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1,80 centímetros.
60 kilogramos.
Cabello corto. Teñido de rubio.
Pese a todo lo que era y no era Kim KiBum, cuando JongHyun lo veía, había una única palabra cruzaba por su mente… Perfecto.
Las personas que los rodean no están ni cerca de compartir su opinión. Sin embargo, eso poco le importa al chico de las plantillas. No era como si él quisiese compartir a Key con alguien más, de cualquier manera, por lo cual el hecho de que aparentemente él era el único que lo veía de esa forma, no le molestaba en absoluto.
Key no se cansaba de repetir una y otra vez su adoración por WooHyun. Y por supuesto que JongHyun tampoco se cansaba de maldecir el día en que ambos se habían conocido.
—¿A dónde vas? — preguntó el de piel más morena una tarde cualquiera.
Key se veía increíblemente guapo. Traía una camisa que él jamás había visto, por lo cual podía apostar que era nueva y llevaba unos pantalones ajustados color rosa.
El menor le sonrió desde la puerta, deslumbrándolo con su blanca dentadura —WooHyun está en camino, iremos a comer.
A JongHyun le hirvió la sangre, pero no hizo otra cosa que volver la vista al televisor e ignorar a Key, que caminó hasta el sillón y le abrazó desde atrás.
—Jjong está celoso~ — Canturreó cerca de su oído.
El aludido se estremeció bajo la caricia de su dulce aliento y gruñó. No podía creer que ese delicioso aroma, esas prendas bien elegidas y la felicidad de Key le pertenecieran a Woo esa tarde. En su cabeza no cabía que algo así sucediera, no cuando el miembro de Infinite no valoraba la perfección que tenía enfrente, no como él.
JongHyun volvió el rostro y acarició con su mejilla la del menor. — ¿Cómo quieres que Hyung no este celoso si te pones tan perfecto para alguien de otra banda? — Inquirió despacio y bajito, muy bajito, como si pretendiera no ser escuchado.
Más sin embargo la cercanía no ayudaba mucho. Key se alejó nervioso y volvió a caminar hacía la puerta.
—Ay, Jjong, qué cosas dices… WooHyun debe estar llegando, nos vemos más tarde. — Habló mientras abría y salía al pasillo del complejo departamental donde vivían.
Cuando la puerta se cerró, el mayor se llevó una mano a la cien. Key nunca le creía y terminaba marchándose molesto por sus comentarios.
JongHyun no podía creer que semejante persona no fuese capaz de aceptar su belleza.
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JongHyun llegó a pensar que había una diferencia radical entre Key y Kim Ki Bum.
Key era aquel que sonreía frente a la cámara y levantaba el rostro completamente seguro de sí mismo, quien se pavoneaba como un modelo y caminaba de un lugar a otro con la ropa más cool de su armario. KiBum, por su parte, pasaba un largo rato frente al espejo antes de salir y no admirándose precisamente. Mantenía el ceño fruncido y JongHyun casi podía escuchar sus críticas cuando lo hacía. KiBum era el que se sentía bastante tímido ante comentarios halagadores y hacía estrictas dietas para perder peso.
A JongHyun le gustaban ambos.
Sin embargo, con el paso del tiempo y entre más lo conocía, más dudaba de la autenticidad de Key.
SHINee acababa de lanzar su nuevo video musical, “Everybody”. Todos estaban muy contentos con el éxito que este tenía, incluso KiBum, aunque JongHyun lo pilló yendo de un lado a otro en su habitación un jueves por la noche.
Los demás habían salido a cenar y ambos se habían quedado completamente solos. Por supuesto que eso Key no lo sabía pues, a penas lo vio y dio un saltó sobre la cama.
—¿Q-Qué haces aquí, Jjong?
El mayor se recargó sobre el marco de la puerta y levantó una ceja, interesado. KiBum tenía puesto el nuevo video musical en su laptop y antes de darse cuenta de su presencia lo miraba atentamente…
—¿Qué hacías, Bummie? — Le espetó y se adentró en la habitación del menor sin vergüenza alguna.
