Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un regalo inesperado. por Tomoyoka

[Reviews - 175]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

por favor, disfruten...

Tres años pasaron tras ese primer beso.

Momo y Shizuko aún estaban juntas. Nagisa y Keita se amaban aún más. Todo iba perfecto. Los jóvenes (ahora, por lo menos Nagisa, casi adulto) se mantenían juntos en una amistad que crecía día a día.

-Eres muy adorable, ¿Sabías? Keita, no sé cómo lo haces para hacer esas caritas eróticas.

El pelirrojo mordía los labios de Keita mientras acariciaba su cuerpo. Estaban en el departamento que acaba de adquirir Nagisa, y la pareja ya lo estaba estrenado. No pudieron esperar ni cinco minutos antes de que se lanzaran a la cama para tener unas buenas horas de sexo apasionado. Después de todo, Nagisa había esperado hasta que el chico cumpliera por lo menos diecisiete años para tomar su primera vez. Ah, pero uno vez que lo hicieron, no pudieron detenerse. Después de todo no había ningún riesgo de que alguno de los dos quedara embarazado (tal vez un 000,1 de probabilidades, cuestiones de genética) y ambos se cuidaban de enfermedades. Por lo tanto, y ya que era adictivo, las relaciones sexuales abundaban tanto como los sentimientos amorosos.

-No digas cosas como esas, Nagisa...

-Pero mírate. Basta con que haga esto.-Sentado sobre él, frotó su miembro contra el del chico, y este ahogó un gemido.-para que te muerdas el labio... Oh, oh. Ya se ha hecho grande, otra vez.-Nagisa continuó frotando con más insistencia, y una sonrisita de suficiencia se plasmó en su boca, transformándose poco a poco en una expresión de deseo. Su hombría contra la de Keita se sentía asombrosamente, y el placer que le producía esta simple acción era demasiada. Se inclinó y, mientras realizaba un movimiento rítmico, acercó su boca a los labios ya explorados millares de veces. Su lengua se introdujo en aquellos lugares que conocía tan bien, que sabían recorrer en el lugar que más excitación daba a Keita. Mientras sus bocas danzaban, la necesidad de montarse a su chico se introducía en su cuerpo. Se detuvo unos segundos para acomodar sus cuerpos (mientras Keita repartía pequeños besos y mordiscos por su cuello) y llevó las piernas del castaño hacia atrás. Con rapidez, penetró al muchacho, obteniendo jadeos y rostros avergonzados.


Continuaron hasta que sus cuerpos llegaron al cansancio. O hasta que recordaron que Shizuko y Momo vendrían de visita. Un tanto inconveniente, pero... Eran familia, después de todo. Las chicas vendrían a cenar, y a conocer el nuevo departamento.
A través de los años, ellos apenas habían cambiado. Pero Momo y Shizuko prácticamente habían evolucionado. Para desgracia de la de cabello plateado, le había crecido la delantera, y eso no le gustaba para nada (y menos a Usagi-san) también había dejado crecer su cabello mucho más, y ahora le llegaba un poco más por encima de la cintura. Momo, en cambio, siempre había mantenido su peinado corto, pero ahora el rubio lucía algunas mechas moradas. Y aunque físicamente no eran las mismas, seguían comportándose de la misma forma.

Esa noche se reunirían los cuatro para celebrar año nuevo. Era la primera vez que lo festejaban sin sus padres, pero ellos ya eran lo suficientemente adultos para saber que Misaki y Usagi, Onodera y Takano, la pasarían bastante bien sin ellos.

 

-¡Kisa-san! ¿Dónde está la botella de vino que habíamos guardado para esta noche?

El de cabellos negros alzó sus cejas unos momentos y luego entrecerró sus ojos. Tras un par de segundos, abrió la boca.

-En el piso de arriba, si no me equivoco...

