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EN LA LUZ Y EN LA OSCURIDAD por Sangre Samurai

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Notas del capitulo:

Loki está en Jotunheim, pagando por liberar a Thor.

El rubio está en Asgard, pagando el precio por recuperar a Anneke.

Loki se puso de pié con gran esfuerzo, mientras un dolor punzante e intenso se repetía en su espalda. Lanzó un gutural gemido al tiempo la descarga pasaba, luego intentó recuperar el aire en sus pulmones, concentrarse y resistir, pero el dolor se repitió, esta vez con tal fuerza que lo hizo caer de bruces contra el helado suelo.

La sonrisa de satisfacción del Rey Laufey ante el sufrimiento de su hijo era evidente, aunque le desesperaba que soportara más y más en cada ocasión que usaba el castigo para doblegarlo. Al principio, el débil cuerpo de Loki de inmediato se rendía, apenas unos cuantos latigazos de energía helada, que laceraban su piel bastaban para que el joven pidiera perdón a gritos, ahora tras largos minutos de crueles golpes, de sangrar abundantemente y de perder el conocimiento por algunos instantes... el hijo de Laufey continuaba sin aceptar las acusaciones que Gandrl había hecho sobre su complicidad con Odinson en el ataque a sus posesiones y el robo de la cabeza de Erzone.

-De modo que mentiste- dijo el monarca de los gigantes, caminando de un lado al otro frente al pelinegro- Está en tu naturaleza hacerlo... tu esclavo no era un elfo, sino Thor Odinson... lo tuvimos en nuestras manos... pudo ser la más formidable arma para obligar al Padre de Todo a firmar un tratado a nuestro favor… ¡Y lo liberaste frente a mí!

-Tenemos con Asgard un tratado de paz... ¿Por qué provocar de nuevo el riesgo de una guerra?- preguntó Loki, intentando ganar unos minutos para recuperar las fuerzas.

-Una paz que nos limita, una paz en la que debemos rendir siempre cuentas... una paz que ni siquiera nos permitió recibir su ayuda mientras la guerra civil nos destruía por dentro... Odín es un anciano soberbio y egoísta...

-Thor está en desgracia... no recibe ayuda de su Padre... ¿En qué nos beneficiaba el hecho de tenerlo como esclavo aquí también?

-¡Ya no importa!- exclamó Laufey, aplicando una nueva descarga que hizo al menor retorcerse de dolor- ¡Lo dejaste ir y además... lo ayudaste! ¡Confiesa que tú lo ayudaste!

Loki cerró los ojos, apretó los dientes y se forzó al silencio... con un poco de suerte, ese día su padre terminaría asesinándolo y su sufrimiento por fin llegaría a su fin. Pensó en Thor, en todo lo que lo amaba, en su promesa de regresar a él... eso le ayudó un poco, al menos, moriría siendo amado y no un solitario, como siempre había sido.

-Oh, Laufey basta...- se escuchó la voz de Farbauti, su madre, quien con más lástima que cariño intercedía para que Loki ya no fuese castigado- Es demasiada rudeza contra alguien tan pequeño... Además, puede ser tu única sangre disponible para que herede el trono... lo necesitas si no deseas que tus sobrinos se apoderen de Jotunheim.

-Son sabias tus palabras, esposa mía...- murmuró Laufey, alejándose de Loki.

Los ojos de fuego del desafortunado jotun apenas alcanzaron a cruzar una mirada de agradecimiento a la que se decía su madre. Con el tiempo, había averiguado que ella no era quien lo había traído al mundo... por su tamaño, su herencia provenía de una hembra de castas inferiores, de una infidelidad del Rey con una servidora, a la cual Farbauti había dado muerte después de que naciera su hijo y por indicaciones suyas, había sido abandonado en el templo con la esperanza que muriera también... pero Odín lo vió y lo llevó consigo, salvándole la vida y condenándolo a la soledad y al desprecio, primero en Asgard, donde sus preferencias se volcaban hacia su hijo de sangre y después en Jotunheim, donde su padre no perdía oportunidad de recalcar cuan insatisfactorio le resultaba comparándolo siempre con los hijos que había perdido, asesinados durante la guerra civil.

