XXXVII. Planes Incompletos.
La mañana ha llegado, así como el desayuno y la hora en que Rin se marcha para ir a trabajar, todo ha transcurrido como normalmente. Hasta que el sonar del teléfono ha roto la tranquila atmosfera.
- ¿¡Cómo que 48 por 24 invertido!?– He escuchado a Rin gritar en la bocina del teléfono. Realmente me ha sobrecogido, me he acercado discretamente hacia la puerta de la habitación para escuchar mejor. – Pero es demasiado!! No puedes castigarme así por UN solo día!!...
- AH!...- Gou me ha tocado el hombro sorpresivamente, haciendo que soltara un grito el cual calle inmediatamente con mis manos.
- Shh…. – Ha puesto su dedo sobre su boca. – Ves! Te lo dije! – Lo ha dicho susurrando.
- Pero si está furioso… ¿Crees que funcione? – He respondido en susurro yo también.
- Por supuesto que si! Todo es parte del plan…jijiji.
-Ah! No debí haberme dejado arrastrar por tus planes….
~Flashback~
- Es que… acabo de decidirlo!... No lo he pensado mucho. – Más bien nada.
- Esta bien, Esta bien… Yo te ayudare. – Me ha hecho un gesto con la mano para que me acercara hacia ella, como si fuera a contarme un secreto. – Que te parece si hacemos esto… – Me ha servido un poco de té antes de continuar. – ¿Haru si sabes que Sousuke es un “superior” de Rin?
- Más o menos eso tenía entendido ¿Por qué?
- Bueno… Tu no conoces completamente el carácter de Sousuke, pero YO que lo conozco de prácticamente una vida, conozco bastante bien su forma de pensar je je je… - Ha puesto una pose orgullosa mientras lo decía.
- ¿Y…
-¿¡Y!? Todo es perfecto Haru ¿No lo ves?- Se ha emocionado un poco. – Rin falto hoy al trabajo ¿cierto?
- Cierto.
- Esa es la chispa que encenderá la flama! – Creo que mi mirada ha sido tan condenadamente perdida que Gou se ha sentado y comenzado a explicarme finalmente. - Mira este es el plan Haru. No es la primera vez que Rin falta al trabajo, sin embargo esta vez ha tenido una falla fatal… No aviso al trabajo que faltaría.
- ¿E..Eso es malo?
- Claro que es malo Haru! ¿Recuerdas que ha pasado las veces que ha faltado al trabajo?. – Me he quedado estático, no sé qué quiere que responda. - Lo han castigado Haru! Y quien lo castigo?...
- ¿Sousuke?
- Exacto! Y esas veces sí aviso, ahora imagínate ahora. De seguro va a tener un castigo ejemplar!
-¿Parece que lo estas disfrutando Gou?
- Ja ja ja… Se nota que lo amas. – He desviado mi vista disimuladamente. – Pero esto es lo que buscaba. Mira, si lo castigan como suelen hacerlo, lo más seguro es que lo dejen hasta tarde. Entonces allí es donde entras tú.
-¿Yo?
- Si! Harás…no haremosque olvide su almuerzo en la mañana de ese día, entonces cuando se percate de ello, llamara y te pedirá que se lo lleves. En aquel momento tu iras y se lo llevaras PERO escondido en el almuerzo ira una nota con el mensaje! Puedes ponerlo en donde quieras! Y al final; con eso de que estará “castigado”, no podrá salir corriendo del trabajo y cuando llegue a casa, ya habrá asimilado la situación y tú también de paso. – Lo ha dicho todo de corrido, como si lo llevara planeando años.
- Y si compra un algo de camino?...
- C…Comprar?... – Se ha quedado estancada, parece que la emoción la ha cegado un poco. –Ah! – Se ha dado con la palma de la mano en la frente. - ¿Cómo no lo pensé?... – Se ha quedado en silencio unos segundos, como pensando un plan “B”. - ¿Y si buscas un trabajo temporal en alguno de esos lugares?
- Gou!!
-Si. Si. Perdón… no estaba pensando seriamente.
-Lo note… - Nos hemos quedado pensando unos momentos hasta que he roto el silencio. – Y… Y qué tal si le aviso anticipadamente. Es decir, que tal si una o dos horas después de que se haya ido, le aviso que ha olvidado su almuerzo e iré a dejárselo.
-Si!! Así esperara a que se lo lleves. Bien pensado Haru! – Me ha dado unas palmaditas. – Ahora a esperar mañana. Sera mejor que vayas a dormir.
