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Medusas de Tierra. por Stemik

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Notas del capitulo:

Hola chicas y chicos, se que me tome mi tiempo en volver a subir este capitulo, pero bueno… al fin está aquí. Disfrútenlo :D

XXXIX. Encuentros y Despedidas.

 

Totalmente agitado física y mentalmente, he llegado a casa. Gou ha salido a mi encuentro con cara de preocupación; pero la he ignorado completamente. No estoy de humor ni con el ánimo suficiente para dar explicaciones. Sin prestarle atención a nada a mí alrededor, he entrado a mi habitación, cerrado con llave y desplomado en mi cama.

 

Gou se encuentra gritando agitadamente del otro lado, pero simplemente he colocado la almohada encima de mi cabeza, intentando no tomar en cuenta nada. Al poco tiempo he caído dormido.

 

El tiempo ha pasado inclemente, sin esperar ni detener nada ni nadie. Finalmente la mañana ha llegado y con ella he despertado lentamente. No se oye ni un ruido en la casa; lo cual me ha preocupado un poco; sin embargo me he tomado mi tiempo para despertar percatándome de que ni siquiera tuve la desfachatez de cambiarme de ropa al llegar ayer. El mismo uniforme de ayer me asedia hoy. 

 

He abierto el cerrojo de la puerta, pero he percibido cierto peso detrás de la ella.

 

- ¿Pasaste toda la noche aquí? – Gou se encuentra recargada en la parte baja de la puerta, abrazando sus piernas y con la cabeza gacha.

 

- ¿Y que si lo hice? – Su voz se oye afónica.

 

- Terminaras enfermándote… - He intentado enderezarla, pero se ha zafado violentamente de mi agarre. – No seas obstinada.

 

- ¡¿Cómo puedes estar tan tranquilo?! – Se ha levantado de golpe; dejando ver su demacrado semblante, por lo visto no solo paso la noche aquí en el frio y gritando, sino que también estuvo sollozando.

 

-  Gou…

 

- ¡No! No quiero escuchar tus excusas… quiero escuchar lo que paso Rin… - Ha empezado a sollozar mientras tenía la intensión de golpearme.

 

- Te contare todo después de que vayas a ponerte algo más cálido. – Sin decir más he bajado a la estancia.

 

Después de unos minutos de espera, Gou ha bajado vistiendo algo mas cálido como le he dicho. Le he servido un café recién hecho y nos hemos sentado en dos sillas; las cuales quedan en caras opuestas.

 

Armándome de valor y bebiendo la amarga taza de café que sostengo; he comenzado a contarle detenidamente todo lo que paso. Sin embargo su semblante de incredulidad no cambio durante toda la historia.

 

- ¡Rin! ¿Cómo puedes creer esas estupideces? ¡¿Acaso no confías más en Haru y en Sousuke?!

 

- ¡Mira lo que sucedió por confiar en ellos!

 

- ¡No es cierto! Simplemente te quieren engañar y confundir…

 

- Gou…

 

- ¡No Rin! Yo conozco a ambos y estoy seguro de que no harían eso…

 

- Gou…

 

- A….Además Haru tenía algo muy importante que decirte…

 

- ¡Gou!... basta…

 

- E…El… - Ha empezado a sollozar.

 

- ¡GOU! ¡YA BASTA! – La he tomado de los brazos y la he zarandeado fuertemente. Intentado que entrara en razón.

 

- ¡NO! ¡Tú no entiendes Rin! – Ha empezado a halar intentando soltarse de mi agarre. - ¡Haru estaba esperando un hijo tuyo! ¡¿Por qué se le ocurriría huir con otro sabiendo eso?! – Me he quedado inmóvil por un segundo, pero mi ira es más fuerte que mi cordura en este momento.

 

- ¡Tal vez no era mío! ¡Y por eso decidió huir! ¡Simplemente te engaño con una mentira muy bien preparada! – Si eso es cierto ¿Por qué nunca lo menciono?

