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La mecánica de la calabaza por Suggiietor

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Notas del fanfic:

TODOS LOS PERSONAJES TIENEN 18 AÑOS

Notas del capitulo:

Esta es la primera entrega de mi FanFic "La Calabaza Mecánica". En este capítulo intento darle sentido a la relación entre ambos puesto que pienso que si empezasen follando como conejos desde el principio seria un poco raro...  
A partir del segundo capitulo empiezan los momentos de tensión sexual. ¡Espero de verdad les guste! 

-En estos casi tres años he mejorado un montón, si no lo vieses con tus propios ojos no creerías lo que soy capaz de hacer ahora – Presumía Naruto caminando despreocupado y sonriente con sus brazos tras la cabeza. Su acompañante pelirrojo, por el contrario y como siempre, caminaba recto, serio e imponente, mirando al frente sin mostrar ni una mera ilusión de expresión en su rostro. Quedan tres días para que comience la tercera ronda de los exámenes Chuunin que, como de costumbre, se celebran en Konoha, y el ahora Kazekage de la villa oculta de la arena, Gaara, se encontraba de visita en la villa de la hoja tras haber depositado temporalmente durante su ausencia los poderes en su hermano Kankuro. - ¿Sabes? Impones un montón con ese traje de Kazekage. – En las palabras de Naruto se notaba un trasfondo de envidia.

-Es demasiado ostentoso para mi gusto.

-Con esa cara impondrías hasta llevando un vestido… - susurro Naruto para sí mismo.

-¿Hm? – Gaara giro su cabeza hacia Naruto en señal de que no lo había escuchado.

-¡Nada, nada! – Zarandeó sus manos y cambio de tema – Mira ya se ve el campo de entrenamiento. Parece que no estaremos solos. – Dijo el rubio afinando la vista.

Un chico moreno peleaba lanzando puños y patadas entre las maderas de uno de los troncos de entrenamiento a una velocidad sorprendente que casi anulaba el aspecto ridículo del joven, que vestía un ceñido mono verde y un peinado bastante bobo. ¿Quién, sino él, iba a estar entrenando a esas horas?

-¡Buenos días Lee! – Gritó Naruto adelantándose a su acompañante.

-¡Buenos días Naruto! – Le contestó el moreno sacudiendo su mano aun a bastante distancia.

-¿Llevas toda la noche entrenando? – Le preguntó Naruto colocándose a su lado. El moreno se llevó una mano a la nuca y sacó una sonrisa burlona.

-¡Qué va! Acabo de llegar no te creas… ¿ah? – Lee acababa de percatarse del chico pelirrojo que aún se encontraba a cierta distancia, avanzando con su paso lento y calmado hacia ellos- ¿Vienes con Gaara?

-Sí, prometí enseñarle mi mejorado Rasengan y todo lo que he aprendido estos años.

-Hola Gaara – Saludó el moreno cuando este se aproximó.

-Hola – Contesto el pelirrojo con su pose recta y su gesto frio – Así que al final te recuperaste – Aquello pareció ofender un poco a Lee, quien, a pesar de decirse a sí mismo no ser una persona rencorosa, seguía pensando en el pelirrojo cada vez que su brazo su pierna izquierda comenzaban a doler. Lee separo un poco las piernas y alzo su mano firme para hacer su pose de Nice Boy.

- ¡La Bestia Verde nunca se rinde! ¿No creerías enserio que podías acabar conmigo solo con eso? ¡Además! Ahora soy mucho más fuerte y rápido que antes.

-Vale – contesto el pelirrojo, que había tomado sus palabras como un reto – Demuéstralo.

El ceño de Lee se frunció. ¿Había pasado el suficiente tiempo como para volver a pelear contra aquel que casi acaba con su vida…? Una nueva sonrisa esbozo su cara.

-¡La bestia verde siempre está preparada!  - El pelirrojo se quitó su sombrero de Kazekage y se lo cedió a Naruto.

-Emh... pero... yo había venido aquí para… - susurró Naruto, que se había vuelto invisible entre las chispas desafiantes de Lee y su ahora oponente Gaara. Lee se alejó unos metros colocándose frente a Gaara, quien cruzo sus brazos sin cambiar la nula expresión de su rostro. Lee se posiciono colocando una mano tras su espalda mientras con la otra, apuntando con la palma hacia sí mismo, daba señal de estar preparado.

-Cuando quieras – Dijo pacientemente Gaara.

Lee soltó un grito de guerra y comenzó a correr hacia él con el puño levantado hacia el pelirrojo, dispuesto a golpearle en su inmutable cara. Como Lee había esperado, la arena de Gaara se interpuso entre él y su puño, obligándole a saltar de un lado a otro eludiendo las columnas de arena que se movían sin que el pelirrojo moviese un solo musculo.

