-Thor no tengo ganas de que me toques... no quiero que me toques...
-Como tú quieras... no voy a tocarte. Esperaré que estés listo para mí... Yo te prometo contártelo todo... como debí hacerlo desde el principio...
-No apagues la luz... quiero vigilar el espejo toda la noche...
-Loki... No me importa en lo más mínimo tu cambio de aspecto... si mañana o en este instante, regresas a tu forma Jotun... yo te amaré igual o te amaré más todavía.
-En Asgard... nos enseñaron a creer que los gigantes de hielo son monstruos... monstruos horrendos, que asustan a los niños... ¿Cómo crees que me sentí al averiguar que yo era uno de ellos? Y cuando en casa de Laufey, cada espejo me devolvía la imagen de ese ser de piel azul y tatuajes vivos... Yo mismo me daba miedo... miedo y asco...
-Nunca podrías dar asco... ¿Acaso no lo has declarado tú mismo? Provocas pasión y deseo al caminar, provocas amor en quien te mira, tu sola presencia hace que te adoren... eres hermoso Loki, en tu forma Jotun... posees el suficiente atractivo para hechizar a cualquiera, para enloquecer a un vil cazador... y para enamorar al Príncipe de Asgard.
-Quiero creerte, Thor...- murmuró Loki, sonriendo con tristeza- Pero no puedo.
-Yo te convenceré... Solo permíteme que te lo demuestre.
-Si te permito dormir conmigo... ¿Me prometes no tocarme?
-¡Pides mucho, por Valhalla! Puedo prometer que lo intentaré... Solo porque quiero que duermas entre mis brazos, quiero que te sientas protegido... que olvides los infames momentos que esta noche has vivido... se acerca el amanecer... en pocas horas llegaremos al castillo de Gandrl... vamos a reponer fuerzas.
- Pero hay cosas que no puedo olvidar...
Thor sabía perfectamente a lo que se refería el pelinegro, tal y como había dicho, sería cuando estuviera listo para escuchar que le daría todas las explicaciones necesarias. Y ya que había recibido la invitación para ir a la cama de su dueño, se posesionó de ella, acomodando su largo cuerpo sobre los almohadones y abriendo los brazos para que el jotun se acomodara a su gusto. Loki se deslizó como un pequeño gato hacia el lugar que le pareció el más confortable, recargando su linda cabeza sobre el bíceps del rubio
-Va a ser tan difícil no tocarte ahora que vuelves a ser mi hermanito pequeño…- sonrió Thor, acariciandole el cabello negro y las mejillas de blanca piel.
-Bésame solo un poco... - pidió Loki, ofreciéndo sus labios cálidos y sonrosados.
-No- dijo Thor- Si te beso... no podría detenerme.
-Entonces vamos a dormir...- respondió el otro, sonriente, mientras volvía a darle la espalda para acurrucarse y cerrar los ojos.
-Te amo...
- ¡Por las tundras eternas de Jotunheim! Estoy perdido... Yo también te amo...
***
Cuando Loki despertó y se miró al espejo, sus ojos rojos y su piel azul lo devolvieron a la realidad, de nuevo era un jotun. Estaba asombrado de volverse en su forma asgardiana, porque permanecer en ella durante todos los años que vivió como hijo adoptivo de Odín, sin tener la conciencia de su origen verdadero, solo fue a causa de la Fuerza del Padre de Todo, cuya voluntad había sido que nadie conociera su aspecto jotun. La misma noche en que fue devuelto a Laufey, el Rey de la ciudad eterna le devolvió también los rasgos con los que debió crecer. Loki estaba horrorizado, conocer de golpe que no pertenecía a la familia que siempre amó, que ni siquiera pertenecía a la raza Aesir y que era forzado a vivir en un oscuro y helado reino, al lado de desconocidos que eran sus padres, con la piel y los ojos de los monstruos que tanto le aterraban fue un panorama devastador por muchos meses.
No comprendía por qué estaba transformándose, Thor le explicó que él ya había visto ese cambio en forma fugaz un par de veces antes, y que parecía que en cada ocasión parecía durar un poco más. Pero Loki no sabía por qué cambiaba, ni como... no tenía control sobre sus cambios, por lo mismo, no podía detener el regreso a su forma de gigante de hielo.
