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Un regalo inesperado. por Tomoyoka

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Notas del capitulo:

Hola de nuevo e.e aquí les traigo un capi nuevo *-* ojalá les guste ;-;

Mientras Usami Akihiko y Takahashi Misaki volvían a su hogar, un hombre de cabello castaño se encontraba trabajando arduamente en su hogar. Su nombre era Onodera Ritsu, y estaba completamente agotado. A pesar de ser sábado por la mañana, Ritsu cabeceaba con pesadez. Demonios, la noche anterior había tenido que trabajar hasta por la madrugada, y había terminado en el apartamento de Takano-san. ¿Por qué tenía que sucederle eso a él? ¿Qué había hecho para merecerlo? Recordó como el hombre se había lanzado a sus labios, y le había dicho reiteradas veces que lo amaba. Pero, ¡No! ¡Definitivamente no era amor! No… ¿no? Su rostro enrojeció. ¿Por qué ese hombre invadía tanto su mente? Le había dicho a Yokozawa-san que estaba enamorado de él, y en cierta manera era verdad… Pero ¡No! Ahora debía concentrarse en su trabajo. Tsk, sus pensamientos eran completamente molestos.

Escuchó como tocaban la puerta fuertemente y su corazón se aceleró. Se mordió el labio y se dijo que estaba actuando como un estúpido.

-¡Onodera! ¡Abre!

Sin duda era Takano-san. ¿Por qué no lo dejaba tranquilo?

-¿Eh?-Ritsu abrió la puerta.- ¿Qué quieres?

-¿Así saludas a tus superiores? eso demuestra que solo sigues siendo un principiante, Onodera.

-¡No tienes por qué repetirlo! ¿Qué haces aquí?

-Necesito hablar contigo, sobre tus sentimientos.

-D-d-de que hablas, Takano-san. Tengo mucho trabajo por hacer.

-¡Ritsu!-el hombre entró al apartamento y sujetó de los hombros a Onodera, para luego cerrar la puerta de una patada.- ¿Harías lo que hiciste conmigo anoche si fuera un simple compañero de trabajo?

-Yo…-El castaño se encontraba profundamente confundido. Su rostro estaba bañado en carmín, y por alguna razón se sentía mareado. Vinieron a su cabeza imágenes de lo que había sucedido.

Había despertado en la cama de Takano-san, y este repartía besos en su abdomen. Creía haberse dormido en el tren, no estaba seguro.

-¡T-Takano-san!

-Ritsu.-Masamune susurraba en su oído.

-¡Déjame! ¡Hey!

-¿Te molesta?

-¿Eres idiota? ¡Me estás atacando sin mi consentimiento!

-Entonces, ¿Me dejas?

-¿Eh?

-¿Dejas qué te toque?

Masamune lo miraba atentamente, traspasándolo. Ritsu bajó la mirada, intimidado.

-Bueno… yo… esto, s-supongo…

Takano sonrió.

-Lo tomaré como un sí.

-¡No he dicho nada aún!

Pero el editor en jefe lo ignoró.  A gatas, se acercó a su empleado, y lo besó súbitamente. Fue un beso profundo, lleno de pasión. Takano exploraba cada rincón de la boca de Ritsu, y este luchaba por no perder la compostura y dejarse ceder. Pero le fue imposible, los maravillosos encantos de Masamune lo hicieron sucumbir enseguida, y es que el editor besaba demasiado bien. Ritsu pensó que deberían arrestar a los tipos como él, que la gente se derretiría por ellos. Luego se avergonzó de sí mismo.

 Correspondió el beso, y cerró los ojos. Sus lenguas danzaban a un ritmo rápido y provocador, logrando que el joven de cabellos castaños se estremeciera. Cuando Takano posó una mano en su pecho, recién pudo notar que estaba desnudo.  Y le ayudó el sentir como su miembro despertaba  para percatarse de que la desnudes no era simplemente de la cintura para arriba. La temperatura de su cuerpo aumentaba, y se mordía el labio de manera nerviosa.  

-Demonios, Takano-san…

-¿Qué?

-¿Qué? ¡¿Por qué estoy desnudo?!

-Parecía que tuvieras calor.

-Esa no es excusa.

-Murmurabas cosas en sueños, de nuevo.

-¿Eh?

-"Takano-san…"-Masamune imitó un suspiro.-me alegra que hayas dejado de llamarme "senpai", y que te hayas aferrado a mi yo del presente.

-Yo no hice tal cosa, y no estoy aferrado a ti…-murmuró, avergonzado. Pero la verdad es que tenía vagos recuerdos de ese sueño. En el Takano-san lo abrazaba, y juntos compartían una cama, como ahora. Pero por supuesto que no lo iba a admitir.

-Como quieras, yo pude verte.-sonrió Takano, y procedió a deshacerse de la sábana que cubría a Ritsu.