-Thor...- murmuró en voz baja, sacando fuerzas del inmenso amor que guardaría para siempre por el Dios del Trueno- Cuánto te extraño... cuanta falta me haces... Si sobrevivo ¿Cómo me las arreglaré sin ti?

Thor y sus besos, Thor y su constancia, Thor y su insufrible manera de jurarle confiara en él. Thor en esos momentos con su familia en un cómodo y lujoso castillo en Valhalla, Thor y su esposa... Thor y su esposa... Thor... y su esposa...

Los asistentes del Príncipe llegaron para llevárselo a sus habitaciones, ahí le curarían y lo dejarían descansar... al menos hasta que nuevamente la furia de su padre lo atacara. Maldijo el instante en que Gandrl había acudido en busca de asilo hasta su hogar helado, de no ser por eso, su ayuda a Odinson no hubiese sido del conocimiento de los gigantes, ni tampoco los ojos codiciosos del troll se hubiesen posado nuevamente en él, ni hubiese tenido que aguantar su acoso y sus caricias forzadas en un intento de poseerlo por la fuerza.

-“Solo permíteme estar contigo esta noche”- le había dicho al oído, arrinconándolo contra la pared de hielo en un descuido de Laufey, mientras sus manos lascivas lo recorrían con ansiedad- “Y no te acusaré... Te llenaré de regalos, te haré el amor con tanta pasión que olvidarás a tu esclavo... a ese a quien dedicaste tus noches, a ese con quien te escuchaba, escondido tras tu puerta, gritar y gemir consumidos en la lujuria... quiero que me hagas gritar también... solo una noche para comenzar...”

Su negativa tajante y su risa burlona sin duda exasperaron al troll, quien lleno de rencor por ver frustradas sus ambiciones románticas con el jotun, se fue de la boca con sus acusaciones, provocando la ira del Rey y las consecuencias que ya llevaba en el cuerpo.

-Thor...- volvió a repetir Loki, derramando un par de saladas y angustiosas lágrimas.

***

En Asgard, la algarabía y el incesante ir y venir de personas que deseaban manifestar su alegría por el feliz retorno de Anneke parecía que cesaba por fin. Poco a poco los grandes salones se fueron vaciando, dejando solo a los más allegados, a la familia real y a sus guardias. Odín y Frigga se despidieron de los esposos, mandando sus bendiciones por el regreso de la joven y porque se reestableciera pronto.

Una vez a solas en su amplia alcoba, Thor y Anneke continuaron conversando sobre lo bueno que era ver a tanta gente preocupada por ellos, especialmente Frigga, quien era una madre amorosa y dedicada, que se preocupaba por todo lo que le acontecía.

Anneke se fue quedando en silencio, dejando la charla solamente al rubio, que parloteaba sin cesar, yendo a un lado al otro de la alcoba... se ponía una pijama, se la quitaba... se colocaba otra... entraba al cuarto de aseo, solicitaba agua para beber a sus asistentes de guardia, preguntaba por décima vez a su esposa si deseaba algo para comer y ella negaba gentilmente con un movimiento de cabeza.

-Thor... no tienes por qué dormir conmigo si no quieres...- le dijo de pronto, con voz dulce y mirándole fijamente a los ojos.

El rubio se detuvo en seco, suspirando aliviado, al menos no había ya nada que fingir.

-Cuando me casé contigo...- le dijo, acercándose para tomar una almohada y una de las mantas. Y quedándose sentado junto a la joven por un minuto- Yo pensé que eras muy linda, pero que no podías ser tan buena como todo el mundo decía... Me equivoqué, Anneke... eres una mujer maravillosa...

-¿Dónde vas a dormir?

-En el sofá... no quiero arriesgarme a que alguien me vea salir...

Thor besó suavemente la mejilla de su esposa y se levantó, extendiendo la manta sobre el amplio sofá de piel que estaba junto a la gran chimenea encendida. Se metió de prisa intentando dormir, aturdir un poco su falsa situación y quizá... con un poco de suerte, podría soñar con Loki.

