Los días han pasado uno tras otro sin nada extraño o al menos eso es lo que me gustaría decir. Desde hace una semana Haru ha estado un poco apartado de mí, sin embargo no se siente como si estuviera enojado o incomodo, es más bien como si estuviera evitándome o evitando decirme algo.
- Haru… Haru… - Se encuentra fregando algunos trastes dándome la espalda. – Haru… Haru… - Llevo más de 5 minutos llamándolo. Solo los encontramos nosotros dos, pues Gou ya se ha ido al colegio. – Ha…
- ¿Qué? – Me ha interrumpido.
- Por fin! Llevo bastante tiempo llamándote.
- ¿En serio? Es la primera vez que te escucho.
- Pero tu..!! – He sentido un poco de exasperación, pero al ver su expresión; creo que realmente acaba de escucharme.
- ¿Qué paso?...
-
Ah!... – He suspirado con decepción. – Nada.
- ¿No piensas ir hoy a trabajar?...
-¿Eh? ¿Por qué lo dices? – Me ha señalado el reloj.
- No puede…! – Me he levantado apresurado de la silla al ver la hora; es tardísimo; pero me he vuelto a sentar unos segundo después con hastía. De verdad no tengo ganas de ir a trabajar hoy, de hecho no tengo deseos de hacer ninguna cosa. Aunque es raro que no tenga ni siquiera de una llama de Sousuke. – Creo que me tomare el día libre hoy…
-….- Me ha mirado un par de segundos.- ¿Te encuentras bien?
- Esa es mi línea… - Nuestra vista se ha encontrado. – Has estado raro últimamente.
-
Son imaginaciones tuyas… - Ha desviado sus ojos. – Yo soy el mismo siempre.
- Al menos no conmigo…
- Eso no es cierto…
- Por supuesto que si… Has estado distante estos últimos días y lo peor es que ni siquiera sé el porqué. Y aunque hemos vivido juntos por un tiempo hay cientos de cosas que aún no conozco de ti. – Me he acercado tanto a él que puedo sentir su tibia respiración. - ¿Sera que… no confías en mí del todo? – Me he acercado lentamente a sus labios pero me ha detenido colocando su mano sobre mi boca.
- No…No es eso. Confió en ti pero… no en mí.
- ¿Qué es lo que te hace dudar? – Nuestras respiraciones se encuentran cada vez más cerca.
- ¿Tu… Tu confías en mi Rin?
- ¿Por qué no habría de hacerlo?
- Acabas de decirlo… Hay cientos de cosas que no sabes de mí. – Me ha intentado apartar pero no lo he dejado.
- Conozco lo suficiente… - He tomado sus manos con las mías y con mi dorso y piernas lo he empujado hasta la “pared” que se encuentra detrás de él, para que no pueda escapar, nuestros labios se han encontrado poco a poco, he tenido que incitar un poco con mi lengua para abrirme paso a través de esos suaves y delgados labios. No hemos tardado mucho para entrelazar nuestras lenguas en una refinada danza, robando las pocas bocanadas de aire del otro. Nos hemos separado con una respiración agitada mientras nuestras manos encadenan nuestros cuerpos.
- Rin…- Lo único que puedo escuchar en este momento es nuestra respiración agitada así como los latidos de ambos corazones.
- … - Hemos pasado un buen tiempo abrazados, simplemente disfrutando la presencia del otro.
- Rin…
- Hmm…
- Ha…Hace calor… - Nos hemos separado, no sin antes notar su expresión de vergüenza, intenta ocultarlo bajo esas torpes palabras pero es demasiado obvio.
- Ja… Eres un mal mentiroso… - He continuado después de un pequeño respiro. - ¿Quieres ir a algún lado?
- ¿Eh?
- ¿Tal vez dar una vuelta para despejar nuestra mente? ¿Una caminata, tal vez? – Ha asentido lentamente.
Después de arreglar algunas cosas en la casa, nos hemos arreglado despreocupadamente para salir a dar la vuelta. Caminando entre las callecillas, comprando uno que otro bocadillo durante el trayecto hemos recorrido muchos lugares y aunque no nos quedáramos mucho tiempo en alguno de ellos hemos pasado un gran rato; entre caminata y caminata hemos llegado a el lugar de nuestro primer encuentro; la playa; mientras la tarde comenzaba a acercarse. Haru se ha quedado mirando a la lontananza como si no existiera nada más a su alrededor, siempre con el mismo aire nostálgico.
- ¿Extrañas el mar? – Me he sentado en la arena, mientras hacia un gesto para incitarle a hacer lo mismo.
- …. – Se ha quedado en silencio.
- ¿Te gustaría regresar?.... – Ha acercado su piernas hacia su pecho mientras las abrazaba.
- Yo… No lo sé… - A tardado un poco de seguir. – Es mi hogar y el lugar de donde provengo pero… Pero soy muy feliz aquí… contigo… - Eso último lo ha dicho en un tono casi inaudible.
- Yo… Yo también es sido muy feliz estos últimos meses, pero si tu decidieras en algún momento que es mejor regresar al mar…yo… no me opondría, pero estaría muy triste. – Me cuesta pronunciar esas palabras.
- Rin… yo… tengo… - Me ha visto a los ojos, decidido a decírmelo; pero ha terminado arrepintiéndose. – No es nada… Regresemos. - La puesta de Sol a desaparecido frente a nuestros ojos dando paso a la oscuridad y el frio.