El editor de manga jamás hubiese pensando que duraría tanto con alguien. De hecho, nunca antes se había atrevido a pensar en un "para siempre juntos" romántico. No hasta conocer a Yukina, su hermoso príncipe brillante, que con los años solo se había vuelto aún más guapo. Era extraño pensar que no había probado otra boca en muchos, muchos años. Y eso de alguna forma lo reconfortaba, le hacía creer que el verdadero amor existía, que era algo real. Todos esos momentos pasando de cama en cama, olvidando nombres y sintiendo placeres de una sola noche, definitivamente habían valido la pena si lo habían llevado a conocer a Yukina Kou. A pesar de haber conocido tantos rostros, el de cabello color miel y ojos brillantes se había convertido en su primer amor. Por supuesto, tras conocer al muchacho de verdad (no solo verlo al pasarse por la librería) se había dado cuenta de que no todo era como pintaba la cosa. Kisa lo creía perfecto, pero Kou resultó ser un jovencito que sentía celos, era lujurioso y además empalagoso como ninguno. Pero lo mejor de todo es que lo aceptaba, y Yukina lo aceptaba a él, con sus defectos y virtudes. Lo amaba tanto... Que prácticamente se había vuelto el aire que necesitaba para vivir.

-¡Lo encontré!

La voz de Yukina lo sacó de sus pensamientos. Era grato ver que su amado había logrado lo que más deseaba en el mundo, ser artista. Por eso, el nuevo hogar que habían comprado estaba plagado de cuadros hechos por el pintor. Kisa se llenaba de orgullo cada vez que invitaban a alguien a cenar, y les enseñaba los retratos de su pareja.

-Te amo, Yukina.

-¿Eh? Eso fue... De la nada, Kisa-san.

-Lo sé.-sonrió el de cabellos negros.-pero me apetecía decirlo.

El príncipe sonrió. Se inclinó para besar la frente del editor y le dedicó una expresión de ternura. No faltaba decirlo, lo transmitía todo con la mirada.

 

-Nowaki, ¿Qué quieres decirme?

Hiroki kamijou miraba intrigado al de cabello oscuro. Nowaki lucía demasiado emocionado para ser una noticia mala, pero sus ojos brillantes tampoco lo alentaban mucho. Los años que habían pasado juntos habían estado llenos de todo. Problemas, complicaciones, discusiones. Pero más que eso, alegrías, momentos enternecedores y metas superadas. Entre esas estaba el hecho de que Nowaki por fin había alcanzado su objetivo, y Hiroki había escrito su propio libro (aunque no lo hiciera tan bien como Akihiko, debía admitir que tenía ciertos talentos) que aún estaba en proceso de ser publicado. Pero...

-Siento que algo nos falta.

Su corazón se detuvo. Tal vez Nowaki si quería que terminaran, quizás si habían perdido la llama fogosa que mantenía apasionado su amor. Pero no, el profesor no lo sentía así. ¿Por qué Nowaki si lo hacía?

-Oye, yo...

-Llamé al orfanato en el cual me crié. Hiro-san, estuve pensando... Podríamos adoptar un niño.

¿Eh?

-Nowaki...

-Sé que sería un gran paso para nosotros, pero incluso estamos casados, ¿verdad? En verdad te amo, y siento que seríamos grandiosos padres.

Se quedó callado. Después de tanto tiempo, debería haber aprendido que Nowaki nunca lo dejaría, ni él a Nowaki. Sin embargo, la sorpresa de sus palabras anuló todo pensamiento negativo. ¿adoptar? ¿ADOPTAR? Si, claro que sería un gran, gran paso. Pero, ¿Por qué no? Económicamente estaban más que estables, y él también deseaba la alegría de un niño en su casa. Amaba a Nowaki, además. ¿Por qué no?

-¿Por qué no?.-repitió en voz alta. Asintió y compuso su mejor mirada amable.-es una excelente idea.


Takano-san abrazaba a Onodera por detrás, en un "abrazo de oso". Juntos esperaban pacientemente recostados sobre el sofá, a la llegada del nuevo año. El ambiente era cálido, tranquilo. Últimamente les gustaba mucho estar así, y no sabían si era por estar volviéndose "ancianos" (aunque estaban muy lejos de ser llamados así) o por algo más. No importaba, disfrutaban de sus compañías mutuas.

-Nagisa está muy grande, ¿no?.-susurró Ritsu por quinta vez esa semana. Sintió en su cuello como Masamune asentía.