- Espero poder hacerlo. – Por alguna razón me siento un vacío en el estómago, como si estuviera a punto de lanzarme a un acantilado.
- No te preocupes, todo saldrá bien. – De repente se ha escuchado el crujir de los resortes de una cama. – Y será mejor que te apresures a ir, o sino “el” notara que faltas.
- Si. – Ambos hemos subido las escaleras para dirigirnos a nuestras respectivas habitaciones, pero antes de entrar me he detenido en la puerta y girado hacia Gou. – Gou… Gracias por todo. – Ambos hemos sonreído y finalmente entrado a nuestros cuartos.
~Fin del Flashback~
-Oh! Por favor! Tú sabes que esto es un mal necesario…
- Si… pero en serio! – He señalado discretamente con la palma mi mano hacia donde esta Rin. – Solo escúchalo! Esta que echa humo.
- Te dije que Sousuke no iba a tocarse el corazón esta vez…
- Dios…
- Vámonos Haru! – Me ha jalado rápidamente. – Allí viene Rin. – Nos hemos “escondido” en un pasillo cercano. Los gruñidos de ira de Rin se podían escuchar claros y vívidos desde donde estábamos. Gou y yo hemos esperado a que se alejara un poco, para luego alcanzarlo en la habitación a la que se dirigía.
- No puede ser ese maldito no tuvo piedad esta vez… - Esta tan enfadado que ni siquiera ha notado que hemos entrado.
- ¿Estas bien?. – He puesto mi mano en su hombro para intentar calmarlo.
- Ah! Si… - Ha dado un largo y sorpresivo suspiro.
- ¿Te han regañado muy duro? – Gou ha ido directo al punto.
- Algo…
- ¿Qué te han dicho? – He preguntado.
- Que tengo que trabajar 48 por 24 esta vez. – He visto a Gou intrigado, realmente no sé qué significa eso, por suerte Gou ha entendido mi duda como si hubiera leído mi mente.
- Quiere decir que trabajara dos días para descansar uno.
- No suena tan mal. Puedo haber sido peor…
- Y no lo es del todo. – Ha dicho. – Sin embargo conociendo a Sousuke me hará trabajar de mula de carga y la última vez que me castigo de esa manera tuve los músculos adoloridos por más de una semana. Y eso me retrasa mucho en TODOS los ámbitos de mi vida.
- Tiene razón, Haru. Esa vez, lo único que hacia después de regresar del trabajo era tirarse en la cama y quejarse. No podías ni siquiera tomarlo por el brazo de lo apaleado que tenía todo el cuerpo. – Me he quedado pasmado ante tal anécdota, ahora me siento peor que antes, hare que Rin quede en ese estado todo por mi caprichosa cobardía. Aunque una parte de mí no puede imaginar qué clase de trabajos Sousuke le haría hacer para quedar en ese estado.
- No tiene razón el lamentarse ahora. Después de todo tengo responsabilidades y el no cumplirlas me trajo a esto. No es momento para sentir lastima por mí. – Ha estirado los músculos para ir a trabajar. Parece que se ha tragado el enojo después de todo.
- Deberías irte pronto Rin! Sino sentirás el castigo más largo. – Gou ha intentado despistarlo para que no se preguntara por el almuerzo; todavía no hecho; y se marchara sin percatarse. Al final, lo ha logrado y Rin se ha ido sin sospechar nada, esta tan abrumado por lo que recién acaba de pasar que ni siquiera ha notado que algo le falta.
-Bien! Lo logramos Haru! Ahora lo que sigue… - Se ha dirigido hacia un cajón de un estante cercano del cual ha sacado un hermoso papel de carta garigoleado y un bolígrafo, el cual me ha entregado. – Toma! Es hora de que hagas tu parte.
- P…Pero yo… D…De donde sacaste este papel?… - He sentido como el corazón me ha empezado a palpitar rápida y nerviosamente, el sentimiento que me invadido es casi como el que sentiría alguien a quien le están apuntando con un arma. Miedo, pánico, ansiedad, todo se ha juntado en uno solo.
- Vamos! No importa de dónde saque esto, ve y haz lo tuyo! Y recuerda que después de eso, tienes que llamarle y hacer su almuerzo, así que no te rompas en el primer escalón.
-Bien! – Las palabras de Gou me han dado ánimo para empezar, pero me he quedado en blanco en el momento en que apoye el bolígrafo en el papel. Por al menos 15 minutos.