-¡E-espera!

-¿Huh?

-Yo…-Ritsu se quería negar, pero algo se lo impedía. El hombre de gafas comprendió, y siguió sin que el muchacho de cabello castaño pudiera decir otra palabra. Takano se encontró con el miembro de Ritsu erecto, y sonriendo sensualmente se lo llevó a la boca, para comenzar a chupar. Ritsu detuvo sus pensamientos en ese momento, totalmente avergonzado.

-No es momento para hablar de eso.  Tengo que terminar todo esto-señaló el papeleo que se encontraba desparramado por todo el piso, y frunció el ceño.

-¿Planeas trabajar en este desorden?

-¿De qué hablas?

Takano chistó, para luego señalar la ropa tirada por el suelo, las ventanas cerradas y los platos sucios. Onodera rió forzadamente.

-Planeaba hacer todo después…

-Eres un descuidado.

Takano comenzó con las tareas domesticas, ignorando a Ritsu, y obligándolo a tomar una ducha. "Obedece a tu superior" Le había dicho ante los reclamos del hombre. Mientras se ocupaba de los platos, Onodera intentaba controlar sus sentimientos mientras el agua caliente se deslizaba por su cuerpo.

Takano-san le había dicho incontables veces que lo amaba, y él solo había pronunciado esas palabras en una ocasión. Y para variar no había sido escuchado, debido a la estúpida lluvia. Pero eso ya no era culpa suya… ¿O sí? ¿Debía repetir sus sentimientos?... ¡No, no, no y no! Eso era imposible. Aunque, ¿Takano-san se cansaría? Probablemente… a él no le gustaría confesar sus sentimientos reiteradas veces a una persona, y que la persona se niegue a darle una respuesta apropiada. Suspiró y tomó un jabón entre sus dedos.

-¿Y si salgo lastimado…?-murmuró.

Pero no. Debía tragarse su orgullo y decirlo de una maldita vez. Y eso planeaba hacer.

Terminó su ducha y se vistió.

-¡Takano-san!-llamó realmente nervioso.

-Ritsu…-el hombre apareció de la nada, con el rostro algo molesto.-tienes diez mensajes de tu madre.

-¿Eh? ¿Qué dirán?

-Algo extraño.

-¿Los has leído?

Masamune se encogió de hombros.

-Tenía curiosidad. Solo leí los tres primeros.

Ritsu chistó y fue en busca de su teléfono.

Los primeros nueve mensajes era realmente típicos de su madre.

"Ritsu… ¡No me ignores!"

"Ritsu, ¡Ritsu!"

"Ritsu, en serio necesito hablar contigo"

"Contéstame ahora, por dios"

Pero el último mensaje lo hizo congelarse.

"Ritsu… tu primo ha sufrido un accidente en carro junto con su hijo. El… ha muerto"

Llamó inmediatamente a su madre, para poder confirmar. Takano observaba la escena preocupado, y es que Onodera se veía realmente urgido.

-Es en serio, no bromearía con algo así.-dijo la mujer con voz apenada.- ¿Recuerdas a Nagisa-kun?

-¿Su hijo? Maldición, el pequeño solo tenía dos años…

-Así es, el sobrevivió.

-¡Eso es muy bueno!-exclamó el hombre, un poco mejor.

-No hay nadie que cuide de él.

-¿Huh?

-Ritsu, ¿Podrías encargarte de Nagisa-kun?

-M-madre…

-Sé que es mucho lo que te pido, pero no hay nadie aquí que se pueda encargar de él.

-Mi trabajo… realmente estoy muy ocupado.

-Prometo enviarte dinero, vamos, es de la familia.

La idea de recibir dinero de sus padres no era muy grata para él, mas sin embargo su corazón le decía que no podía dejar sólo al solitario niño.

-Dejare de molestar con Ann-chan.-suspiró la mujer.-ella dice que amas a otra persona, y supongo que he comprendido…

-¿Madre?

-Algún día la llegaré a conocer.-Ritsu casi pudo ver la ambigua sonrisa de su madre. -¿Te harás cargo de Nagi-kun?

-Lo haré.-dijo Onodera tras unos minutos.

-Entonces, por favor ven a buscarlo. Muchas gracias, Ritsu. Tienes un gran corazón.

Ambos adultos hicieron arreglos para luego encontrarse. Luego de eso Takano comenzó con el interrogatorio a Ritsu.

-¿Y bien?

-Mi primo falleció en un accidente.

Le vinieron a la mente memorias en las que pasaba en tiempo con él, a falta de un hermano. La tristeza lo invadió, pero no quiso mostrarse débil.

-Lo siento…-murmuró Masamune, apenado.

-No lo digas… en fin, tendré que renunciar.

-¿Eh? ¿Por qué?