El más alto le lanzó una almohada y él la cogió, haciéndolo enojar.
—Nada.
—¿Te gustó mucho o por qué lo veías? — Jjong no iba a rendirse tan fácilmente. —Hemos salido todos muy guapos.
Y en cuanto el mayor se hubo sentado sobre las suaves mantas en la cama del menor, éste se levantó furioso y comenzó a caminar de un lado a otro con un gesto que asustaba a cualquiera.
—¡Por supuesto que han salido todos muy guapos! — Escupió el ahora pelinegro y se jaló el cabello. JongHyun lo miró moverse de aquí para allá, sin entender — ¡Pero yo no, JongHyun! ¿Me viste? Luzco aún más gordo de lo que creí. Y esas extensiones… ¡No fue una buena idea usarlas! ¡Maldita la hora en la que accedí a usar un short! ¿A quién se le ocurre? A leguas se nota lo gordas que están mis rodillas.
El mayor abrió la boca y dejó caer la quijada lentamente.
Key se había echado a llorar de forma incontrolable y se cubría la cara con sus manos, como si no fuera digno de mirar. A cualquiera que lo hubiese visto le hubiera parecido que solo se trataba de un berrinche más pero JongHyun sabía que no era así.
Se levantó de la cama, frustrado y caminó hacía el más alto rápidamente, tomando sus manos y apartándolas de su cara bruscamente.
—¡Déjame, Jjong! Doy vergüenza, lo sé. — Gimió y con una de sus manos se limpió las lágrimas, aunque éstas parecían no tener ganas de dejar de brotar.
Al aludido no le gustó para nada escucharlo decir eso, ni tampoco el ceño fruncido del pelinegro, que susurraba cosas inentendibles y parecía furioso consigo mismo. Así que se acercó y aunque Key manoteó un poco, logró aferrar sus manos a la cintura del más alto y pegarlo a su cuerpo.
El menor se quedó inmóvil. El departamento estaba en absoluto silencio, solamente se podía escuchar el bajo sonido de la canción que ya culminaba desde la laptop y los sollozos del pelinegro que se dejaba abrazar.
JongHyun recargó su mentón en el hombro de Key y lo aferró a su cuerpo con más fuerza. Casi podía escuchar su corazón latiendo, queriendo estallar. Los sollozos de KiBum en su oreja lo golpeaban con tristeza.
—KiBummie es hermoso… — Susurró el mayor, ladeando la cabeza para respirar en su cuello. — KiBummie es tan perfecto…
El aludido se removió incomodo entre sus brazos y JongHyun se apartó un poco sin soltarlo, tan solo quería mirarlo fijamente para que supiera que no estaba mintiendo.
Que él jamás podría mentirle.
Key le devolvió la mirada con los ojos aguados y el ceño fruncido. —Ya basta de mentir, JongHyun.
El más bajo dejó que una de sus manos abandonara la cintura del otro y subiera hasta acariciar su mejilla. —¿Quién está mintiendo? — Inquirió despacio y se acercó a su rostro lentamente. — KiBummie es tan guapo… — Susurró antes de levantar más el rostro y ponerse de puntitas para besar la frente del más alto.
Era ridículo ser tan bajo a su edad.
Era él quien debería odiarse, no su precioso KiBum.
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Cuando JongHyun salía con chicas, Key se notaba molesto.
No era que eso le causara satisfacción al mayor, claro que no. No era que lo hiciera para notar al menos un dejo de celos por parte de su Dongsaeng, ¡Qué va!
Esa noche saldría a cenar con una modelo y KiBum descansaba sobre la sala con una revista de esas que tanto le gustaban. Llena de modelos y cosas como esa.
JongHyun salió muy perfumado y muy guapo de su habitación.
KiBum, que desde en la tarde estaba enterado de a dónde y con quién iba, fingió no verlo cuando pasó por su lado y se dirigió a la cocina por un vaso de agua.
