XXXI. Cómplices.
~Flashback~
- Eso es todo… - La historia que Gou me ha contado ha sido tan inesperada que no sé cómo reaccionar.
- Y… Nunca se lo has dicho a nadie… ¿Ni siquiera a Rin? – Ha habido un momento de silencio. – Después de todo también le concierne.
- Fue la primera persona a la que pensé contárselo pero… - Se ha detenido.
- ¿Pero?...
- Yo estaba bastante abrumada por “eso” y Rin estaba atareado… Estoy segura que si se lo hubiera contado el nerviosismo y su sobreprotección habría empeorado… Preferí guardármelo.
- ¿Y no has vuelto a pensar en contárselo…Ahora?
- Cientos de veces… pero además de que no he encontrado el valor, ya no puedo… - Ha vuelto a poner una expresión lamentable, he preferido no seguir con el tema.
- Gou… Yo también tengo que contarte algo… - Creo que si ella ha tenido la suficiente confianza para contarme su secreto; solo a mí; yo también debería contarle uno mío. Así seriamos “cómplices”. – También debes prometerme que no le contaras a nadie… - Hemos vuelto a juntar los meñiques en forma de pacto y he comenzado a contarle sobre mi embarazo y mi procedencia, claro que no entre en mucho detalle con esta última.
~Fin del Flashback~
- KYA!! – Ha gritado completamente emocionada; su semblante de “lamento” ha desaparecido inmediatamente; su grito ha sido tan fuerte que una encargada de la biblioteca nos ha llamado la atención. - ¿Y cuánto llevas así?
- Seis semanas… - Siento un poco de vergüenza de contarlo, si así me siento con Gou, no puedo imaginarme con Rin.
- KYA!!! No puedo creerlo!! – Ha vuelto a gritar pero en un tono un poco más bajo. – Tendré un sobrino!! Seré tía y Rin… - Rápidamente una duda ha surgido en ella. - ¿Porque no se lo has dicho? ¿Por qué le dijiste lo de la anemia?
- Por dos razones... - He completado. – La primera es que tengo miedo, todavía no me siento capaz de criar correctamente a un pequeño, además ni siquiera se en “donde” debería criarlo.*La segunda es que nunca ha sido bien visto que un ser marino se mezcle con los humanos**, un pequeño así es considerado como uno de los peores crímenes en nuestra sociedad marítima, si ellos (*)se enteran, podrían querer deshacerse de mi pequeño… - No puedo ni siquiera imaginármelo, un nudo se me ha hecho en el estómago.
- Ummm… Son buenas tus razones pero…
- Pero me gustaría decirle hasta que este seguro de que el pequeño nacerá sano… - He completado. – Ni siquiera sé si mi cuerpo de sirena lo aceptara completamente… Si mi cuerpo no lo acepta y hay complicaciones, una mala noticia; seria doblemente dura…
- Pero no tendrías que cargar con ese dolor tú solo…
- No quiero… que Rin sufra… - He agachado mi mirada. – Prefiero seguir con mi decisión Gou, si las cosas transcurren adecuadamente se lo diré, ¿Después de todo no dicen que “Es más fácil pedir perdón que pedir permiso”? – He soltado una risilla muda.
- De acuerdo Haru… respetare tu decisión, pero si algo se complica y no se lo mencionas, lo hare yo. – Ha dicho en un tono firme pero amable.
- Ja Ja Ja… Suenas igual que el Dr. Seijuro, él me dijo algo similar cuando le pedí que guardara el secreto.
- Es que no es algo que deberías “guardar”. – Me ha dado un pequeño golpecillo con el puño en el hombro. – Vamos a casa…. Hemos pasado más tiempo en la biblioteca del planeado…
- Si… - Me he levantado del asiento en donde estábamos y arreglado la ropa. – Recuerda no decirle a nadie! – Le he recordado.
- Je Je Je SI!! Lo sé! Tú también guarda el secreto!. – Mientras caminábamos a casa, inesperadamente Gou ha empezado a sonreír y luego ha soltado carcajadas sonoras, como si le hicieran cosquillas.
- ¿Qué te da tanta gracia? - Me ha sorprendido su risa.