 

- ¡Cállate! ¡Cállate! Calla… - Ha comenzado a llorar desconsoladamente, negando con la cabeza agitadamente. – E…Eso… no es cierto… El t… te amaba… - Se ha dejado caer en su asiento amargamente. Cubriéndose la cara y derramando un hilo de lágrimas.

 

- Lo lamento Gou… - He tomado unos documentos que había puesto encima de la mesa antes. – Además observa estos papeles… Me fueron entregados ayer por mi Jefe. En ellos dice que varios asesinatos de el “Caso del sacrifico” tienen como sospechoso a Har… - He tomado aire antes de pronunciar.-  Nanase y a Yamazaki… - Se los he entregado. – Y no importa lo que digas ahora, estos documentos son genuinos. – Yo mismo lo comprobé una y otra vez ayer en la oficina.

 

- …. – Aunque tomo los papeles, ha preferido seguir llorando que leerlos.

 

 

- Por esa misma razón he pedido una trasferencia… y partiremos en tres días a Australia…. Es lo mejor para “todos…”– Ha dejado de llorar para poner una mueca de consternación. – Sera mejor… que prepares tus cosas.

 

- No puedo creer que seas tan frio. – Me ha dado una bofetada y se ha marchado a su habitación.

 

Me he quedado un momento más en la estancia; esperando tranquilizarme. He pensado en lo que dijo Gou antes, sin embargo en este momento ya no siento nada; no siento ira o tristeza. Solo quiero olvidar todo lo que ha sucedido hasta ahora, no quiero; o más bien dicho; ya no puedo quedarme en un lugar que me recuerda tanto a él.   

 

Me he levantado de mí asiento y dirigido a mi habitación para empezar a organizar todo. Pero incluso cuando mis manos están empacando cada cosa con determinación, una parte mía desea fervientemente que Haru aparezca frente a mí y diga todo lo contrario a lo que pienso, que todo es mentira, que todo volverá a ser igual que antes, que estaremos juntos de nuevo. Sin embargo rápidamente la parte contraria me recuerda la situación actual y continua empacando.

 

Los tres días han pasado más rápido de lo que pensé y como era de esperarse Gou no me ha dirigido la palabra de nuevo, ni siquiera cuando le mencione que todos los papeles de transferencia de su colegio estaban hechos. Solo se limitó a asentar con la cabeza.

 

La mayoría de los muebles de la casa se han quedado cubiertos con una tela protectora  y solo una minoría ha sido enviada a Australia. He dado un último recorrido por la casa antes de partir al aeropuerto, viendo todo lo que me rodea con melancolía.

 

- Supongo que este es el momento en el que digo “adiós” – Me he detenido frente a la puerta de la casa y cerrado la misma. Mientras caminaba alejándome he dado un largo suspiro. – Adiós… Haru.

 

 

 

---------------------

 

 

 

 

 

- ¿D…Donde…es…estoy?... – He empezado a abrir los ojos lentamente pero ni siquiera he llegado a la mitad cuando he dado un grito de dolor. – AH!! – Me duele todo el cuerpo, desde la cabeza a los pies y desde la medula hasta la piel. He intentado girarme un poco e intentar tentar los lugares en donde siento dolor, sin embargo ha sido imposible. La desesperación estaba a punto de acorralarme pero una cálida mano ha tomado la mía.

 

- E…Espera… No debes moverte tan bruscamente… Harás que se habrá tus heridas. – Un ángel de cabello pardo y ojos oliva me ha hablado con una calmada y dulce voz.

 

- …Ángel…– Me he quedado absorto en su mirada.- ¿Estoy muerto?

 

- ¡N..No!... – Ha desviado la mirada con un ligero pero notable rubor. Ha soltado mi mano para indicarme que me mantuviera recostado. - Pero estás muy mal herido. No creo que sea conveniente que hagas movimientos bruscos.

