Minutos después, Jiraiya yacía metido en las aguas termales, mientras B terminaba de asearse, antes de quitarse el jabón, noto que la puerta se abrió dejando entrar a Sasuke
- Sasuke-san, buenas noches -saludo el guía
- Buenas noches -sentándose- gracias por ayudarme
- Está bien -echándose agua- me alegra que se hayan arreglado
Sasuke sonrió para empezar a darse un baño, mientras B entraba en las termas. En un jardín, yacían Itachi y Deidara viendo la luna, el rubio no dejaba de suspirar
- ¿pasa algo?
- Itachi… ¿crees que está bien que tu tío y mi padre, se relacionen?
- Si ellos se aman, ¿Quiénes somos para interferir?, además ya te lo dije –abrazándolo mas a él- tu padre tiene derecho a rehacer su vida
- Eso lo sé, pero me asusta que olvide a mi madre
- No lo hará, mi tío sabe que Kushina-san será el gran amor de Minato-san y no intentara, tomar el lugar de tu madre, él se lo ganara
Deidara solo suspiro y cerró sus ojos, acurrucándose más en el pecho de su azabache, cuando alzo sus ojos al cielo
- Es una luna preciosa
- No tanto como tú
Ambos se sonrieron para sí, para luego darse pequeños besos hasta hacerlos un poco más duraderos. No se dieron cuenta que eran observados por otro azabache de coleta, quien solo suspiro
- Hermano… Itachi… Sasuke… que suerte tienen -se dijo para si
Izuna solo observaba la luna plateada, que iluminaba las termas y el mar, dando un hermoso color a sus aguas. Estaba feliz por su hermano y sus sobrinos, pero a él le gustaría tener a alguien con quien compartir tan maravillosa vista. Pronto sus pensamientos, fueron interrumpidos por unos quejidos
- Izuna-ojisan
- ¿Qué pasa Tobi?, ¿aun te duele el estómago?
- Si… creo el viaje en barco me afecto
- Bueno, mañana le pediré a Tsunade-san que te revise
Tobi solo asintió y de nuevo se quedó dormido. En su habitación, Minato velaba el sueño de su hijo, mientras de cuando en cuando observaba la luna, desde la ventana de la puerta corrediza. Cuando escucho unos pasos, para su sorpresa, era Madara. Ambos se vieron mutuamente, cuando el azabache vio al rubio menor dormido
- ¿Qué paso?
- Ya se arregló con Sasuke -sonriendo
- Lamento lo que paso y espero que
- Está bien, de todos modos es necesario que tú y mis hijos se conozcan, con Naruto ya diste un gran paso, pero Deidara
- Será más difícil con él, pero no quiero presionarlo
Minato asintió, cuando Madara estaba dispuesto a reanudar su camino, el rubio lo detuvo
- Espera
- ¿Qué pasa?
Ya sin contenerse más, Minato le dio un beso a Madara, este se sorprendió pero no tardó en responderle. Sus brazos, rodearon el cuerpo del rubio y los brazos de este el cuello del azabache, atrayéndose más. No sabían si era porque ya querían declarase y aceptarse o era el efecto romántico de la luna. Cuando les faltó el aire se separaron, sonriéndose, para después Madara besar la frente de Minato, quien coloco su cabeza en el pecho del azabache para escuchar su corazón
- Gracias por respetarme y respetar a mis hijos
- Por ti, hare lo sea
Duraron así, sin saber que alguien los había escuchado, con una sonrisa en su rostro. Al día siguiente, Tsunade revisaba a Tobi, Madara e Izuna estaban al pendiente
- Como le pensé, tienes una infección en el estómago, ¿dime comiste algo que te supo raro?
- Si, unos camarones que sirvieron en el ferry antes de venir aquí
- Seguramente estaban pasados, lo bueno es que se trata de una infección leve.