***

Esta vez no pudo escapar a su destino, con gesto de horror Loki observó al repugnante troll cerrar el trato con Laufey y después irse sobre él con toda la intención de satisfacer su deseo. El pago no había sido revelado, pero sin duda era algo bastante conveniente para los Jötnar.

-¿Y que hay del toque helado? ¿Cómo puedo confiar en que no me hará daño justo cuando me encuentre descuidado?

-Loki sabe que no le conviene hacerme enfadar…- dijo el Rey de los gigantes, lanzando una mirada significativa que hizo temblar de terror al joven Príncipe.

De esa forma, se quedaron a solas, y Gandrl por fin pudo tocarlo con entera libertad, sin disimular lo mucho que ansiaba poseerlo. Pasó sus manos grandes y toscas por su delicada piel, repasó también las recientes cicatrices que lucía en el dorso y que parecían enardecerlo aún más. Lo acarició milímetro a milímetro, deteniéndose para abarcarlo en sus zonas más íntimas; gimió de placer cuando tocó sus nalgas redondas y cuando su mano impúdica pasó rozando su miembro, provocando en el jotun un espasmo de repulsión.

-No veo el instante en que todo esto sea mío- murmuró a su oído, procediendo a meter la mano bajo la ropa de Loki para acariciarlo directamente- Estoy loco desde que vi como amabas a tu esclavo... lo envidié cada segundo... tal vez a mí no me mires nunca como lo mirabas a él... pero solo dime lo que le hacías para que gimiera y gritara como aquella noche... quiero hacerte lo mismo... quiero hacerte feliz…

Loki guardaba silencio, desviando la mirada para que el troll no descubriera cuanto asco estaba sintiendo. Pero su actitud era absolutamente dócil... permitía las caricias, que todo su cuerpo fuera tocado una y otra vez, permitió que Gandrl le retirara la túnica que vestía, que alborotara su larga cabellera negra jalándola groseramente... permitió que pegara sus labios húmedos y ávidos en sus propios labios, caricia que hizo lo más breve posible y que al troll no interesó tanto, una vez que pudo animarse al fin a besarle en la piel del cuello... estaba absolutamente excitado...

-¿Quieres saber porqué mi esclavo gritaba de placer?- preguntó de pronto, justo cuando el enorme amante intentaba volverlo de espaldas.

-¿Qué si quiero, mi dulce jotun? ¡Te digo que estoy loco por ti!

-Déjame hacer entonces…- dijo el pelinegro, haciendo brillar sus ojos de fuego y sonriendo tan encantadoramente que el troll sintió que asomaba al paraíso.

Loki se colocó frente al troll, se puso de rodillas y comenzó lentamente a desatar el cordón de sus calzas… todo acompañado de graciosos lengüetazos que daba a los muslos, a la inlge... conteniendo nuevamente la repulsión... volviéndose a mirarlo con una prometedora incógnita sobre los placeres que estaba a punto de experimentar.

-¿Te lo meterás en la boca?- jadeó el troll, respirando entrecortadamente.

-Lo devoraré a mi gusto...- respondió Loki, tocando el poderoso y erecto miembro con sus dedos largos y helados, para enseguida ponerlo frente a sus labios y sacando apenas la punta de su lengua para hacer círculos en el glande.

Gandrl aulló de placer, pidiéndo más con ansiedad. Su fantasía erótica estaba a punto de cumplirse.

Afuera, sonriendo con socarronería, Laufey y sus consejeros más cercanos escucharon la exclamación. El rey entonces comenzó a alejarse del salón donde la pareja estaba.

-No interrumpan hasta que los gritos se terminen… o cuando mi hijo abra la puerta... entonces, asistan al Príncipe que sin duda deseará darse un largo baño y...- diciendo esto Laufey volvió a reír- Preparen a Gandrl para ser entregado a su hermano...

***

Thor y Anneke bajaron de sus habitaciones tomados del brazo. Con galantería, el rubio asistió a su esposa hasta que la joven tomó asiento junto al resto de las damas que parloteaban en voz alta antes de pasar al almuerzo que brindaba la pareja real.

