Izuna cerro sus ojos un momento, le era muy doloroso recordar eso, Deidara no dejaba de verlo asombrado. Poco a poco iba entendiendo el carácter de Madara.
- Pero… ¿Cómo eran antes de eso?
- Bueno -pensó Izuna- creo que era como tu
- ¿eh?
- Si, de hecho aún lo sigue siendo, el hermano mayor que protege a sus hermanitos. Pobre de aquel que nos hiciera llorar a mi o a Fugaku
Izuna sonrió al recordar a las múltiples victimas que Madara enviaba al hospital. Aunque era un estudiante modelo, las peleas que tenía lo metían en serios problemas, pero al azabache no le importaba. Solo procuraba que Fugaku e Izuna, no sufrieran
- ¿Y qué paso cuando Madara-sensei entro a la preparatoria?
- Bueno…
PVO IZUNA
Como los tres éramos muy estudiosos, cada quien logro una beca en las mejores escuelas, Fugaku y yo en la secundaria y Madara en la preparatoria. Gracias a esas becas, no teníamos que pedirle nada a Tomoe, pero ella seguía pisoteándonos, haciéndonos sentir inferiores. Pero eso acabo un día.
Como te conté, Fugaku era muy enfermizo y un día, el pobre sufría fiebre y vómitos, pero a nuestra tía no le importaba. Incluso decía que si moría mejor, Fugaku por más que trataba se mantenía alejado de ella, pero un día, mi hermano no pudo más y vomito sobre la alfombra favorita de Tomoe
- ¡ERES UN CERDO!
- No fue mi intención…
- SI COMO NO
Sin importarle que Madara y yo estuviéramos viendo, la tía tomo una vara para darle su castigo a Fugaku, pero Madara no se lo permitió cuando ella quiso dar el primer golpe
- ¿Madara?, ¿Qué estás haciendo?
- Ya es suficiente, no permitiré que les pongas un dedo encima a mis hermanos -quitándole la vara
- Eres un maldito
Pero la tía no término, Madara le había asestado una fuerte bofetada que la derribo al suelo, recuerdo que la mano de mi hermano mayor temblaba, quizá de tanta ira contenida por muchos años.
- ¡LARGO!... ¡LOS TRES FUERA DE AQUÍ! - grito Tomoe
Mi hermano en silencio entro al cuarto donde nos quedábamos, luego me llamo, mientras deje a Fugaku en el sillón. Rápidamente, Madara y yo empacamos nuestras pertenencias, que no eran muchas. Madara cargo con las maletas y yo sostenía a Fugaku, cuando salimos de esa casa, sentí un gran alivio pero…
- Madara, ¿Qué vamos a hacer ahora?
- Ya tengo todo resuelto - nos sonrió
De inmediato paro un taxi y nos dirigimos hacia un edificio de departamentos, ahí nos esperaba una anciana, quien nos recibió amablemente más al darle medicina a Fugaku. Vi cómo le dio a Madara unas llaves
- Fugaku, ¿puedes caminar?
- Si - respondió un poco débil
- No, mejor espérenme aquí
Poco después, Madara volvía por nosotros y cargo a Fugaku en su espalda. Grande fue nuestra sorpresa cuando nos detuvimos frente a una puerta
- Hermano, ¿Qué? -pregunte
- Este -abriendo la puerta- es nuestro nuevo hogar
Fugaku y yo quedamos sorprendidos
FIN POV IZUNA
- Espera, ¿Cómo fue que?
- Bueno, sabía que Madara tenía un trabajo de medio tiempo cuando ingreso a la secundaria. Lo hizo para que no pasáramos hambre cuando Tomoe no nos alimentaba. Pero lo que no sabíamos, era que él estaba ahorrando para poder alquilar un apartamento, para los tres.
- Pero hay algo que no entiendo, ¿Por qué no los quería su tía?
- Yo tampoco lo sé muy bien… supongo que fue porque nuestro padre fue el favorito de Kaguya, nuestra abuela
- Aun si, ¿Por qué nunca le puso un dedo encima a Madara-sensei?
- Supongo que ella sabía que Fugaku y yo éramos más vulnerables, Madara siempre se mostró fuerte y decidido, no se dejaba intimidar por nadie, así fuera un amigo, un extraño o un familiar.
Deidara agacho su cabeza y pronto descubrió que él y Madara si tenían similitudes, si él y Naruto hubieran estado en la misma situación de los azabaches, también habría actuado igual. Izuna al verlo sonrió, sabía que había logrado algo
- ¿Y que más paso en la vida del sensei?
POV IZUNA
Los tres fuimos inmensamente felices, nuestro hermano había cumplido su promesa. Incluso se enfrentó a la abuela Kaguya y demás miembros mayores de nuestra familia, cuando le ordenaron que los tres debíamos volver con Tomoe, pero Madara no cedió, aun cuando le amenazaron que no contara con la familia si llegara a necesitar algo.
- Entonces -dijo Madara- con todo respeto, porque lo queramos o no, todos somos del clan Uchiha. Espero no tener que recurrir a ustedes, para algo, ruego al cielo que no necesitar nada proveniente de ustedes. Pero si eso pasa, ustedes serían los últimos a quienes recurriré. Mientras tanto, yo mismo cuidare y guiare a mis hermanos por el buen camino.
- Madara…
- He dicho abuela, si nos disculpas
Madara, Fugaku y yo, la reverenciamos con respeto antes de salir de la casa principal de los Uchiha. Como te imaginaras el resto de la historia, cada uno de nosotros estudio carreras diferentes. Fugaku encontró a Mikoto-chan y de su matrimonio llegaron Itachi y Sasuke. Pero luego ellos tuvieron que irse del país a trabajar.
FIN POV IZUNA
- Ya veo, pero Madara-sensei, ¿no se enamoró?
- Si, tal vez no lo creas, pero él tuvo una relación con Hashirama-san
- ¿Qué?, ¿en serio? -pregunto asombrado el rubio
Izuna solo asintió con una sonrisa
- ¿y porque se separaron?
- Eso… es algo que debes preguntarle a Madara. solo te diré, que pensé que Hashirama le devolvería la alegría a su vida y así fue… pero creo que la felicidad completa, la encontró en Minato y aunque no lo admita… en sus dos jóvenes y revoltosos hijos
Deidara se sorprendió, pero no sabía exactamente porque, quizá aún le faltaba escuchar la historia por parte de Madara. Pero ahora entendía que el azabache mayor no era gruñón, no, era una persona que, como Izuna dijo, tuvo que madurar antes de tiempo para que sus hermanos no vieran la vida tan difícil. Tuvo que ser madre y padre para ellos, como Deidara de algún modo era como una “mamá” para Naruto.
En eso apareció Madara, quien buscaba a su hermano. Se sorprendió al verlo con Deidara, quien tenía la cabeza gacha
- Izuna, ¿que…
Pero el azabache menor le hizo una seña poniendo su dedo sobre su boca, el mayor entendió, cuando vio una traicionera lágrima salir del rubio
- ¿Deidara, estás bien?
El rubio al escuchar su nombre de boca de Madara, seco sus lágrimas antes de encararlo. Por un momento, Deidara vio a ese joven azabache pero no sentía lastima por él, comenzó a sentir empatía por él. Para sorpresa de los Uchiha, Deidara se puso de pie y abrazo a Madara, quien se quedó anonado
- Lo siento -susurro el rubio
Madara vio a su hermano algo extrañado, pero Izuna solo sonreía y asintió. El azabache mayor, alzo sus brazos para responder al abrazo de Deidara, quien se aferró más a él. Sin darse cuenta, los dos habían dado un gran paso