XXXVIII. Despertar.
Por fin todo esta listo, he preparado el “almuerzo-cena”, lo he adornado de la mejor manera, he colocado la nota en él, me he puesto mi mejor prenda y he sobrevivido a mi constante pensamiento de retractarme y echarme hacia atrás en todo momento.
- Me voy, entonces. – Me he tragado el miedo pues no he llegado hasta tal punto por nada.
- Buena suerte! – Le he devuelto el gesto y he partido.
He caminado entre las calles algo solitarias con solo las amarillentas luces de los faros iluminándolas, mientras sostengo con ambas manos el almuerzo, como si se tratara de la reliquia más importante en todo el mundo. Cientos de cosas han vuelto a rondar por mi cabeza, he incluso he pensado en una de ellas en merodear por las callecillas durante un par de horas y regresar a casa con la excusa de haberme perdido. A pesar de todo he continuado caminando inconscientemente con la cabeza alborotada hasta que un familiar y relajante sonido ha roto toda la tensión en mí.
El sonido de las olas rompiendo contra la orilla. Ese sonido me ha traído un fuerte aroma a nostalgia, me ha recordado un conjunto de recuerdos con Rin, cosa que me ha acobardado y dado valor a la vez. Mientras enfrentaba a mis contradicciones internas, he visualizado un risco cercano un poco escondido del cual se puede ver una vista completa del mar y de la cuidad. Sin pensarlo mucho me he dirigido hacia allí, sin perder de vista el “objetivo”.
Una vez en la cima he observado la vista más hermosa y familiar que había visto en un tiempo, el inmenso mar con un tono oscuro; debido a la noche; pero a la vez con un brillo propio que lo hace un paisaje incomparable. La humedad y el olor de la sal movido por el fuerte viento de la cima me ha golpeado directo en la cara, estremeciéndome y llamándome con su callada voz. Un sentimiento de nostalgia, al punto de derramar algunas lágrimas me ha invadido.
- Después de todo… jamás podré dejar de lado el lugar de donde provengo. – He limpiado las pocas lágrimas que he derramado listo para descender, cuando el sonido totalmente discordante del motor de un automóvil ha irrumpido en el ambiente. Lo he dejado pasar por alto dado que una carretera pasa cerca de ese lugar, sin embargo el sonido comenzó a intensificarse hasta llegar a pocos metros de mí para luego callarse en seco. He bajado tranquilamente la pendiente esperando encontrarme con un automóvil estacionado y con su conductor, el cual tal vez podría ser alguna pareja acaramelada que vino a observar con ojos románticos el mar, dado la hora en la que nos encontramos.
Sin embargo no he tenido siquiera que bajar la pendiente completa para encontrarme con el “conductor” y la horrible escena que viene subiendo hacia donde me encuentro. Me he quedado totalmente paralizado del terror.
La figura de un hombre con gabardina que sube halando por debajo de los brazos a lo que parece ser un hombre joven de cabello negro y el cual va dejando una estela de lo que se puede distinguir como sangre. Dentro de este escenario oscuro y tétrico he podido distinguir una cara familiar.
- ¿¡S…Sousuke…!? – Mis sentidos se han quedado enteramente aturdidos del miedo, sin saber qué hacer.
- Oh! Buena noches! – He reconocido a la persona que decía ese saludo con una sonrisa natural a pesar de la situación en la que estaba. El jefe de Rin. – No pensé que este lugar estuviera ocupado.
- Y…Yo… - He retrocedido unos cuantos pasos.
- Oh! Pero si es la encantadora pareja de Matsuoka, como no me di cuenta antes.
- ¿N…Na…na…se? – La casi inaudible voz en la oscuridad ha confirmado mis temores.
- Sou…! – He intentado acercarme pero me he detenido en seco. El brillo inconfundible de una daga ha resplandecido con la poca luz que nos rodea.
- Oh! Alto allí encanto. – Me ha apuntado descaradamente con la daga. – La fiesta acaba de comenzar.
- E…Eres un demente!... – Ha soltado despreocupadamente a Sousuke para abalanzarse sobre mí. Lo único que he podido hacer es correr hacia el poco tramo de cima que queda detrás de mí.