 

- …Si… - Sigo mirándolo perdidamente como un idiota. Sin embargo de nuevo un fuerte dolor me ha sacado del trance, eso me ha ayudado a “despertar” un poco y darme cuenta de lo que me rodea. Un amplio cuarto de color blanco, una amplia  ventana de cristal cubiertas con cortinas de un tono suave, una puerta también de cristal que da hacia un balcón, el ángel revisando mis heridas y junto él; Nanase observándome con una mueca combinada de alivio, gracia y tristeza. - ¡¿Nanase?! – He soltado un tosido provocado por la fuerza del grito.

 

- Que bueno que despertaste… – Se encuentra sentado en una silla cercana a la cama.

 

-¡Sí! También es un alivio verte en una pieza….  – No sería raro que se hubiera herido por caer de un aca… - ¡Acantilado! – Mi  cabeza por fin ha empezado a pensar con detenimiento y lógica.  - ¿Cómo es que sobrevivimos? ¿Qué es este lugar? Yo… - Un pececillo de colores ha  entrado por la ventana y cruzado frente a mí como si nada. Sin embargo ni Nanase ni el ángel se han inmutado. – ¿U…Un…pez…? – He girado a verlos con desconcierto, pero para mi sorpresa y susto he notado que mi ángel y Nanase tiene una larga aleta debajo de sus dorsos; con vivos y brillantes colores, escamas que brillan metálicamente con el reflejo de la luz y que se mueven sutilmente a la espera de movimiento; sin mencionar, que gracias a todas estas escenas me he percatado que estoy respirando debajo del agua. He dado un largo suspiro. – Lo sabía. Esto muerto. – He tomado la mano de mi ángel ignorando el dolor. – Dime mi ángel ¿Cómo morí? ¿Desangrado, ahogado o de un paro cardiorrespiratorio?

 

 -M…¿…An...gel?...Y…Yo … - Se ha puesto más rojo que una manzana. Dentro de toda esta escena he sentido un manotazo que me hizo soltar su mano bruscamente,

 

- Eso es acoso “comandante”… - Mi ángel se ha ido corriendo; o más bien dicho nadando rápidamente de la habitación.  – Parece que ya te sientes mejor….

 

- ¿Entonces no estoy muerto? – Me siento un poco decepcionado, porque él se fue.

 

- No. Pero estas extremadamente débil y si no hubiera sido por Makoto, los dos lo estaríamos.

 

-  Así que se llama Makoto… - Lo he dicho en voz baja. Sin embargo la mirada un tanto amenazante de Nanase me ha hecho  concentrarme de nuevo en el tema y en lo que sucede.- ¿Entonces?

 

-¿Entonces qué?... Estamos vivos de milagro.

 

- Ejehm… ¿No olvidas algo?. – He mirado a su aleta.

 

 

 

- Es una historia larga, porque mejor no la omitimos. – He puesto un rostro que decía un amplio “no”. – De acuerdo pero entonces tu deberás contarme como terminaste así. – He asentido. – De acuerdo, iré por Makoto, él también es parte de esto.

 

Unos momentos han pasado hasta que Makoto ha aparecido, parece un poco incómodo pero eso no ha impedido el objetivo. Nanase ha empezado por contar su historia, desde cómo conoció a Rin hasta porque se encontraba en el acantilado aquella noche. Supongo que salto los detalles más “privados”.

 

- Sí que me la han jugado esta vez. Mientras confiaba plenamente en que Rin cumplía con sus tareas él estaba coqueteando contigo. – He sentido unas uñas clavándose en una de las heridas de mis piernas, causando me un dolor que he intentado no expresar, pero estoy gritando internamente.

 

- ¿Continuamos? - Parece que no le ha gustado mi comentario a Nanase.

