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Conservando el corazón por Rukia Matsuoka

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Notas del capitulo:

¡Hola!

Aqui con el capitulo cinco, espero que les guste :3

Agradecimiento a aquellos que me dejan sus review y a aquellos que toman un poco de su tiempo en leer el capitulo.

Sentía como aquel hombre le abrazaba mientras susurraba su nombre. Los nervios le comenzaron a invadir al saber que su sonrojo no se borraba y que aquel hombre al que había catalogado como un príncipe le conociese.

Itachi tomo las mejillas de Deidara entre sus manos observando aquellos ojos que tanto le gustaban ver pero, su emoción disminuyo al ver aquel celeste apagado, el mismo tono de color que tenía su esposo antes de desaparecer. Su alegría volvió al saber que su esposo no se había suicidado. Y sin más, beso aquellos labios que tanto había extrañado, aquel tono en rosa y su suavidad.

Deidara se sorprendió ante el repentino beso de aquel hombre, y estaba dispuesto a separarse pero, su cuerpo comenzó a reaccionar por sí solo. Se asusto al sentir como aquel vacio que siempre le invadía era llenado por la calidez de aquel cuerpo.

—Te extrañe tanto, Deidara—le dejo de besar dejándole jadeante sintiendo aquellos brazos abrazarle de nuevo—Tanto…

Deidara sintió una opresión en el pecho al escuchar los sollozos del hombre que escondía su rostro en su cuello. Con dificultad le alejo, no importaba si aquel hombre le conocía, él debía de regresar con Iruka, Kakashi y el pequeño Ren.

—Creo que me confunde con alguien más…—le sonrio comenzando a retroceder, debía de salir de esa ciudad, después debía de pedirle disculpas a Iruka por no llevar el pedido.

Itachi le miro extrañado, Deidara no debía de reaccionar así, pareciese como si no le conociese o como si fuese un extraño y se alarmo al verle alejarse y por instinto le tomo del brazo; aquel delicado y fino brazo. Ansiaba tanto el tacto de su esposo. Pero sus ansiedades se vieron interrumpidas al ver el rostro de terror del rubio.

— ¡Por favor suélteme! ¡No lo conozco! —Itachi sintió como algo en él se rompía. Miro como las personas que estaban por ahí le comenzaban a rodear así que, tomo al rubio de manera nupcial para llevarlo al auto.

Deidara se sorprendió al sentir como era levantado del suelo sin creer el atrevimiento de aquel hombre con él.

— ¡¿Qué le pasa, bruto?! ¡Bájeme! —Comenzó a patalear.

Itachi vio como algunas personas llamaban a la policía hasta que uno apareció— ¡Es mi esposo! —frunció el ceño mostrando a como podía su anillo de matrimonio.

Itachi suspiro frustrado al ver que no le creía hasta que vio al policía ver uno de las manos de Deidara y sonrio con ternura. Aun llevaba su anillo de matrimonio. Lo sentó en el asiento escuchando sus reclamos y rápidamente subió al auto, le coloco los audífonos a su celular y se dispuso a conducir mientras hacia una llamada.

—Sai, llama a toda la familia a una reunión, de inmediato—miro a Deidara por el retrovisor quien estaba de brazos cruzados y con el ceño fruncido—llevo una gran noticia…

Deidara se sentía molesto por ser obligado de aquella manera a subir al auto pero, por más que se explicara el porqué no estaba asustado al estar cerca de aquel hombre no encontraba respuesta, miro hacia el conductor encontrándose con aquella mirada haciéndole ver hacia otro lugar con un notable sonrojo.

Itachi sonrio ante la timidez repentina de su esposo, aun recordaba que era el rubio quien le desnudaba para hacer el amor en su ansiedad de hacer a su hijo y sin avergonzarse. Su sonrisa se borro al recordar a su hijo y miro de nuevo a Deidara. No tenía el mismo aspecto de la última vez que le vio pero, podía decir que su mirada seguía igual de apagada.

