“Taemin, has cambiado mucho” siempre me repetía lo mismo, como una especie de mantra tranquilizadora imaginaria. Pero comprendía que era mi versión para no aceptar la realidad.
El mundo dejo de girar en cuanto el entró, comprendía que encontrarme con la bestia sería lo más probable y con un poco de entrenamiento, posiblemente, iba a aceptarlo.
¡Pero hoy no era precisamente el día!
Minho, me observó tal como si fuera el fantasma de Taemin. Mientras que yo necesitaba de forma urgente un cigarro en mi boca. Si solo el profesor me dejará “matarme”.
-Taemin.- Su voz salió más como un susurro de asombro, que como una afirmación.
-Minho.- Devolví pero no de forma amable.
-Volviste.- Eso fue casi como asegurándose de que no era una ilusión.
-Hasta donde sé… sí.
Escuché como el profesor carraspeaba, indicándonos que no estábamos solos, seguido de un -Se va el estorbo.-. Que a estas alturas me aseguraba que el muy bastardo sabía todo lo relacionado con Minho y su servidor.
-No, usted no estorba- Dije inmediatamente.
-Sí, lo haces.- dijo Minho rápidamente.
-Cuando se pongan de acuerdo, llámenme-Agregó el vejestorio, saliendo de la habitación.
***
Hay cosas en este mundo que no resultan como quieres. Eso lo había aprendido desde hace mucho. Es decir podría tratar de fingir que lo de Minho se había esfumado de mi cabeza pero sabía que esa no era la realidad. Claro podía optar por mentirme pero tampoco iba a funcionar.
En realidad, nada funcionaba de forma normal desde que lo conocí.
El silencio que quedó se hizo incómodo. Tan incómodo que no soporte sacar un cigarrillo, encenderlo y llevármelo a la boca.
-¿Ahora también fumas?- Minho hizo trizas el momento.
-Tengo más virtudes. Es triste si solo se fijan en el exterior.-
La verdad que comentarios como esos, hacían que la cuota de personas que podían soportarme fuera ínfima.
-¿Dónde estabas?- Comenzó con un ataque frontal. Lindo.
-¿Es importante?
-Claro, así sabría dónde buscarte cuanto te arranques nuevamente.- ¡Auch!
Nos miramos de forma intensa. Minho fue quien nuevamente rompió la magia.
-Porque si eso no fue huir, créeme que lo escondiste muy bien.
Comprendía que era la rabia, ira o como se llame, hablando por él. Yo también sentía algo como eso. Pero la diferencia entre él y yo, es que yo no fui el que arruinó las cosas.
Pero como no estoy en plan “chica despechada” no dije nada.
-Taemin.- Respiró. -Tenemos que hablar.- dijo por fin.
-¿No es eso lo que estamos haciendo?
-No, esto parece un monólogo. -Me miró directamente. Este chico seguía siendo el maldito señor perfección. -quiero escucharte.
-No hay nada que quiera decir.
-Me mentiste y huiste.- salió tan rápido que me costó procesar.
-¿Ah?
-Dijiste que nunca te irías y fue lo primero que hiciste.
-Mi error, debí quedarme y hacer un trio.- Repliqué con falsa culpa.
-No seas idiota, si me hubieras escuchado.
-Estamos llenos de “hubieras”. Solo deberías olvidarte de mí.
-Escúchame.- Demandó
-¿No es lo que estoy haciendo?.
-No, solo sacas conclusiones idiotas sin escucharme ni una maldita vez.
-Mierda, esto no será fácil, ¿verdad?- Me sonrió.- y por lo que veo tampoco quieres que sea fácil.
-Me culpaste y huiste. Eso me dice que tampoco quieres que esto sea fácil.
-Te vi.- suspiré.-Y él que me vuelvas a mentir a la cara, no hará ninguna diferencia.- rematé.
-Aun me quieres.- Afirmó mientras solo quería patearlo hasta borrar esa linda sonrisa de su preciosa cara.
-¿Confiado?- Quise reírme, pero la situación no daba para eso.
En ese momento mi celular comenzó a sonar.
-¿Quién es?- preguntó mientras miraba la pantalla.
-Mi novio.- mentí. Era el hijo del profesor Kwan.
De un momento a otro. Y en mi estupidez. Minho tenía mi celular en sus manos y estaba contestando.
Luche juro que luche, pero físicamente hablando no era competencia. Por lo que me resigne a que todo se fuera, otra vez, por el alcantarillado.
-¿Hola?- Espero que el sujeto respondiera.
-Si Taemin ahora no puede contestar, ¿Quién eres?.- Se quedó en silencio.
-Un amigo de Londres. Hijo de Kwan. Entiendo.- Me miró directamente con satisfacción.
-¿Yo? ¿No te hablo de mí?.- Otra vez silencio.
-Ese chico. Soy Minho, su novio.- Dios esto es injusto.- Si yo le avisaré. Adiós.- Terminó la llamada.
-Eso era innecesario.- dije mientras el aparato era regresado a mis manos.
-¿Con qué novio?. Eres un niño mentiroso.
-Ahora comprendes porque fumar no es mi única virtud.-
Otra vez silencio. Pensaba que ya no tendríamos más que decir cuando él quiso, romper mi ilusión.
-Taemin, un día de estos te arrastraré hacia el primer país que nos deje casarnos.- Estaba absolutamente loco, me levanté para irme lo más rápido de ese lugar antes de que de verdad llegará a patearle la cara.
-Chico deberías conseguir ayuda.
Ya estaba en la puerta, a punto de salir cuando el “cariño, no vuelvas a huir” retumbó en mi cabeza.
-Tres años es suficiente para que te hayas olvidado de mí.
-No te preocupes Taemin, no lo he hecho.- hizo una breve pausa dramática para añadir.- solo no vuelvas a escapar, yo me encargaré del resto.
Giré la manilla y me fui lo más rápido que pude. Afortunadamente Minho no me siguió.
***Continuará***