Thor supo que algo no estaba del todo bien cuando dos guardias entraron y lo sujetaron a las cadenas dentro del carromato. Esa limitación a sus movimientos era sin duda, indicio de un giro en el carácter de Loki, y por Valhalla, nadie sabía la causa en esos momentos... así que solo le restaba esperar.
Cuando el Jotun dejó escuchar su voz con tono irritado, dando las indicaciones de manera déspota a sus asistentes, ordenando tajantemente que cualquier traición se pagaba con la muerte, el rubio respiró tranquilo... al menos el enfado no era contra él. Y quizá esa noche por fin pudiera hablar más seriamente acerca de los sentimientos revividos en su corazón. Thor estaba más enamorado que nunca.
Pero sus esperanzas murieron cuando lo vió entrar, con el gesto transfigurado en una mueca de rabia y dolor, con el ceño arrugado y los ojos de fuego dejando que gruesas lágrimas resbalaran para congelarse en sus mejillas.
-Loki... ¿Qué te pasa? Por todo lo eterno... dime...- solicitó, intentando alcanzarle.
Thor logró tocar el brazo de Loki cuando éste pasó junto a él, y de inmediato recibió una quemadura de frío. El toque congelante de la piel de Loki estaba ahí, lista para impedir que nadie, especialmente él, lo tocase.
El Príncipe se quedó muy cerca, observando como su esclavo retiraba la mano a toda prisa y de reojo veía las heridas provocadas. No eran nada, solo dolor y más incertidumbre. Pero su corazón estaba nuevamente herido y sangraba demasiado, toda la rabia supurando por cada poro de su piel...
-Eres un maldito mentiroso- le dijo, con los dientes apretados- Solo regresaste a mi vida para recordarme todo este dolor...
Thor bajó los ojos comprendiéndolo, Sif había hablado y ahora, Loki sabía que él no era libre. Que un compromiso lo ataba en Asgard y que sus intentos por acercarse, por realmente demostrarle que lo amaba, no eran del todo sinceros.
-Déjame explicarte...
-¡No! No quiero escucharte... dirás mentiras, más mentiras, al final tú también fuiste como otros... estoy cansado, Thor, que se acerquen a mí por interés... el interés político por el reino de Laufey o el interés en mi cuerpo solamente... pura carnalidad, pura bestialidad... ¡Y pensar que viví añorándote, creyendo que eras distinto! Mi hermano amado, mi cómplice... mi amante... ¡Qué ingenuo fui!
-Loki, comprendo que desconfíes... pero te juro que yo estaba a punto de contarte todo... Porque te amo... ¿Lo entiendes? Yo te amo...
-¿Me amas...? ¿O tan solo me deseas? ¡Ah, Thor! En tus ojos he visto el brillo de codicia que muchos hombres y mujeres han tenido hacia mi... Les provoca tocar mi cuerpo, el color de mi piel, mi cabello… mis ojos... me desean sin amarme... solo es Loki, el capricho del momento... Nadie se asoma a mis sentimientos... Creen que pueden usarme...
-Por favor... tus palabras me duelen... yo no quise herirte...
-Atiende: Tú no me heriste. Yo cometí el estúpido error de comenzar a creerte... – Loki seguía hablando con rabia, con rencor, cuando en ese momento sus asistentes llamaron a la puerta de su carruaje e hicieron subir a un hombre atado de manos. El hombre lucía severamente golpeado y con un brazo vendado... era el cazador de recompensas, quien después de vender la caravana Jotun a las Valquirias, fue perseguido por éstas y por los guardias de los gigantes de hielo, hasta que el cazador fue cazado. Y presentado rápidamente ante el Príncipe- Pero nunca es tarde para rectificar... Nadie ve en mí a un ser con alma y sentimientos, debe ser porque no los tengo...
Thor miró horrorizado como Loki reanimaba al maltratado cazador mediante un par de ademanes mágicos, y cuando despertó, en medio de una especie de sopor, sonrió estupidamente reconociendo al Jotun y murmurando obscenidades sobre él.
-¿Qué haces, Loki?- preguntó el rubio- Detente por favor...
-¿Tocas a tu esposa como me tocaste a mí, Thor? ¿Resistiría tu consorte que su marido tocase a otro con más pasión que a ella? ¿Resistirías tú que otro me tocase a mí?- y diciendo esto, se acercó al cazador, besándolo en la boca. El hombre, a pesar del trance hipnótico, respondió con un beso sucio y lleno de lujuria. Loki se separó tan solo para ofrecerle la piel de su cuello, a la que el cazador se prendió succionando groseramente, mientras sus manos luchaban por alcanzar el resto de su cuerpo.
-¡Estás loco! ¡No hagas esto! Te lo suplico... no sigas adelante...- bufó Thor, incapaz de soportar aquella escena.
Pero Loki fingió sentir placer, gimió con voz ronca y suspiros entrecortados, que los besos y las caricias de un extraño le gustaban. Era su revancha. A toda costa quería que Thor experimentara el mismo nivel de sufrimiento y celos que él mismo tenía. Liberó al cazador para permitirle que se abalanzara sobre él, pegándole las caderas justo en el lugar donde el pelinegro abrió las piernas y las alzó sobre su espalda, al mismo tiempo que observaba, sobre el hombro, mientras toda su piel era devorada a besos y mordidas, como Thor se retorcía violentamente, queriendo arrancar las cadenas que lo retenían. El rubio estaba tan fuera de sí, que comenzó a hacerse daño, sus muñecas sangraban ante la fuerza que empleaba intentando liberarse sin éxito.