—Yah~~… Qué guapas son estas chicas. — Comentó en voz alta como quien no quiere la cosa y continuó ojeando su revista — Qué envidia~, quisiera ser como ellas…
JongHyun sonrió mientras bebía agua fría y fingía no escuchar al otro, aunque eso era prácticamente imposible. Seguramente hasta los ocupados Taemin y MinHo los escuchaban desde la habitación del menor.
—Siendo tan guapas, siempre con tantos pretendientes. Aigo~, qué envidia, qué envidia.
JongHyun caminó hasta la puerta. Sabía que Key detestaba que su anatomía no fuese como la de una chica y lo había pillado envidiándolas muchas veces mientras miraba fotos en su habitación.
—Escuché que a Nam Hye le gustan las zanahorias... — JongHyun no necesitó girarse para saber que KiBum se había incorporado en el sillón — Si vas a salir con modelos, por lo menos deberías asegurarte de que tengan buen gusto.
El mayor giró la cabeza, con la perilla de la puerta todavía entre sus manos.
—Entonces quizá deberías salir conmigo la próxima vez.
Un montón de mariposas bailaron en el estómago de Key cuando JongHyun le sonrió.
—Deja de bromear. — Sentenció, fingiendo que volvía a leer — Me preocupo por tu reputación, es todo.
JongHyun volvió a girarse sobre sus talones, tomó las llaves y abrió la puerta. —Está bien entonces, regresaré tarde. — Avisó y salió por el hueco, cerrando la puerta a sus espaldas.
KiBum suspiró y miró el lugar por donde el otro se había marchado.
—Deberías confesarte y no dejarlo escapar la próxima vez. — Comentó un descalzó y sin vergüenza Taemin, yendo a la cocina por un vaso de agua.
Tenía el cabello mojado y la única prenda que cubría su cuerpo era una grande y holgada camiseta de futbol de MinHo.
Key lo miró mal y continuó mirando su revista.
—No sé de qué hablas.
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Cuando JongHyun se rompió la nariz en aquel fatídico accidente automovilístico, la primera persona a la que vio entrar corriendo a su habitación fue a Key.
Le fue inevitable sonreír como un tonto ante su ceño fruncido y esa mirada de preocupación que le dedicaba el menor.
Los demás entraron después y comenzaron a bromear sobre lo sucedido.
Él tenía cinta en la nariz y aunque no podía verse podía apostar que se veía ridículo.
—Lamento que no vayas a poder grabar “Why So Serious”. — Comentó Onew, con un aura de tristeza casi imperceptible.
—No será lo mismo sin ti, Jonggie~ —Taemin hizo un puchero adorable con sus labios.
—Necesitábamos una mancha negra en el fondo blanco del video ¡No es justo! — MinHo sonrió, tratando de animar a todos y una carcajada se escuchó por toda la habitación.
—Dejen de maltratarme, yo no elegí ser de un color tan sensual. — JongHyun posó su mirada sobre el Key de ceño fruncido que ahora tenía los brazos cruzados y miraba mal a sus compañeros.
—No puedo creer que se estén riendo, ¡Jjong tuvo un accidente! — Exclamó evidentemente molesto y caminó hasta ponerse junto al herido.
—Uy~, la novia preocupona. — Canturreó Onew con una de sus implacables sonrisas.
Key se sonrojó y lo fulminó con la mirada. El líder no dejaba de hacer bromas como esas desde siempre y a él no dejaban de abochornarlo, no podía dejar de pensar en que quizá eso a JongHyun le molestara. El papá de los pollitos revoloteó alrededor de MinHo y TaeMin
—Vámonos, vámonos niños~. Los novios necesitan privacidad~~
Los aludidos estallaron en carcajadas mientras caminaban a la puerta siendo dirigidos por JinKi y JongHyun también lo hizo, ganándose una mirada molesta por parte de Key, que se sentó en la silla a su lado.
—Recuerden no hacer perversidades en el hospital~ — Volvió a canturrear el mayor antes de cerrar la puerta.