— ¿Por qué actúas de esa manera, Deidara? —Pregunto, debía de saber el porqué no parecía afectado.

Deidara le miro inseguro pero, ya que estaba en aquel auto sin tener donde huir, suspiro—No recuerdo nada sobre mí, solo sé que me llamo Deidara…Nada más.

Itachi frunció el ceño— ¿Cómo que, no recuerdas nada?

La expresión de Deidara se volvió lastimera, por alguna extraña razón el ver a aquel azabache con el ceño fruncido le deprimía. Itachi noto aquella expresión así que solo se disculpo, lo menos que quería era que,  Deidara tuviese una razón para dejarle de nuevo.

—Iruka-San y Kakashi-San dijeron que perdí la memoria por un aparente golpe en la cabeza por caer al rio—Itachi sintió un escalofrió correrle la columna mientras su mirada se llenaba de dolor, entonces… ¿Deidara en verdad se quiso suicidar? —Pero, tampoco recuerdo el porqué estaba en el rio…—Susurro.

El trascurso del viaje el rubio noto como el azabache seguía conduciendo sin dirigirle la mirada y eso le preocupo pero, decidió no preguntar dedicándose a ver el camino. Al poco tiempo se sorprendió al ver a la lejanía una gran mansión, sonriendo irónico al pensar que era a ese lugar al que se dirigían. Su sonrisa se borro dejándole anonadado al ver tanto lujo en un solo lugar, incluso era más grande que los terrenos del matrimonio Hatake.

El auto se estaciono frente a la entrada. Cuando noto, el azabache estaba abriéndole la puerta ofreciéndole su mano para salir. Le miro con desconfianza haciendo reír al otro pero, por alguna razón el también sonrio por lo gracioso de la escena. Así que le tomo dando un gritillo por el fuerte jalón del azabache mientras este le tomaba de la cintura y le besaba.

—Si perdiste la memoria, hare que me recuerdes—le dijo el azabache soltándole y llevándole de la mano admirando aquel sonrojo del doncel—Me llamo Itachi Uchiha y tu eres mi esposo…Deidara Uchiha—le regalo una radiante sonrisa dejando extasiado al rubio—Pero no importa que lo comprendas de inmediato, ahora solo debes de ver a tu familia…

~*~

Madara observaba como Minato almorzaba con una aparente sonrisa pero, él sabía que era un escudo más que había creado después de descubrir que su hijo mayor había muerto. Incluso sus peleas sin sentidos que le daban una esperanza de tener una relación con él se habían terminado, Minato apenas notaba su existencia.

Observo a todos sentados en el comedor, su hijo mayor había convocado una reunión familiar por una importante noticia. Podía notar a Naruto juguetear con sus dedos de los nervios, el chico se había culpado de la muerte de Deidara y ni recordar la furia de Itachi hacia él, y el que ahora este sentado en el comedor para reunirse en la misma habitación con él que le odiaba al parecer le estaba desesperando. Suspiro preocupado, el chico debía de calmarse o le haría daño a su hijo. Sonrio, Naruto llevaba aproximadamente cinco meses de embarazo y Sasuke se encargaba de cuidarlo ya que había tomado como ejemplo a su hermano mayor de no descuidar a su esposo.

Escucharon la puerta de la cocina medio abrirse apareciendo Itachi por el marco con una radiante sonrisa dejándole anonadado ya que, tenía mucho tiempo de no verle una sonrisa sincera. Miro a los demás y al parecer también estaban en el mismo estado de sorpresa.

—Familia les tengo una gran noticia—Aquello le asusto aun mas ya que, la sonrisa cada vez se hacía más resplandeciente de tanta felicidad—entra…

Miro extrañado a su hijo al igual que los demás, tal vez les presentaría a alguien más y tal vez el plan absurdo de Sai de buscar a alguien más para rehacer su vida había funcionado pero, todos se quedaron helados al ver como Itachi abría mas la puerta para dejar ver a la persona que entraba con cierta timidez. Estaba seguro que si no estuviesen sentados en el comedor, a todos los presentes les hubiesen fallado las piernas de la impresión.