- ….-
-….-
- HARU! ¿Cuánto tiempo planeas seguir así?
- Ah! No lo sé… estoy pensando! – O más bien dicho temblando, no puedo ni siquiera controlar mi pulso para comenzar a escribir. Sin embargo de la nada, he sacado el valor para hacerlo. Gou se ha quedado junto a mí todo el rato, vigilando que no cediera y dando me ideas para completar. Al final ha quedado una carta “presentable” y muy bonita, la cual Gou coloco en una pequeña bolsa de celofán para protegerla.
- Bien hecho Haru! – Me ha arrebatado la carta de las manos. – Ahora es tiempo del segundo paso.
- Pero todavía no es la hora.
- ¿Qué? – Gou me ha mostrado en reloj algo enfadada, han pasado más de 2 horas y media. Al parecer demore más de lo que tenía pensado escribiendo la carta. – Vamos, hazlo! Ya no hay vuelta atrás.
- Tienes razón. – Lo mejor es no seguir posponiendo este asunto. He tomado la bocina del teléfono y marcado el número, de repente el sonido palpitante de la marcación ha hecho acelerar mi corazón. Mis piernas están a punto de quebrarse.
- ¿Hola? – El acelerado ritmo de mi corazón se ha detenido al instante.– ¿Hola?... ¡¿HOLA, Hay alguien ahí?!... – Las palabras no llegan a mi boca y puedo escuchar como Rin está a punto de colgar. Repentinamente Gou me ha dado una fuerte pisada que hizo que soltara un grito lo suficiente audible para que Rin reconociera mi voz. - …. ¿Haru?
- H…Hola Rin… - Lo he dicho entrecortadamente.
- ¿Es la primera vez que me llamas?... ¡¿Sucedió algo?! ¡¿Gou está bien?! ¡¿Tu estas bien?! ¡¿Por qué estabas gritando?!
- T…Tranquilo… No sucedió nada s…solamente… - Me he vuelto a quedar paralizado, sin embargo la mirada de Gou me ha dado a entender que no puedo detenerme. – Olvidaste tu almuerzo…
-… ¿Qué?...– No es la reacción que esperaba. He escuchado un profundo suspiro y una ligera risa del otro lado de la línea.
- ¿Rin?
- Ah! Lo siento… es solo que como es la primera vez que llamas y la primera respuesta que obtuve fue un grito… Fue algo sorpresivo y preocupante…
- P…Perdón, no quería asustarte...
- Esta bien, ya me recupere… y no necesitas preocuparte por mí. No creo morir por un día que no coma.
- Pero si me preocupas… - Un silencio ha aparecido, me he enrojecido al darme cuenta de lo que acabo de decir. – Y… y me gustaría llevártelo, no me cuesta nada.
- E…Esta bien… lo esperare entonces. – He sonreído inmensamente dentro de mí. - Sin embargo ¿Puedes traérmelo en la noche? Realmente creo que necesitare algo de “calor de hogar” para superar el turno.
- Si! Por supuesto. – Hemos seguido hablando un poco antes de colgar. – Si… Adiós… - He colgado el teléfono para luego mirar a Gou y ambos saltar de alegría. Nos hemos abrazado como si hubiéramos cumplido un reto extremadamente difícil.
- ¿Y bien? ¿Qué te dijo?
- Dijo que se lo llevara en la noche…
-¿Y eso cuando es? – Hemos visto el reloj.
- Parece que tenemos tiempo.
- No! Nada de eso! Empieza a pensar que cocinaras, como vas a adornarlo, como debe ir ordenado y todas esas cosas!. –Me ha empezado a dar empujones hacia la cocina. – Vamos! Vamos!
- Si! Si! En eso estoy…. No es necesaria tanta violencia. – No hemos apresurado a entrar entre risas.
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Recuerdo cada palabra que el Jefe Zhen me dijo, se supondría que debería estar descansando pero no puedo relajarme, algo me incomoda. Todo este tiempo lo he gastado pensando en el Caso del
Sacrificio, no puedo sacármelo de la cabeza. No puedo dejar de pensar en que algo no cuadra en todo este lio.
- Suficiente… - Me he levantado con fuerza pero tranquilamente del sillón en donde he pasado tantas horas meditando, si continuo así solo perderé el tiempo, debo ponerme en marcha.
He estado a punto de tomar el teléfono y llamar a la oficina para avisar que regresare. Sin embargo me he detenido en el último minuto. He pensado en que todas esas veces que he investigado “conscientemente” nunca he encontrado nada, pero cuando lo haga sin que nadie lo sepa; incluso Rin o El Jefe; me he topado con algo, tal vez no la más relevante, pero algo es mejor que nada.