- ¿requerirá algo? – pregunto Izuna
- Le daré un jarabe para que se alivie, mientras tanto estará bajo una dieta líquida hasta que su estómago mejore
- Gracias
En eso vieron que Tsunade sacaba un jeringa, Tobi al verla se puso nervioso
- ¿y eso?
- Es para que te mejores, debido a que estamos en un clima semi frio, podrías recaer
- No - poniéndose de pie- ya estoy mejor, ¿ve?
- Aun así debo aplicártela
- Izuna-ojisan -lloriqueando- no se lo permitas
- Vamos Tobi, se valiente
- ¿Por qué yo?
- No solo tu -hablo Tsunade- tus tíos y tus primos también la recibirán -viendo a Madara- por seguridad
Madara noto malas intenciones en la rubia, pero no dijo nada. Tsunade terminaba de preparar el medicamento, Tobi trato de escapar, pero era detenido por Izuna y Madara
- NO, POR FAVOR… TIOS...
- Tobi compórtate - decía Madara
- Aquí voy -anuncio Tsunade
Apenas la aguja toco la piel de Tobi, este dio un grito que hizo retumbar toda la posada, el grito incluso se escuchó en toda la manzana donde se ubicaba el lugar. De vuelta al cuarto, Tobi lloraba abrazado a Izuna, quien lo consolaba
- ¿Quién fue un chico valiente?
- Tobi…
- Bueno, Izuna-san es su turno… Madara podría traer a sus otros sobrinos
- Claro
Dicho eso, salió del cuarto poco después volvía con Itachi y Sasuke. Izuna ya estaba vacunado, los siguientes fueron Itachi y Sasuke, quienes no emitieron ningún gemido. Cuando llego el turno del azabache mayor, Tsunade con una sonrisa malévola, inserto fuertemente la jeringa en la nalga de Madara, quien apretó los dientes para no gritar.
- Bien, todo listo, será mejor que reposen un poco con permiso
La rubia salió con una sonrisa triunfal, mientras Izuna miraba a su hermano
- ¿estás bien?
- No… esa bruja…
- Deberías descansar tío -recomendó Itachi
Pero al sentarse en la cama, Madara se puso de pie de inmediato, pues el dolor era insoportable. Itachi le recomendó que se acostara boca abajo. Una hora después, Sasuke volvía con un analgésico
- Gracias -tomándose la pastilla
- Sí que está decidida a que te alejes de Minato-san -comento Sasuke
- Pues no le daré ese gusto
- Tío a este paso, si siguen así terminaran odiándose
- Lo sé, pero no caeré en su juego… si esa mujer quiere guerra, la tendrá
Debido al dolor, Madara no pudo ponerse de pie en todo el día, por lo que no pudieron ir al zoológico. Al dia siguiente, comenzaron a llegar más huéspedes para descansar y ni así, Tsunade perdía la oportunidad de molestar a Madara. En una ocasión que el azabache se lavaba la cara, la rubia le cerró el paso del agua, este le respondió mostrando una caja de toallitas húmedas, con las cuales se ayudó a terminar de asearse.
Otro día, Tsunade le había aventado comida para aves a su cuarto, con la intención de que los pájaros hicieran ruido y lo despertaran, pero Madara ya se había levantado, cuando saludo a la rubia pescándola con las manos en la masa. Otro día, hecho purgante al café que había pedido el rubio. Cuando Wendy se lo llevo no sospechaba nada. Pero Madara lo rechazo, argumentado que no tenía ganas, y antes de que la chica se lo llevara, Jiraiya tomo el café y lo bebió de un sorbo… ya se imaginaran las consecuencias.
Eso era día a día, cuando finalmente, Minato ya harto hablo con Tsunade
- Mamá, ¿Qué pasa contigo?, pensé que estarías feliz por mi
- Lo estoy… pero
- Madre, sé que no te agrada, pero yo lo amo y no quiero que lo alejes de mi
- Minato
- Por favor, ya detén tu guerra con Madara
- Está bien -suspiro la rubia
Minato sonrio complacido, ahora era el turno del rubio dar su desición