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Un regalo inesperado. por Tomoyoka

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Notas del capitulo:

Hola OwO

el capítulo por fin está terminado *-* 

me costó lo mío el avanzar :c tenía la idea, pero no las ganas de escribir :c

Finalmente contesté todos sus comentarios (/*-*)/ Muchas gracias a todos, son taan geniales<3

Sin más, el capítulo ñ-ñ

-Ki-Sa-San. -Canturrió  Rin Mori, sonriendo de oreja a oreja.

Shouta dio un respingo.  Se llevó un susto de muerte al ver a Rin Mori tras suyo, observándolo por el espejo. ¿También había tenido la necesidad de ir al baño y lo había acompañado?

Lo cierto es que se sentía nervioso, la situación era bastante extraña. ¿Qué demonios hacía Rin ahí? ¿Lo había seguido? Y lo miraba de una manera... Esa misma sonrisa que él componía cada vez que se encontraba a un extraño en algún bar para lograr entrar a su apartamento. Claro, antes de conocer a Yukina.

Prefirió asentir con la cabeza a modo de saludo y huir del lugar. Un escalofrío recorrió su cuerpo cuando encontró la puerta cerrada con llave. Suspiró y se dio la vuelta. Rin Mori estaba demasiado cerca, con unos ojos que parecían hambrientos por devorarlo. Un nuevo suspiro escapó de sus labios. ¿Cuántas veces planeaban atacarlo esa misma semana?

-Escucha, Mori-san.

-No me llames así, puedes decirme Rin.

-No. ¿Me dirás qué sucede? ¿Actuarás igual que tu hermana?

Rin sonrió, perspicaz. ¿Kisa se había dado cuenta de sus intenciones?

-No, no actuaré igual que mi hermana, yo lo haré mejor que ella.

-Claro, pero dime.  ¿Dónde está el cerrojo de esta cosa? Quiero salir.

Rin frunció el ceño ante la resistencia de Kisa. ¿Qué tenía el otro chico, Yukina, de especial cómo para qué el de cabellos negros lo ignorara?

Se escucharon dos golpes, seguidos de la melodiosa voz de Yukina. Shouta dio un suspiro de alivio, y miró a Rin desafiante. El guapo muchacho pegó un gruñido de exasperación y abrió la puerta.

-¿Kisa-san? Oh, Rin-san. ¿Dónde está ...Shouta?

El editor sintió como el corazón se le aceleraba al escuchar a su pareja llamarlo por su nombre de pila. Se adelantó e hizo señas a Yukina, para salir rápidamente del servicio. Rin los siguió de cerca, evidentemente cabreado. Pero ahora estaba mucho más empeñado en conseguir a Shouta. Después de todo, uno siempre anhela lo difícil -Pero no imposible- de conseguir. En la mesa, Hana Mori esperaba pacientemente a la llegada de los tres guapos hombres. Se preguntaba vagamente si Kisa ya había sucumbido a los supuestos encantos de su hermano.

-Lo siento mucho por hacerte esperar, Mori-san.-anunció Yukina al sentarse, y le dirigió una amable sonrisa a la mujer. Hana le devolvió la mueca y negó con la cabeza.

-He ordenado más licor en sus ausencias, ¿Está bien?

-Claro que sí, hermana. Después de todo, no es posible que alguno de nosotros caiga, ¿Verdad?-Rin le dedicó una seductora sonrisa a Kisa, y este resopló. Yukina frunció el ceño y ambos se aseguraron de no tomar más bebida de la correspondiente por cortesía en lo que duró la cena. A Yukina le costaba suyo mantener su temperamento, y casi no pudo evitar el dar un suspiro de alivio cuando fueron libres de marchar. Aunque los Mori insistieron en acompañarlos, la pareja se negó. Por el momento, Kisa-san se negaba a ver a Rin Mori otra vez.

 

Hiroki Kamijo revisaba los informes que le habían entregado sus alumnos en la clase anterior. Se había quedado después de clases en la gran sala, y ni si quiera notó la presencia de Sora Yumiko, su talentosa alumna. La muchacha tenía diecinueve años, y era extremadamente buena en la literatura.  Se podría decir que pasaba a todos sus compañeros por mucho. Normalmente se recogía el cabello castaño en una coleta, o lo dejaba suelto y lacio. Usaba zapatillas cómodas y camisas a cuadrille. Se podría decir que tenía un aspecto bastante natural, y muchos muchachos la encontraban hermosa.

Pero además de su capacidad en los estudios, había algo más por lo todos sus amigos la admiraban. Era la única estudiante, o tal vez ser viviente -opinaban los demás- que podía mantener una conversación civilizada con el demonio Kamijo. Desde el primer día sus personalidades habían congeniado, y la joven admiraba mucho a su profesor. Era su figura a seguir, y además su guía en el bello mundo de las letras.

-Profesor Kamijo, ¿Puedo pasar?-se anunció.

