Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un regalo inesperado. por Tomoyoka

[Reviews - 175]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Aquí está el capítulo n.n sé que demoré... el colegio y eso :v pero aquí está, el último capítulo del arco de los padres, espero lo disfruten n.n

-¡Hiro-san, Hiro-san, Hiro-san!-Gritó Nowaki, de manera impaciente. Hiroki Kamijo giró los ojos y desvió la mirada. Con pasos resignados, se acercó a los brazos que se abrían de par en par en busca de su cuerpo.

-Eres tan persistente, Nowaki idiota.

El hotel en el que se hospedaban antes de su boda era bastante elegante. En realidad, la palabra "boda" solo la usaban de manera simbólica, pero habían viajado una eternidad para realizar las cuestiones legales y demás, dado que significaba mucho para ellos. Nowaki había escogido el hotel, y Hiroki se había encargado de la mitad de los pagares. Les resultaba bastante extraño estar al otro lado del mundo, en Argentina. Y cielos, el idioma que hablaban... resultaba bastante raro. Habían letras difíciles de pronunciar, y frases incomprensibles. El japonés era fácil al lado de ese idioma, o eso pensaban. Pero por el momento, eso no les interesaba demasiado. Los nervios querían hacer preso a Kamijo, y la ansiedad dominaba a Nowaki. Desde un principio, la idea le había parecido un tanto descabellada a Hiroki. Sin embargo, al pensar en que se lo había pedido alguien con quién había mantenido una relación de más de seis años, ¿Cómo negarse a aceptar?

Diablos, que vergüenza más grande estaba dispuesto a pasar, y solamente por el capricho de Nowaki. Aunque, no podía decir esas palabras en voz alta. La última vez que se había atrevido a mencionar el "capricho" de Kusama, este había armado un escándalo digno del más feroz show de farándula. Eso, y sumado a la larga explicación del porque deseaba atar sus vidas.

"No hay nadie más que ame, no hay nadie antes que Hiro-san. Quiero poner un anillo en tus dedos, y dar a conocer al mundo que eres mío, y que nadie más te puede tocar. ¿Hay algo de malo en eso?"

Y aunque había intentado explicarle que no era necesario el anillo para hacerle saber a las personas que era suyo -algo que dijo entre tartamudeos y sonrojos- Nowaki no se había dado por vencido y su discusión finalmente había terminado en sexo, como la mayoría de sus problemas.  Al menos -pensaba- era una gran manera de que sus cuerpos se entendieran. Eso, y los "Acepta mi alma, Hiro-san" o "Te amo" directamente en su oído, habían contribuido a que su cuerpo se rindiera a las manos seductoras de Nowaki y cayera directamente a un abismo de placer y deseos que prometían los labios del chico.

Claro, ahora apenas recordaba lo sucedido una semana antes, cuando estaba tan avergonzado que sentía que iba a explotar. El de cabellos oscuros lo miraba de manera tierna, como si fuera un objeto muy preciado. Sus dedos estaban entrelazados -algo a lo que raramente Hiro-san accedía- y se encontraban recostados en la cama, mientras esperaban a que llegara el servicio a la habitación. Nowaki sonrió y de un tirón acercó al profesor de literatura, e hizo que este apoyara su cabeza en su pecho.

-O-oye, Nowaki.

-Sólo quédate así un momento, ¿Está bien?

-Hm...

Hiroki levantó la cabeza, para mirar enojado a la persona que lo tenía como rehén. Sin embargo, al momento de realizar el movimiento, sus labios fueron atrapados en menos de un segundo. Sorprendido, solo puedo corresponder el beso. Sus labios se tocaban, y eso bastaba para hacer que su corazón latiera mil veces por minuto. Los suspiros apenas tenían tiempo para escapar, y era difícil tomar bocanadas de aire. Cuando la mano veloz de Nowaki se alzó como una escurridiza serpiente bajo la camisa de Hiroki, sonaron tres golpecitos en la puerta.

-¡Servicio a la habitación!

-Cielos, en qué momento...

Nowaki dejó la tarea, y se adelantó a abrir la puerta. Kamijo suspiró, con una mezcla de resignación y vergüenza. Sus mejillas encendidas denotaban lo mucho que le había subido la sangre, y su ceño fruncido indicaba que la tarea de responder a los besos de Nowaki aún le era difícil. Luego de intercambiar un par de palabras, -La mujer que había llamado sabía japonés, debido a que se les había asignado especialmente a ella por sus conocimientos-  Nowaki volvió a entrar a la habitación con una bandeja en la mano. Al demonio Kamijo le rugió el estómago, e inmediatamente se levantó de sus aposentos para mirar ilusionado el plato de carne y empanadas que sostenía Nowaki.

-Huele de maravilla...

Comieron hasta que no pudieron, comentando lo diferente que era de la comida tradicional japonesa. Poco a poco, los nervios fueron desapareciendo. Y se sumieron en una conversación sin importancia, divertidos él uno con él otro. Esos momentos eran los que más se apreciaban; cuando no se hablaba de un tema a propósito, simplemente fluía. O cuando simplemente podían compartir un momento juntos, sin estar cogidos de las manos. Al final, cuando ya se hizo lo bastante tarde, Nowaki sonrió tiernamente.

