II. Trampas de mar.
He salido lo más rápido que he podido de mi casa y me he dirigido a la estación de policías. He tenido que parar en la recepción.
- Eh... mmh... Hola... estoy buscando al comandante Sousuke... – La recepcionista me ha visto de una forma indiferente.
- ¿Nombre?
- Eh?.. Ah..? Si! Matsuoka Rin – Ha mirado a su computadora y algunos papeles.
- Por el pasillo de la derecha, doble a la izquierda y suba las escaleras, la última puerta al fondo es su oficina – Lo ha dicho tan rápido y con un tono de “no lo volveré a repetir” que apenas lo he captado.
- G..Gracias – He intentado recordar lo que me ha dicho.
Este lugar en vez de parecer una estación de policías parece un edificio de empresarios o algo por el estilo, y eso que solo tiene una planta baja y un primer piso, después de deambular por el edificio he encontrado su oficina.
Toque la puerta y entre a su oficina, es un poco más grande de lo que pensé.
-Por fin llegas, tardaste más de lo esperado.
-……..- No tengo ganas de decirle que pude haber llegado a tiempo sino me hubiera perdido en el edificio.
Sousuke me ha contado de ciertos crímenes “misteriosos” pero por lo que me ha dicho, no creo que sea tan difícil de resolverlos, casi creo que me ha jugado una broma de mal gusto. Espero que no sea…
- Haru!!! Haru!! Haruu!! Oh por dios! Donde se ha metido, sino lo encuentro pronto… - Un chico joven de cabellos castaños gritaba eufóricamente y nadaba por todos lados.
- Parece que se fue….. –
Me llamo Haruka Nanase y soy lo que los humanos llaman ¿“sirena”? aunque ese término no me gusta mucho yo prefiero “Criatura de mar” y el chico de cabellos castaños de hace un momento es Makoto Tachibana un amigo de la infancia, del cual acabo de escapar, ya que él quiere arrastrarme a alguna aburrida clase (Que solo se da una vez al mes)* donde solo moldearan tu mente para encajar en la sociedad.
- Haru!! – Ja?! Pensé que se había ido, debo moverme rápido de mi escondite.
La clase a la que debo pero no quiero ir trata sobre criaturas de la superficie, pero las únicas criaturas que deseo conocer son los humanos, pero en nuestra pequeña y cerrada sociedad, los humanos son criaturas inferiores.
- YIAH!! Te atrape Haru – Mierda, me ha atrapado mientras nadaba entre unos Arrecifes
- Te he estado buscando por más de una hora.
- Makoto! – he puesto un tono serio- ¿Eres mi amigo?
- Eh?? S.si . – Se ha quedado un poco confundido con mi pregunta.
- Entonces….. déjame ir! – Antes de que pudiera irme me ha sostenido de la mano – Sino me dejas ir, ya no serás mi amigo.
- Haru! Ya hemos tenido esta charla antes – Me ha mirado a los ojos – Por favor solo acompáñame a la clase, solo quedan 45 minutos. – No me ha dejado de otra , sabe que aunque lo amenace con quitarle mi amistad , siempre regreso a su lado.
- No me gusta esa clase.
- Pero te gustan las criaturas de la superficie, verdad? – Ha sonreído inocentemente.
- Solo los humanos – Aunque también los animales son interesantes..
- Sabes que es peligroso …. Y sobre todo para alguien, como tú.. – Ahh! Otra vez con ese tema.
Saben , entre criaturas tan mágicas como las sirenas, yo soy “especial”, las sirenas se consideran a sí mismas como seres de sangre pura, criaturas que no han “manchado” su especie (Cosa que es mentira, ya que muchas de ellas tienen sangre de otras criaturas marinas).
Pero entre las sirenas existen clases y aunque muchas de ellas han desaparecido con el tiempo, algunas otras han perdurado.
Yo pertenezco a una clase conocida como “Ondina”. Los ondina no solo son una especie rara (*) sino poderosa, en el pasado muchas de ellas fueron temidas, respetadas, he incluso alabadas por sirenas y humanos (Algunos humanos rezaban a las Ondinas para no naufragar en el mar)
El caso es que la mayoría de las ondinas podían tomar forma humana y procrear con machos humanos, sin importar el género que fueran y esa fue una de las razones por las que las ondinas se extinguieron poco a poco.
Los niños nacidos de una Ondina y un humano tenían tanto capacidades terrestres como marinas, por eso los humanos empezaron a temerles y a cazarlos como animales. La mayoría de ellos sobrevivieron, pero las Ondinas no corrieron con tanta suerte.
Algunas de ellas lograron escapar al mar, pero muchas otras fueron cazadas y asesinadas, pero ese no fue el final.
Tiempo después un viajero que vagaba por un desierto , estaba a punto de morir de deshidratación pero por distintas razones se encontró con el cuerpo de una Ondina y devoro su corazón. Entonces se dio cuenta de que no solo sobrevivió a la deshidratación, sino que también tenía un poder sobrehumano con el mar.
Ese viajero se convirtió en un temido y famoso comandante de guerra cubierto en riquezas y con cientos de hombres a sus órdenes. Su secreto se filtró y otros humanos comenzaron a cazar a las Ondinas para poder devorar su corazón y obtener sus poderes.
Y ese fue el comienzo del final, las Ondinas desaparecieron poco a poco del mar y de la memoria humana. Las pocas que quedaron, dejaron de ir a Tierra firme y aunque conservaron sus poderes, perdieron la capacidad de transformarse en humano.
- HARU!! – Me ha sacado bruscamente de mis pensamientos – Me estas escuchando!?!?
- No… - Ha hecho una cara de decepción – Pero ya se lo que me dirás, “Que no debo ir a la superficie….. Que los humanos podrían verme…. Que los humanos se comerían mi corazón” o lo que más te da miedo …. Podría ENAMORARME de un humano y terminar como muchas de ellas.
- Solo lo digo por tu seguridad…
- Pero los humanos nos consideran solo cuentos de hadas. – Además, ni siquiera puedo caminar en Tierra firme.
- No todos…. –Me ha mirado de forma preocupada.- Recuerdas al humano que salvaste de ahogarse hace….
- Pero solo era un NIÑO! – Interrumpí – Estoy seguro de que ni siquiera recuerda el hecho, de seguro piensa que ha tenido mucha suerte.
- Haru, pero si el…
- ¿¿ Me recuerda?? ……El pobre se desmayó apenas lo saque del agua – Además, no hubiera podido dejar que un pequeño de menos de 10 años se ahogara.
- No subestimes la memoria de un niño Haru. – Me ha tomado del brazo y arrastrado hacia la clase – De todas formas, mantente alejado de la superficie.
- ¿Sabes? Creo que tienes… – le he mirado convencidamente – Que APURARTE!! O si no ni siquiera tendrás 15 min de tu clase – Me he adelantado con una sonrisa burlona en mi cara.
Me pregunto realmente si ese pequeño pelirrojo se acordara de algo, han pasado 12 años desde entonces , recuerdo que alguien a lo lejos gritaba su nombre...uhm…. como era?.. creo que era… – Rin -.