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Rosshel & Kathe por FOxLive

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Notas del capitulo:

Agradezco a cada uno que me dejo su comentario! es bastante entretenido saber que puede gustarle a algunos mi historia :B aqui les dejo el segundo capitulo 

La nueva investigación de la Dra Rosse se está volviendo un polémico debate internacional entre el

gobierno y la iglesia católica.

 

Estamos aquí con la Dra Rosse, muchas gracias por hacernos un tiempo en su ajustada agenda, sabemos

que anda fabricando una prótesis que será capaz de alterar el cromosoma cómo la muy controvertida

eyaculación femenina, ¿como es posible eso?

 

Miraba la entrevista que le hacían a mi madre a las 14:00 PM al otro lado del mundo.

 

Pero deje de concentrarme en ello cuando escuche los pasos de Kathe bajando las escaleras para llegar

hasta donde estaba.

 

Apenas me vio, frunció ligeramente las cejas y desvío su mirada de la mía para abrir un cajón de

remedios.

 

-Mocosa.- Dije y ella me ignoro.- Aquí esta lo que buscas.- Me levante de la silla y tire las pastillas que

calmarian su resaca.

 

Mientras que en mi bolsillo guardaba el ticket de la reciente compra de esas pastillas, era algo que no se

lo diría.

 

Se acercó en silencio y lo tomo, dándome una corta mirada antes.

 

-Gracias.- Respondió para tomarlo rápidamente con un vaso de agua.

 

- Estaré en mi clase, llámame si necesitas algo.- Dije de manera indiferente, tomando mi bolso que

descansaba sobre la silla.

 

Antes de que pudiera contestar, pase mi bolso sobre mi hombro y comencé a alejarme.

 

Cuando cerré la puerta de la entrada, solté un pesado suspiro, para luego acercarme a uno de los autos

que habían dejado mis padres.

.

.

Las 5 PM cuando llegaba el otro grupo de la tarde.

 

-Sensei.- Lo llame.- Empezare con el calentamiento.- El asintió.

 

Me acerque a los estudiantes que ya habían formado una hilera.

 

-Oss.- Grité y todos imitaron con fuerza.

 

Todos menos una persona, para ser más específico alguien que logró que mi boca formará una extraña

mueca.

 

"Que demonios hace ella aquí" Desvíe la mirada tratando de concentrarme.

 

-Georgia, encabeza tu, una vuelta de cinco minutos.

 

-¡Oss!- Contesto.

 

Con torpeza la vi seguir el ritmo del grupo al final de la cola, estaba segura que era ella, la amiga de

Kathe.

 

Muy diferente con el Karategui y sin maquillaje pero estaba segura que era ella.

 

¿Acaso no sabia que yo estaba aquí? Trague saliva, lo que menos quería era tener a una de sus

amiguitas cerca.

 

Habían transcurrido media hora de los calentamientos cuando el sensei había entrado en medio del

círculo que habían formado todos.

 

-Como veo, hay algunos estudiantes nuevos.- Comenzó el sensei.- Para dar una breve enseñanza sobre

lo que van a aprender y sobre lo que será opcional para los que no quieran participar en torneos.

 

-Rosshel.- Me llamo e inmediatamente dije Oss.

 

Me levante de la ronda y me pare frente a el, en medio de todos.

 

La práctica había comenzado con pequeñas demostraciones, de los nombres de cada estilo de golpe y

de como defenderse.

 

Sentía un fuerte hormigueo en la nuca y sabía que era a causa de la mirada que me estaba dando

aquella chica.

 

¿Cómo era su nombre? Sara... Steffania... Frunci ligeramente el ceño, evitando un golpe del sensei.

.

.

Las clases por fin habían terminado, revise mi celular y marcaban las 7 PM.

 

-Oss sensei, adios.- Se despedían los alumnos, uno a uno iban tomando sus pertenencias para ingresar a

los bañadores.