-Me alegra tanto que hayas aceptado, Hiro-san... Estaba tan inseguro sobre esta propuesta, pero, ¿Qué es lo que me impedía hacerlo? No había nada que no me permitiera estar contigo, excepto la forma en que nos mira la sociedad, claro...-sonrió levemente-aún así, aceptaste estar conmigo. ¿Sabes que tan feliz me ha hecho eso? ¿Lo mucho que me ha mantenido ansioso, o intranquilo? Eso es porque te amo, te amo más que a nadie este mundo. Y por ese motivo me siento así. Y por eso, además, quiero mantenerte junto a mí. ¿Quién dice que no podemos contraer matrimonio? Diablos, aunque suene perdidamente cursi... quiero pasar el resto de mi vida contigo,  y testificar nuestro amor ante todo, como lo hace el resto de las personas. Prometo que cuidaré de ti... Hiro-san.

Kamijo, ante las sorpresivas palabras de Nowaki, no pudo hacer nada más que ruborizarse. De pronto, ya no estaba tan nervioso. Su corazón tomaba un ritmo calmado, tranquilo. La seguridad retornaba a su cuerpo. Y entonces, lo supo. Él también quería pasar el resto de su vida con Nowaki.

-No seas idiota...-comentó a medias.-respeta a tus mayores, demonios. Y-yo... yo seré el que te cuidará a ti. ¿Entendido?

Kusama asintió, muriendo de la felicidad. Arrastró a Hiroki, a la cama, y lo besó repentinamente. Kamijo sintió una gustosa sensación, y atrajo a Nowaki más de lo que se hubiese atrevido a hacer antes. Sus lenguas danzaban, y la sensación de estar unidos era placentera. Ya no había nada más que decir, sus cuerpos hablaban por ellos. Se complementaban.

 

A la mañana siguiente, despertaron en un mar de ajetreos y preparativos de último momento. Iba a ser algo netamente para ellos dos, pero aún así, y según Nowaki, debía ser perfecto. Después de todo, habían viajado un millar de kilómetros para realizar su deseo. Las cuestiones legales fueron más simples, era solo firmar y asentir. Lo más complicado fue conseguirles un especialista en japonés. Pero ya... al momento de decir sus votos -A pesar de que no era necesario, Nowaki NECESITABA hacerlo- el nerviosismo volvió. Nowaki ya había hablado, por lo que solo hacía falta que Hiroki digiera un par de palabras. ¿Quién de sus alumnos hubiera imaginado que el hombre podía llegar a tal estado de palidez? Tragó saliva y sacó el papel en el que había escrito sus más sinceros pensamientos, pero -por culpa de la torpeza del momento- este cayó al suelo luego de variados intentos de que no terminara en el piso. Kamijo respiró profundamente, y se decidió a hablar por sí mismo. Luego de toser un par de veces, abrió la boca. De algún lado, sacó la fuerza para hablar.

-Vale... conocer a Nowaki no era parte de mis planes. Aunque... demonios, eso no debía decirlo... comenzaré otra vez. Nowaki llegó a mi vida de forma repentina, y bruscamente se introdujo en ella. Ah... Ahora que lo pienso, ¿Cómo diablos hizo para absorberme así? D-digo, no es que me hayas absorbido de forma metafórica ni nada... ¿Alguien tiene un pañuelo?  En fin, sabes lo mucho que me cuesta expresar mis sentimientos, por lo que lo diré solamente una vez: Te amo, y quiero pasar el resto de mis días contigo. ¿Qué si estoy seguro? Siempre fui de los que afirmaban que uno nunca podía estar completamente seguro de algo, pero... diablos, ahora si puedo. Y... me esforzaré para enamorarte cada día más...-A medida en que hablaba, el color rojo en su piel aumentaba, e iba bajando la voz. Para ese entonces, Nowaki no podía aguantar las lágrimas. Sonrió y demostró toda su felicidad en esos dos brillantes ojos que sostenía. Levantó el mentón del problemático profesor y lo besó dulcemente en los labios.

-Yo también te amo, Hiro-san.

Kamijo soltó un suspiro. Aceptó la mano que Nowaki le ofrecía, y entrelazó sus dedos con los de él. El cálido viento que recorrió sus cuerpos parecía el mejor augurio de lo  que les depararía el futuro.

Notas finales:

Deseo pedirles un favor... agreguen a facebook e insistan que lo siga, o se me va ;u; no teman ser pesadas, por favor ;u; Y muchas gracias por los comentarios, sigo diciend que los responderé todos, cuando encuentre un momento tranquilo :c 

https://www.facebook.com/profile.php?id=100009349813102

Comenten niñas, recuerden que me motivan u-u realmente, si no lo hacen, pienso que no les gusta ;-; denme su opinión :c-


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).