El primero que reacciono fue Minato quien se levanto del comedor para acercarse al doncel frente a él mirándole esperanzado. Sin creérselo tomo entre sus manos las mejillas del rubio mientras analizaba cada rasgo. Las lágrimas bajaron por las mejillas de Minato mientras sonreía de felicidad…

—No puede ser…—Minato susurro ahogadamente—Mi pequeño Deidara…Hijo…

El aludido sentía otra opresión en el pecho al ver aquel doncel que le llamaba hijo, por alguna extraña razón sonrio sin poder evitar dejar correr las lágrimas por sus mejillas  y como si nada le abrazo.

— ¡Dei-Nii! —Naruto jadeo de cansancio por levantarse abruptamente del comedor.

— ¡Naruto! Con cuidado—Sasuke también se levanto para sostener a su esposo en un caso que las piernas no aguantaran el peso.

Naruto ignoro a su esposo para acercarse a su hermano mayor. Desde que descubrió que Deidara se había suicidado se había culpado miles de veces y era lo único que hacía de sus días un martirio. Incluyendo el odio que podía sentir por parte del que era su cuñado. Llego hasta él para unirse al abrazo, siendo recibido con una sonrisa.

Madara sonrio al ver a los donceles de la mansión con una sonrisa en el rostro, incluyendo a su hijo quien volvía a tener alegría en sus ojos. Aun así, no se explicaba que hacía en rubio ahí, ahora podía entender el porqué no habían encontrado su cuerpo pero ¿El doncel se había intentado suicidar o no?

— ¿Cómo lo encontraste, Itachi? —Le pregunto a su hijo, llamando la atención de todos, recibiendo como respuesta una extraña sonrisa que no pudo identificar.

—Deidara…—Itachi se acerco a su esposo interrumpiendo el momento sentimental de los donceles—El es Minato Namikaze, tu Oto-Chan—Le señalo al doncel mayor—Y el es Naruto Namikaze, tu hermano mayor…

— ¡Itachi! ¿Estás tratando a mi hijo como un tonto? —Minato le dijo molesto recibiendo la misma sonrisa extraña.

—El es Madara Uchiha, mi Oto-San y tu suegro—Señalando al hombre de cabello largo que les miraba con una ceja enarcada. Y luego señalo a otro azabache quien les miraba con el ceño fruncido—El es Sasuke Uchiha, mi hermano menor y tu cuñado—Deidara solo asintió dudoso e Itachi miro a todos—Deidara perdió la memoria después de caer al rio.

Todo se volvió silencio respondiendo las dudas del supuesto suicidio del rubio. Aunque el azabache les dijese aquello les resultaba imposible que aquel doncel que siempre sonreía pudiese haber cometido tal acto.

Minato miro con tristeza a su hijo mientras le abrazaba a su pecho acariciando aquellos cabellos. No podía aceptar que su pequeño haya intentado quitarse la vida. Deidara solo se dejo hacer, se sentía muy reconfortado el estar entre aquellos brazos, se sentía tanta calidez y ternura, era tan maternal.

—En todo caso, deberíamos llevarlo al hospital—Opino Madara.

Deidara se alejo del abrazo mientras sonreía—Estoy bien, Kakashi-San dijo que la recuperaría con el tiempo…

—Oh…Entonces debe de ser un gran medico, hay que darle las gracias por cuidarte—dijo Naruto, sonriendo.

Deidara solo ladeo la cabeza sin entender—No, Kakashi-San es un veterinario.

A todos los presentes le miraban con un tic en el ojo ¿El rubio sabrá sobre la gran diferencia que había entre un médico y un veterinario? Madara suspiro, aunque podía decir que los humanos a veces se comportaban como animales no quería decir que contrajeran las mismas enfermedades, al menos no del mismo nivel.