 

Comencé a guardar el material de la clase, cuando me volteo, encontrándome con la amiga de Kathe.

 

-Oss.- Me dijo y no pude evitar sonreír de manera burlona.

 

-¿Al menos sabes lo que significa?- Pregunte.

 

-No, pero me hago una idea.- Me sonrió.

 

-Tu eres.- Iba preguntar pero ella se adelanto.

 

- Soy Jazmín. Nunca pudimos hablar, entre Kathe y tu no hay un muy buen ambiente que digamos.

 

Yo solo asenti con la cabeza.

 

-Asi que... Jazmín.- Hice una pausa.- Que hace alguien como tu.- Recalque esa palabra.- En el Karate.

 

- ¿Alguien como yo? - Me sonrió y trague saliva.

 

-Si...- Ladee el rostro rápidamente.

 

Lo que menos quería era que me escucharán decir eso.

 

-Alguien linda.- Lo dije y su sonrisa se amplio.

 

-Gracias.- Hizo una pausa.- Creo.

 

Los segundos iban pasando y yo no sabía más que decirle a la amiga de Kathe, nunca la había visto ser

agradable.

 

Siempre que la había escuchado hablar sin que se diera cuenta de mi presencia, me había parecido muy

arrogante.

 

-Rosshel...- Dijo rompiendo el silencio.- Quisiera saber si estas libre este domingo, para salir.-

 

Levante ambas cejas, sintiéndome confundida, ¿salir? ¿Salida de amigas? Pero ella no era mi amiga

 

¿Que debía decirle? Los segundos iban pasando y sentía que el tiempo que había pasado eran horas y

ella seguía ahí frente a mi, esperando mi respuesta.

 

Demonios.

 

- Claro.- Respondí, para luego regañarme por dentro.

 

- ¡Genial! Entonces ¿pasas por mi a las dos de la tarde?

 

¿Que? ¡Pero yo no accedí a buscarla! Di no, di ¡no!

 

-Si, no hay problema.

 

Oh dios, que alguien me golpee por favor.

 

-Bueno se hace tarde.- Dije de pronto, antes de hundirme mas.- Nos vemos mañana.- Puse una sonrisa

forzada y tome mi bolso a paso rápido.

 

Casi corriendo salí del establecimiento para volver lo antes posible a mi casa.

 

Seré idiota... lo que menos quiero es estar con su amiga en el mismo lugar y ¡ni siquiera se donde vive!

 

Abrí de golpe la puerta de la casa, viendo como la luz de la TV reflejaba en la pared, me acerque un poco

más para encontrarme con Kathe y el chico de anoche con una gran marca morada a un costado del rostro, apenas me vio llevo la cabeza para atrás, provocando que me extrañara.

 

-Otra vez acá.- Dije, dejando mi bolso en el sofá libre.

 

-No... no estoy haciendo nada.- Respondió alejándose un poco de Kathe.

 

-No me vayas a fastidiar, Rosshel.- La escuche con un tono amenazante.

 

No pude evitar sonreír, para luego sentarme a su lado, fue ahí cuando note el pantalón de mi karategui y

mi cinturón negro.

 

Mi sonrisa se hizo mayor al entender la expresión del chico.

 

-Siempre y cuando no uses esta casa como burdel- Conteste.

 

-Te recuerdo que esta casa es tanto mía como tuya.- Giro el rostro para mirarme de manera molesta.

 

-Cierto.- Respondí, sabiendo que así era.- Pero, te recuerdo que mientras tengas un padre como el tuyo,

la que manda aquí, soy yo.- Esboce una gran sonrisa y se quedó mirándome un largo rato.

 

-Dejame tranquila, mejor ve a ducharte, porque apestas.- Levantó una mano sin mirarme, para agitarlo

levemente en señal de que me marchará.

 

-Esta bien.- Dije pero antes me acerque a su mejilla, para darle un corto beso.

 

Cuando me aleje, pronto me miró con una expresión bastante sorprendida, para luego tomar el

almohadón que tenia alado y lanzarmelo.