Thor despertó y observó su semblante taciturno, entendiendo el desánimo que lo llenaba.”Para mí eres el mejor... eres terriblemente atractivo” le dijo, a manera de halago y consuelo. Loki sonrió y fue a darle los buenos días regalándole un dulce beso en la mejilla, Thor no permitió que se alejara, retuvo su cabeza, enredando sus dedos en el largo y enjoyado cabello de azabache para darle otro beso en los labios.
Loki suspiró ante la caricia... se estaba enamorando cada vez más...
-Estamos ahora en territorio de Gandrl... Tiene a su servicio a los mejores enanos artesanos y ellos mismos, fabrican ahora las más formidables armas... aquí debe estar retenido tu martillo...
-Aprecio verdaderamente que me trajeras, Loki, pero no quiero que te arriesgues ni que arriesgues el honor de tu padre por mí... Lo mejor será que yo vaya solo desde este momento...
-¿Tú ir solo? Thor... eres mi esclavo... no te atreverás a desobedecerme y volver a marcharte de mi lado. Querido y testarudo rubio, vas a hacer exactamente lo que yo te ordene y ninguna otra cosa.
De esa forma, el Príncipe Jotun fue recibido en presencia del poderoso Troll. Toda la comitiva hizo una entrada rimbombante, con los guardias escoltándolo, la alfombra para que sus pies no pisaran el suelo directamente, y sobre todo, toda su persona con los mejores adornos y joyas que pudo encontrar. Era el emisario oficial del Rey Laufey y su hijo a quien recibían, no solamente a un negociante.
Los trolls adoraban la ostentación precisamente por carecer de ella, por ser toscos y poco agraciados, por tener las construcciones más simples de los nueve mundos. Por eso gustaban de la belleza y los lujos de Laufeyson, quien además destilaba encanto por los cuatro costados. Su sonrisa, sus ojos, la gracia con la que movía el cabello y dejaba ver la sarta de joyas que lo envolvían parecía tener un efecto de hipnósis sobre los Trolls. Además, era como un poema en movimiento.
-¿Quién es ese?- preguntó el mismo Gandrl cuando Loki se plantó frente al troll llevando de la mano la cadena dorada que llegaba al cuello de Thor. El rubio iba convenientemente disfrazado con una festiva máscara cubierta de diminutos rubíes y zafiros, llevaba el torso desnudo y el enorme cinturón enoyado.
-Es mi pequeño juguete- respondió Loki, pasando su mano larga y fría lascivamente por el cuerpo de su esclavo, bajando lentamente por el pecho, el abdómen y deteniéndose en la entrepierna para acariciar su tesoro.- El va a donde voy yo… de momento, me gusta tenerlo muy cerca de mí.
-Pero lleva el rostro cubierto...
-Pues verás, mi querido Gandrl, mi juguete es mi propiedad... y no quiero compartirlo con nadie, no quiero que nadie lo vea, eso solo es mi placer... ¿Acaso no me permitirás que lo reserve únicamente para mí?
Loki dijo esto con un mohín de disgusto tan encantador, que el troll no pudo menos que derretirse ante su capricho y aceptar.
-Por supuesto que puedes... te recibimos, hijo de Laufey, eres mi huésped, es mi honor contribuir a tu bienestar. Aunque también espero que hagamos negocios... Sé que tienes ese interés, pero has de saber que nuestros precios son muy altos.
-No hay precio que el uru no pueda pagar- dijo llanamente el jotun, provocando un brillo de codicia en el troll.
-¿Entonces los rumores son ciertos? ¿Viajas llevando uru contigo?
-Vaya... no hay secreto que escape a tu percepción, buen Gandrl. Deseo que fabriques para mi padre una daga, con la hoja de uru y la empuñadura de hueso y diamantes, debe ser la más hermosa que puedan fabricar tus artesanos.
-¿Cuánto estás dispuesto a pagar, jotun, por tal maravilla?
-Trae tu báscula.
El troll asintió e indicó a sus asistentes que acercasen una báscula donde pesaba los metales de sus clientes. Loki sacó de entre sus ropas un par de pesas para calibrar la certeza del artefacto... por supuesto, encontró que tenía un desbalance a favor de su dueño… el peso marcado era inferior al quintado.
