Otro día había llegado en la estación de radio. Lúthien se preparaba para empezar el programa. Como siempre encendía su computadora, donde revisaba los millones de mails que recibía, la mayoría de agradecimiento. Pero hubo un mail que le pedía que lo leyera al aire, ¿Por qué?, quería que él lo escuchara.
La chica sonrió al ver el nombre y apenas le dieron entrada al aire
- Buenas tardes amigos radio escuchas, hoy empezamos nuestro programa “Pídela y yo la pongo”, donde puedes dedicarle a esa persona especial, la canción que quieras ya sea para una declaración, un apoyo como amigos o celebrar un aniversario. El día de hoy, atenderé un correo, ¿listos?
Hola Lúthien:
Sé que esto es poco habitual, pero por el momento no quiero ser descubierto. Sabes, el día de ayer, me entere de algo que no sabía y la verdad, afectara la decisión que tome. Pero primero, quiero que él me conozca.
Todo comenzó cuando iba en primero de secundaria, estaba algo emocionado porque era algo nuevo. Como sabes, se dan las presentaciones y al principio creí que sería como en la primaria… pero me equivoque
Al principio todo iba en calmas, hasta que no sé porque o no sé qué hice, el típico grupo de amigos me comenzó a molestar, como dije, ¿por qué?, no lo sé. Yo no le había hecho ni dije algo malo nada a nadie. El grupo era liderado por un chico pelirrojo, acompañado de otro pelirrojo, un peliblanco y otro que siempre usaba una máscara. Sus nombres, Pain, Hidan y Kakuzo.
Pain fue el que comenzó todo un día
- Mírenlo -dijo- ahí va con su tonta cara y esa estúpida sonrisa
- Pain, déjalo en paz -hablo Hidan- si no, como nos divertirá sin esa estúpida sonrisa
Se empezaron a reír. El colmo, fue poco a poco la mayoría de mi grupo se les fue uniendo, otros se mantenían al margen y yo no hacía nada, porque pensaba que si los ignoraba se cansarían y me dejarían en paz… que gran error, pero el más grande fue haberme quedado callado, porque no quería más problemas con ellos… tampoco, quería meterlos en líos, otro error.
Para no hacer esto largo, durante los tres años de secundaria fue una pesadilla. Nunca se cansaron de hacerme bromas, las más comunes eran: pegarme estampas en la ropa, inventar cosas de mí, patear mi mochila o robarme la silla. Pero lo peor fue acusarme de robo.
Estábamos en clase y se tenía la costumbre de que nos daban los libros según la clase que tuviéramos, pero al final teníamos que devolverlos. Ese día la clase de química termino y los libros se devolvieron. Yo estaba seguro de haber devuelto el libro, pero entonces, vi que la encargada de los libros y el jefe de grupo se acercaron a mí.
- Oye, faltas de entregar el libro -me dijo la encargada
- Ya lo devolví -le conteste- yo mismo lo deje con los otros sobre el escritorio del profesor.
- Haber, abre tu mochila -dijo el jefe
Pero apenas abrí la mochila, el jefe de grupo, sin pedirme permiso saco el libro. Todos estaban mirando y hasta hoy pienso que cuando deje el libro, aprovecharon para echar otro en mi mochila. Qué casualidad que llegaron conmigo directamente
- ¿No que lo habías entregado? -dijo burlona la encargada
- Yo lo deje en el escritorio -me defendí
- Sabes lo que significa esto, ¿verdad? -dijo el jefe- es un reporte
- ¿Por qué?
En eso el profesor de la clase de ciencias sociales, se acercó e intercedió por mí. Diciéndome que no lo volviera hacer. No sabes cuánto me tuve que aguantar para no llorar, pero Pain empezó
- Mírenlo, quiere llorar… quiere llorar -golpeando la mesa
- Quiere llorar… quiere llorar…
Todo el salón, con excepción de algunos, le siguieron el juego repitiendo lo mismo hasta que el profesor los callo, diciendo que no era correcto. Cuando me pasaron el libro de esa clase
- Ten y no te lo vayas a robar -dijo la encargada
En ese momento, juro que quería correr y contestarle, pero no pude, yo no soy una persona grosera, a menos que me hagan enojar. Pero ese día sentí una pena horrible. La escuela termino y llegue a casa, para mi suerte no había nadie. Y ahí me rompí
- ¡¿POR QUÉ?!... ¡¿QUÉ LES HICE?!... ¡NO ES JUSTO!
Gritaba en medio de un mar de lágrimas hasta que me calme. A partir de ahí, Pain y su grupo seguían molestándome y yo seguía sin hablar. La verdad no sé cómo pude soportar eso, pero me di cuenta, que mi ánimo decayó, deje que me pisotearan y creo que eso era lo que los alimentaba.
Si, durante tres años sufrí bullyng. Cuando salí de la secundaria, pensé que la preparatoria sería igual. Pero antes de entrar, íbamos a cursos propedéuticos que te ayudan para el examen de admisión a la preparatoria. Ahí conocí a una profesora, que se dio cuenta de mi tristeza
- Hola -me saludo con una sonrisa
- Hola
- ¿dime estas bien?
