SeHun…
Cuando abrí los ojos, parecía que era un sueño… JongDae estaba ahí, sentado en la cama acariciando mis cabellos.
Esa era una maravillosa forma de despertar, sin embargo, me pregunte que hacia ahí en lugar de JongIn.
Mi mente se saturo de preguntas, más ninguna respuesta salía a relucir. Los ojos me pesaban, sentía el cuerpo arder y la cabeza pitarme, como si poco a poco me fuese desvaneciendo, la obscuridad me envolvió…
JongDae…
SeHun no solía ser muy enfermizo, pero cuando cogía un catarro, caía en cama hasta por una semana. Odiaba la sensación de desesperación que me embargaba cuando le veía tan frágil, siempre tan susceptible y vulnerable, que no podía evitar permanecer a su lado hasta que despertara.
Justo como ahora, con los ojos cerrados, la frente perlada en sudor y las mejillas rojizas, SeHun era como un niño. Lucia como esa especie de niño al que deseas cuidar y proteger sin importar que.
Hasta hace un año, creía que no existía amor más puro que el que sentía por SeHun. Sin embargo, creí que estaba equivocado y caí enamorado de un hombre esplendoroso, que iluminaba mis noches de otoño con destellos hermosos y suaves, como las luciérnagas.
Hasta hace unos meses, creía que lo correcto era no buscar amor en un menor, mucho menos en el hijo de la esposa de tu padre, entonces SeHun enfermo y no pude evitar fortalecer mi amor por él. Por ese pequeñajo que solía meterse en mi cama y despertarme cada mañana, que con una sonrisa brillante iluminaba mí día a día.
Hasta hace unas horas, estaba decidido a proponerle matrimonio a mi pareja y entonces, como si fuera obra del destino, YiXing me dejo varado a la deriva y SeHun se enfermó, dejándome ver ese lado tan vulnerable que posee.
SeHun es la razón de mi fortaleza, la fuente de mi fuerza y determinación. Él es mi sol, mi cielo, mi mundo.
Él lo es todo para mí.
Esta mañana, cuando me despertaba y me disponía ir al trabajo, JongIn entro en mi habitación e introspectivamente me llamo la atención, dándome el regaño de mi vida. Él, el segundo hermano de SeHun, me hizo ver que tanto me necesita el joven que justo ahora descansa en su cama.
Y cuando estuve ahí, vi que aún poseo aquel amor poco fraternal por el hijo de la esposa de mi padre. Aquel que por años me he empeñado en sepultar y ocultar, con el único objetivo de no dañar a lo que me mantiene con vida… Mi ángel, mí adorado SeHun.
Él, la única razón de mi existir.
…
Ha pasado una semana desde que he vuelto a dormir a casa, SeHun ha mejorado y ahora asiste como de costumbre a la academia de baile, mientras yo me vuelvo viejo tras un escritorio, leyendo montones de documentos y contratos, analizando leyes, vislumbrando por el futuro de mis clientes. Siendo el eficiente y monótono abogado que jamás desee.
…
—JongDae, tenemos que analizar el caso Cho y verificar que todos los documentos estén en orden, mañana es la cita con el Juez— escuche a mi jefe, Joe, quien estaba parado frente a mi escritorio y que paseaba su mirada por mi despacho, analizando con detenimiento.
—Lo sé, justo iba a llamarte para comenzar porque hoy debo salir temprano— comente y con una sonrisa le invite a tomar asiento, él de inmediato se colocó en la silla frente a mí.
—Si me dices que es tan importante como para que el licenciado en derecho, Kim JongDae se vaya temprano a casa… Le pido a JongHyun que se encargue de los últimos detalles y te dejo el resto del día libre.
Y sin dudarlo, las palabras brotaron de mis labios como agua de un cráter. —SeHun me espera para cenar, no puedo defraudarlo.
Complacido, Joe sonrió y me retiro la carpeta que descansaba frente a mis ojos, cerrándola para así llevársela a JongHyun. —Bien, suerte con ello y salúdame a SeHun, tiene tiempo que no le veo.
—Y tú salúdame a JongHyun, que hoy no le he invitado el café de a diario.
—Mhm… Ignorare el hecho de que le invitas bebidas calientes a mi chico y te dejaré ir por esta vez, pero procura no darle cafeína que luego por las noches se pone hiperactivo y quiere hacer de todo, menos meterse conmigo a la cama.
—Pamplinas, yo hago lo que quiero.
—Hablo en serio, JongDae… Una gota más de café a mi prometido y te juro que no vuelves a ver a SeHun en meses— amenazo y no pude evitar reír, a pesar de que sabía que él no estaba jugando.
—Está bien, no más café para el caliente novio del jefe.
Y se fue, dándome tiempo para prepararme, dejándome marcharme por primera vez en meses, temprano a casa.
SeHun va a estar feliz.
…
SeHun…
Hoy hacía un clima increíble, sin embargo, para mi sorpresa el cielo comenzó a cubrirse con grisáceas y negras nubes de tormenta. Una sensación extraña se instaló en mi pecho, estaba teniendo un mal presentimiento para esta noche.
Los relámpagos y truenos me sorprendían, más no me hacían temblar como cuando era un crio. Ahora estaba seguro de que JongDae volvería a casa. Que él iba a protegerme.
