Amaneció, su cuerpo le dolía mucho, las actividades que el día anterior había tenido lo habían dejado agotado. El tener su primera vez a la fuerza con alguien brusco era una experiencia que sinceramente no quería nunca haber experimentado. Se levantó como pudo, vio por la ventana lo poco que se veía y noto que el cielo aún estaba aclarando, se había levantado muy temprano y todo por esa sensación de vacío en su retaguardia luego de deshacerse de aquel líquido seminal que se había expulsado de su interior.
-duele-susurro el chico colocando su mano en la parte del coxis, en ese momento sintió que no estaba solo en aquella cama ya que al mover su mano se topó con un cuerpo que se encontraba tibio, la piel cálida y suave que alcanzo a tocar lo hizo estremecer, un dolor de cabeza vino a él y la vista se le nublo de inmediato, sintió como si le vinieran imágenes a su cerebro pero no sucedió nada ya que el moreno comenzaba a moverse y necesitaba ocultar el hecho de que ya estaba despierto.
De un solo movimiento se volvió a acostar a su lado haciéndose un ovillo con sus piernas y brazos mientras cerraba fuertemente sus ojos intentando apaciguar su respiración que se encontraba acelerada.
El moreno abrió los ojos y pudo ver el cuerpo lastimado a su lado, primero sintió culpa pero luego dándose un golpe mental se preguntó porque había pensado de forma lastimera con respecto al rubio si él nunca había sentido pena por nadie, nunca lo había sentido y no lo iba a sentir por una mascota como esa.
Se levantó y miro nuevamente al rubio adonis que estaba a su frente, quiso acercarse y recoger los cabellos dorados que caían por sus ojos pero se negó esa acción entrando directo al baño de la habitación para poder tomar una ducha rápida.
En medio del baño se cuestionó el hecho de haber permitido que su mascota se bañara en su mismo baño, durmiera en su mismo cuarto y ocupara su misma cama ¿Por qué había permitido tanto lujo para el rubio? Pero ya no más, esa noche dormiría en el suelo en el futón que un día su madre le había regalado para que llevara a Shin Makoku. En el momento en que recordó a su madre frunció el ceño
-Miko Shibuya-dijo con cierto tono de molestia en su boca, no le gustaba nombrar a esa mujer.
Y menos que una vez, un día que había ido a su mundo su madre lo había abrazado fuertemente cosa que él no recordaba de su madre, el recordaba que era una mujer molesta y poco expresiva ¿Por qué lo abrasaba? Era extraño. En ese momento que se alejó ella había alegado que él no era así y cuando le dijo que siempre había sido así ella negó, dijo que no era su hijo y lo tiro de nuevo a la tina.
-cuando seas mi hijo de verdad puedes volver, pero mientras tanto, yo tengo un solo hijo y es Shori, quiero a mi Yuu-chan de vuelta
Eso lo había sentenciado con voz firme y el tan molesto se devolvió a Shin Makoku no sin antes restregarle unas cuantas palabras por su cara.
-hace tiempo que mi madre ha muerto y yo mismo la enterré, usted no es mi madre, nunca la vi así
No supo si lloro, no supo si había gritado algo más porque en ese momento regreso encontrándose con la nada, nadie lo esperaba en ese lugar llamado Templo Shinou.
Se secó con su toalla enorme y salió en una bata de baño, se arregló y noto que aun el rubio no despertaba, en realidad el rubio no quería abrir los ojos.
-eh! Mocoso despierta ¿es que no piensas despertar vago?-le tiro la bata en su cara haciendo que se mueva rápidamente y abriera los ojos
-¿Qué te sucede? ¿Por qué haces eso?-grito molesto por inercia levantándose de una mirándolo con odio- no debiste hacer ¿no ves que dormía? Eres un Henachoko
El moreno se sorprendió mucho y también el rubio quien se tapó su boca con nervios y preocupación ¿de dónde habían salido esas palabras tan crudas? Parecía otra persona incluso.