Luego, él mismo se unió a los varones, que discutían de política y de los más recientes acontecimientos en las tierras de los trolls. Padre de todo se acercó a su hijo, eran pocas las ocasiones que tenían para hablar informalmente, y además, requería de algunas respuestas por parte del rubio.

-Hijo mío antes de hablar con el consejo de sabios, quisiera que tú mismo me contaras sobre tus planes...

-Padre conozco mi futuro, si tu voluntad es seguir reinando yo estaré feliz... y si decides que puedo ser coronado, mi corazón se llena de orgullo y aceptará su destino, serviré a Asgard y a los nueve reinos con la misma dedicación que hasta el día de hoy...

-Entonces es tiempo que sientes cabeza completamente... Nuestro pueblo tiene Fé  en ti, hace casi dos años desposaste a una buena mujer... y aún no tienes herederos.

-Somos jóvenes, Padre... los hijos ya llegarán...

-Es cierto, son jóvenes... pero tienes un deber real... procrear hijos sanos, asegurar la línea de sucesión. Todos los ojos se posan en ustedes cuando aparecen en público... Esperan que cualquier día los heraldos den la noticia de un embarazo y después, del nacimiento de tus herederos... Thor, debes pensar en eso seriamente.

El Dios asintió, sin deseos de profundizar más en el tema. Aceptó mansamente las frases de recriminación y de solicitud de su padre, mientras observaba de reojo a su esposa, quien también aparecía con la mirada baja, hablando con Frigga.

-¿Se han puesto de acuerdo para que Anneke y yo tengamos remordimientos por no tener hijos todavía?- sonrió, intentando hacer el momento menos solemne.

-Puedes decir que sí- respondió Odín- Y también he de indicarte, como padre, que antes de presentarte ante el consejo de sabios... retires ese humillante brazalete de esclavo que aún portas... Es indigno de ti...

-Este brazalete lo retirará quien es mi dueño... y solo él...

La respuesta del rubio dejó enmudecido al veterano guerrero y Rey, sabía cada detalle del problema que había envuelto a Thor y a su familia política con el Rey de los trolls, fue un asunto tan delicado que incluso la paz con Asgard estuvo comprometida. Fue através de su compra como esclavo que Heimdall pudo ubicarle, cuando la alarma por traspasar fronteras se disparó con frecuencia.

-El hijo de Laufey fue quien te rescató y te ayudó ¿No es verdad?

-Si lo sabes, Padre... entonces no me preguntes más... Loki no es solo el hijo de Laufey, también fue mi hermano adoptivo y tu hijo... Si quieres saber más detalles... pregunta a Heimdall.

Esa misma tarde, Thor visitó al guardián, dispuesto también a averiguar con cuanto detalle se habían enterado de todo lo vivido duarnte los meses que vivió como esclavo del Príncipe Jotun.

Con una sonrisa de comprensión en el rostro, Heimdall escuchó el tono de preocupación que el Dios del trueno manifestaba por su hermano adoptivo. No se atrevía a preguntar directamente por él, pero la amistad que los unía lo llevó a ser franco.

-Padre de Todo me ha interrogado y yo respondí- dijo Heimdall- Cada detalle de como Loki Laufeyson te brindó su amparo y su ayuda... incluso cada paso que dió colocando hechizos para protegerte cuando recuperaste Mjölnir...- Thor estaba ruborizado, pero seguía escuchando con atención- Sin embargo hay detalles que no me preguntó y que de mi boca no salieron... Un guardián como yo, debe comprender cuando es conveniente desviar la mirada durante algunas horas.

-¿No dijiste nada a Padre sobre lo de Loki... y yo?

-Te repito que no puedo hablar sobre lo que no ví... tengo mis límites, Thor.

-¿Y qué me puedes decir de él en este momento? ¿Puedes verlo?

-Padre de Todo me prohibió darte información personal sobre el hijo de Laufey... aunque no está seguro... me parece que algo sospecha que ocurre entre ustedes dos. Pero puedo darte un consejo... si lo aceptas.

-Dame tu consejo entonces, amigo mío…

-Visita Jotunheim y retira el brazalete de esclavo que llevas... Debes ir Thor... y pronto.

Notas finales:

Gracias por leer.


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