Solo esperaba que el juicio no fuera a extenderse y que él pudiera volver temprano a casa.
Porque esta noche quiero dormir a su lado y despertar entre sus brazos.
…
JongDae:
Joe, JongHyun y yo nos encontrábamos en el juzgado, mientras ellos arreglaban algunas cosas con los clientes, yo debía de encárgame de hablar con el juez… El jodido caso se estaba complicando, y lo que era aún peor, el abogado de la defensa no era nadie más que Zhang YiXing.
Y sin poder evitarlo, el momento justo en que nos conocimos vino a mí, nublando mi juicio profesional.
…
—Un mal día, ¿eh? — escuche detrás de mí y me gire, encontrándome con un hombre joven, el cual era bastante apuesto. Sabía su nombre, le había visto antes en el juzgado y sin embargo, jamás había hablado con él. Un prodigio de las leyes, Zhang YiXing.
—Se podría decir— comente y él sonrío, luciendo aquel coqueto hoyuelo que le caracterizaba a la hora de ligar.
—Apuesto a que sí— dijo y se colocó a mi lado, observando hacia la concurrida y abarrotada avenida frente a nosotros. El viento le revolcó el cabello y no pude evitar mirarle, siquiera fui capaz de apartar mi vista de él. —Sin embargo, estas haciendo un buen trabajo ahí adentro, sigue así… JongDae.
Pasmado, le observe irse y maniobrar entre el bullicio de gente, él acababa de animarme…
…
Con los ojos cerrados, suspire. Estaba cansado física y mentalmente.
Una nada sutil carcajada se escuchó al final del pasillo y no pude contener mi curiosidad, voltee y ahí venían los abogados de la defensa. YiXing lucia imperturbable y LuHan reía con descaro, quizás bailando en la anticipación de una posible victoria.
Mis manos se apretaron en puños cuando ellos pasaron a mi lado y LuHan susurro algo al oído de YiXing, para después besar discretamente su mejilla. Ellos estaban saliendo, de nuevo.
Fui un idiota por tragarme su cuento, su teatro de “soy el único lastimado aquí”… Entonces lágrimas comenzaron a abarrotarse en mis parpados, había sido ingenuo al sentirme mal por fallarle.
Una traicionera lágrima se deslizo por mi mejilla, silenciosa se escabullo por mi rostro y cayó al piso, me sentía destrozado, utilizado…
…
SeHun:
De un momento a otro, una tormenta se desato y parecía que el cielo iba a colapsar. La preocupación comenzó a embargarme, JongDae aún no llegaba ni había llamado para nada, y algo me decía que no se encontraba del todo bien.
Para mi sorpresa, la puerta se abrió de repente y ahí se encontraba él, empapado y con la ropa escurriendo a chorros. Preocupado corrí hasta él y le jale dentro, guiándolo hasta el baño más cercano, en el cual me dispondría a secarlo.
…
JongDae estaba sentado en la cama con la mirada gacha, la camisa de fina seda blanca estaba completamente desabotonada y sus piernas estaban perfectamente enfundadas en un pantalón de vestir negro, el cabello húmedo más sin embargo, no lucía como él… Era como si fuese un cascajo vacío.
—JongDae— me acerque a él e intente levantarle la mirada, en cambio, separo sus piernas y me atrapo entre sus brazos, halándome en un duro abrazo.
—Shhh, no digas nada por favor, sólo déjame tenerte así un momento— murmuro y recargo su cara en mi hombro, podía sentir su respiración sobre mi piel.
—Te quiero— susurre contra su cabello y aspire el aroma de su champú, embriagándome con su almizclado olor.
Él se tensó por un momento y al otro me estaba besando de forma dura y demandante, humedeciendo mis labios con su lengua. Pronto estábamos enroscados en la cama, con nuestros cuerpos enredados sobre las pulcras sabanas negras…
Sus manos viajaron a lo largo de mi cuerpo, deslizándose gentilmente por mi piel y por sobre la ropa, podía sentir miles de hormigas caminar por mi cuerpo, haciéndome cosquillas… Podía sentirme flotar con cada caricia de sus dedos.
Para cuando nos separamos, estábamos jadeantes y mi cuerpo ardía con deseo. No sabía que iba a suceder, tenía miedo de que JongDae se detuviera y me dejara sólo en casa, más en cambio susurro muy cerca de mi oído.
—Te necesito, SeHun.
Sus palabras se deslizaron por mis oídos y se incrustaron en mi pecho, cerca de mi corazón, haciéndole latir de forma frenética. Entonces él atrapo el lóbulo de mi oreja con sus labios y succiono con suavidad, haciéndome suspirar.
Minutos más tarde, estábamos desnudos y sudados, con los dedos entrelazados mientras que él besaba mi pecho, siguiendo un camino de besos hasta mis labios, para besarme justo en la boca con tanta pasión y necesidad, que creí iba a deshacerme en sus brazos.
Y cuando él separo mis piernas, me entregue a su urgencia por poseerme.
…
Posiblemente, a la mañana siguiente estaríamos enredados en las sabanas, desnudos y uno al lado del otro. Y lo mejor de todo eso sería, que íbamos a despertar juntos.
Amaba la sensación de bienestar que significa el despertar junto a la persona que amas, justo después de hacer el amor.
Sí, definitivamente despertar con quien amas es la mejor forma de despertar.