-¿Qué dijiste?-dijo sorprendido mientras le rebotaba la palabra henachoko en su cabeza
-y-yo…lo siento-dijo nervioso
Se acercó al rubio y lo tomo de los brazos desnudos alzándolo de la cama dejándolo arrodillado
-TU ERES SIMPLEMENTE UN REGALO, UN OBJETO DE MI DIVERSION. DEBES DE OBEDECER MIS ÓRDENES-el rubio miraba atemorizante al moreno y este al notar aquel brillo de miedo en sus ojos lo soltó y tiro bruscamente en la cama-vístete, te quiero ver listo en quince minutos en la cocina
-s-si amo….
Así, en su sufrimiento de dormir en el suelo a duras penas arropado, comiendo en la cocina junto con los sirvientes y siendo un material sexual del Maou de ese lugar, su amo, paso una semana.
En esa mañana había escuchado que llevaría a una supuesta blasfemadora del rey ante su presencia para que la ejecute, según escucho también que era una niña, sentía dolor al saber eso posible.
-me acompañaras, tú me acompañaras a ver como manejos las cosas aquí-dijo el Maou
-s-si señor-dijo nervioso
Había estado sentado detrás del trono del Maou atado con una cadena a la mano del Maou y cuando escucho entrar a la pequeña la vio, era indefensa y delgada, sentía pena.
-SU MAJESTAD MAOU YUURI HEIKA AQUÍ PRESENTO A LA PROPAGADORA DE MENTIRAS A SU NOMBRE-aquel guardia mostraba miedo ante el rey de Shin Makoku y él supo el porqué.
En el momento en que la vio todo su mundo se paralizó, estaba de pie la pobre niña, tenía miedo a lo que el rey le acatara como su destino, no escucho más hasta que fue llamado por el rey
-quítale el saco a esa mocosa, quiero ver su rostro-Wolfram obedeció, se le fueron quitadas las cadenas y se acercó a quitarle el saco que la tenía oculta.
Al quitarle el saco vio su rostro moreno sucio bañado en lágrimas, cuantas veces había visto a pequeños así siendo alejados de sus padres por inocentes delitos. Sus ojos se llenaron de lágrimas y sintió una opresión en el pecho al verla así, tan débil e inofensiva.
-tu nombre-hablo el sádico rey
-Greta-su tierna voz le hizo sentir ganas de llorar de impotencia, más el dolor en su cabeza que lo hizo pasar por tanto odio que sentía.
-¿edad?
-nueve años
-¿familia?
-abuelos
-¿ellos te metieron bichos de mí en tu cabeza?
-no fueron bichos-se defendió
-¿a no? Entonces que fue-miro odiosamente
-ellos me dijeron, que en un pasado, un rey que había gobernado había sido el mejor de todos, había sido uno de los mejores reyes de Shin Makoku, unió a las naciones humanas con las de él y formo una gran y fuerte nación, defendió a los humanos y todos vivieron felices.
Él también había escuchado eso de sus amigos, también lo había escuchado y no eran tonterías, varias veces había escuchado esos rumores pero de personas que vivían fuera de esa nación, no de las personas que vivían dentro de la misma.
-que estupidez… eso es estúpido, ese Maou llego a ser un reverendo idiota al no saber cómo llevar su legado
-EL FUE UN BUEN REY Y LO APRECIAN MAS QUE A USTED
Wolfram palideció ¿Por qué le respondió así? ¿Acaso quería morir? Le apretó los hombros y ella entendió que se había puesto sola la soga al cuello. El rey miro con el ceño fruncido a la niña y se acercó a ella mirándola con cierto aire de superioridad.
-eres una muchacha temeraria, no me tienes miedo ¿verdad? O peor aún no tienes miedo a la muerte
-no le tengo miedo, a usted no, a nadie.
El rey sonrió y se acercó a la niña la cual ahora temblaba
-me gustas
Wolfram pensó lo peor, también sintió molestia ¿Por qué? porque le haría lo mismo que a él y eso no quería, eso no lo permitiría.