- Fin del camino… - Lo único que queda detrás de mí es un peñasco con una caída lo suficientemente alta como para perder el final en el sombrío vacío de la oscuridad. Ha lanzado su última estocada hacia mí sin miedo a fallar. Ha acertado en un blanco, sin embargo ese blanco no he sido yo.
- Así que todavía tenías fuerzas… - Frente a mi yace la opaca y ensangrentada figura de Sousuke, el cual no tiene siquiera fuerzas para mantenerse de pie y aun así, ha recibido la estocada en mi lugar. Lo he cogido por debajo de los hombros mientras se derrumbaba, sosteniendo su peso con la poca fuerza que tengo en este instante. Ensangrentando mis prendas y manos.
- H…Huye… - He podido vislumbrar sus dientes impregnados de un rojo carmesí. Haciendo estremecer todo mi cuerpo con un escalofrió.
- Vaya! Matsuoka se entristecería al ver tal escena… - Lo dice debido a que mantengo asido a Sousuke en forma de abrazo, cerca de mi pecho y sin dejarlo ir. El yace en silencio y con respiración cortada, defenderse ahora es imposible. – O conociéndolo probablemente se pondría celoso je je. – Ha guardado la daga pero se ha acercado rápidamente y sin dejar de lado la intención asesina del principio. – Bueno si así son las cosas, pueden quedarse juntos por siempre.
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– Sin sutileza ha lazando una fuerte patada directa a nosotros, difícil de esquivar y la cual fácilmente nos ha hecho caer por el abismo. Solo puedo escuchar el ahora aterrador sonido del mar tragándonos en una zambullida. Todo se convirtió en silencio después de eso.
El reloj ha marcado las 12 en punto, el único sonido que irrumpe el silencio de la habitación es el enloquecedor tic-toc del minutero. Pero aunque esta por desquiciarme, no puedo dejar de revisarlo cada 5 minutos.
- Sé que le dije a Haru que viniera en la “noche”- He vuelto a revisar el reloj. – Pero es demasiado tarde incluso para mí. – He empezado a caminar de un lado a otro, como león enjaulado. El sonido de la puerta abriéndose no ha logrado detener mi comportamiento. No me he percatado ni siquiera de quien realizaba la acción.
- ¿Interrumpo algo importante? – Tora se encuentra parado en el umbral de la puerta.
- ¡SI!
- Bueno, pues tendrás que suspenderlo por un momento. – He volteado a verlo con una mirada rabiosa. – Te llama el alto mando. – Lo ha dicho con un poco de burla.
- ¿El Jefe Zhen? – Ha asentido con pereza.
- Bien yo ya di el mensaje así que me voy.
Me parece extraño que el jefe me llame a mí, pero supongo que es obvio, dado que no se encuentra Sousuke. Me he encaminado hasta su oficina, tocando a su puerta una vez allí.
- Adelante. – Ha tardado un poco en responder.
- ¿Me buscaba Jefe? – He entrado y cerrado la puerta. La oficina se encuentra totalmente oscura, iluminada solamente por una pequeña lámpara de escritorio y con un peculiar aroma que inunda el lugar. Da un semblante lúgubre pero supongo que es normal, dado que la mayor parte del tiempo él se encuentra solo. “¿Para qué desperdiciar tanta energía en un cuarto vacío?”
- Siéntate por favor Matsuoka. – Ha señalado la silla enfrente de su escritorio, suspirando con pesar. – Debo darte una noticia desagradable.
- ¿Sucedió algo? – He sentido un vacío en el estómago.
- …. – Se ha quedado en silencio un par de minutos, como si tuviera que prepararse para hablar. –Matsuoka… Antes de continuar, ¿Ha contactado con sus “familiares” en las ultimas 3 o 4 horas?
- Sinceramente no recuerdo la hora exacta, pero supongo que… ¿No? – Estoy seguro de que hable con Gou y con Haru “recientemente” pero no el momento exacto.
- Entonces supongo que lo que estoy a punto de decirle va a ser más sorpresivo y... difícil. – La incertidumbre se vuelve cada vez fuerte. - Matsuoka me temo que el Comandante Yamazaki y el joven Nanase... se han fugado. – He sentido como si uh balde de agua helada me hubiera caído encima y aun así solo siento incredulidad.