JongHyun continuó sonriendo y KiBum le golpeó levemente la nariz, logrando que un quejido de dolor se escapara de sus labios.
—¡Oye!
—Ya era hora de que comenzaras a actuar como un enfermo… ¿Cómo puedes estar sonriendo? — un puchero de lo más tierno a los ojos del mayor apareció en los labios de Key. — Estás herido, no aparecerás en el nuevo vídeo… — suspiró — Estaba muy preocupado por ti, Jjong.
El aludido se removió en la cama para sentarse y le sonrió ampliamente. Saber que el menor se preocupaba por él lo ponía de lo más feliz y le hacía olvidar que la nariz le dolía horrores.
—Siento haberte preocupado, manejaré con más cuidado en el futuro, Bummie. —Prometió y llevó una de sus manos a la altura del rostro del otro para acariciarla.
Key se estremeció ante el contacto y suspiró nuevamente. — Recupérate pronto, Jjong. No me gusta verte herido…
El mayor sonrió y le guiñó un ojo, poniéndolo nervioso.
—¿Qué te pasa, Jjong?
El aludido se encogió de hombros y lo miró con profundidad, deslizando su mano ahora por el cabello del más alto.
—KiBummie se ve precioso con el cabello rubio.
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Con un JongHyun ya recuperado y un montón de cosas que hacer, algunas veces Key no tenía tiempo de nada.
Ese día, la lluvia les había arruinado los planes.
MinHo y Taemin veían películas acurrucados en la sala y JinKi les hacía mal tercio, tumbado en el otro sillón mirando la pantalla de su celular fijamente, tratando de no inmutarse al escuchar el sonido de los labios de los otros dos estampándose el uno con el otro.
JongHyun llevaba un buen rato sentado en su cama haciendo nada.
Su interés despertó al escuchar la puerta del baño de al lado abrirse y pasos en el pasillo. Levantó la cabeza y observó a KiBum pasar rápidamente por enfrente de su cuarto con una toalla cubriendo su cuerpo de la cintura para abajo y otra descansando sobre su cabello.
Se levantó rápidamente y salió de su habitación, deslizando sus perezosos pies por el pasillo tras el menor. Al llegar a su cuarto, se recargó con los brazos cruzados en el marco de la puerta, esperando que el otro lo viera pero no fue así.
Key detuvo su andar frente a su espejo de cuerpo completo y se quitó la toalla del cabello, arrojándola un segundo después a la cama.
Un escalofrío recorrió la espalda del más bajo. La espalda de Key era ancha y tenía una cintura pequeña, no exageradamente pero lograba que sus caderas resaltaran bajo la toalla de baño que aún lo cubría.
El ceño del rubio más alto se frunció mientras observaba su silueta y JongHYun se entristeció al ver sus ojos enrojecidos.
Sabía que Key había estado siendo muy estricto con sus dietas últimamente y que parecía obsesionado con verse mejor cada día, sin embargo, saber que realmente se odiaba le hacía pedazos el corazón.
Caminó sin pensar hacía él. Una mueca apareció en los labios de Key al verlo reflejado en el espejo tras su silueta e intentó volverse pero JongHyun deslizó sus brazos por su cintura y se aferró a su espalda, impidiéndoselo.
—Jjong, vete ahora.
La voz de KiBum estaba temblorosa, el aludido alzó su barbilla sobre su hombro y la descansó en él, uniéndose a su cuerpo como si fuese una pieza más del rompecabezas.
—Mi Bummie es hermoso. — Afirmó el moreno con voz rasposa.
El aludido formó una mueca de dolor en sus labios. — Basta, JongHyun.
—Mi Bummie es hermoso. — Repitió y rozó sus labios con la lechosa y delicada piel del cuello de KiBum, que cerró los ojos al sentirlo.
Los dedos del más bajo comenzaron a trazar círculos en el abdomen del más alto que gimió al sentir el contacto electrizante de sus pieles. Era algo ardiente, como si le quemara la piel.
—¿Q-Qué estás haciendo, Jjong? — La voz del menor se escapó de sus labios junto a un suspiro.