-Suele calibrarse para cada transacción- rió el troll, sin afectarse demasiado por ser descubierto- Pero me gusta que seas precavido.
-Es igual, sé exactamente cuanto uru transporto y de cuanto será el peso de la hoja. No hay forma de que te quedes con nada que yo no te dé. Pero me parece que quedarás satisfecho con mi oferta de pago.
Loki haló la cadena de su esclavo con parsimonia, y sonriéndole con complicidad, quitó el primer eslabón de su cuello, echándole los rubios cabellos atrás y acercándose sensualmente hasta morderle el lóbulo de la oreja. Thor se mantenía quieto y en silencio solamente a base de gran fuerza de voluntad, ya había sido advertido que no se mostrara receloso ni sorprendido por el comportamiento que el jotun tuviera frente a los trolls... “Hasta hoy has visto al negociante... pero ahora observarás como me comporto cuando soy el hijo de Laufey” fueron las palabras exactas del Príncipe.
Caprichoso, sensual, imperante y soberbio... eran sin duda los adjetivos que mejor lo describían. Pero tenía a Gandrl comiendo de su mano, el troll babeaba por Loki y por cada uno de sus movimientos y por cada una de sus sonrisas.
-Tendrás el tiempo que les lleve fabricar la daga para buscar tu martillo- le dijo susurrante al oído, cuidándose que nadie más lo escuchara excepto el esclavo.
-Tu esclavo debe ser un hombre muy feliz- dijo Gandrl, suspirando a su pesar, al ver la cercana intimidad que Loki guardaba con su juguete personal.
-Lo es mientras yo quiera que lo sea- respondió el jotun, sonriente- ¿Y más o menos en cuanto tiempo tendré mi daga, mi estimado Gandrl?
-En dos días, con un máximo de tres... los enanos trabajaran sin descanso en tres turnos para templarla y fabricarla... pero aún no me has dicho el pago...
-Esta cadena- dijo, haciendo un pase mágico y causando que la cadena brillase hasta desaparecer su tono dorado y tomar el gris plateado del uru- pesa lo suficiente para la daga... y sobrará el metal para cubrir tu paga. ¿Conforme?
-Príncipe... tienes un trato- dijo el troll, mirando con ojos codiciosos el excedente del que pasaría a posesionarse- Además... permíteme felicitarte... pusiste el metal en el único lugar donde nunca te lo robarían: Justo enfrente de los ojos de todos.
***
Dos días era el plazo para la entrega, en dos días Thor debería averiguar donde estaba Mjölnir y la forma de liberarlo del anclaje de los enanos. Loki permitió a sus guardias tomar turnos para divertirse junto a los trolls, en las fiestas organizadas en su honor. Gandrl y él cenaron aparte, solo con su familia y Loki junto a su esclavo, cuando el jotun manifestó su deseo de retirarse a su carruaje a descansar, el troll lo invitó a ser su huésped, mostrándole una habitación limpia y cómoda para pasar la noche, Loki aceptó.
-Este era justamente el plan, ¿No?- le preguntó Thor, una vez que estuvieron a solas.
-¿Cuál plan?
-Este... quedarnos en este castillo para buscar a Mjölnir.
-Thor, querido... yo vine aquí a contratar la fabricación de un obsequio para Laufey... no lo olvides. Si llegaras a escapar esta noche de mi lado, puesto que ya no tengo cadenas para retenerte... (¿No habías notado que pese a ser tan pequeñas, no podías romperlas?) Y te atrapan... yo no puedo interceder en tu favor. Tendrías que atenerte al castigo que tu falta amerite.
- Lo entiendo perfectamente.
Loki se recostó voluptuosamente sobre la cama llena de pieles donde descansaría, había declinado con amabilidad la invitación de unirse a la fiesta hecha por Gandrl y ahora solo le interesaba, aparentemente, dormir. Thor lo observó fijamente, esperaba el momento oportuno para escabullirse e inciar su búsqueda. Aunque con la celebración, debía esperar a la madrugada, ya que todo en el lugar era bullicio, música y bebida.
-¿Qué esperas para venir?- dijo de pronto, clavando sus ojos de fuego en el rubio- Puedo morir de deseo por ti y nunca te darías cuenta.