- Debe estar bromeando… ¿Cierto? Je…je… - He soltado una risa nerviosa.
- Lo lamento mucho Matsuoka… Pero me temo que no. – Me he levantado violentamente de la silla estrellando mis manos contra el escritorio con desesperación.
- ¡¿Cómo esta tan seguro?! – Me ha tomado de los hombros como señal para que volviera a sentarme.
- Los vi Matsuoka… Mientras manejaba por la carretera cercana a la playa, reconocí las caras de ambos, ellos estaban en la arena dándose un “afectuoso” abrazo. Si es que me entiendes. – Me siento totalmente sin fuerzas. – Seguido de eso subieron a un vehículo y desaparecieron en la oscuridad de la noche. Por lo que pude observar; ninguno tenía la intención de “regresar”… puedo deducir que no veremos a ninguno de los dos por aquí en algún tiempo.
- ¿Por qué me dice esto?... – Lo he dicho con un tono un poco iracundo y dolido.
- Yamazaki es mi subordinado y este tipo de acciones pueden ser consideras como abuso de confianza e incluso traición. – Lo he mirado con recelo. – Parece que todavía no puedes creerme. – Ha sacado un celular de su saco. – Compruébalo por ti mismo. – Me ha dado el celular, listo para marcar. He oprimido los dígitos del número de casa hasta poder oír el sonido de alguien levantando la bocina del otro lado, dentro de mi he deseado intensamente que la voz que contestara fuera la de Haru.
- ¿Hola?
- ¿G…Gou? – Me he ahogado con mis propias palabras.
- ¡¿Rin?! Oh! Cielos! Ya lo sabes. – He oído su tono emocionado y por alguna razón eso me ha enfadado y confundido.
- ¡NO! No sé de qué hablas… Por favor pon a Haruka al teléfono… - Puedo escuchar como mi tomo empieza a intensificarse con cada palabra que doy.
- ¿A… A Haru? ¿N…No está contigo? – He escuchado el brusco cambio en su tono.
- ¿No es obvio? – Estoy comenzando a desesperarme.
- N...No está aquí, se marchó ya hace bastante…pensé que se encontraba contigo y que por eso se había olvidado de la hora… No quería interrumpirlos…
- ¡Pues debiste hacerlo Gou! – He alejado el auricular de mi oído y escuchado como la voz de Gou se alejaba.
- ¡Rin! ¡Espera! ¡No cuelgues! ¿¡S…Sucedió algo!?...Ri… – He colgado sin querer escuchar una palabra más. Me he dejado caer con pesar sobre mi asiento.
- N…No puedo creer que esto…e…este pasando… - He puesto mi mano sobre mi rostro intentado no sollozar. Siento como si me hubieran apuñalado el corazón cien veces.
- Lamento mucho ser el portador de estas noticias Matsuoka… - Se ha levantado de su asiento para mirar por la ventana. – Puedes terminar tu turno aquí si lo deseas.
- Creo que le tomare la palabra… - Esta noche resulto ser más larga de lo que pensé.
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~Flashback~
- Buenas noches, Dr. Tachibana. – La joven chica se ha alejado mientras se despedida.
- Buenas Noches. – He devuelto la despedida, para luego dar un largo lago suspiro. – Ah! – He estirado los músculos cansadamente. – Ha sido un día largo, lo bueno es que ella era mi última paciente.
Después de nadar un tramo no demasiado largo he llegado a casa, simplemente para desplomarme en el sillón más cercano. Hoy extrañamente me siento más cansado que usualmente; además últimamente he estado pensando en Haru más de lo normal. Tal vez sea por “aquella” noticia que no deja de darme vueltas por la mente.
- ¿Un bebe de mar y tierra? ¿Eh? * – Por estas fechas Haru ya debería estar por “cumplir” tres meses.** - Ha sucedido muy rápido. – Me levantado de mi lugar para buscar y mirar aquella perla de aspecto similar*** a la que le entregue a Haru. La he mirado con un poco de nostalgia. – Aunque se la di para comunicarse, no lo ha hecho más que un par de veces. – Me he percatado de que Haru y yo cada vez nos distanciamos más, para ser sincero me siento un poco excluido de su vida.