—Itachi, lleva a Deidara a la habitación para que tome un baño y descanse…—le dijo Minato mientras se acercaba a la nevera y comenzaba a sacar algunos ingredientes. Debía de darle una grandiosa bienvenida a su hijo.

Itachi asintió, tenía mucho tiempo de no ver la ropa que su hermoso doncel usaba y menos verle tomando un baño o sentir aquel delicioso aroma que despedía cuando salía del tocador con su cabello mojado junto a una toalla que resaltaba las leves curvas de su esbelto cuerpo.

Deidara salto de la impresión al escuchar aquello. Él no estaba ahí para quedarse ¿Qué pasaría con Kakashi e Iruka? Y ni imaginar al pequeño Ren cuando se enterara que ya no volvería.

— ¡Esperen! —Llamo la atención de todos— No puedo quedarme, debo de regresar con Kakashi-San e Iruka-San…

Todos le miraron incrédulo e Itachi detuvo su andar hacia la habitación y le miro serio. Suspiro, sabía que no tenia fácil que el doncel se acostumbrarse a ellos ya que aparentemente no les conocía. Aun así, aunque pareciese egoísta, debía de permanecer con ellos o si no, no recordaría nada o al menos que les recordara ya que haría cualquier cosa porque no recordara el accidente.

—Entonces, quiero conocer a Kakashi e Iruka, quiero hablar con ellos—Dijo Itachi decido.

Deidara miro inseguro al príncipe de sus sueños hasta que asintió, tenía la esperanza que Iruka le convenciera de dejarle tranquilo aunque, se lamentaría por aquellas personas que se suponían que eran su familia, se veían felices de verle de nuevo pero, si no les recordaba solo les sería una molestia. Una punzada de dolor le abarco el pecho al considerarse de aquella manera, así que pensó en otra cosa antes que las lagrimas que a veces derramaba sin querer le recorrieran las mejillas. Itachi le llevo al auto y se dedico a guiarle por el camino.

Itachi solo veía irritado el camino en el que conducía ¿Deidara había caminado aquel trayecto? De solo pensar se desesperaba ya que parecían kilómetros, debía de haberle costado horas. Ahora se preocupa no solo por su memoria si no por sus pies, después de arreglar algunas cosas con aquellas personas que se encargaron de cuidarle, le daría un masaje.

Se dedico a ver por el camino, rogando porque no hubiese un hueco en la tierra de ese terreno imperfecto, no deseaba que el auto se le abollara o se le atascara. Al poco tiempo pudo notar un granero, ahora que recordaba, por aquellos limites de Konoha se asentaban los agricultores y ganaderos que distribuían sus productos y ganado.

— ¡Aquí es! —Deidara salió del auto a penas se estaciono.

El azabache salió detrás de él pero, un fuerte olor a estiércol le impacto como una fuerte cachetada ¡¿A caso su esposo no tenía sentido del olfato?! No le sorprendía si ya lo hubiese perdido por tan putrefacto olor. Le miro correr mientras llamaba a alguien que salía del granero, un hombre de cabellos plateados seguido de un doncel de cabellos negros.

— ¡Deidara! ¡Estábamos preocupados! —le dijo Iruka mientras le abrazaba sin impórtale estar vestido con su ropa de trabajo.

—Lo siento, es que…me encontré con alguien…

—Con tu esposo—Dijo Kakashi al ver al azabache que estaba cerca de ellos, llamándole la atención el anillo en una de sus manos—Y al parecer no es cualquier hombre, quien diría que tendrías buen gusto rubio—sonrio burlón al doncel quien tenía un leve sonrojo y luego se volvió serio hacia el azabache—cabello y ojos negros más un porte orgulloso y serio, un Uchiha. Vienes por él ¿Cierto?

Itachi asintió al parecer no era un simple agricultor o al menos era uno muy astuto. Sintió una profunda mirada y vio al doncel que le analizaba con una ceja arqueada hasta que sonrio.

—Así que él es el príncipe con el que soñaste—Deidara se sonrojo ante la afirmación de Iruka, sintiendo vergüenza ya que el otro seguro le había escuchado.