-Loki...- suspiró Thor, sin hacerse repetir la invitación- No quiero que mueras de deseo... quiero que mueras de amor...
Thor se recostó sobre el cuerpo del jotun, aplastándolo con todo su ser, haciendo coincidir sus centros para moverse un poco de arriba abajo y hacerlo gemir. Estaba tan deseoso de él que apenas podía contener su erección.
-Te amo- le dijo el pelinegro, llenándose de un delicioso sonrojo que en un instante, cambió todo el color de su piel... Loki Odinson estaba de regreso.
-Me haces tan feliz... escucharte decir esas palabras... Pero creo que jamás me amarás de la forma en que yo te amo.
Loki sonreía mientras alzaba sus manos para mirarlas, dándose cuenta del cambio. Era demasiado para ser casualidad... la cercanía de Thor le hacía cambiar. Y cambiaba más rápido cuanto más cercano lo tenía... cuanto mas rápido latiera su corazón con las emociones que el rubio le provocaba.
Thor comenzó a besarlo, largamente, engolosinado con el calor de sus labios, con el sabor de su lengua, dándole pequeñas mordidas en la boca... Loki se dejaba besar, respondiendo las caricias y sin hacer el menor intento por tomar el control. Thor comenzó a preguntarse que cosa estaba esperando el jotun que le hiciera, o como quería que se acomodara esa vez... se sentía tonto, pero necesitaba preguntárselo.
-La otra vez que hicimos el amor, Loki...- comenzó, causando una carcajada en el menor.
-Thor... la otra vez fue sexo... solo sexo... Por eso yo te dominé... Cuando yo quiero satisfacerme, eso hago solamente... No te ofendas, sabes que también tú estabas deseoso de mí, de lo contrario no me hubieses permitido penetrarte...
-Estaba deseoso de ti... y enamorado... de lo contrario te hubiera partido esa linda cara que tienes tan solo de insinuar que yo fuera usado...
-Ahora es diferente... y lo sabes.
-¿En qué es diferente? Siento deseo por ti...- dijo Thor, moviendo su mano hasta alcanzar el miembro de Loki, que estaba enorme ya.
-Porque ahora yo te acabo de confesar que te amo... y jamás se lo había dicho a nadie antes... jamás...- murmuró, al tiempo que gemía suavemente con el contacto de la mano cálida del rubio masajeandole su centro.
-No me voy a aprovechar de eso... bueno... quizá un poco...- sonrió Thor con gesto pícaro, mientras aumentaba la fuerza de sus caricias- Quiero estar dentro tuyo… y si te quedan fuerzas... quiero que estés dentro mío... no te haré terminar hasta que cumplamos este pacto...
Loki se movió entonces, decidido. Se colocó encima de Thor, le abrió los brazos y los sujetó por arriba de su cabeza, mientras lo besaba apasionadamente. Mientras se frotaba con asiedad y fuerza, pasando sus redondas nalgas sobre el mástil del rubio una y otra vez.
-¿Es sexo o es amor?- le preguntó.
-Es amor...- respondió Thor, liberando sus manos para abrazarlo y apretarlo contra su pecho, mientras comenzaba a devorarle el cuello, acariciando su espalda y afirmando sus manos abiertas sobre sus caderas- Parece que tengo a mi pequeño hermano de nuevo... como hace años... temblando de emoción en su alcoba... esperando por su primera vez... Nos amábamos... ¿Lo recuerdas? Nos prometimos amarnos siempre... pasara lo que pasara...
Loki gemía de placer, sintiendo la boca de Thor lamerle y morderle la piel.
-Y yo he cumplido... mil cuerpos, mil aromas… o ninguno... porque tu cuerpo y tu aroma es lo único que me permitió seguir con vida... Un día tú me explicarás tu compromiso en Asgard... y yo, cariño... te contaré mi historia... y entonces volverás a decirme que mi amor jamás será igual al tuyo... pero tendrá otro significado...
Loki decía una gran verdad, aunque Thor no lo entendiera del todo en el calor del momento. El tiempo aclararía el tamaño del sacrificio de cada uno por ese amor.
-Hazme el amor... Loki de Jotunheim- ordenó Thor, deteniendo sus besos.