Mientras observaba la diminuta y brillante gema con melancolía; esta se ha quebrado lentamente en dos. Un mal augurio sin dudarlo y el cual me ha dado un escalofrió por todo el cuerpo.
- E…Esto no… - Ambas perla son prácticamente la misma pieza, si una se rompe o daña; la otra también lo hará. - ¡Oh no!... ¡Haru! – He salido nadando lo más rápidamente posible para llegar a la orilla más cercana de la playa.
~Fin del Flashback~
Un ligero rayo de luz ha tocado mi rostro, puedo sentir su calidez en mi piel y su brillo lastimándome ligeramente en los parpados. Con dificultad he empezado a abrir los ojos, el tenue centelleo del Sol lo hace más difícil. Pude escuchar una difusa voz en la lejanía, pronunciando imprecisas palabras que no entiendo.
- …ru…Ha…aru…Haru…. – Las palabras se han empezado a formar lentamente en mis oídos. - ¡Haru! ¡Haru! – La voz que grita me parece mas que familiar.
-¿ M…Ma…koto? – Tengo la boca seca y las palabras se me “rompen”.
- Haru… - Ha puesto una mueca de alegría y tristeza. Como si estuviera a punto de reír pero está sollozando. – Despertaste… al fin…
- ¿Despertar…? – Me he levantado de golpe de donde estoy recostado. Como si alguien me hubiera inyectado adrenalina, los recuerdos han empezado a fluir en mí. He empezado a percatarme de todo a mí alrededor. Ya no estoy en tierra firme sino en mi hogar en mar, no estoy con Rin sino con Makoto y no estoy con… - ¡Sousuke! – He querido salir de golpe de donde estoy ahora; pero siniestras imágenes han saltado de golpe en mi memoria. Un Sousuke empapado en sangre y ambos cayendo de un acantilado. Me he quedado petrificado en mi lugar, escondiendo mi rostro entre mis manos temblorosas, casi al borde del sollozo.
- No sé qué sucedió… Pero me alegra que despertaras. – Makoto me ha dado un fuerte y cálido abrazo. El cual me ha ayudado a reincorporarme. Hemos estado así un par de minutos hasta que me he sentido con fuerza para alejarme de su agarre y comenzar a preguntar.
- ¿Qué sucedió Makoto?... ¿Cómo llegue aquí?... ¿Dónde está Sou… el muchacho de cabello negro y ojos cian que estaba conmigo?... – He aturdido a Makoto con todas las preguntas que pasaban por mi cabeza.
- T…Tranquilo Haru… - Ha puesto sus manos en mis hombros. – Te explicare todo a su debido momento, pero creo que lo importante es tu “amigo”. – Me ha ayudado a levantarme. – Esta en la otra habitación. Nos hemos dirigido lentamente ya que estoy un poco mareado, sin decir que he pasado tanto tiempo caminando en dos piernas; que nadar con una aleta me parece ahora completamente inverosímil y extraño. Hemos entrado a la habitación en donde me he encontrado con la insólita escena de Sousuke recostado, lleno de vendajes de pies a cabeza y debajo del mar. ¡DEBAJO DEL MAR!
- ¡MAKOTO! - Me he apresurado hacia Sousuke. – ¡VA A AHOGARSE! !EL ES HUMANO! MAKO…
- ¡Tranquilo Haru!... Mira su cuello. – Me he acercado a donde ha señalado. Un pequeño y hermoso frasco en forma de collar, lleno de arena blanca y brillante cuelga de su cuello. Un collar muy parecido al mío. Inconscientemente he llevado mi mano al cuello buscando el propio, para percatarme que no lo tengo.
- ¡¿Mi collar?! ¡No esta Makoto!
- Es porque el que cuelga de su cuello es el tuyo.
- ¡¿Qué?!
- El collar da a los seres marinos la capacidad de ir a tierra firme cuando tiene agua de mar en su interior, por el contrario si este se llena con arena da la capacidad de ir a lugares oceánicos a seres terrestres.
