XL. Llave.
Sabía que Sousuke estaba lo suficientemente herido para que no se recuperase en una semana, pero ya han pasado CUATRO; y aunque se encuentra mejor, no parece tener la intención de regresar a tierra firme, prefiere pasar… corrección, se PASAN coqueteándose Makoto y Sousuke.
Esto está empezando a molestarme, sin mencionar que un par de días atrás he cumplido 4 meses de gravidez y un pequeño pero abultado vientre ha “aparecido” en mí, lo suficientemente visible para verse a través de una capa de ropa “espesa”. Estoy seguro que si Gou pudiera verme estaría emocionada completamente.
- Ah… - He sentido como si fuera a llorar solo de recordar, sin embargo he visto a Makoto y Sousuke coqueteando descaradamente. He sentido como si algo estuviera a punto de romperse en mí; furiosamente me he levantado de donde estaba y le he dado un coletazo a ambos, sacándolos de su mundo de ensueños.
- AH! – Sousuke ha soltado un gemido de dolor. Al parecer todavía tiene “secuelas” de las heridas.
- HARU! – Makoto ha ido apresurada y preocupadamente a verificar el estado de Sousuke. – Haru!, Sousuke todavía no esta tan fuerte como para ser capaz de soportar esos golpes!
- Pues dejen de hacer eso que siempre hacen en frente de mí. – Makoto se ha sonrojado sabiendo a que me refería. – ¡Y tú! – He observado a Sousuke amenazantemente. – ¡Apresúrate a mejorar! ¡Ya han pasado CUATRO semanas! Y lo único que has estado haciendo es cortejar a Makoto!
- ¡H…Haru! Eso no es cierto… - Makoto se ha puesto como tomate.
- ¡Si es cierto! – He tomado aire para tranquilizarme. – Además… ¿no puedes darle alguna de tus “milagrosas” medicinas de las cuales tanto se jactan tus pacientes? ¿Aquellas que con un sorbo pueden curar cualquier mal?
- Ahora que lo mencionas… - Se ha dirigido a un estante para sacar una pequeña botella con un líquido azul. – Esta medicina podría mejorar notablemente la salud de Sous… Yamazaki. – Se ha avergonzado, como si yo no supiera lo que se traen entre ellos.
- ¡¿Por qué no la mostraste antes?!
- Porque además de ser bastante tardada de hacer, con las heridas que tenía Sousuke. – Parece que se le ha olvidado la formalidad de antes. – Esto solo habría sido un calmante, no hubiera funcionado como debe.
- ¡Bien pues qué esperas! ¡Dásela! – He comenzado a desesperar. Se la ha entregado lista para beber, casi me ha parecido extraño que no se la diera con un beso. Y creo que Makoto se ha percatado de lo que estaba pensando pues ha desviado la vista ruborizado. Sin miedo o duda; Sousuke la ha bebido completamente.
- ¿Y bien? ¿Te sientes más “sano”? – He indagado.
- Haru… El efecto no es inmediato, tomara su tiempo.- Ha suspirado. –Tampoco es como si se fuera a recuperar de golpe.
- Debería.
- En fin, supongo que con esto serás capaz de ir a la superficie sin “lastimarte de más”. – Le ha dicho a Sousuke.
- Confió en tus medicinas. – Le ha lanzado una mirada amorosa a Makoto a lo que le he respondido con un pequeño “hincapié” en la pierna.
- ¡Entonces apresurémonos! ¡Pueden coquetear el tiempo que quieran después!. – He ido apresuradamente a prepararme sin quedarme a esperar su reacción.
Sousuke también se ha preparado, Makoto le ha dado un último chequeo y de paso también a mí. Sousuke ha pensado un sencillo plan el cual es encontrar a Rin y explicarle las cosas, después de eso actuará “Con forme a la situación”… sin duda un plan que se esperaría de un “comandante con experiencia”… Intentare no mencionárselo…nunca.