Loki sonrió triunfalmente y corrió las cortinas para que ya no les mirase, aunque por los jadeos y frases vulgares, los piropos groseros y cargados de alusiones sexuales que continuamente salían de la boca del cazador... estaba seguro que Thor reventaría de rabia en pocos minutos.
-Prepárate para ser mío...- dijo el hombre, en tono profundo- Finalmente, serás mío...
-Es tu día de suerte- se escuchó enseguida la voz de Loki- Hoy me da la gana que me des placer...
Thor no supo en qué momento su rabia se convirtió en celos, y los celos en angustia y dolor. Sus ojos de zafiro se enturbiaban con las quemantes lágrimas que no podía retener, no soportaba escuchar aquella sesión de sexo entre Loki y un hombre que apenas un par de días antes, había intentado abusarle... dejó de luchar por romper sus ataduras para caer de rodillas y taparse los oídos con las manos... no quería saber más. Apretó los ojos y las manos sobre sus orejas, deseando morir ahí mismo... el castigo por ocultarle la verdad al Jotun era excesivamente cruel... y Loki pagaba por verlo sufrir un precio muy, muy alto.
Escuchaba a su pesar los gritos de placer del cazador, y la risa cristalina y divertida de Loki... una risa que era fuerte y no muy normal... era como una especie de gozo maligno brotando por su garganta... el hombre seguía gritando, pero a Thor ya no le parecía que fuera de placer. Más bien eran alaridos de miedo... de dolor...
No podía ver nada através de la cortina, pero se estremeció con los aullidos y las súplicas del cazador. Una vez roto el trance hipnótico, Loki le había permitido tener la conciencia suficiente para darse cuenta en primer lugar, que estaba teniendo relaciones sexuales con el príncipe Jotun objeto de sus deseos insanos... eso llenó de vanidad al individuo por breves segundos, ya que enseguida, antes que lograra penetrarlo, el toque de hielo volvió, sus manos quedaron bien sujetas a la piel del gigante, y el gesto de placer se transformó en uno de terror.
Thor seguía escuchando sin comprender qué sucedía… o como sucedía, porque reconocía aquellos gritos como los sufrimientos de un condenado que estaba siendo torturado hasta la muerte... poco a poco la voz se fue apagando, así como la risa del otro, hasta que largos minutos después... todo quedó en silencio.
Los asistentes entraron. Loki descorrió al cortina y Thor pudo observar entonces, el cazador yacía sobre la cama, con un gesto de terror en la cara... muerto. La piel estaba llena de heridas producidas por quemaduras frías, y en la entrepierna, el lugar que debía ocupar el miembro viril era una sola masa sanguinolenta y ennegrecida.
-Llévenselo muy lejos- dijo el Príncipe, con total indiferencia- Y limpien todo antes de marcharnos... Yo quiero asearme un poco...
El cuerpo inerte del cazador fue retirado y el pelinegro salió llevando consigo una bata de descanso y una toalla grande. Estaban en el campo, no había cerca una aldea o un hostal donde hubiese un lugar decente para darse un baño caliente. Pero recordó haber visto un riachuelo a pocos metros de donde dejaron atados los caballos.
Loki fue hasta ese lugar, y con suavidad, lavó las marcas de su cuerpo... odiaba aquellos dientes marcados en su cuello y en su pecho, se metió al río hasta la cintura, y con las manos dejó caer el líquido en el resto de su cuerpo, se sentía sucio, usado... pero había valido la pena porque mataba dos pájaros de un tiro: Se vengaba de la mentira de Thor y del asqueroso deseo carnal del cazador.
Cerró los ojos un instante, pensó en él, en el gesto que mostraba cuando el hombre comenzó a tocarlo, en sus exclamaciones y súplicas pidiéndole que se detuviera... sintió un poco de pena también... lo amaba... lo amaba demasiado... pero no era libre y tal engaño no era posible que alcanzara su perdón.
Lo escuchó venir y adentrarse también en el agua, sintió sus manos grandes y cálidas frotar con cuidado las marcas en su piel, percibió la ternura con la que intentaba congraciarse y hacerse disculpar. Lo dejó bañarlo completamente, incluyendo su largo cabello negro, sin que ninguno de los dos dijera palabra alguna... luego lo ayudó a salir del agua, secarse y colocarse la bata para cubrir su desnudez. Quizá debido a su magia inherente, Loki ya no tenía marcas visibles y eso era bueno.
Luego Loki tomó las manos del rubio, que apenas se dio cuenta que las cadenas ya no lo sujetaban, corrió tras el Jotun esperando darle esa negada explicación. El hijo de Laufey revisó las heridas provocadas en la blanca piel, y concentrándose en ellas, las hizo sanar todo lo que pudo. Thor sintió de inmediato el alivio en sus manos.
-Mírate- dijo a Loki, señalándole de nuevo el río.
Loki se asomó y exclamó genuinamente asombrado. Poseía su forma asgardiana completa... abrió los ojos verdes con sorpresa y extendió sus manos para mirarse la pálida piel... no entendía que había sucedido.
Thor lo abrazó con ternura, mientras Loki comenzaba a sollozar.