Hiroki levantó levemente la cabeza de los informes y asintió con la cabeza, al reconocer la voz de Sora.  La muchacha entró gustosa y se sentó frente a su profesor predilecto.  Esperó pacientemente a que el hombre terminara de leer -ya que sabía por experiencia lo irritante que podía ser que te interrumpieran en medio de la lectura-  y mientras hacía el rato comenzó a leer los trabajos de sus compañeros y a corregir. Era un trabajo que sólo se le permitía a ella. Pasaron los minutos y finalmente Hiroki se honró a hablar.

-Excelente trabajo, por cierto.-felicitó a su alumna, refiriéndose a su informe. Sora sonrió eligió cuidadosamente sus siguientes palabras, sabiendo que Kamijo era bastante orgulloso.

-Es porque usted nos ha enseñado muy bien. Oh, por cierto, Hice unas galletas. ¿Las quiere probar?

-Claro, ¿Por qué no?

La muchacha suspiró de alivio. La verdad es que la cocina no era su pasatiempo favorito, pero necesitaba practicar para darle galletas de san Valentín a su novio.  Usaba a su profesor como sujeto de pruebas, y le sabía algo mal. Pero por lo menos... Hiroki le daría una opinión sincera, ¿Verdad?

El hombre dio el primer mordisco y su rostro lentamente se fue deformando. Sora supo enseguida que esa era mala señal, e hizo una seña de alto con la mano para que Kamijo se guardara su evidente opinión. Cuando estuvo a punto de abrir la boca para hablar, sonó el teléfono del profesor.

-U-Un segundo-pidió el hombre, intentando tragar. La galleta no estaba precisamente buena, pero no era educado decirlo... En cuanto a su teléfono, era un mensaje de voz de un número desconocido. Sin saber cómo manejar su nuevo teléfono celular, apretó la tecla en la que se daba el altavoz accidentalmente. Casi enseguida pudo reconocer la voz de Nowaki.

-¡Hiro-san! Hola, ¿Cómo estás? La verdad es que he perdido el móvil, y es muy posible que me lo haya dejado en tú maleta. ¡Estaba guardando tú almuerzo cuando probablemente cayó entre tus cosas! En fin, espero que hayas tenido un excelente día. Te amo, Hiro-san. Te espero hoy en casa.

El hombre resopló, intentando no ruborizarse. Fue entonces cuando notó su gran error.

-Eh... ¡¿Eh?!

Sora lo observaba con los ojos como platos.

-Profesor Kamijo... ¿Usted es gay?

El hombre no pudo reaccionar ante su secreto descubierto.

 

Takano suspiró. Le costaba caminar a través del pasillo en su trabajo. Por su mente cruzaban todos los problemas que debía resolver, y se molestaba aún más. Debía lidiar con la madre de Nagisa-kun, que al parecer no se había rendido y ahora estaba con todas las cuestiones legales. Entró a la sala en la que se permitía fumar, y se encontró a Yokozawa y Kirishima. Ya era normal el ver a ambas personas juntas, y todo el departamento se había acostumbrado. La distintiva parejita hablaba animadamente, aunque Yokozawa soltaba sus típicos gruñidos de irritación de vez en cuando. Takano los observó de lejos hasta que el conocido "Oso gruñón" se percató de él.

-¡Masamune!-Lo llamó Yokozawa.

Takano se acercó con el rostro aún serio y un cigarro entre los dientes. Saludó inclinado su cabeza e intentó mantener su rostro de póker. Sin embargo, fue descubierto enseguida por ambos hombres. El primero porque eran amigos desde la universidad, y el segundo porque era una persona realmente perspicaz.

-Ah, Takano-san. ¿Sucede algo? No te ves tan... productivo, como siempre.-Kirishima alzó una ceja.

-No me sucede nada, al contrario. Los avances están siendo bastante buenos, y de hecho...

-Él no se refería a eso.-interrumpió Yokozawa, evidentemente preocupado por su amigo.-¿Qué pasó?

Takano suspiró y les reveló del problema de Ritsu. No le dificultaba nada el contárselo a Yokozawa, ya que confiaba en él. Y no creía que Kirishima fuera un bocazas. Además, le hacía falta el desahogarse con alguien que no fuera la almohada. La última vez la había molido a golpes.

-Ya veo.-primero habló Kirishima.-¿Sabes? Yo tengo una pequeña de once años en casa, su nombre es Hiyori. Su madre murió cuando ella era realmente pequeña, y apenas tiene recuerdos de ella. A pesar de que muchos me dijeron que era muy problemático el cuidarla, yo siempre la atesoré y le di lo necesario para que tuviera una vida feliz y reconfortante. El verla crecer indudablemente fue un proceso largo. Pero al mirar atrás, te das cuenta de lo rápido que pasa el tiempo. Y si Onodera-san pierde a Nagisa-kun, en serio lo lamentará. Mi consejo es que pelee por él lo más fuerte que pueda, y que no se deje vencer. Por lo que me contaste, esa mujer no es la ideal para cuidar al pequeño Nagi.

