Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Como sobrevivir a tu obsesivo y embarazado novio por HaaruuChaan

[Reviews - 96]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holiiiiiis!

Aqui vengo con el primer capi!, espero les guste!
Agradecimientos a mi Beta, Annie.

lightuke4ever, Jo E Annmin, gemma, misag_02, kyumin_sj, Yeyvivay, Gracias por sus comentarios!.

Desclaimer: Nada es mio, todo es de JeiKei, y asociados, y totalmente sin fines de lucro.

Capítulo Uno


Jamás le pidas que se olvide de la limpieza y descanse


– ¡Harry! –Escuché su voz y supe enseguida que estaba en problemas, no que hubiera hecho algo malo, pero de seguro para él lo hice.

– ¿Qué pasa? –Le devolví el grito. De verdad no me quería levantar, era fin de semana y no estaba en mis genes eso de madrugar.

– ¡No me grites y ven! –Decidí levantarme, prefería eso que escuchar luego su sermón. 

Me levanté con lentitud, podía oírlo llamarme de nuevo y realmente esperaba que sólo me necesitara para algo simple, ya extrañaba la cama. Cuando llegué al comedor lo vi tratando de agarrar un adorno de cerámica que estaba sobre un estante, lo cierto es que me causó ternura verlo así. Comparado conmigo, él es bajito y sólo dos años menor que yo, pero al parecer tuvo problemas con su desarrollo.

–Ya estoy aquí, ¿qué pasa? –Le pregunté, aunque ya sabía la respuesta.

–Alcánzame ese estúpido perro –se quejó, insultando al adorno.

–Está bien, pequeñín –me reí, a sabiendas de que el comentario lo va a molestar, pero hay que admitir que es gracioso oírlo insultar a un perro de cerámica.

–No te burles, sabes que el cigarrillo no me dejo seguir creciendo –me quitó el adorno con su mano enfundada en un guante de hule.

–Por lo menos, él te hizo dejar ese vicio –puse mi mano en su vientre, tenía solo tres meses y no se sentía ni notaba para nada, pero me gustaba tocarlo.

–No me toques –me dio un manotazo–, no te has lavado las manos –rodé los ojos y lo vi alejarse de mí hacia la cocina. Lo seguí curioso.

Dejó el adorno a un lado del fregadero en donde ya había algunos llenos de espuma y otros puestos en agua, que por el olor, se notaba la cantidad increíble de cloro que había puesto en ella.

–Cariño, ¿qué demonios haces? –Traté de sonar cariñoso, pero creo que no lo logré.

–Limpiar, ¿estás ciego? Deberías mandar a arreglar tus lentes –me dio la espalda y siguió con su tarea de fregar adornos de cerámica.

–Mis lentes están bien, a lo que me refiero es, ¿para qué demonios limpias los adornos? Te recuerdo que me obligaste a hacer eso hace tres días –sabía que me iba a ganar una mirada asesina, pero me desesperaba verlo limpiando lo que ya estaba limpio.

–Sí, pero están sucios de nuevo –se giró y fue nuevamente a la sala, lo seguí. Estaba tomando los últimos adornos que quedaban en los estantes–. ¿Me ayudas? –Me preguntó usando su tono sarcástico, levantando una de sus rubias y endemoniadamente perfectas cejas.

Gruñí, de verdad que quería volver a la cama pero no lo podía dejar solo, aunque estuviera limpiando cosas que me había hecho limpiar hacía sólo unos días.




****




–Estoy cansado… –Me quejé. Llevábamos todo el día limpiando, apenas habíamos parado para desayunar, ya eran las cuatro de la tarde y todavía no habíamos almorzado–. ¿Podemos parar, por favor? – Le pedí, realmente quería ir a comer y luego revolcarme en la cama.

–Harry, mamá y papá vienen mañana a almorzar, debemos dejar todo perfecto –Su voz se escuchó amortiguada, estaba metido debajo de un estante limpiando el polvo que ahí había.

–Cariño, esta todo perfecto. –Tomé uno de sus pies y tiré de él, para sacarlo de debajo del mueble.

– ¡Hey! Aún no término aquí –Se quejó. Pero estaba cansado y hambriento, así que definitivamente no íbamos a seguir limpiando.

–Sí, ya terminamos, así que vamos a dejar esto, iremos a comer y luego a descansar, ¿me oíste? –No era muy común verme en modo “yo mando aquí” (porque realmente yo no mando aquí), pero cuando lo estoy, más vale que se haga lo que yo digo. Le tomé un codo, lo levanté del piso y lo dejé sentado en un sillón, sin hacer mucho caso a sus quejas.

– ¡Potter! –Me gritó cuando estuvo sentado–. Tengo que terminar de limpiar, si quieres comer ve y hazlo pero yo me quedo aquí. –Lo vi cruzarse de brazos obstinado, pero estaba decidido a no dejarle ganar esta vez.

–Draco Lucius Malfoy –Pronuncié su nombre con tono autoritario, de verdad estaba enojado–. Vas a descansar, por si no te has dado cuenta estás embarazado, ya no eres sólo tú. –Lo vi abrir los ojos conmocionado, no solía levantarle la voz y hasta yo estaba un poco sorprendido. 