Makoto se ha despedido de nosotros, pero parece que le entristece más la partida de Sousuke que la mía. Me molesta un poco dado que lleva conociéndolo menos de un mes, sin embargo, creo que hasta cierto punto; yo me comporto igual cuando estoy con Rin.
- Si sucede algo no duden en regresar.
- Si lo se Makoto.
- Eso también va para ti, Sousuke. – Se lo ha dicho un poco apenado, pero él ha asentido feliz.
- Sí. Sí, no es como si fuéramos a la guerra. – He tomado a Sousuke por el brazo para ayudarlo a nadar. – Antes de que te percates ya estaremos de regreso. – Después de una corta despedida, hemos comenzado a nadar para acercarnos a la costa y luego subir a la superficie.
El camino de ida no es tan largo como lo parece, ni si quiera toma una hora llegar, sin embargo siento que una eternidad pasa cada segundo que avanzamos y siento aún más pesar por traer un “peso muerto” a mis espaldas.
- ¡Date prisa!
- ¡Espera! – Sousuke se encuentra exhausto. – No puedo nadar tan velozmente como tú, ni si quiera puedo nadar tan rápido como Rin suele hacerlo. ¡Tienes que entender que yo no tengo una aleta!
- ¿Por qué mencionas a Rin? – Se ha queda suspendido en el agua mientras usa mi aleta como barra de apoyo.
- N…Nunca… te lo… menciono? – Ha entrecortado las palabras ya que intenta recuperar el aliento, mientras tanto, he negado con la cabeza. – Bueno, en algún momento estuvo entre las listas de selección para convertirse en nadador profesional.
- ¿Y porque no lo hizo? – He sentido curiosidad.
- Según sus palabras; después de cierto punto se sentía “atascado”. – Me he quedado pensando. – Además cuando era pequeño casi se ahoga, sin embargo él dice que eso no tiene nada que ver. – He recordado aquella vez. – Tal vez simplemente sentía que algo faltaba, así que lo dejo y estudio otra cosa. – Finalmente Sousuke se ha erguido para continuar.
- Hubiera sido lindo verlo nadar… - He soltado como un suspiro, pero me he enfocado en lo importante una vez mas. – Apresurémonos.
- Si, pero ve con más calma. – He asentido.
Después de un buen tramo he visto la costa cerca; por lo tanto hemos comenzado a ascender y entrar en la playa.
- Toma. – Ha estado a punto de darme el collar.
- Espera a que salgas completamente del agua, si te lo quitas antes; saldrás todo empapado.
- Oh… - A acatado mis órdenes y me lo ha entregado justo después de que estuvo completamente fuera, le he pedido que vigilara que no hubiera nadie cerca. Después de cerciorarse me lo he puesto rápidamente, mi cola ha desaparecido dejando paso a mis dos piernas. Y esta vez no cometí el mismo error de las veces pasadas, he traído un par de prendas a mi medida. No puedo dejar se Sousuke me vea “así”. Si fuera Makoto, la historia sería diferente. – Así que así es como se ve cuando una sirena se transforma en humano. – No parece sorprendido.
- Ondina. Soy una Ondina, no estoy seguro de que las sirenas “comunes” se vean así al transformarse. – He recalcado. – ¿Además… porque no luces sorprendido? No es como si vieras algo similar todos los días. – He corrido detrás de unas grandes rocas; cuando Sousuke desvió la mirada; para comenzar a cambiarme.
- Después de todo lo que me ha ocurrido estas últimas y de vivir con ustedes, siento que todo lo “fuera de lo común” tiene su grado de normalidad.
- En resumen, quieres decir que perdiste la capacidad para asombrarte.
- Je je je… no tan extremo, pero si tiene algo que ver.
- Bien, termine! – Le he mostrado mi ropa; un conjunto bastante a la moda que Rin me compro… He querido suspirar de nuevo.
- Te queda bien, ahora apresurémonos.
- Esas son mis líneas.