 

Esta vez se ha detenido a explicarme detalladamente junto con Makoto todo el embrollo de las Ondinas, aquellas que iban a tierra y tenían hijos con humanos, como de ser una raza “alabada” se volvieron una “especie en peligro de extinción”, un poco sobre sus habilidades, su relación con los humanos antigua y actualmente, la importancia de la pureza en la sangre en la sociedad en que viven, el hecho de como él fue capaz de ir a Tierra y como yo soy capaz de respirar bajo agua; entre otras cosas. *

 

- Entonces dices que este collar es un tipo de “artefacto mágico” que nos permite ir a mar o tierra dependiendo? – Ha asentido. – Tú y Makoto siempre han sido estas… “criaturas”. – Han asentido juntos. – Pero tú te enamoraste de Rin, fuiste a la superficie a vivir con él, pero actualmente regresaste al mar debido al incidente de anoche… - Ha asentido otra vez. – Mierda. Que complicada es esta situación.

 

- Lo sé, por eso debo regresar pronto. Pero no puedo dejarte solo con Makoto – Me ha dado una mirada insinuante, sabiendo a que se refería. – Makoto ya ha hecho mucho por mí, por nosotros. No puedo darle más problemas.

 

- De acuerdo. Te devolveré el collar cuando vayamos a tierra firme, así podrás buscar a Rin y yo podre al desgraciado que me hizo esto.

 

- No te preocupes por eso, no lo utilizare por mucho tiempo… - Ha hecho un pausa. – ¿Recuerdas que mencione en la historia de hace un momento que las Ondinas tenían hijos con humanos?

 

- Si, lo mencionaste. – Se ha aclarado la garganta.

 

- Ellas tenían el poder de ir a tierra firme sin necesidad de artefactos como ese. – Ha hecho una pequeña seña al collar.- Tenían el poder de transformarse sin problema alguno, porque ellas amaban el mar y tierra por igual. Amaban a las criaturas que habitaban ambos orbes sin importar su origen. Ellas eran un puente entre mundos, sin embargo después de aquel terrible  suceso donde cientas de ellas y sus descendientes fueron cazados para obtener poder; ese lazo se rompió; y las pocas que quedaron terminaron por ser solo la sombra de lo que fueron aquellos días. Aunque seguían siendo “superiores” a las sirenas comunes, perdieron muchas de sus habilidades; entre ellas la de convertirse en humano.

 

- Pero porque me cuent… - Me ha mirado en señal de que todavía no había terminado con el relato.

 

- O al menos eso creyeron… - Ha dado un suspiro largo y melancólico. – Un lazo tan fuerte como el que ellas tenían con ambos mundos no pudo haber desaparecido tan fácilmente; más bien dicho  no desapareció sino que se “adapto” a las nuevas situaciones en las que ahora vivían las Ondinas. Y con el paso de las décadas descubrieron que todas aquellas habilidades que ya creían perdidas todavía seguían vivas dentro de ellas. Sin embargo esta vez existían condiciones para usarlas. Sucedieron muchas cosas antes de descubrir cuál era la condición específica para cada habilidad y aun actualmente no se sabe la de muchas. No obstante no tardaron mucho en descubrir la condición para obtener una vez más la capacidad de ir a Tierra firme sin la necesidad de un “artefacto especial” ¿Tienes alguna idea de cuál fue la condición? – He negado con la cabeza. – Es la condición más irónica de todas je je je. – Ha dejado escapar una risa leve. – Tener un hijo con un humano. – Makoto y yo nos hemos quedado inmóviles, al parecer es un dato nuevo para él. – Es demasiado irónico como la principal causa de separarse completamente de los humanos, ir al declive y perder esa habilidad, sea mezclarse con ellos para obtenerla de nuevo. – Ha habido un silencio por parte de Nanase. – Supongo que es un recordatorio de que no importa cuánto tiempo pase; siempre vamos a regresar al principio. Somos de ambos mundos y a la vez de ninguno.- Ha vuelto a suspirar exhausto. – Espero que entiendas porque te conté esto. – He estado a punto de negarlo, pero entonces mi cabeza ha conectado todas las historias rápidamente; llegando a una conclusión inesperada.