He tomado mi abrigo para partir y una vez cerca de la estación, en vez de entrar por la puerta principal y arriesgarme a que alguien tuviera la oportunidad de reconocerme, he entrado por una de las tantas puertas traseras; que aunque estaban cerradas no han sido difíciles de abrir, sobre todo cuando posees la copia de una llave maestra.
He entrado y seguido mi camino, siendo lo más sigiloso posible, tomando los pasillos en los que menos probabilidad había de encontrarme con alguien y de encontrarme con Rin. Finalmente he llegado a mi destino, la bodega de los archiveros; donde la última vez he encontrado los documentos que parecían haber sido ocultados.
- ¿Eh?... – Cuando intente abrir la puerta me percaté de que estaba cerrada, estoy seguro de que mi ausencia habrá desequilibrado el orden un poco, pero no lo suficiente para que alguien ordene cerrar estas habitaciones, ni siquiera Rin tiene esa autoridad.
Utilizando la llave maestra he abierto y cerrado igualmente la puerta una vez dentro, todo está exactamente igual que el día de ayer. He empezado a registrar en todas las carpetas en las que pienso que podría encontrar algo importante. Repentinamente he escuchado lo inimaginable, el sonoro ruido de unos zapatos caminando dentro de la bodega.
Y como si un balde de agua fría me hubiera caído encima, me he quedado paralizado por un segundo, sin embargo me he recuperado rápidamente al pensar “Eres el comandante, tienes permiso para estar aquí!” Así que me he apresurado al encuentro del intruso. Sin embargo he tardado más en volverme a quedar atónito que en encontrarme cara a cara con el “intruso”
- Vaya, vaya… Pero que subordinado tan desobediente eres Yamazaki… -Lo ha dicho de una forma tranquila, ridícula y sarcástica, como si supiera que esto iba a pasar.
- J…Jefe Zhen.
- Parece que de verdad eres “apasionado” por tu trabajo. – Ha cerrado la puerta de la bodega mientras decía “Permíteme un segundo, esta puerta debería haber estado cerrada por hoy”. Lo cual me ha obligado a tomar una mentalidad defensiva.
- Perdone mi franqueza pero… ¿Se le ofrece algo? – He intentado actuar de manera natural, aunque el hecho de estar encerrado me estuviera poniendo los niervos de punta.
- Ah… Sí. No estaría aquí si no. – Lo ha dicho en un tono un tanto vacío. – ¿Y a ti? ¿Si estás aquí incluso cuando tienes el día libre, significa que algo muy importante te obligo a venir, cierto?
- Probablemente…
-¿Probablemente? – Me ha visto con una mirada penetrante. – No es la respuesta que esperaba de “El Comandante”.
- Lamento decepcionarlo… - He escuchado como ha soltado una risa sarcástica. Para luego cambiar a una terrible expresión de rabia.
- Siempre supe que terminaríamos encontrándonos de “esta” manera Yamazaki.
- No sé de qué está hablando. – El ambiente se ha vuelto violento y pesado.
- No… probablemente alguien como tu jamás lo hará. Alguien tan “recto” como tu jamás entenderá a alguien tan “retorcido” como yo. – Ha comenzado a moverse alrededor de la habitación, sin que lo perdiera de vista un solo momento. – Todo era perfecto en “mi ajedrez” , incluso la llegada de ese incompetente detective al tablero fue un movimiento perfectamente calculado. No había nada fuera de lugar hasta que… hasta que “un peón” decidió hacer su propia jugada.
- Probablemente sea debido a que quien está moviendo las piezas es un pésimo jugador… Tan pésimo que sus piezas pueden moverse solas. – Lo he dicho en un tono colérico, creo que empiezo a entender por dónde van las cosas.
- Je je je Pero que sorpresa Yamazaki… siempre pensé que eras un perro sin colmillos y sin embargo mírate! Acabas de lanzarme una mordida… - Nuestros ojos se han encontrado violentamente.
- Simplemente los tengo bien escondidos. – Le he dado una sonrisa sarcástica y burlona a la vez.
- …… - Ha habido un silencio sepulcral. – Suficiente de juegos Yamazaki, iré directo al punto…. Deseo; no; necesito obtener desesperadamente “algo” que tu tan preciado amigo Matsuoka posee. Es “algo” que he anhelado por mucho tiempo y que la última vez que lo encontré e intente obtenerlo, desapareció cuando estaba por caer en mis manos. Sin embargo sé de sobra que contigo en medio del camino nunca podré obtenerlo. Odio admitirlo, pero eres un buen oponente.
