Esa misma tarde, Sasuke e Itachi, iban emocionados a la casa de sus rubios, Izuna decidió acompañarlos pese a que era Madara el que quería ir, pero su hermano le dijo que por el momento era mejor darle su espacio a Minato. Además, alguien tenía que cuidar a un momificado Tobi, luego de haber sobrevivido a las palizas de sus primos, en especial la de Sasuke.
Una vez que llegaron, como niños chiquitos, Itachi y Sasuke se peleaban por ser el primero en tocar el timbre, mientras discutían, Izuna fue quien presiono el botón
Ding, dong
- Tío - reclamaron los azabaches
- Lo siento, pero camarón que se duerme se lo lleva la corriente - tocando el timbre otra vez
Dentro de la casa,
- Papá, ¿puedes abrir? - gritaron los rubios
Minato solo suspiro, se acercó a la puerta con cuidado, pues temía que Madara hubiese ido también, pero grande fue su alivio al ver a Izuna
- Izuna-san
- Minato-san, buenas tardes
- Buenas tardes -respondieron los azabaches menores
- Adelante, pasen - ya una vez dentro- Deidara está en el patio y Naruto en su cuarto
- Gracias
- Pórtense bien, niños… no hagan “travesuras” - hablo con picardía Izuna
Itachi y Sasuke solo lo vieron con un sonrojo y cada quien se dirigió con su pareja. Una vez solos
- Se me olvida -dándole una caja- aquí trajimos pastelillos
- Gracias - tomándola- ¿gusta te?
- Claro
Mientras tanto en el jardín, Deidara terminaba de moldear la figura de un fénix, Itachi aprovecho para abrazarlo por la espalda y morder su oreja
- ¿Interrumpo?
- Me asustaste, hum
- Lo siento -dándole un beso- te falta mucho
- No, solo me falta detallarle las plumas de las alas y listo
- ¿te pagaran por ella?
- Si, una señora que visito el festival, le gustaron mis otras figuras, en especial la de los bijus y me pidió le hiciera un fénix
- Me alegro, ¿quieres que te ayude?
- ¿No te molesta?
- No
Deidara se volteo para besar a Itachi y después de eso le dio una bata unos guantes para que no se ensuciara. Después, siguiendo las instrucciones de Deidara, Itachi parecía un experto moldeando la arcilla.
En su cuarto, Naruto y Sasuke yacían sobre la cama intercambiando besos y caricias leves, si el azabache se pasaba de más, el rubio lo detenía
- Sa-Sasuke… espera… no…
- Perdón -deteniéndose- perdón… yo…
- Está bien, solo contrólate
- Lo sé -acostándose a su lado- pero es que contigo me vuelvo loco, pero como te lo jure no te hare daño y llegare hasta donde lo permitas
- Gracias - recargándose en su pecho- ¿te iras pronto?
- No… quizá mi tío Izuna y tu papá hablen por un buen rato
- Sabes, aún sigo cansado por lo ayer, ¿te quedas conmigo?
- Descansa - acomodándose
Naruto se quedó dormido al escuchar palpitar el corazón de Sasuke, quien se durmió con el dulce aroma del rubio.
Mientras tanto en la sala
- Minato, ¿puedo preguntarle algo?
- Claro
- ¿Qué paso entre tú y mi hermano ayer?
Minato titubeo un poco y al recordar el beso, se sonrojo. Izuna sabía que el rubio intentaría evitar el tema, por lo que continuo
- Madara me dijo ayer que lo beso, ¿sabes porque?
- No -viendo hacia abajo
- Bueno, él pensó que algo te había pasado cuando quedaste inconsciente luego de la caída y…
- ¿Y?
- Creo que ya sabes la respuesta, ¿no? - Minato asintió- ¿y qué piensas?
- Yo… la verdad -suspiro
- Tranquilo, no le diré nada a mi hermano, puedes confiar en mi
- Todo es confuso… por un lado aún recuerdo a Kushina, mi esposa, pero se que ella espera que rehaga mi vida otra vez. Por el otro… bueno… están Deidara y Naruto, no se si ellos estén listos para aceptar a alguien que sea parte de nuestra familia
- ¿pero tú estás listo?
Minato no contesto, estaba claro para Izuna que el rubio si estaba interesado en su hermano, pero le eran más importantes las opiniones de sus hijos. Aunque Minato, sabía que Naruto estaría de su lado, faltaría la reacción de Deidara
- Sabes -hablo Izuna- haces bien en pensar en tus hijos primero, como debe ser y créeme que Madara será necio, gruñón, poco expresivo, impaciente y todo eso… es un buen hombre que respetara que tus hijos lo acepten con las reglas de ellos.
- Lo sé -sonrió Minato
Izuna y Minato seguían conversando; Itachi y Deidara admiraban la figura que habían hecho; Sasuke y Naruto terminaban de despertarse. Las horas siguieron su curso y la convivencia ente Namikazes y Uchihas se hacía más y más grande.
Finalmente llegó la hora de despedirse
- Gracias por recibirnos, Minato-san
- Son bienvenidos cuando quieran Izuna
- Te veré el lunes, teme
- Yo igual –dando un beso- dobe…
Mientras Itachi y Deidara se despedían con un acalorado beso
- Ejem… Itachi, hora de irnos -interrumpió Izuna
- Lo siento… adiós Dei
- Hum… es broma adiós
Apenas de iban a ir cuando
- Izuna-san -hablo Minato
- ¿sí?
- Dele mis saludos a Madara
- Claro
Dicho eso, se despidieron. Deidara por su parte, observo a su padre atentamente, quería hablar con él respecto a Madara, pero algo en su interior le indicaba que aún no era el momento.
En la casa Uchiha, Madara terminaba de alimentar a Tobi, debido a sus lesiones.
- Gracias, Madara-ojisan
- De nada y la próxima vez no vuelvas a hacer o decir nada estúpido
- Si - respondió desganado… mas no tenía la intención de obedecer