-Oh! Vaya lógica… - He dicho sarcásticamente. – Entonces eso significa que… - Me he apresurado a retirar la manta que cubre a Sousuke para percatarme si tiene aleta o piernas. Asombrosamente ha conservado sus piernas. He mirado a Makoto con duda esperando su explicación.
- Conservó sus piernas debido a que los humanos ya tiene teóricamente la capacidad para ir al océano y lugares marítimos.
- Nosotros también tenemos “teóricamente” la capacidad para ir a tierra. Podemos respirar en tierra firme pero los humanos no pueden respirar en agua. – He rebatido.
- Tienes razón, pero los humanos pueden nadar en agua; a excepción de nosotros que no podemos caminar en tierra. – He fruncido el ceño débilmente. – Por lo tanto el collar le ha otorgado la “capacidad faltante” para adaptarse a nuestro ambiente. En este caso seria “respiración branquial” o la capacidad para no ahogarse debajo del agua.
- ¡Vaya lógica! – He vuelto a decir. Mientras reacomodaba la manta que cubre a Sousuke me he percatado de todos los vendajes y remedios que Makoto le ha puesto, no puedo creer que en ese estado me haya defendido. Y no puedo creer que Makoto nos haya traído. He soltado un ligera risa mientras pensaba en la situación.
- ¿De qué te ríes?
- De ti… Recuerdo que la vez que rescate a ese niño de ahogarse (*) tu perdiste los estribos y no dejaste de sermonearme sobre “Que hubiera pasado si me hubieran atrapado o visto los humanos” y mírate ahora. No solo rescataste a un humano de ahogarse; sino que lo curaste y lo trajiste a tu hogar.
- ¡Es diferente! – Ha hecho una mueca de pánico, sabiendo que tengo razón. - ¡Tu conocías a este humano! y yo… yo… tuve la ocasión de conocerlo también en tierra firme… - Se ha ruborizado ligeramente.
- Claro. – Ha habido un silencio momentáneo. – Ejemh… Su nombre es Sousuke… Por si quieres saberlo je je je…- No ha podido evitar sonrojarse como una manzana y aunque he querido soltar una carcajada lo he evitado, no es el mejor momento para que esté haciendo bromas. Me he sentado en una silla que había dentro de la habitación. Makoto se ha acercado a Sousuke a revisar sus signos vitales, aplicar algún tipo de medicamente que no entiendo y cambiar una que otro vendaje. Mientras observaba atentamente los procedimientos que realizaba Makoto; mi mente ha empezado a divagar y debido a la reciente mención del infante que salve hace más de 10 años comencé a pensar que habrá sido de ese niño; si hago las cuentas correctamente ese niño actualmente tendría entre 24 y 25 años;* seria de la edad de Rin. Me he percatado de algo repentinamente. – Oye, Makoto.
- ¿Qué sucede?
- Hablando del niño que rescate, ¿Recuerdas como era? Hablando físicamente. – Ha empezado a recordar.
– Pues… no lo recuerdo perfectamente pero era pelirrojo y tenía la peculiaridad de tener los dientes bastante afilados; casi como un alevín de tiburón. – Me he quedado prácticamente inmóvil ante tal respuesta, sin embargo he soltado una risa; que si bien no fue una carcajada; fue lo bastante estridente para hacer que Makoto me lanzara una mirada como si creyera que me he vuelto loco. - ¿Q…Que sucede?
- Ja ja ja… ¿Cómo no lo notamos antes Makoto? – Me ha mirado con desconcierto. – ¡¡Era Rin!! ¡¡El pequeño de aquella vez era Rin!! Somos unos tontos je je… – Makoto se ha sorprendido de tal “descubrimiento”, pero mientras me reía de lo despistados que fuimos; me he encorvado solo para empezar a sollozar sin razón alguna; sentía como si no fuera a ver a Rin en mucho tiempo. Supongo que es un efecto de todo lo que ha pasado hasta ahora.
- ¡…Ah…aah…cou…! – Inesperadamente Sousuke ha empezado a despertar. Makoto y yo nos hemos acercado. Lentamente ha empezado a abrir los ojos y finalmente ha pronunciado unas palabras. - ¿D…Donde…es…estoy?