—Siento la molestia pero, solo hemos venido para que, Deidara se despidiese de ustedes—los aludidos le miraron sorprendidos entonces Deidara reacciono soltándose de aquel abrazo.

—Espera, no puedes decidir eso por mi…—Itachi miro a aquellos ojos llenos de tristeza, sabía muy bien que se había encariñado con aquellas personas pero, lo mejor era estar con ellos además no es como si no los volviese a ver y después de haber escuchado que formaba parte de sus sueños se negaba a dejarlo.

—Deidara creo que es lo mejor—Iruka le sonrio nostálgico. El rubio iba a quejarse pero le interrumpió— Además, es tu esposo y estoy seguro que te cuidara.

Kakashi se acerco a ambos donceles y toco el hombro—Ya no te preocupes y despídete de Ren, está durmiendo en su cuna.

Deidara les miro suplicante para que no dejaran ir pero, los otros no cedieron así que, camino en dirección a la que ahora sería su antiguo hogar.

—Vamos a la casa—Iruka se acerco a Itachi—Parece que ya no soportas el olor—rio divertido al verle pálido.

Itachi asintió sin importarle que se riera de lo patético que se veía al no soportar aquel olor, ya que estaba solo acostumbrado al satisfactorio olor del aire acondicionado de la empresa y al buen olor que debían de tener los cosméticos.

Caminaron unos metros y estaba empezando a pensar que no era conveniente vivir en el campo, absolutamente todo en aquel lugar era inmenso, incluyendo el camino para llegar a ciertos lugares. A los minutos llegaron a una casa de dos pisos donde escucharon el llanto de un niño.

—Al parecer ya se lo dijo—susurro Kakashi viendo por las escaleras al rubio con una dulce sonrisa tratando de consolar en sus brazos al pequeño Ren.

El corazón de Itachi comenzó a latir con rapidez al ver a Deidara cargar a aquel pequeño. Podía verlo, podía ver aquel brillo en aquellos ojos llenos de amor, alegría y ternura, eran aquel tono celeste lleno de vida que tanto había anhelado ver. Su cuerpo tomo el control y se acerco a ellos acariciando los cabellos del pequeño, sonriéndole con amor.

—No te preocupes, Chibi. Podrán visitarnos cuando quieran para que veas a Deidara…—Itachi sonrio aun mas al ver que el pequeño dejaba de llorar viéndole con ilusión.

— ¿De verdad? —Asintió.

Deidara sonrio al ver como Ren volvía a sonreír abrazándose a su cuello. Miro a Itachi quien le veía con ternura. Aquello solo le hizo sonreír, al menos le había permitido que le visitaran.

Después de pasar un poco de tiempo mientras Deidara se tomaba su tiempo para tener un momento en familia, hasta que llego la tarde y se despidieron. Itachi miro a su esposo por el retrovisor quien estaba deprimido y su mirada denotaba melancolía, se había recargado a la ventana para ver como se alejaban de aquella granja. Llegaron a la mansión y Minato les recibió con una gran cena junto a un pastel. Los ojos de Deidara brillaban al ver lo bien que se veía la comida y ni de decir del postre.

Todos sonrieron por lo bien que lo estaba pasando el rubio con la cena que le había preparado su Oto-Chan. Itachi se levanto primero del comedor ya que debía de preparar el baño y la ropa de dormir que usaría su esposo. Llego a la habitación y lleno la tina de agua tibia mientras sacaba del armario aquel camisón lila que le había comprado y que no había logrado usar, era uno de los regalos que le había preparado para verle sonreír después de aquella tragedia pero, lamentablemente había ocurrido otra. Saco de los cajones la ropa interior de su esposo, sonrio al recordar como su esposo se esmeraba en buscar la lencería más provocativa para convencerle de dejarle embarazado, aquella era una de sus más eficientes tácticas. Fue a revisar la bañera, cerrando el grifo. Escucho unos murmullos y pudo reconocer la voz de su esposo junto a la de Naruto.