- Nada… solo pensaba en como “nuestros secretos” podrían darle celos a Rin JA JA JA! – Ha vuelto a reír. – Imagínate Haru! En alguna conversación yo podría decir “¿Recuerdas aquello?” y tu responderías “Si! ¿Y tú recuerdas lo otro?” y haríamos una conversación individual aunque Rin estuviera presente… ja ja ja Probablemente haría una de sus típicas rabietas.
- Ja Ja Ja! Si… aunque no es bueno que nos divirtamos con su irritación je je… - Aunque admito que sería divertido molestarlo con eso.
- ¿Sabes también que otra cosa podríamos hacer? – La he mirado en forma de duda. – Con lo imaginativo y celoso que es Rin; si nosotros actuamos “cercanos” más de lo común; podría pensar que nosotros tenemos “algo” – Me ha dado un par de ligeros codazos. – Sabes a lo que me refiero…
- Ja Ja Ja!! – No he podido evitar reír estrepitosamente, pues esa era una de las cosas más probables en suceder. – Si, puedo imaginármelo claramente!. Pero probablemente en cuanto yo viera que las cosas “se salen de control” iría a contarle nuestra bromilla. Incluso me sentiría mal…
- Je je! Eso es porque lo amas… - Y porque tengo un bebe suyo en mi interior; he agregado mentalmente para mí mismo. – Y aunque yo también quiero mucho a Rin, continuaría con la mofa hasta el final ja ja… Un poco de diversión nunca es mala…
- Si, pero trata de que no se te pase mucho la mano… O puede que incluso yo me moleste contigo.
- De acuerdo, pero tampoco lo compadezcas demasiado… Pues esos celos tan posesivos son una de las pocas cosas que le podrían acarrear problemas de todo tipo… Debe aprender a controlarlos…
- Lo sé, pero me parece un tanto lindo… - Me recuerda a un niño pequeño que no quiere que le quiten las cosas que aprecia.
- Hablando del rey de Roma… - Me he entretenido tanto en la conversación que no me he percatado de que ya hemos llegado a casa y que Rin se encuentra sentado en la entrada, esperándonos. Se ha levantado al vernos llegar, Gou me ha dado una palmadita en la espalda. – Ve practicando como decirle “eso” – Me ha guiñado un ojo antes de adelantarse para saludar a Rin y entrar apresuradamente a la casa para dejarnos solos.
- H…Hola… - Me he acercado a él con un poco de timidez, pues siento un poco de culpa, por haber hecho que se molestara por mis actitudes.
- ¿Cómo les fue? – Se ha acercado a mí, acortando la distancia.
- Bien… hubo muchas cosas interesantes para leer… - Se ha hecho un momento de silencio entre nosotros. – Rin… Yo…
- Lo siento! – Me ha interrumpido inesperadamente. – Sé que no debí molestarme por algo tan simple como lo de la mañana, pero siento como si un vacío se hubiera abierto entre nosotros… no quiero… - Se ha avergonzado ligeramente. – No quiero perderte… - Me ha abrazado delicadamente para darme un beso en los labios. Me he quedado unos momentos desconcertado antes de corresponder al abrazo.
- Je Je… - He soltado una risita temblorosa acompañada de unas cuantas lágrimas.
- ¿H… Haru? – Ha puesto una expresión preocupada. – ¿T…Te lastime?
- No es eso… Es solo… - Lo he visto a la cara con los ojos acuosos pero con una sonrisa alborozada. – Que estoy muy feliz… Yo también quería pedirte perdón, pero creo que ya no ser necesario… - He reforzado mi agarre a su abrazo, me dan ganas de contarle todo en este momento aunque sé que debo esperar. – Te amo Rin… - Lo he dicho casi por inercia.
- Yo también te amo… - Nos hemos quedado abrazados por un poco más de tiempo antes de regresar a la casa con el rostro completamente sonrojado, ya que estoy seguro de que más de uno nos vio, *siento una gran alegría pero también una gran vergüenza. Es como si quisiera que la Tierra me tragara pero me tragara con Rin para estar eternamente juntos.
- Rin… - He tomado el valor para hablar. – Estoy ansioso por mañana…