Hemos regresado a casa; Gou ya se encuentra en ella; nos ha recibido con uno de sus regaños de furia fingida para finalmente terminar cenando como de costumbre. Ha sido más que un buen día, pues lo he pasado con él. La persona que amo.
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Ha sido un día cansado, sin Rin en la oficina, el trabajo realmente se acumula rápido. Sin embargo no puedo creerlo, sino me encuentro constantemente hostigándolo para que llegue temprano él ni siquiera se preocupa por venir. Valiente detective tenemos!.
- Ah! – He suspirado con cansancio mientras acomodo algunos folders en el estante de los archivos. – Cuando lo vea, voy a imponerle 2 semanas de castigo. – Estoy espantosamente cansado y a la vez lleno de enojo. – NO! Dos semanas no son suficientes, voy a revocarle esa falsa placa de detective y a mandarlo a limpiar todos los baños y todas las oficinas del Depto. De Policías… - He seguido murmurando con irritación; sin percatarme de la presencia de alguien nuevo.
Ejem… Buenas noches Comandante Yamazaki… - He volteado un poco desconcentrado. – ¿Interrumpo?
- Ah... Lo siento! – Me he tocado ligeramente la sien. –No es nada…
- ¿Es sobre Matsuoka? El cual casualmente no se ha presentado hoy a trabajar. – He desviado la vista ante tal pregunta. – Parece que acerté. – Ha habido unos segundos de silencio. - ¿No cree que es injusto Comandante?
- ¿Qué cosa?
- Que usted permanezca aquí de sol a sol solo por ser el Comandante… Y que Matsuoka tenga tanta libertad por ser quien es… ¿Qué injusta es la vida, cierto?
- Con todo respeto Jefe, no comparto su pensamiento. Creo que nuestros lugares y responsabilidades en el mundo son los que mantienen el orden en el mismo. Si todos tuviéramos el mismo lugar, muchos de nosotros estaríamos perdidos y sin saber a dónde dirigirnos… aunque al final, es cuestión de perspectivas.
- Interesante punto de vista… - Ha dado un escaneo a los estantes, para luego volver la mirada hacia mí. – Comandante… Por lo que veo usted es verdaderamente “apasionado” por su trabajo… ¿Por qué no se toma el día de mañana libre?
- ¿Perdón?
- Descanse mañana Yamazaki… Estoy seguro de que un día sin usted, no hará caer a la oficina. – A hecho una pausa. – Además esta Matsuoka… creo que no habrá problema si lo deja a cargo. Es el perfecto “castigo” para su irresponsabilidad.
- P…pero… - Me ha dado una mirada ligeramente amenazante. – De acuerdo.
- Perfecto. Nos vemos ma… perdón, nos vemos pasado mañana. – Nos hemos despedido antes de marcharnos.
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Mientras me preparaba para ir a dormir al igual que Rin, me he sentido invadido por un sentimiento, un sentimiento que ha hecho que fuera a sentarme en la sala sin motivo alguno aparente.
Me siento como un idiota embustero, estuve tan cerca de decírselo pero no tuve el valor para hacerlo en el último momento quiero arrancarme estas ataduras que me impiden ser sincero, quiero olvidar todo y hablarle con franqueza. Pero ¿Por qué no puedo hacerlo?.
- ¿Por qué?... – Un pequeño hilo de lágrimas se ha deslizado silenciosamente por mis mejillas inconscientemente.
- ¿¡Haru!? – Gou que se encontraba también despierta, me ha visto y se ha acercado apresuradamente. - ¿Q…Qué tienes?¿Te duele algo?¿T…Te sientes mal? H…Haru. – Ha puesto sus manos en mi cara esperando mi respuesta.
- Estoy bien Gou. – Le he dado una ligera sonrisa. – Es solo… que me siento un poco sentimental.
- Ah! Menos mal...- Ha suspirado con tranquilidad. – No me asustes de esa forma.
- Lo siento. Sigo teniendo pensamientos innecesarios. – Me ha visto con un poco de desapruebo y justo cuando estaba por empezar a hablar la he interrumpido sutilmente.- Pero a diferencia de antes, ahora sé cómo lidiar con ellos.
- ¿? –
- Estoy listo para decírselo a Rin….
- L…L…Le vas a decir lo del be… - He asentido ligeramente a la pregunta incrédula, a lo que Gou ha comenzado a actuar eufóricamente, como si quisiera gritar desde lo profundo de su alma pero sin hacer un solo ruido. Ha sido un gesto bastante cómico. – SI!! SI!! SI!! Ya era hora! Por fin! Ah! No… No sé qué decir solo…¡Animo Haru! Te estaré apoyando desde aquí.
- E…Esta bien… no es necesario tanto alboroto… Recuerda que hay “alguien” dormido.
- Claro que es necesario! Además; sino sabes cómo lidiar con mi emoción; como piensas hacer que Rin contenga la suya! Estoy segura que el actuara igual o más emocionado que yo! – Tiene una sonrisa tan grande como la del gato de Cheshire.
- Bueno… ya lo sabré en el momento.
- ¿Y bien… Cómo piensas decírselo? – Me he quedado mirándola como si me hubiera dicho una pregunta sin respuesta. – No lo has pensado!!
- Es que… acabo de decidirlo!... No lo he pensado mucho. – Más bien nada.
- Esta bien, Esta bien… Yo te ayudare. – Me ha hecho un gesto con la mano para que me acercara hacia ella, como si fuera a contarme un secreto. – Que te parece si…