 

- Entonces tú y Rin… - Ha afirmado un poco avergonzado. – Oh… - Me he tocado la cabeza, siento que está a punto de estallar con tanta información. –Supongo que no lo sabe. – Me ha dado la razón. – Si, era más que obvio. Si lo supiera habría estado al menos una semana con una sonrisa de idiota, pavoneándose de lo lindo que es su pareja, de lo mucho que se aman y de lo perfecto que será su futuro bebe. Sin decir que probablemente faltaría más de lo que ya lo hace para estar contigo. – Mientras mencionaba todo lo que hubiera sucedido si lo supiera; he notado que Nanase ha empezado a llorar amargamente. - ¿Por qué nunca se lo dijiste, si te duele tanto?

 

- Por cobarde e imbécil… Y ahora será más difícil decírselo.

 

- Creo que será al contrario, tendrás más valor, porque has experimentado más cosas. – Makoto por fin ha hablado desde que la historia comenzó. Supongo que esa es la forma de darle ánimos.

 

- Gracias. – Se ha limpiado las lágrimas con un pañuelo que Makoto le ha ofrecido. Ha continuado después de recobrar un poco la compostura. – Entonces es tu turno para contar tu historia.

 

- De acuerdo… Aunque no puedo prometer que sea tan interesante y profunda como la tuya. –Makoto ha soltado una risilla, eso me ha dado más ánimos para contar mi parte.

 

He comenzado por contarle como hace un par de años un crimen atroz sucedió en Iwatobi, como Rin llego a investigar el caso y como quedo en un punto muerto. Continué contando como sucedían más crímenes pero no había más pistas, como el tiempo paso y “capturamos” a Tora. Relate explícitamente como Rin y yo encontramos fallas  y “huecos” en varias pruebas, papeles faltantes que parecían haber sido escondidos.

 

 Me he limitado a resumir las partes que el ya conocía como la parte de la fiesta **y asombrosamente me ha revelado  el encuentro que tuvo con mi ex jefe.*** He terminado relatando vagamente como decidí ir a buscar unos documentos faltantes; y probablemente importantes para la investigación; mi encuentro con Zhen cuando descubrí que era parte de los asesinatos y la paliza que casi acabo conmigo.

 

Como débil y desangrado se deshizo de mí de una forma casi perfecta, evitando las miradas curiosas de la gente de la oficina y civiles, y que finalmente termino arrastrando a Nanase a todo este embrollo.

 

- Pero no importa cuánto me tarde voy a hacer que ese maldito page por todo. – He rechinado los dientes.

 

- Sin embargo creo que lo mejor para los dos, sobre todo para ti. – Makoto me ha lanzado una mirada preocupada. – Es permanecer aquí por un tiempo, una semana no es suficiente para sanar esas heridas.

 

- Pero si lo suficiente para ponerme en pie e ir a tierra.

 

- Si dices que vas por un tipo tan peligroso, sería mejor que fueras completamente recuperado.

 

- Pero…

 

- Esta bien Sousuke. – Nanase me ha interrumpido, además de ser una de las pocas veces que me ha llamado por mi nombre. – Sera mejor que te recuperes al menos un 50% de tu ser, eres más útil para todos fuerte y preparado; que enfermo y débil. Si ya he esperado hasta hoy, puedo esperar un poco más.

 

- De acuerdo. – He suspirado. – Que así sea entonces. Iremos a Tierra firme tan pronto este mejor.

Notas finales:

Ah! Pero que hijo de fruta es Rin... una persona no puede darle calabazas porque ya se quiere ir a Australia… ni aguanta nada ¬¬ xD.

Pero eso si, Sousuke de aprovechado! Es ahora o nunca hahaha.

Bueno muchachos la verdad esta fue una actualización bastante rápida, así que si sienten que tiene poca descripción ya saben porque :D Sin embargo nunca me olvido.

Nos leemos pronto :D

 

Anotaciones:
(otra vez puras referencias a episodios pasado)

*Capitulo 2

**Capitulo 35

*** Capitulo 36


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