-No puedo creer que el tiempo haya pasado tan rápido... Hace dieciséis años era solo un pequeño de tres años, y míralo ahora, tiene novio y su propio apartamento.

-Más de lo que nosotros hicimos a su edad...

-En ese momento.-Takano sonrió.-estaba desesperado por volver a encontrarnos.

-Y yo estaba desconsolado por haber creído una tradición de tu parte.

-Pero ya nada de eso importa, ¿Verdad? Ahora estamos juntos, nos amamos y tenemos nuestra propia familia. En serio que no pude haber encontrado nada mejor.-besó su cuello.-junto a ti, Ritsu.

El de cabello castaño iba a contestar, pero el sonido de su reloj de pared los distrajo. Faltaban diez campanillas para las doce.

 


Cuando llegó la hora, seis parejas abrieron con aplomo una botella de champán y observaron como el corcho salía volando por la habitación. Shizuko abrazó a Momo, y la besó en la mejilla. Keita enroscó sus brazos en la cintura de Nagisa, deseándole todas las felicidades del mundo. Takano susurró a Onodera que era suyo, y este, algo hundido por los efectos del alcohol, respondió que en realidad Masamune siempre le había pertenecido a él. Hiroki fue besado en los labios por Nowaki, Yukina lanzó a la cama a Kisa, yéndose directamente a su cuello. Misaki observó a los ojos a Usagi-san, mirándolo con ternura. Sus labios rozaron, y tras darse un profundo abrazo, Usami Akihiko susurró:

-Realmente eres él único para mí, Misaki.

El hombre enrojeció como muchas veces había hecho. Porque, después de todos esos años, el escritor aún era capaz de hacerle sentir las emociones más apasionadas posibles. Aún lograba ponerlo nervioso, feliz, triste y celoso. Aún lo sorprendía con pequeños detalles (como cuando cocinaba, por ejemplo, pero era un total desastre) y por sobre todo, lo enamoraba día a día cada vez más.

-Tu también para mí, Usagi-san.-lo único que había perdido después de todo ese tiempo era la vergüenza.-te amo más de lo que pensé que algún día podría llegar a amar a alguien.

-Claro que si, pequeño rebelde. ¿Quién no caería así por mi?

Misaki suspiró, acompañado de una sonrisa. Entrelazó sus dedos con los del hombre que era padre de sus hijos, y apoyó su cabeza en su pecho. Había tomado la decisión correcta al permitir que su hermano mayor hiciera que Usagi-Sensei le diera clases particulares hace aproximadamente veinte años. Con ese pensamiento en la cabeza, juntó sus labios con los del escritor por primera vez en el nuevo año, al tiempo en que el sonido de los fuegos artificiales estallaban al mismo tiempo en que su corazón latía apresuradamente. Como siempre que compartían labios.

Notas finales:

Hola! Bueno, este es el capítulo final 😔 Quiero decirles que me divertí mucho escribiendo para ustedes <3 ha sido mucho tiempo desde que comencé a escribir esta historia, y he demorado más de lo previsto. Al principio empecé a escribir porque había leído un Mpreg, y lo encontraba tan a absurdo que quise hacer uno más "realista" xd el lío de Takahiro (un personaje que amo) salió de la nada, y de verdad no quería que nadie lo odiara;-; metí a nuevos personajes para que la historia no se hiciese tan cortita y para tener más contenido uwu al tiempo de seguir escribiendo se hizo todo un poquito más agobiante (refiriéndome a mi vida personal) y me frustraba demasiado al no encontrar inspiración.  Por eso tardé tanto, y ahora no me siento completamente orgullosa de mi trabajo. Después de todo, hay algunas partes muy mal redactadas, faltas ortográficas y palabras mal "escrotas" además, perdí a la mayoría de los lectores que seguían cada semana los nuevos capítulos. Porqué, cuenta la leyenda, que subía dos capítulos por semana.  En fin, ahora debo bajar a cenar. Lo último que quiero añadir es que estoy muy feliz de haber compartido esto con ustedes, en serio. Muchas gracias a todas por leer, feliz año nuevo. Les juro que en algunos momentos, sus comentarios, realmente me hacían crecer como persona y me alegraban. No hay palabras para agradecer lo mucho que le ayudaron. Las amo. <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).