2.- ¡Fiesta!
La noche y su oscuridad se cuelan por las calles de la ciudad, donde los faroles intentan iluminar con poco éxito. No son aves nocturnas lo que se oye, sino el estridente sonido de la música siendo amortiguada por las paredes de los distintos clubs nocturnos que están abiertos.
Kasamatsu frunce el ceño, mirando de reojo al chico que camina a su lado. No tiene ni la más puta idea de por qué ha aceptado aquella estúpida invitación. Aún recuerda cuando Moriyama llegó hasta su casa y le dijo que ese día debían salir. Si bien Kasamatsu lo ignoró, sin intención alguna de aceptar aquella invitación, la insistencia de su amigo lo había terminado de convencer. Él alegaba que solo quería que el capitán de su equipo pasara un buen rato y que siempre aceptaba las locuras de Kise, entonces, ¿por qué las de él no? Y con eso Kasamatsu soltó un suspiro.
Ahora, mientras busca la cédula de identidad que Moriyama le ha dado momentos antes, la cual además es falsa, se está arrepintiendo fuertemente.
Se abren paso por entre la gente a empujones. El olor a múltiples perfumes inunda la nariz de Kasamatsu, viendo como los cuerpos se frotan unos contra otros al ritmo de la estridente música. Sus ojos azules intentan enfocar, pero la luz parpadeante solo lo hace aturdirse aún más.
Cuando por fin llegan a la barra, Moriyama se apoya en ella con confianza plasmada en el rostro, llamando al barman con un gesto de la mano y pidiendo un par de bebidas en específico. Entonces, el chico se gira, sonriéndole a Kasamatsu.
— Deberías cambiar esa expresión —le dice Moriyama dándole un suave codazo—, es tu cumpleaños y debes pasarlo en grande.
— Claro, en una discoteca llena de gente sudada y canciones que son más iguales cada vez.
— Lo del sudor no te molesta durante los partidos.
— No es lo mismo.
Entonces llega el hombre con dos vasos de vodka naranja [1] Moriyama se gira para recibirlos y entregarle uno al cumpleañero. El chico lo observa unos momentos, pero la luz no ayuda mucho con su escrutinio, así que decide llevárselo a la boca. Con una mueca, Kasamatsu lo aleja y gruñe mirando a su amigo.
De pronto, unas chicas se les acercan. Ambas son casi de la misma estatura. Kasamatsu no alcanza a descubrir de qué tono son sus cabello, ya que la luz parpadea con distintos colores. Sus ropas son pocas, cubriendo ciertas partes que, en realidad, no dejan mucho a la imaginación de los allí presentes.
— Hola preciosas —saluda Moriyama, con una sonrisa coqueta y tono seguro.
— ¿Quieren bailar? —Pregunta la de cabello corto, con otra sonrisa coqueta.
— Este… yo… —Kasamatsu se lleva una mano al cuello, siente el sonrojo en su rostro, como espeso calor que cosquillea sobre su piel. No es bueno con las chicas, mucho menos hablando.
Pero para su sorpresa y la de Moriyama, ambas lo observan fijamente, para luego acercarse con una sonrisa amable, soltando un sonidito de ¿ternura?
— Eres muy lindo —dice la de cabello largo, pinchando la mejilla del chico con su uña de color rojo.
— ¡Sí! Podrías ir con nosotras a la zona vip.
— Y beber algo con tu amigo —sugiere la otra apuntando hacia Moriyama—. ¿Qué te parece?
Ambas están arrimadas a un nervioso Kasamatsu, pero eso no es lo que mantiene los ojos de Moriyama en él, sino ese violento sonrojo sobre su piel clara, sus ojos abiertos y titilando de nerviosismo.
Sin ser consciente de lo que hace, Moriyama toma la muñeca de su capitán y lo jala, despidiéndose con rapidez de las chicas. Guía a Kasamatsu por entre la gente, sin soltarlo, hasta llegar a la puerta de salida, que da directo a un oscuro callejón.
— ¡¿Y a ti qué rayos te pasa?!
Pero el azabache no contesta, guiando sus manos hasta las mejillas de Kasamatsu y atrayéndolo hacia su boca. Sus labios encajan a la perfección, el contacto es superficial, pero cuando el cuerpo del más bajo es estrellado contra el frío muro de aquel callejón, su quejido permite a la lengua contraria entrar, acariciando la suya, frotándose con maestría.
Kasamatsu siente su corazón latir extremadamente rápido, el nerviosismo es reemplazado por la incredulidad y luego la confusión. El defensa de su equipo desliza las manos por su torso, para luego aferrarse a su cintura, sin dejar de besar sus labios con insistencia, succionando y lamiendo.
El capitán de Kaijo inclina su vientre hacia delante, para alzar sus brazos y empujar a Moriyama de los hombros, sin mucho cuidado. Ve la lengua del chico cuando sus bocas se separan y los jadeos se hacen presentes.
— Yo… lo siento… pero… —el dedo pulgar de Moriyama se desliza sobre el hinchado labio inferior del otro.
— Eres un idiota, ¿lo sabías? —dice Kasamatsu, mirando al chico fijamente, para luego soltar un suspiro y, cruzándose de brazos, cierra los ojos y se apoya nuevamente en la muralla.
Moriyama sonríe, inclinándose a un costado del chico y susurra: “Feliz cumpleaños”. Ganándose un golpe en el estómago por parte de Kasamatsu, que se gira con las manos en los bolsillos saliendo de aquel callejón, siendo seguido por un sonriente Moriyama.
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- Vodka naranja: trago que consiste en vodka mezclado con jugo de limón, se sirve frío.