EL mayor le besó el hombro con profundidad, cansado de todo. Asqueado del desprecio que el otro tenía por sí mismo, desesperado por hacerle saber que para él no era así.
—Me gusta KiBummie…
Key se estremeció entre sus brazos y lo miró fijamente a través del espejo. Su entrecejo no estaba fruncido como cada vez que llegaban tan lejos pero tenía los ojos rojizos y JongHyun supo que le picaban las lágrimas cuando observó su labio inferior temblar.
—Basta, JongHyun. — Repitió.
—Me encanta KiBummie. — Espetó, su voz era una caricia en los oídos del menor. —Hoy y todos los días. — Confesó y le sostuvo la mirada, quería hacerle saber que no mentía. Que no había absolutamente nadie sobre el planeta que lo pudiese ver de la misma forma en que él lo hacía.
Un sonrojo surcó las mejillas de KiBum y apartó la mirada, avergonzado.
Jonghyun trazó un camino con sus labios y recorrió su piel desnuda hasta llegar a su mejilla, todavía acariciando la piel de su estómago.
KiBum era plano del pecho y tenía las piernas muy delgadas y largas.
A JongHyun le encantaban su nariz afilada, sus cejas gruesas y sus sensuales y carnosos labios. La forma de sus orejas y cada una de sus perforaciones.
JongHyun estaba enamorado de Key y de absolutamente todo lo que él era.
Así que tomó valor y levantó su zurda lentamente, dirigiéndola al mentón del más alto que se sorprendió pero continúo inmóvil. Solo entonces lo giró y presionó sus labios contra los suyos en un suave y efímero contacto.
KiBum se sintió desfallecer y agradeció que el mayor lo estuviese sujetando porque las piernas de pronto le flaquearon como si de gelatina se tratase. JongHyun se separó sin intentar nada más y lo giró lentamente mientras le dedicaba una preciosa sonrisa.
Key no pudo hacer otra cosa que recordar como respirar y después dejar caer la cabeza, chocando su frente contra la del más bajo y conectando sus miradas en consecuencia.
JongHyun le acarició la mejilla.
—Me las pagarás si juegas conmigo.
—Nunca jugaría contigo, Bummie.
KiBum suspiró y el mayor inhaló su aliento.
Delicioso y perfecto.
Perfecto como Key.
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JongHyun nunca estuvo contento de que Key tuviese que casarse con alguien.
Sabía que a su novio le encantaba ese espectáculo y que él lo veía todo como un muy bonito juego, además de que había esperado por ello ansioso. Sin embargo, JongHyun no confiaba en ninguna de las mujeres del programa.
El hecho de que KiBum no quisiera nada con su futura esposa, no significaba que ella no quisiese nada con él.
Y es que desde aquel día en que declaró sus sentimientos, el mayor atesoraba a KiBum como el tesoro que para él era. Eso no significaba que fuese demasiado celoso, sin embargo lo era.
—Sonríe, JongHyun.
El aludido elevó una de sus cejas y pasó una de sus morenas manos por su cabello rubio.
—¿Por qué?
Key lo miró mal y él carraspeó — ¿Se supone que esté contento? Porque no lo estoy.
KiBum hizo un puchero con los labios.
Lucía precioso con su traje blanco y a JongHyun le partía el alma que no estuviese vestido así por él. Le parecía una chorreada tremenda que simularan una boda, de por sí no estaba de acuerdo y ahora el tener que asistir y pretender estar feliz viendo a su novio en el altar con una mujer, estaba matándolo.
—Sí, deberías estar feliz por mí. — Key definitivamente no lo entendía.
JongHyun se lanzó a por él y lo aferró a su cuerpo con fuerza, sujetando su cintura con posesividad.
—¡Jjong! ¡Pueden vernos! — Se escandalizó el más alto en voz baja.
Pero al aludido poco le importaban los demás en ese momento.
—¿Crees que puedo estar feliz viendo cómo te casas con alguien que no sea yo? —Espetó amargamente.