-serias una buena hija, alguien apto para gobernar aquí-sonrió y se levantó de nuevo-eh tomado mi decisión, no te matare, pero debes dejar de decir eso que te metieron en la cabeza, te adoptare y vivirás en el castillo, serás mi hija adoptiva y yo tu padre, vivirás conmigo y con mi mascota- Miro al rubio que estaba observándolo sorprendido y entendió- ¿Qué pensabas? ¿Qué me la iba a tirar como lo hice contigo?
-y…yo no…-Wolfram se sonrojo inmediatamente al sentir la mirada de la morena encima suyo.
-como sea, Wolfram, lleva a ¿Greta verdad?-la niña asintió-a que tome una ducha, pides ropa a Anissina y me esperan en el salón real.
El rubio asintió y se llevó por los hombros a la pequeña muchacha. Esta le sujeto su mano y caminaron juntos, la niña ya no temblaba pero si se encontraba fría.
-no te preocupes, yo tratare de que nada malo te pase-le sonrió-mi nombre es Wolfram
-eres muy lindo-le sonrió también-muy apuesto-se sonrojo-¿eres la mascota de ese rey malo?
-así me llama, pero…no se…siento que el en el fondo no es malo, te dejo vivir a ti y a mí-le acaricio los cabellos
-quisiera haber vivido en el tiempo en que el rey bueno gobernaba, dicen que salía con su prometido a saludar a las personas que habitaban en el reino y fuera de él, que ellos dos eran unos buenos reyes, también tenían ambos una hija y que eran una hermosa familia real, pero que tristemente tuvieron que dejar su poder por algo que sucedió
-¿algo que sucedió?-la miro inquietante
-no me llegaron a contar más porque tuvieron que marcharse
-¿Quiénes eran?
-la gobernadora de Caloria, una vez vino y me encontré con ella, mi abuelo la conocía y nos conversó de esto
-la señorita Flynn Gilbit ¿ella le converso de esto?-se sorprendió
-si, ella lo hizo…aunque no la he visto más…también me dijo algo extraño-se tomó su barbilla-que yo podía hacer que el rey cambie.
Wolfram miro a la pequeña, ciertamente era una linda niña y muy tierna. Le acaricio los cabellos y siguieron su camino.
Wolfram caminaba luego de dejar a Greta con la malhumorada Anissina y en el paso se encontró con el moreno que lo había llevado ahí, aquel moreno que no había visto desde ese entonces. Este lo miro y le sonrió, el esperaba una cara de desprecio pero paso lo contrario, le había sonreído.
-Wolfram ¿Qué haces sin tu dueño por los pasillos? ¿Es que ya te tiene confianza?
-n-no…bueno, el me mando a dejar a Greta-san con Anissina
-¿Greta? ¿En el castillo?
-¿la conoce?
-bueno, escuche rumores ¿entonces él no la mato?
-no, dijo que sería una buena hija adoptiva, o algo así-dijo confundido-discúlpeme, tengo que ir donde mi amo
-está bien-lo vio alejarse pero lo detuvo después de un llamado-Wolfram-él se viro-quiero hablar con usted mañana a primera hora, es algo muy importante.
Wolfram miro confundido y asintió para luego virar por el pasillo, iba tan metido en las palabras de su superior que no noto la presencia de Yuuri por delante de él chocando bruscamente.
-d-disculpe Heika-estaba que moría de miedo
-¿Qué hacías conversando con Murata?
-b-bueno el pregunto por usted Heika, además dijo que tenía que conversar conmigo de algo mañana a primera hora
-¿entonces te vas a ver con el mañana? ¿Y qué pasa si no te dejo?
-b-bueno, el…él lo ordeno
-¿entonces obedeces a él? Creo que aún no te ha quedado claro quién manda desde hace una semana en tu vida. Tendré que volver a mostrarte mi rango.
El rubio casi lloraba al ver como el moreno lo miraba con algo así de odio y molestias, sentía que algo pasaría pronto y que no le gustaría para nada. Se acercó a su cuello y lo olfateo haciendo que el rubio sintiera un escalofrió y luego se alejó.
-¿se encuentra bien Heika?
-n-no es de tu incumbencia-se marchó por el pasillo tambaleante
-se encuentra así desde ese día ¿será que es migraña? Bueno-sonrió-tanto fruncir el ceño puede ser la causa