—Es aquí, no te preocupes, Itachi no hará nada que tu no quieras—Naruto le dejo frente a la puerta de la que se supone que era su habitación. Deidara solo asintió, por alguna extraña razón sentía una profunda tristeza por parte de su hermano.

—Deidara el baño, está listo…—Itachi apareció por la puerta, así que su oportunidad de hablar con su hermano es esfumo y entro a la habitación.

Itachi y Naruto se quedaron en silencio. El azabache tomo esa oportunidad para al menos remediar un poco su error.

—Naruto…—se sintió mal al ver saltar del susto a su embarazado cuñado—Yo… Lo siento por lo de antes, no quería ser brusco contigo—Se tomo la nuca con vergüenza—Fue la ira del momento, en verdad lo siento.

Naruto le miro sorprendido para luego sonreírle con alivio, había pensado que Itachi no le volvería  hablar. Al principio había pensado hablarle para disculparse por lo que le había dicho a su hermano pero, el temor se lo impedía y ahora, era el mismo azabache quien se disculpaba. Asintió mientras se retiraba a su habitación junto a su esposo.

Itachi sonrio y entro a la habitación encontrándose con Deidara en toalla con su cabello húmedo sentado en la cama viendo el camisón y la ropa interior. No pudo evitar recorrer el cuerpo de su esposo, aun conservaba aquella belleza que lo empujaba a tomarlo entre sus brazos. Y por ultimo noto sus pies, no se veían golpeados pero, al menos podía asegurar que le dolían. Se acerco a él, agachándose tomando sus pies entre sus manos.

Deidara pego un saltillo del susto al sentir como sus pies eran tomados. No pudo evitar sonrojarse al estar junto a Itachi con solo la toalla blanca cubriendo su desnudes.

—Espera ¿Qué…? ¡Ah! —gimió por lo bien que se sentían las presiones de las manos en sus pies, y su sonrojo aumento. Cerró los ojos disfrutando del tacto.

Itachi siguió masajeando los pies de su doncel, escuchando extasiado aquellos dulces jadeos y ver aquel inocente sonrojo. Sin poder evitarlo sus manos comenzaron a ascender acariciando la suave piel de aquellos muslos y al no recibir ninguna queja siguió subiendo hasta que pudo llegar al comienzo de sus glúteos .Deidara abrió los ojos asustado al sentir aquella atrevida caricia empujando al azabache mientras salía de la habitación.

— ¡Auxilio! ¡Oto-Chan! —corrió por el pasillo sin saber en dónde encontrar a su Oto-Chan hasta que este salió de una de las habitaciones.

— ¿Qué pasa, Deidara? —Salió asustado al escuchar los gritos de su hijo quien estaba en toalla. Frunció el ceño.

—El pervertido, me estaba manoseando, Naruto me dijo que no me haría nada—Se escondió detrás de Minato al ver que Itachi le había seguido.

Minato sonrio maniaco ya que por fin tenía la oportunidad de proteger a uno de sus hijo de las manos pervertida de uno de los Uchiha. Itachi entendió la mirada de su suegro y trago el nudo que se había formado en su garganta. Deidara, antes de quedar embarazado, le había comentado la protección incondicional que le había propuesto Minato para que no le tocara y también le había dicho que lo había rechazado. No se sorprendería que su suegro le hiciese la misma propuesta y que el otro aceptara… Al parecer, el estar cerca de su esposo sería muy difícil…

 

Notas finales:

¡Hola! De nuevo...

¿Que tal estuvo el capitulo?

Jejeje Como que, Itachi y el estiercol de ganado no se llevan bien ¿No creen? XD

Pobre Dei, cayo en las manos de un pervertido, al menos tiene al «Kawaii» de su Oto-Chan XD

Me dejan un review ¿Si? Eso hara que Itachi se aleje de su estiercolfobia...ni se si esa fobia existe e.e

Nos vemos (n.n)/

 


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