- ¿Por qué lo pregunta?
- No te veo muy animado, ¿caso algo te sucede?
No sabía si decirle o no, toda mi confianza había muerto en la secundaria. Temía que se burlara de mí, ella se dio cuenta.
- Si no quieres hablar, te dejo mi tarjeta. Y suerte en el examen
Leí la tarjeta: Psicóloga escolar Konan. Eso me sorprendió mucho, pero igual seguía sin confiar en las personas. Ese día hice mi examen, solo quedaba esperar el resultado. Cuando ese día llego, fue el más feliz de mi vida. Había aprobado y para mi mala suerte, Pain y su grupo también, pero no me importo, yo estaba feliz.
Sin embargo las burlas siguieron. Hasta que ya no pude más y busque a la profesora Konan. Llegue a mi actual preparatoria y la busque. Ella me recibió gustosa
- Bienvenido, ¿en qué te puedo ayudar?
- Bueno… yo…
- Tomate tu tiempo -sonrió
Y empecé a contarle todas mis experiencias, ella me escuchaba atenta
- ¿y porque crees que te molestan?
- No lo sé -le dije- no les he hecho nada
- Dime, ¿Cómo eres en la escuela?
- Bueno, no soy el cerebro que sale en el cuadro de honor, y ni me importa, reconozco que he reprobado una o dos materias, soy pésimo en matemáticas pero se me da bien en computación y arte.
- ¿tienes problemas con los maestros?
- No, ni con los prefectos, es más, ni siquiera revisan mi mochila para ver si traigo marcadores permanentes u otras cosas prohibidas en la escuela. No tengo mala conducta y no tengo reportes.
- Bueno, esa puede ser una de las razones, por la cual te molestan. Eres un chico muy noble y amable. Aunque te afecta lo que te hacen, sigues sonriendo. Los “brabucones” son gente que no soporta que otros tengan una vida tranquila y en mi opinión, creo que envidian tu creatividad y tu excelente conducta.
- ¿de verdad?
- Sí, pero haces mal en no decírselo a nadie
Yo solo me quede callado, aunque era no correcto, no decía nada. Solo quería terminar la secundaria y salir de ahí.
Cuando nos graduamos, todos se despedían con llanto o sonrisas. A mí me pareció, hipócrita, un drama hecho por gente que disfruto verme sufrir, ni siquiera me acerque a despedirme, excepto con los que había llevado bien. Cuando volvía a casa, Hidan se acerco
- Oye espera, Pain quiere decirte algo
- Por favor, ¿Qué acaso no tuvo suficiente estos tres años?
- No es para lo que crees, ¿vienes?
- No -conteste en seco
Apenas me di la vuelta para irme, Pain estaba frente a mí, viéndome fijamente. Yo recordando las malas experiencias, me sentí intimidado.
- ¿Qué quieres? -le dije con un tono molesto
- Necesito que sepas algo
- No me interesa
Estaba a punto de irme, cuando Kakuzu me cerró el paso. Yo solo suspire
- Si vas hacerme una broma, hazlo de una vez -ya harto
- No es eso -suspiro- la verdad, quiero decirte que me gustas mucho
- ¿Qué?
- Lo que oíste, me gustas y como vamos a ir a la misma preparatoria, quiero que seamos novios
Al principio me sorprendí, tenía que procesar todo
- Lo que Pain dice es cierto -hablo Hidan- pero no sabía cómo decírtelo
De pronto reí, los tres se me quedaron viendo, hasta que hable
- Que buena broma, ¿no se te ocurrió algo más original?
- ¿Qué? -dijo Pain- hablo en serio
- Si como no… bueno sea o no verdad, te respondo: si realmente te gustaba no hubieras hecho lo todo lo que me hiciste estos tres años
- Entiéndeme, no sé cómo expresar este tipo de sentimientos
- Si claro, sabes cuando realmente quieres a alguien, no lo lastimas y tú me hiciste mucho daño y si pretendes que me trague este cuento tuyo. Búscate algo más original
- Espera
No lo deje terminar, me abrí paso entre él y Hidan. Desde ese día no los volví a ver, hasta la preparatoria. Por supuesto le conté esto a Konan y entendió la postura de Pain, pero también me dio la razón a mí, cuando amas a alguien no es fácil decirlo pero no significa que tengas que jugarles bromas para atraer su atención.
Durante las vacaciones, estaba algo ansioso por entrar a la preparatoria por era a la que yo quería entrar. Recuerdo que no pude dormir la noche antes del primer día, pero pude llegar a tiempo a la escuela. Ojala pudiera decir lo mismo, al llegar al salón de clases. Y es que batalle un poco para ubicar el salón, por suerte no era el único, había otros chicos más.
Cuando dimos con el salón, algunos entraron avergonzados, yo entre tranquilo observando a mis nuevos compañeros. Hasta que vi esos ojos negros… si ya supiste quien soy, soy Naruto y te llamare cuando leas estas líneas.
Y así fue, apenas Lúthien termino de leer, sonó el teléfono
- ¿bueno?, Naruto
- Sí, soy yo…