Las miradas seguían fijas la una con la otra, una llena de sorpresa y la otra mostraba una leve confusión pero a la vez tranquilidad. Izuna reacciono empujando a Tobirama, quien cayó de sentó al suelo. El azabache se puso de pie con el perfil de su mano cubriendo sus labios, sus emociones chocaban entre sí: enojo, nerviosismo, vergüenza, ¿alegría?... ¿Por qué?
Tobirama por su parte se puso de pie, sin quitar la vista del azabache, él se mostraba seguro y tranquilo, aunque por dentro estaba muerto de nervios. Izuna no dijo nada y pretendió alejarse, pero el peli blanco lo detuvo del brazo, quedándose ambos quietos sin miradas que cruzar
- Suéltame
- No
- ¿Por qué haces esto?
- No lo se
Al escucharlo, Izuna sintió que esa hubiera sido su respuesta si le hubiese preguntado porque interfirió entre Madara y Hashirama, Izuna jalo su brazo como señal de que lo soltara, pero el peliblanco no lo soltó. Unas lágrimas comenzaron a surgir del azabache, Tobirama al verlo quiso acercarse, pero Izuna le propino una bofetada, logrando zafarse. Se vieron una última vez, después, el joven azabache salió corriendo. Mientras Tobirama, se quedó aspirando el aire.
Izuna corría sin saber a dónde, cuando pudo escuchar la voz de Madara, quien al verlo se adelantó a ver que le pasaba, pero el menor se abrazó a él.
- Izuna, ¿Qué te pasa?
- Déjame estar así, por favor -sollozando
Izuna lloraba desconsolado, Madara solo lo abrazo más, de los tres, el joven azabache era el más sensible, no solo por ser doncel, sino porque era el más amable de entre sus hermanos mayores. Poco después en la habitación, Izuna yacía acostado con una compresa sobre sus ojos, mientras Madara lo observaba atento, recordando lo que le había dicho Minato
- No lo presiones, deja que él te diga lo que le pasa y Madara… pase lo que pase no te alteres
- ¿acaso sabes que le pasa? - el rubio asintió- dime que le pasa, por favor
- Madara -acariciando su mejilla- esto es algo que Izuna debe decirte, promete que serás paciente, por favor
- Cuando se trata de algo que lastima a los que amo, no te puedo prometer eso
- Por lo menos inténtalo
Minato le dio una leve sonrisa al azabache, para darle un beso rápido y dejar solos a los hermanos. Madara dio un suspiro, cuando sintió a Izuna moverse en la cama
- ¿Hermano?
- ¿Ya estas mejor?
- Si, perdón por preocuparte -sonriéndole
- ¿Qué paso?
Izuna no sabía si decirle o no a su hermano del beso, puesto que conocía a Madara y sabía que este era capaz de ir por la cabeza de Tobirama, por lo que solo ladeo su rostro. Esto preocupo más al mayor
- Hermanito… sé que no tengo el mejor carácter del mundo, pero dime que te pasa
- Hacía mucho que no me llamabas así -sonriendo
- Nunca cambias -expreso Madara sonriendo
El menor se acercó a él y puso su cabeza sobre las piernas del mayor, Madara suspiro, pues cuando Izuna o Fugaku hacían eso, significaba que algo pasaba, pero tenían miedo de decírselo
- Cuando estés listo, puedes decírmelo con toda confianza
- Gracias
Dicho eso, Izuna se quedó dormido al sentir las suaves caricias de Madara en su cabello.
Mientras tanto, con Tobirama, este caminaba como león enjaulado por toda su habitación, aún seguía preguntándose, porque sintió ese impulso de besar a Izuna, porque lo detuvo cuando el joven quería irse, porque sentía esa opresión en su pecho. Sus pensamientos se interrumpieron cuando alguien llamo a su puerta
- Sea quien sea, no tengo humor para aguantar a alguien
- ¿Ni siquiera a tu hermano? - entro Hashirama
- Ahora no, vete
- ¿Qué te pasa?, desapareciste de la exposición… sabes lo que sufrí. Tuve que cargar todo lo que Mito compro - haciendo pucheros
- Hashirama, ahora no, por favor
Tobirama le dio la espalda a su hermano, el pelinegro se dio cuenta de que algo pasaba, por lo que solo atinó a decir
- ¿Tu actitud tiene algo que ver con un chico azabache?
- ¿Qué te hace pensar eso?
- Soy tu hermano y te conozco, además… no creas que no me doy cuenta de cómo miras a Izuna Uchiha
El peliblanco encaro a su hermano, quería reprocharle, pero en vez de eso se dejó caer sobre la cama. Hashirama, se sentó en el borde. El oji rojo miraba al techo pensativo
- Hermano -hablo el peliblanco- ¿Cómo se sabe cuándo estás enamorado?
- Fácil -sonriendo- es cuando no quieres separarte nunca de esa persona, siempre estas al pendiente si le falta algo, solo piensas en ella día u noche
- ¿y es justificado, robarle un beso?
- ¡¿Lo besaste?! - se puso de pie el pelinegro
- …
- ¿y que hizo Izuna?
- Me abofeteo, después salió corriendo e iba llorando -aun acostado
- Jajaja…
- ¿Qué es gracioso?
- Bueno… creo que te precipitaste, quizá a ti te guste Izuna-san, pero no sabes si él te corresponde o no.
- No pude evitarlo -reincorporándose
- Pues… más te vale que Madara no se entere o te cuelga. Sabes cuándo adora su familia
- No me ayudas en nada, ¿sabías?
- Solo te digo la verdad
Hashirama veía sonriente a su hermano, este solo suspiro. Mientras tanto, Minato y Naruto yacían en la sala principal del hostal, viendo los regalos para los Uchiha
- Ese hombre sí que es un verdadero artesano -viendo el dije- ¿Cuándo se lo darás a Sasuke?
- Cuando ingresemos a la escuela-ttebayo, ¿y tú cuando le darás a Madara el suyo?
- El mismo día que tú -sonriendo
- Papá eres un copión- haciendo pucheros
Minato sonrió y revolvió los cabellos del menor, para luego ambos guardar sus regalos, de pronto Naruto se puso de pie
- Papá, ¿no crees que olvidamos algo?
- No, Deidara quiso quedarse allá, creo que aun busca a Itachi
- Jeje… pobre Itachi-ni… ah
- ¿Qué pasa?
- Olvide que Sasuke se quedó allá también…
Naruto se puso blanco, al recodar que su azabache lo asesinaría. Este por su parte se había reunido con Tobi
- Te digo que es lo que le gusta
- ¿estás seguro?
- 100%
- Está bien -dirigiéndose al vendedor- me llevo estas