Ambos ya se encontraban en sus posiciones correspondientes, pero el joven doncel se sentía muy nervioso ¿la razón? Desde que había llegado allí Usami no había dejado de mirarlo, mas por más que le pida que deje de mirarlo este no le hacía caso, intentaba ver hacia cualquier lado menos directamente al varón
-ya va a ser hora-hablo de repente el peli plateado, a los segundos una camioneta negra se estaciono en el edificio de al frente, sin dudar, Misaki tomo su Fusil Barret M95 y espero que su objetivo saliese del coche
Una vez que lo localizo, no dudo en dispararle dándole justo en la cabeza, al mismo tiempo que su compañero sin esperar más ambos dejaron las armas allí y procuraron que no los vieran se colaron al edificio de al lado entrando por una de las ventanas de abajo, entrando por la ventana para acomodarse en la lujosa habitación de hotel, encendieron la televisión y se sentaron en el sofá, el pobre doncel estaba nervioso pues en esos momentos se encontraba sentado en las piernas del varón y este se encontraban abrazándolo por la cintura, mientras que su rostro se encontraba en el pecho del doncel, para luego acercarse peligrosamente hacia su rostro, lo siguiente paso a cámara lenta para el pobre Misaki
Los labios del varón se encontraban sobre los de un muy sonrojado doncel , al instante unos hombres con trajes negros interrumpieron la escena muy bruscamente, haciendo que Misaki rompiera el beso y apoyara su mentón en el hombro de Akihiko, en un intento de esconder su rostro rojo de vergüenza
-que es lo que sucede?-pregunto molesto el varón por haberlo interrumpido, ambos hombres observaron con detenimiento la habitación, al no encontrar nada sospechoso se retiraron sin decir nada más, en este instante, Misaki intento alejarse del Varón más este no permitió que se alejara, sus brazos lo presionaron más contra su pecho
-n-no deberíamos irnos?-hablo el doncel con vergüenza, el mayor lo miro por unos segundos, el quería quedarse allí por unos momentos y no lo iba negar para nada
-si salimos ahora no sería sospechoso?-le dijo como excusa, la primera que se le había ocurrido, para su suerte fue lo suficiente creíble para el menor, pasaron unos cuantos minutos en silencio
-quieres ir a cenar?-pregunto el mayor rompiendo con el incómodo momento para que el menor capte toda su atención
En el cuartel general del clan Nazo, Katherine se encontraba recostada en un sofá en frente de un televisor, con un control remoto en su mano izquierda y sobre sus piernas se encontraba un recipiente lleno de palomitas
-oye tengo hambre-llego una menor, con una cara no muy contenta, antes de que la mayor tuviera oportunidad de decir algo alguien llamo a la puerta, desganada se levantó en dirección a la puerta, cuando la abrió, encontró a una chica de cabellos rubios, ojos café claro, vestida con unos jeans ajustados una camisa negra y unos tacones de gran altura
-se encuentra aquí Kirishima Hiyori?-basto decir para que la pequeña se asomase por la puerta y saliera con emoción a abrazar a la joven que aún era una desconocida para Katherine
-quieres pasar?-pregunto cuál niña educada, las tres pasaron a la sala
-perdón por no presentarme antes, mi nombre es Margaret Kirishima, prima de Hiyori-la saludo, por alguna razón esta le causo un escalofrió
-soy Katherine Hatake, amiga de Hiyo-le respondió cortésmente, la pequeña se encontraba con una sonrisa en el rostro y se la veía muy emocionada
-deseas algo para beber?-siguió hablando Katherine, su intuición le decía que se alejara de aquella persona
-no estoy bien, vine a cuidar a mi adorada prima-respondió con una sonrisa haciéndole sentir incomoda
-entiendo, si me necesitas estaré en la cocina-le respondió con una sonrisa algo nerviosa para retirarse bajo la mirada de la recién llegada, fue hasta la cocina y pudo respirar con normalidad decidió que debería hacer algo miro la hora y decidió hacer algo productivo “hornear galletas” la verdad no era tan buena en la cocina como su hermano mayor pero se defendía bastante bien, sin darse cuenta habían pasado dos largas horas y solo se dio cuenta cuando alguien la abrazo por la espalda asustándola totalmente
-huele delicioso-dijo aquella persona que en cierto sentido la tenía acorralada, volteo lentamente la mirada encontrándola a ella
-p-pasa algo-dijo con total incomodidad, fue entonces que Margaret soplo directamente detrás de su oreja, dándole un escalofrió
-Hiyo se durmió-le susurro en el oído, para comenzar a pasar sus manos por el estómago de Katherine y comenzar a besar su cuello
-deberíamos llevarla a su habitación-dijo escapando ágilmente de su agarre y caminando con prisa hacia la sala principal, en donde la pequeña se encontraba plácidamente en el sofá, mas antes de que pudiera hacer algo Margaret ya había cargado a la niña
-solo dime donde está su habitación-Kati solo asintió y comenzó a caminar en dirección al cuarto de la menor mientras analizaba cada movimiento de aquella chica tan extraña, al llegar a su destino solo abrió la puerta y encendió la luz para que la mayor acostara y arropara a la menor. Ambas salieron en silencio pero una vez afuera Katherine fue nuevamente atacada, esta vez la arrincono contra la pared y sin dudar comenzó a acariciar sus piernas con lentitud
-quieres jugar?-pregunto con un tono de malicia mientras sus manos comenzaron a masajear sus muslos, Katherine se puso al instante nerviosa, su cara se puso roja y no podía decir nada. Hasta que se le ocurrió algo
-tengo que ir al baño-sin esperar más nuevamente se escabullo y corrió con mucha agilidad hasta el baño más cercano, para cuando llego allí su teléfono vibro, antes de contestarlo se aseguró de cerrar con seguro para evitar que entrara
-hola?-
-Kati, ayúdame-
-Yoko? Que paso-pregunto con algo de preocupación, podía escuchar unos golpes a una puerta y la vos de su querido hermano se escuchaba algo agitada, fue entonces que escucho los mismos golpes en donde estaba
-Katherine, lo siento si fui demasiado rápido-logro escuchar
-Katherine estoy atrapado-oyó la voz de Yokozawa, esta vez logro escuchar una voz masculina que decía “Yokozawa por favor sal” entonces lo comprendió
-estoy en las mismas-acerco el teléfono a la puerta para que su hermano pudiera entender su situación en esos momentos ambos pensaron lo mismo
“Malditos Kirishimas”