La tarde era hermosa, perfecta para salir a algún lugar, estar con los amigos o simplemente disfrutar de la naturaleza. Pero para la doncella eso no importaba, en esos momentos se encontraba en su habitación, más específicamente en su escritorio con una notebook, no tenía expresión alguna en su rostro, tecleaba velozmente y su vista no se apartaba de la pantalla
-No hay nada maldición!-grito llena de frustración al mismo tiempo que se levantaba de la silla en la que estaba sentada, cubrió su rostro con ambas manos y lentamente volvió a sentarse
-Como se supone que le diré esto?-
En el jardín de la residencia se encontraba un castaño recostado en el césped, parecía algo cansado y no paraba de ver una de sus manos, más específicamente el anillo que se encontraba en su mano derecha, aún no había logrado sacárselo, admitía que el anillo era bonito pero… para él, el hecho de que este en su dedo anular significaba muchas cosas, pero ninguna lo suficiente creíble para el
-No te gusta el anillo?- una voz lo sorprendió, volteo hacia todos lados con la intención de encontrar al dueño de aquella voz y la encontró.
No sabía en qué momento Nowaki había llegado a su lado, pero allí estaba, sonriéndole con mucho cariño
-No es que no me guste… Solo pienso que no soy el adecuado para usarlo…-le dijo con total sinceridad
El varón al escuchar eso, se sentó a su lado y comenzó a acariciar el cabello del doncel, sorprendentemente el castaño no dijo ni hiso nada para evitar aquellas carisias, simplemente dejo que lo hiciera
El doncel no apartaba su vista del cielo, Nowaki lentamente acercaba su rostro al del doncel, que extrañamente no había notado el repentino acercamiento hacia su persona hasta que ambos labios se unieron en un suave y corto beso
Como era de esperar, el castaño se sonrojo y quiso alejarse del varón, pero este no le fue posible ya que este estaba atrapado en un abrazo, cortesía de Nowaki
-¿Por qué crees eso?- le preguntó con una sonrisa, el castaño hacia lo posible por no mirarlo a los ojos, no sabía que responderle, su mirada se topó con la de la joven que venía hacia ellos, ella parecía algo molesta, hasta que vio al castaño
-yo… Hiroki, puedo hablarte de algo en privado? Es importante…- hablo de una manera muy suave, su vista no se apartaba del suelo y eso le indico al doncel que era algo de suma importancia por lo que se levantó del suelo y junto con ella se alejaron de Nowaki a una distancia prudente para poder hablar
-De que querías hablar Katherine?-
-Yo… esto es difícil- lanzo un suspiro mientras tocaba su nuca con nerviosismo –Ellos volvieron, en las misiones Yoko vio a Henry… ya sabes Los hermanos Bernard-
El doncel no podía creérselo… Miles de recuerdos pasaron por sus ojos, todos horribles y traumantes para él, sus piernas perdieron fueras y simplemente cayó al suelo
-Hiro? por dios cálmate, solo fue a Henry! No creo que… No te desmayes!! Nowaki Ayuda a tu prometido!!!-todo fue oscuridad para el doncel, al escuchar aquel grito Nowaki no tardo en correr hasta él y tomarlo entre sus brazos
-que fue lo que paso?-le pregunto a la doncella lo más calmado que podía estar en ese momento
-Llévalo a su habitación, el decidirá si quiere decirte lo que sucedió, yo no tengo ningún derecho a hablar-la doncella comenzó a caminar en dirección al bosque, pero antes de perderse en este le grito al varón
-Porque este no es mi secreto…