-Así que es eso ja ja ja… ¿Cómo no me di cuenta antes? - He sentido como si la gélida verdad me hubiera golpeado. Una larga retrospectiva ha cruzado por mi mente. Las preguntas sobre Rin, el afán de querer conocer a su pareja, todo empieza a cuadrar.. – Ahora que lo pienso… ni siquiera parece interesarse en los sucesos que ocurren en el departamento… Después de todo ¿Por qué habría de importarle a un asesino cosas tan triviales? - He volteado a verlo esperando su contraataque.
- Felicidades Yamazaki. – Ha dado un par de aplausos en tono satírico. – Parece que resultaste ser mejor detective que Matsuoka. – Ha hecho una pausa.- ¿Qué piensas hacer ahora que sabes esa incompleta verdad?– He comenzado a retroceder para tomar una postura defensiva, esto ya no es un encuentro entre subordinado y jefe.
- De momento, permanecer vivo. – Me he preparado para asestar el primer golpe, mientras el hacía lo mismo.
- Esto será interesante… - Hemos comenzado a intentar atizar golpes al otro, sin embargo; y aunque odie admitirlo; me he percatado porque él es mi superior, el siquiera tocarle me está costando trabajo. Siento que hemos pasado una eternidad en este lugar cuando no han pasado ni siquiera 5 minutos. En un momento de descuido he logrado asestarle un fuerte golpe en las costillas sin embargo en un intento fallido por propinarle uno más, me ha esquivado hábilmente y antes de que me diera cuenta un fuerte dolor punzante me ha perforado por la costilla derecha.
- ¡¿Q..Qu…?! – Me he tocado el lugar del dolor simplemente para encontrarme con lo que temía, una mano humedecida por un espeso y rojo líquido. - ¡Tu, maldito!...
- Lo siento Yamazaki, nadie dijo que sería una pelea limpia. – Ha empuñado firmemente la brillante daga de plata cubierta de sangre sin miedo a hundirla en mí de nuevo. Lo cual no ha tardado mucho en hacer. – En serio, necesito terminar aquí contigo. No puedo dejar que sigas merodeando por allí, haciendo lo que quieres e irrumpiendo en mi plan.
- ¿S…Sabes que Rin te admira?... – Me he recargado en uno de los estantes más cercanos mientras intento detener el sangrado con mis manos. – S..Si supiera… que solo eres… un cobarde… cualquiera.
- En tiempos desesperados… - Se ha acercado a mí solo para asestarme un fuerte gancho directamente en el estómago. Haciendo el ya insoportable dolor, aún más fuerte, he escupido una bocanada de sangre mientras me desplomaba al suelo con arqueadas de agonía. –…Medidas desesperadas. – Ha sacado un pañuelo blanco para limpiar la cuchilla y posteriormente guardarla dentro de su saco. Tan rápido como el arma apareció en un inicio se desvaneció al final. Y como si se tratara de una situación casual se ha sentado a mi lado. No sin antes atar mis manos con su corbata.
- ¿V…Voy a morir… aquí? – He dicho con respiración cortada.
- Por eso no te preocupes. No dejare que pases la fría noche aquí. – Ha sacado una cajetilla y ha encendido un respectivo cigarro. – Dejar tu cadáver aquí sería más problemático que favorecedor para mí. – Ha exhalado el humo.
- ¿Lo que b…buscas es t…tan importante, como p…para deshacerte de u...una persona? – He vuelto a escupir otra bocanada, mi vista se empieza nublar, ya ni siquiera sé si el dolor es real.
- No te lo tomes personal. Sino hubieras sido tú, pudo haber sido cualquier otro. – He sentido una rabia incontrolable ante tal expresión, habla como si una vida valiera menos que la nada, sin embargo mientras yazco en el suelo he empezado a sentirme adormilado.
- Tu…
- No te molestes en gastar las pocas energías que te restan. – Ha vuelto a exhalar. – En vez de eso porque no te quedas quieto y escuchas mi respuesta a tu pregunta. – Mientras intento mantenerme despierto lo he mirado fijamente. – Para que puedas entender mi punto de vista debo contarte todo desde el inicio; y aunque generalmente no suelo hacer esto; voy a permitirte conocer el inicio de mi historia.