 

Pero lo sostuve, riéndome de la cara que había puesto.- Y tu.- Dije mirando al chico.- Cuidado con lo que

haces con mi hermanita.

 

-¡Vete Rosshel!- Grito, Kathe.

.

.

Llegue a mi habitación y lo primero que hice fue deshacer la cinta negra que tenia enrollada en la

cintura, dejando mi torso al descubierto, cubriendo mis pechos solo con un top negro deportivo, para

luego acercarme a mi laptop a encenderla.

 

Escuche los fuertes pasos de Kathe, como de costumbre, espere que pasará de largo por mi puerta, pero

me sorprendí cuando la abrió de golpe.

 

-Maldición.- Me acerque a ella.- ¿Nunca te dijeron que hay que golpear antes de entrar?

 

-¡No vuelvas a hacer eso!- Dijo bajo, pero lo suficiente para que logrará oírla.

 

-¿Hacer que?- Me hice la desentendida.

 

-¡No me vuelvas a besar frente a Charles!

 

-Entonces, ¿ahora puedo?- Pregunte.

 

Pero rápidamente me regañe por dentro, estaba empezando a olvidar que ella era ahora mi hermana.

 

Se quedó unos segundos mirándome, pero no respondía y yo trague saliva, sintiéndome confundida por

su silencio.

 

La temperatura de mi cuerpo estaba subiendo, ¿Que demonios era esta situación? Porque sentía que

algo había cambiado.

 

Di un paso para adelante, si algo fallaba, solo diría que estaba bromeando, siempre estuve fastidiandola,

no habría diferencia...

 

Mi corazón estaba latiendo tan deprisa.

 

-Te besaré si no me detienes.- Dije mientras ponía ambas manos sobre su hombro.

 

Lentamente fui bajando mi rostro para estar a su altura, la distancia ya era muy corta así que me detuve

y esboce una sonrisa de lado.

 

-¿En serio? ¿Dejaras que te bese? - Pregunte y ella devolvió la sonrisa.

 

-¿Te mueres por besarme? Puedo arreglarlo si es así, ¿quieres?

 

Apenas dijo eso puso ambas manos sobre mi mejilla y acortó aun más la distancia, podía sentir como su

aliento chocaba contra mis labios, y trague saliva, estaba segura que tenia el rostro rojo.

 

Había logrado voltear la situación y no me animaba a responder.

 

Los segundos habían pasado y yo ladee el rostro haciendo que tuviera que soltarme.

 

- Ya vete.- Respondí sin mirarla.

 

- Bien.- La escuche decir.

 

Presione con fuerza mi puño, viendo en cámara lenta, cómo se iba volteando y mi corazón estaba

deseoso de continuar.

 

No podía creer que me dolía romper este ambiente.

 

-Kathe.- Dije sin pensarlo y di un paso para abrazarla por detrás, dejando mis brazos bajo su abultado

pecho.

 

-Q...¿que haces?- Dijo sorprendida tratando de voltearse pero no le permití.- ¡Rosshel!

 

-No grites, idiota.- Respondí al ver que se estaba poniendo nerviosa.

 

-Entonces sueltame.-

 

Mi respiración se estaba acelerando, ¡que demonios me estaba sucediendo! Me dolía pensar eso, no

quería soltarla, quería tenerla más tiempo en esta posición.

 

-¡Rosshel!

 

Cerré con fuerza los ojos y me concentre en una sola cosa, soltarla.

 

Afloje el agarre y de un segundo a otro la empuje, lo suficiente para no hacerla tropezar pero si para

sacarle del umbral de mi puerta, apenas paso, cerré la puerta con llave, dejándome caer en el suelo por

el tremendo esfuerzo psicológico que me había ocasionado hacer eso.

 

-No seas idiota....- Deje caer mi espalda en el suelo.- No te enamores... no de ella.- Cerré los ojos.

 

.

 

.


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