme, su voz había sido tan dulce y su roce es tan suave, me gusta, me gusta tanto que instintivamente cerré los ojos y me apegue más a él, seguía con su mano en mi mejilla cuando sentí sus labios rozar los míos, fue sólo un ligero roce, pero fue suficiente para hacer que mi corazón se acelerará tanto que doliera, abrí los ojos al notar que retiraba sus labios deseoso de más.
- Vamos – me susurro- te acompaño a casa, quiero conocerte mejor, voy a contarte un secreto gatito, me gustas.
No supe que contestar, mi corazón iba a mil por hora e intentaba controlar mi respiración para que no se notará lo mucho que me ha afectado ese simple roce y sus palabras. Comencé a caminar otra vez pero ahora con él a mi lado.
- Esto … y tu ¿tienes hermanos? - pregunte lo primero que se me ocurrió con la esperanza de que no se notara mucho lo nervioso que estaba, él simplemente sonrió.
- Tengo amigos que son como mis hermanos, si eso cuenta, entonces sí, tengo dos hermanos.
- Yo también alguien así – dije con una gran sonrisa al recordar a Sam.
- Sabe Sam que lo consideras sólo tu hermano – dijo alzando una ceja, lo mire sorprendido.
- Pues claro, Sam y yo somos como hermanos – dije convencido, en este punto ya habíamos llegado a mi casa – Bueno Alex – dije parándome – gracias por esta noche tan … interesante, nos vemos el lunes en clase.
Di media vuelta sin esperar a que contestará, solo quería salir corriendo de allí, para hacer que mi corazón se tranquilizará.
- Espera – me cogió del brazo y me hizo dar la vuelta- no nos hemos despedido como toca – y me volvió a besar, pero esta vez el beso no fue un simple roce de labios, esta vez fue un beso más apasionado, no lo pude evitar y respondí ese beso, cerré los ojos y lleve mis manos detrás de su cuello.
Cuando nos separemos por falta de aire el simplemente susurro un buenas noche y se marcho cuando doblo la esquina lleve mi mano a mis labios recordando el beso, entre corriendo a casa, dirigiéndome directamente a mi cuarto. No pude pegar ojo en toda la noche, no paraba de darle vueltas a lo que había pasado con Alex, ¿por qué lo ha hecho?, ¿estaría burlándose de mi? O sería verdad que le gustaba.
- Argh..... no sé, no lo entiendo – dije en voz alta, dando vueltas en la cama, tengo la costumbre de hablarme en voz alta para aclarar mis ideas. “Te gusta” - Calla conciencia, no no me gusta ese engreído, además lo acabo de conocer hoy, es imposible que me guste - “Sí lo hace, reconoce David que te ha encantado ese beso” - uhm... puede que si me haya gustado el beso, pero a quién no, siendo su primer beso y por un chico guapo, oh por dios! Pero que estoy diciendo, estoy perdiendo la cabeza, tengo que hablar con Sam – miro que hora es dispuesto a llamarle pero me doy cuenta de que aun es temprano son solo las cinco de la mañana y seguro que él se acostaría tarde estudiando para el examen de la semana que viene, lo que me recuerda que yo también tengo que estudiar, así que me levanto y cojo los apuntes que me ha dejado Miriam y sonrió al recordar el precio que han tenido, y sin darme cuenta me quede dormido encima de los apuntes.