<<Solo tengo el poder de que la arena me obedezca. Es mi segunda naturaleza >> Recordó Lee.

Lee apretó los dientes mientras esquivaba la arena de Gaara intentando encontrar el momento y el punto exacto en el que soltar su puño contra él, pero aunque la velocidad y agilidad de Lee habían mejorado notablemente estos años, por supuesto Gaara, el Kazekage, también lo había hecho. Distraído con sus pensamientos, el moreno esquivo por los pelos otra columna de arena y retrocedió de un salto varios metros, alejándose de la molesta defensa de su contrincante.

<<Naturaleza>>

+Que fácil es todo cuando naces con un ‘’don’’, con un ‘’poder especial’’ – Pensó Lee. Y por si fuese poco, Gaara no contaba con uno de esos privilegios desde el nacimiento, sino con dos. No podía olvidar que también era un jinchuriki y que, aun con la remota posibilidad de que consiguiese prolongar el combate de forma que el chakra de Gaara llegara a acabarse, todavía contaría con una reserva mucho mayor y poderosa que su chakra inicial proporcionado por la bestia de una sola cola que habitaba en su cuerpo, Shukaku.

<< ¡Quiero demostrar que puedo llegar a ser un gran ninja, aun sin dominar ninguna técnica oculta ni ilusoria!>>  Neji, Naruto, Sasuke, Gaara… todos ellos contaban con algo que los hacia únicos, una fuerza distinta a las demás que no habían tenido que trabajar con la sangre y sudor que Lee se había dejado en el campo de entrenamiento día tras día.

Lee apretó su puño y volvió a cargar contra Gaara esta vez lanzando un grito que reflejaba su frustración. Su velocidad había aumentado debido a la furia, si, pero aún no lo suficiente como para inmutar lo más mínimo al pelirrojo.

-Esta arena es realmente una molestia – Susurró Lee para sí– Sea donde sea que intente golpearle mis pies y mis puños son desviados por ella. Quizás si…

El moreno saltó hacia atrás buscando adoptar una distancia prudencial a su adversario y comenzó a correr en círculos a su alrededor.

-¿Qué? – Se le escapó a Naruto- ¿Lee va a emplear la flor de loto oculta? Pero si Gai sensei le prohibió usar esa técnica desde su operación… ¿Mm? No se ha desatado sus vendas. ¿Qué intentará?

Gaara por su parte, si bien estaba preguntándose lo mismo que Naruto, para nada su rostro reflejaba duda alguna. Ni siquiera intento seguir con la mirada la velocidad de Lee. Sabía que no podría. Se limitó a permanecer con los brazos cruzados y en alerta. Desde el comienzo de la batalla Gaara aún no había movido ni un solo músculo.

Lee saltó sobre Gaara desde algún lugar de la circunferencia de polvo que el mismo había formado en el suelo. Ni el pelirrojo ni Naruto sabrían decir exactamente desde que punto.

Lee tensó su pierna hacia la cabeza de Gaara mientras este apenas tenía tiempo de colocar sus ojos en la rápida mancha verde. Lee no era estúpido, es decir, lo suficiente como para llevar ese peinado, pero no como para intentar dos veces algo que antes no había funcionado. Lee conocía muy bien l defensa definitiva de Gaara. Por ello que el destino de su pie, no era Gaara, sino su calabaza.

Como si de un balón se tratase, Lee golpeo el recipiente de arena tan fuerte como pudo, alejándolo lo suficiente como para obtener unos segundos sin esa molesta arena que anulaba todos sus ataques. Gaara solo tuvo tiempo de girarse hacia Lee y colocar sus manos en forma de cruz, protegiendo su cuello y su rostro.

<<…es mi segunda naturaleza.>>

Lee apretó casi inconscientemente sus dientes y sus ojos se tornaron de un cierto color rojizo debido a la presión de las venas de sus ojos. Apretó sus puños con tanta fuerza que, si no hubiese sido porque las vendas de sus manos empaparon sus heridas, se hubiese formado bajo sus pies un pequeño charco rojizo. Dispuesto a desahogar su furia acumulada, volvió a cargar su puño una vez más con la intención de finalizar la batalla. Cuando ya solo les separaban unos centímetros, el moreno pudo ver como una pequeña gota de sudor se deslizaba por la frente de Gaara, que tragaba saliva al notar su garganta seca. Lee esbozó una sonrisa. Coloco sus brazos uno a cada lado de los hombros del pelirrojo con tanta fuerza que tres de sus uñas de la mano derecha se clavaron en el pálido hombro del pelirrojo dejando a la luz unas finas hebras de sangre roja. Usó los hombros de Gaara como soporte para dar media vuelta sobre él y colocarse a su espalda, todo ello a tal velocidad que, aun con sus ojos aguamarina bien abiertos, el pelirrojo no puedo ver de dónde venía la certera patada que Lee le propicio en la espalda haciéndole volar varios metros hasta golpear en un árbol y caer al suelo.