-Además, dile que sea decidido por una vez en su vida.-se quejó Yokozawa.

Takano sonrió, agradecido.

-Tienen razón... supongo que me hizo bien el haberles hablado. Por cierto, ¿Qué tipo de relación tienen ustedes dos?

Yokozawa sonrojó a mil y bajó la cabeza. Frunció el ceño varias veces, y luego de planear decir "¡No tenemos ninguna relación en especial!" Kirishima pasó su brazo sobre su espalda y sonrió de manera seductora.

-Él es mi lindo amante.

-¡Cállate!

Takano no dijo nada, pero si se sorprendió. Al no ver que Yokozawa lo negaba, su sorpresa aumentó más. Vaya... alguien que había conseguido domar al increíble oso gruñón... sonrió para sus adentros.

De camino a casa solo se dedicó a pensar en Ritsu y en Nagisa. Parecía optimista, pero no sabía lo que sucedería una vez llegara.

 

Usagi-san se había librado de todos los manuscritos que tenía pendientes y lo celebraba cuidado a sus hijos por la tarde. Misaki estaba de compras, y él solo se preocupaba de que sus dormilones mellizos no abrieran los ojos debido a algún abrupto movimiento o sonido.  

Shizuko realmente se parecía a él. El cabello le crecía lentamente de manera lacia, y lo tenía igual de plateado que él. Además tenía esos mismos ojos capaces de traspasarlo todo. Por su parte, Shouta contenía los mismos rasgos que Misaki, y era la mar de adorable. Ambos eran bastante tiernos, y él los amaba con la vida.

Pensó en la situación de sus nuevos amigos, Takano y Onodera-san. Creyó que si alguien se atreviera a insinuar aunque fuese en una broma el intentar quitarles a sus hijos, él no se los iba a perdonar. Por eso, -y aunque en otros casos le diera mucha flojera- estaba dispuesto a ayudar a los individuos. Si hacía un par de movimientos, y con su influencia, de seguro ganarían. Ojalá las cosas fueran tan perfectas.

Misaki llegó unos minutos después. Había traído consigo todos los dulces que se le habían antojado, ya que al parecer el apetito de embarazado no había desaparecido. Una vez entró por la puerta, fue sorprendido por Usagi-san.

-Misaki, que bueno que llegas. Me hacías mucha falta.

-...No exageres.-se quejó el muchacho, rodeando al escritor para pasar a la cocina y hacer la cena.-sólo salí treinta minutos.

-30 minutos en los que me faltaron tus besos.

Misaki suspiró y el calor le subió. Bajó la cabeza y chistó:

-Déjame cocinar tranquilo, Tsk.

Usami sonrió y lo agarró de la cintura, para que finalmente el muchacho le diera la cara. Acercó sus cuerpos y lo besó apasionadamente en la boca, introduciendo su lengua, haciendo que el corazón de su pequeño rebelde diera tumbos. Cada vez que el escritor ponía sus manos en él, su cuerpo reaccionaba antes que su cabeza. Respondió al beso y Usagi-san tuvo que reconocer el que Misaki había mejorado notablemente en lo de dar caricias. Sonrió ante sus pensamientos y atrajo la cabeza del muchacho hacia sí, para inclinarse y morder su cuello. Misaki soltó un gemido de excitación e intentó ahogar sus próximos suspiros.

-Ya... debo hacer la cena.

Usami sonrió, complaciente.

-Está bien, pero luego de eso me tendrás que dar el postre.

Y no se refería precisamente a comida... por lo menos no comida que pasara a través de su garganta.

 

Notas finales:

Gracias por leer querid@s míos c:

Añadiré una historia, está inspirada en un amigo XDD

 

"Hace muchos años existió un muchacho llamado kyle.
El joven era molestado por sus amigos, ya que se comportaba como una niña. Muchos podían decir que era una niña-niño, y todos, por supuesto, saben que significa eso.
Kyle adoraba cuidarse las uñas, y todos lo encontraban extraño. Pero un día Kyle conoció a Tom, un nuevo joven en el pueblo.
Tom y Kyle lentamente se fueron enamorando. Ambos se sonrojaban al mirarse, y se defendían mutuamente. El día en que Kyle decidió porfin salir del closet Tom lo celebró con ganas. Ambos se sintieron felices y grabaron audios haciendo de sus cosas para todos sus amigos, ya que realmente tenían ganas de hacerlo.
Kyle se embarazó y tuvieron 83737393837289 niños que crecieron grandes y fuertes. Esos niños, a su vez, se hicieron mayores y también fueron gays. Al final todo el mundo se volvió homo y quedó una fujoshi en el mundo que lo disfrutaba Todo.
Fin"

 

XDDD

POR CIERTO D:

escribí un nuevo fic, que está terminado c: se llama "Mírame" y las adoraría de por vida si lo leyeran y dejaran un comentario c:

eso es todo, bye bye 

 


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