KiBum sonrió enternecido y arregló su cabello. — Jjong, ya habíamos hablado de esto. No es real…
El aludido suspiró y lo miró profundamente. —Eres mío, Kim Ki bum.
El nombrado lo miró con dulzura y dejó un casto e inadvertido beso en sus labios. — Lo sé, Jjong. Es solo un show.
No conforme, el más bajó alzó la cabeza y se apoderó de los preciosos labios de su novio, besándolo con fiereza.
Poco importaban los demás si KiBum lucía tan precioso.
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Y son todos esos hechos y muchos más los que hacen que JongHyun adore a KiBum.
Y desliza sus manos rozando su piel mientras lo despoja de su camisa rosa favorita, ya empapada. Y frota su cuerpo contra el suyo sabiendo que al menor le fascina. Y lo conoce a la perfección, cada diminuto detalle cada recoveco de su cuerpo…
Y a KiBum todavía le arde la piel bajo su contacto y se estremece con cada caricia.
Las gotas de agua parecen evaporarse con el calor que emanan sus cuerpos y el más bajo se deshace con destreza de los ajustados bóxer del más alto, que ya tenía mucho rato sobrando.
Y sus manos se deslizan por la piel de su parte más íntima y la roza con la suya, logrando que la ya conocida descarga eléctrica recorra sus cuerpos y los ciegue ante la excitación.
—J-J-Jjong… — Gime Key en su oído y él clava sus dientes en su cuello con determinación.
Marcándolo como siempre, chupándolo y recorriendo su cálida piel con su lengua caliente, asegurándose siempre de ser gentil aunque pasional.
Una sonrisa perversa se pronuncia en sus labios cuando el menor lo mira.
Kim Ki Bum nunca se arrepentiría de colarse en el baño mientras Kim JongHyun se da una ducha.
Las manos del moreno se deslizan por su piel y levanta sus piernas, que Key aferra a su cintura con destreza. JongHyun lo priva del suelo y él termina de acomodarse antes de ser estampado contra los azulejos de la pared del baño.
El mayor respira contra su cara de forma pesada e infecta su respiración con su aliento con olor a fresa. Sus labios chocan con los suyos y degusta el sabor amargo de las pastillas que Key siempre usa para no tener mal aliento.
Sus lenguas juegan una competencia que no está destinada a ganarse y su saliva se mezcla, desprendiéndose en forma de un delgado hilo cuando ambos se separan.
JongHyun dirige su miembro a la entrada del menor y se introduce en el de una sola estocada, no hace falta preparación, no cuando acababan de hacerlo una vez. Key gime con fuerza en su oído y sabe que se está mordiendo los labios aunque no puede verlo.
Se mueve en su interior de forma lenta y exquisita. Lo embiste cada vez con más fuerza, haciéndolo gemir, dejándolo sin aliento. Una de sus manos recorre el pecho desnudo de Key y se detiene en su miembro, comenzando a tocarlo para hacerlo sentir mejor.
Entonces toca un punto exacto que lo hace jadear y él también lo hace.
Lo golpea una y otra vez hasta que lo siente contraerse, lo mira de forma intensa y conecta sus labios una vez más en un beso más que húmedo. Son uno solo en ese momento y les encanta serlo.
Key se viene en su vientre y él lo hace en su interior. El agua de la regadera se impacta contra sus cabezas y el sonido que hace al caer opaca el de sus gemidos.
JongHyun acaricia la mejilla de su amante mientras él otro vuelve a caer al suelo. Key le besa con suavidad y recoge el estropajo del suelo para volver a frotar su espalda.
Las cosas se les han salido de control pero eso ya es costumbre para ellos.
El moreno sonríe mientras Key le lava y deja un beso en su hombro. JongHyun siente que no hay nadie más afortunado que él sobre la tierra. Muchos podrían considerar que su amor era obsesivo pero no era así. Para JongHyun, Kim Ki bum es perfecto, como siempre. Pero hay una cosa que lo hace todavía más perfecto.
Es suyo.
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