Realmente Lee no pensó que su plan fuese a funcionar, pero prefirió mantener a raya su asombro para no arruinar su momento de gloria. ¿De verdad pensaba que era tan fácil derrotar a Gaara? Claro que no. A los ojos de cualquiera Gaara podría haber parecido un chico indefenso ante la veloz jugada de Lee, pero lo cierto es, que el pelirrojo bien sabía que su arena no era a lo suficientemente rápido como para proteger su cuerpo, así que mientras Lee saboreaba su velocidad superior, Gaara se había limitado a colocar la arena de la alejada calabaza en disposición circular con él mismo como eje, de forma que cuando Gaara salió disparado del recinto por la pata de Lee, la arena se abalanzó sobre el moreno encerrándolo en una pequeña esfera de arena.

Naruto, preocupado de que el pelirrojo concluyese la batalla realizando su conocido y temido ‘funeral del desierto’’  se levantó de un brinco del césped para acercarse al lugar del enfrentamiento.

Gaara lucía recostado pero consciente sobre el tronco medio partido de un árbol con su mano abierta extendida en dirección a la arena en la que se encontraba aprisionado Lee. La defensa definitiva de Gaara estaba resquebrajándose y faltaban algunos pedazos en la zona de la espalda, la cara y el hombro, dejando una imagen un tanto inquietante del rostro de Gaara descomponiéndose mientras sus ojos aguamarina se encontraban ligeramente más abiertos de lo normal, mostrando furia y tal vez sorpresa.

+Este... Esta persona.. Ha atravesado mi armadura… ¿con sus uñas? – Pensó Gaara colocando su mano derecha sobre la herida de su hombro izquierdo, liberando a Lee de la esfera de arena y manchando sus dedos de sangre – Esta.. ¿Esta es mi sangre? ¿Por qué no ha reaccionado antes mi defensa a su contacto? ¿Me estoy haciendo más torpe? – Gaara retiró la mano de su hombro para vislumbrar mejor la herida. - ¿Me estaré volviendo un inútil?

En el otro lado del campo de batalla Lee miraba de reojo a Gaara con las rodillas hincadas en la tierra y una mano en su garganta, escupiendo algunos trozos de arena que sin querer había tragado durante el jutsu de su oponente.

+ Nunca había visto a Gaara… exhausto – Pensó Lee – El vence a sus oponentes sin apenas mover un dedo, pero yo he podido herirte físicamente Gaara, lo hice por primera vez hace tres años y hoy lo he vuelto a hacer… ¡ja! Rock Lee, el único que puede herir físicamente a Gaara con sus puños. Eso me hace sentirme un poco especial y poderoso… a pesar de que claramente he perdido la batalla. Si esto no hubiese sido un combate amistoso, él habría finalizado su técnica y ahora yo sería un montón más de polvo dentro de esa calabaza suya. Gaara… casi acabaste conmigo y hoy, que tenías la oportunidad en bandeja, me dejas con  vida. Definitivamente has cambiado. Me alegro de que ahora estés en nuestro bando, Gaara del desierto. –El moreno levanto la cabeza aun recostado en el suelo para visualizar mejor a su ahora aliado y esbozó una enorme y sincera sonrisa. El pelirrojo, apoyado en el árbol y aun consternado por el olor de su propia sangre, miró de reojo a Lee y aun a distancia pudo ver su sonrisa. El corazón de Gaara dio un vuelco. ¿Le estaba tomando el pelo? ¿Por qué sonreía, si había perdido, si podría estar muerto?

-¡Vaya increíble! – Aplaudió Naruto mirando a los dos por turnos. Lee aun cogiendo desesperadamente aire de rodillas en el suelo y Gaara mirando fijamente la sangre de s mano. - ¿Estáis los dos bien? – A duras penas Lee hizo su gesto de Nice Boy esta vez únicamente levantando su mano. Demasiado cansado como para levantarse. En el otro lado, Gaara asintió levemente. Naruto le lanzó el sombrero de Kazekage a Gaara, quien lo interceptó al momento- ¡Genial! ¿Quién quiere ramen?


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