–Sí, lo sé, pero estar embarazado no me hace un inútil, y aun tengo mucho por hacer –Se levantó del sillón pero no lo dejé moverse y, tomando sus hombros, lo obligué a sentarse de nueva cuenta.

–No tienes nada más que hacer, así que te vas a quedar sentado ahí y comeremos. –Le dirigí una mirada enfadada que él no dudó en devolverme.


–Tú no me vas a venir a dar órdenes, Potter, ¡yo hago lo que se me venga en gana! –Se levantó furioso, quitándose sus guantes amarillos y tirándolos al suelo–. Y si no te gusta, pues es tu problema, ¡la puerta es bastante ancha! –Me dio un empujón que me tomó por sorpresa y se fue, encerrándose en la habitación con un fuerte portazo.

Me dejé caer en el sillón donde antes había estado él, poniendo uno de mis brazos sobre mis ojos; me empezaba a dar jaqueca. Sabía que no debí gritarle y mucho menos pedirle algo tan imposible para él, como lo es dejar de limpiar, pero me preocupaba tanto que no se cuidara.
Pasaba el día entre químicos en la universidad y cuando estaba en casa en vez de cuidarse, volvía a hundirse en productos que le podrían hacer mal al bebé, tratando que todo estuviera limpio y brillante.

Después de unos minutos de reflexión, me levanté y fui a buscarlo. No soportaba que estuviera enojado conmigo, y más si se enfadó por algo que yo le hice. Al entrar a la habitación una sensación de ternura y amor me invadió. Estaba sentado en el suelo a los pies del armario, había botado todas mis camisas al piso y estaba ordenándolas, dejándolas perfectamente dobladas y clasificadas por color. Me acerqué y me senté detrás de él, abrazándolo por la espalda. Se alejó un poco, agarrando un frasquito de alcohol gel para que desinfectara mis manos antes de tocarlo, sin decirme una sola palabra.

Luego de desinfectar a la perfección mis manos lo abracé, dándole un pequeño beso en la nuca.

– ¿Estás enojado? –Pregunté con tono inocente.

–Claro que estoy enojado –me contestó, estirando una camisa y volviéndola a doblar, mirándola luego con aprobación–. Sé cuidarme solo, no tienes que estar diciéndome qué hacer y qué no hacer.

–Sé que puedes cuidarte solo, pero ya no estás solo, amor –apoyé mi cabeza en su hombro, hablándole con voz tranquila y calmada, para que no volviera a enojarse–. Estás esperando a nuestro bebé, y tienes que empezar a pensar en él. –Acaricié su panza, para darle énfasis a mis palabras. Lo oí suspirar, dejó la prenda que tenía en las manos.

–Estoy haciendo todo lo posible por cuidarme, y lo sabes –apoyó su espalda en mi pecho y su cabeza en mi hombro.

–Claro que lo sé, pero tienes que detener esto.

– ¿A qué te refieres con esto? –Su ceja se levantó de manera casi imposible.

–Sabes a qué me refiero… –Moví mis manos hacia su pecho, presionando mis dedos en sus sensibles pezoncitos tratando de distraerlo de lo que le iba a decir. Soltó un gemido y sentí su estremecimiento, y supuse que, tal vez, no me mataría por lo que le iba a decir–. A tu obsesión con la limpieza y el orden. –Se separó de mí en un instante y se volteó, sabía que estaba preparado para soltarme un sermón de aquellos, pero antes de que lograra decir palabra, me abalancé a sus labios, besándolo apasionadamente.

Lo tomé en brazos y lo llevé a nuestra, perfectamente ordenada, cama. Continué besándolo mientras lo desnudaba con rapidez; sabía que si le dejaba un solo momento para pensar, terminaría siendo golpeado por mis anteriores palabras.

Ya estábamos ambos desnudos, y yo apenas y podía pensar: Draco tenía su cabeza entre mis piernas, dándome la mejor mamada de mi vida. Aún me sorprende que sea capaz de hacer esto, con su obsesión casi insana con los gérmenes. Cuando estaba por correrme, lo moví haciendo que quedara sentado sobre mis caderas, mi pene rozando su ansiosa entrada. Entré en él con un movimiento suave, para no hacerle daño. Oí a Draco gemir, tomé sus caderas y lo ayudé a subir y bajar. Lo recosté en la cama y lo penetré con más fuerza, estábamos bastante calientes, no habíamos tenido sexo desde que supimos lo del embarazo. Nos corrimos juntos, momentos después. Me salí de su interior y me recosté a su lado, escuchando su respiración acelerada.

–Harry – me llamó con su tono más sensual.

– ¿Qué pasa? –Me volteé para poder mirarlo, sus ojos me decían que estaba en grandes problemas. Sentí miedo cuando su mano agarro mi miembro.

–Yo no tengo una obsesión con la limpieza. –Apretó la mano que estaba a mi alrededor, tan fuerte que estoy seguro que vi burritos de todos los colores.

Se levantó de la cama y se metió en el baño, yo solo estaba muriendo de dolor.

Notas finales:

Espero que lo hayan disfrutado!
Y, bueno como saben, estoy subiendo solo si me dejan coments, asique no sean malos!, o demorare mas enn subir el prox!.

Gracias por leer!, que tengan una linda mañanatardenoche.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).