-Tengo que encargarme de su hijo, lo siento Takano-san.

-¡Demonios! ¡No me puedes venir con eso!

-Es la situación en la que estoy, realmente no me gustaría dejar el lugar. He aprendido a amar mi trabajo.

-Ritsu… yo te ayudaré con el niño.

-¿Huh?

-Lo criaremos como unos recién casados.

-¿De qué demonios hablas?-Onodera logró componer una expresión de desdén.

-Tú solo tráelo, no renuncies. Te aseguro que te ayudaré.

-Yo…

-confía en mí.

Takano-san lo miró de una manera realmente intensa, y tomó la mano del hombre, para luego entrelazar sus dedos con los de él. Onodera bajó la mirada, y su rostro se ruborizó.

-B-bien.

Cuando se encontró con su madre, se vio realmente sorprendido. El niño que ella traía en brazos era realmente lindo. Dormía plácidamente envuelto en una manta celeste. El poco cabello que quedaba a la vista -ya que traía puesto un gorro que le cubría la cabeza- Era rojizo y ondeaba con el viento.

-Ritsu, este es el número de una niñera.-su madre le entregó una tarjeta.-no es necesario que dejes tu trabajo.

-¿No lo es?

-No, no lo es.

-¿Cuánto tiempo tendré que estar con él?

-No lo sé… y ya debo irme, adiós.

-¡Espera!

-¿Qué?

Su madre se encontraba raramente indiferente.

-¿Estas…?

-En serio debo irme.

Le entregó a Nagisa-kun cuidadosamente, junto con algunos productos para el bebé. Luego desapareció.

-Hola pequeño.-susurró Ritsu.-vamos a casa…

El niño seguía durmiendo, inmerso en sus sueños. Ritsu sonrió. Nagisa se parecía mucho a su difunto primo.

Llegó a casa algo cansado. El bebé continuaba durmiendo, por lo que lo dejó en la cama, y se quedó a su lado. Takano-san entró suavemente.

-¿Sigues aquí?

-¿Ese es el niño?

Al parecer, inconsciente de que los bebés tenían un oído delicado, levantó mucho la voz, provocando que el pequeño despertara. Pero a diferencia de los otros bebés, no lloró.

-Lo has despertado.-susurró Ritsu, y tomó al niño en sus brazos, para comenzar a mecerlo. Nagisa tenía los  ojos entrecerrados, con una expresión somnolienta. Sus mejillas estaban rosadas.

-Lo siento.-dijo Takano, y se acercó al niño con curiosidad. Estiró el brazo y tocó su cara. Para su sorpresa, Nagisa tomó su dedo y lo apretó. Masamune no evitó sonreír, a pesar de los celos irracionales que sentía al ver como Onodera le prestaba más atención al bebé de la que le había prestado a él ese día.

-Llamaré a una niñera.-le informó Ritsu.-no dejaré marukawa shoten.

-Eso es muy bueno. Criaremos a este bebé muy bien.

-¿Criaremos? Y se llama Nagisa…

-Así es, lo haremos. ¿Quién crees que hará rol de padre?

-¡Yo, por supuesto!

-Yo lo haré, Ritsu.

-¿De qué demonios hablas?

Takano sonrió y le dio un beso fugaz a Ritsu, aprovechando que este no se podía defender debido al habitante que había en sus brazos.

-Te amo, no me cansaré de repetirlo.

Ya era hora, hora de decirlo. Los labios de Onodera titubeaban, tomó aire y decidió dejar su orgullo de lado.

Takano nunca creyó que escucharía esas palabras de parte de Ritsu en tal situación. Con un bebé y hablando de futuro matrimonio. Aún así, no evitó que su corazón palpitara de emoción cuando escuchó la frase:

-¡Te amo! ¡Takano-san! 

Notas finales:

 

Primero D:

Me he abstenido de ver bleach, ya que tenía muchas ganas de hacerlo pero recordé el fic, y lo escribí en dos horas ;-; no lo pude hacer en la semana, ya que tenía mucho que estudiar ;-;

Segundo D:

También me abstuve de escuchar música, ya que no puedo hacer dos cosas a la vez xDDDD no puedo ni siquiera leer manga y escuchar música a la vez :c

Tercero D:

Espero sus comentarios UnU debido a los puntos anteriores (?) Me los merezco >:c (?) Ahora me largo a ver bleach, quiero alcanzar el capi 300 para el domingo UnU

Hasta la próxima! :33

Puntos anexos xD

De acuerdo al manga, Onodera aún no se le declara completamente a mi querido Takano-san, yo lo he cambiado xD  -Esperando capítulos nuevo u.u- Tampoco se de la existencia de algún primo para Ritsu, pero la cosa es que ahora existe xD o existía u.u… ahora seh, Bye! xD 


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