No hemos apresurado a llegar a la casa de Rin, evitando pasar delante la comisaria o encontrarnos con personas que nos reconocieran. No ha sido una tarea fácil, pues Iwatobi no es tan grande como parece, además de que nuestra casa queda cuesta arriba, por lo tanto hay que ser más discretos de lo habitual. Pero por fin, hemos llegado. He tocado a la puerta con un tono “moderado”; siento vívidamente los nervios en mi garganta; es como la primera vez que nos conocimos Rin y yo. Sin embargo esta vez es peor, pues aunque yo “vivo” aquí siento como si fuera un intruso.
- Parece que no hay nadie. – Ha dicho Sousuke.
- N…No puede ser… ellos… - He forcejeado con la puerta, sin éxito alguno. – Ellos jamás dejan la casa completamente sola. – He intentado observar por alguna ventana, pero las cortinas cerradas no dejan nada a la vista. He comenzado a inquietarme, esto no tiene buena pinta.
- Basta Nanase!... Pareceremos ladrones si continuamos.
- No!... Esto no puede estar pasando… - Me he desplomado con lágrimas en los ojos en frente a la puerta. - ¿P…Por que sucede esto?... – He comenzado a sollozar.
- Vamos Nanase. – Sousuke ha intentado levantarme. – Tal vez están merodeando por la ciudad, si esperamos un poco tal vez aparezcan. – He puesto mi mano en el piso para lograr ponerme de pie, sin embargo me he percatado de algo que sobresale de la alfombrilla donde estaba sentado.
- Espera! – La he levantado un poco; para encontrarme con lo que me esperaba. – Una llave… - Me he limpiado un poco las lágrimas con la manga; pues la llave tiene un pequeño mensaje escrito en ella.
- “Escaleras arriba” - Es lo que dice el pequeño papel. - ¿Sabes qué significa?
- No creo que sea un mensaje secreto Yamazaki. – Pues esta letra sin duda alguna es de Gou. – Lo que ves es lo que hay, quiere que subamos las escaleras de la casa.
- Bien pues entonces abre la puerta. – Lo he hecho y he escuchado como el seguro del cerrojo se movía internamente. Hemos entrado pero lo que hemos visto nos ha dejado helados.- Entonces de verdad no están merodeando por la ciudad… - La casa se encuentra totalmente oscura, hay menos muebles de los que había y los que quedan están cubiertos con alguna tela que los protege del desgaste. Sin duda ellos no están aquí más. He querido volver a llorar pero una voz nos has asustado a Yamazaki y a mí.
- ¡Alto ahí ladrones! – Me he quedado completamente paralizado del miedo, ¿Acaso alguien nos había descubierto? ¿Debíamos huir o obedecer lo que decía?. Mientras mi cerebro buscaba todas las posibilidades a nuestro alcance; Sousuke se ha abalanzado rápidamente sobre la persona, realizándole una llave para inmovilizarlo completamente en el suelo. Por un momento olvide que este hombre tiene más conocimiento en “batalla” que yo en este caso.Sin embargo justo cuando Yamazaki estaba por “ponerlo a dormir” la persona ha comenzado a forcejear desesperadamente y con aire de pánico. Eso nos ha despistado un poco.
- ¡E…ESPERA! ¡SOY YO! ¡ESPERAAA! ¡NO ME GOLPEES! – Se ha cubierto la cara con los brazos, mientras gritaba como si estuvieran a punto de matarlo. Sousuke se ha alejado un poco para poder verle el rostro.
- ¡T…Tora! – Se ha levantado dando un suspiro de cansancio. - ¿Qué haces aquí? – Se ha tocado la sien de forma molesta.
- ¡Eso mismo les pregunto! – Se ha levantado sacudiéndose un poco la ropa. – ¡Casi me rompes la cara!
- ¡Y lo hare si no hablas pronto! – Ha crujido los nudillos.
- V…Vale… - Ha suspirado un poco para recobrar la calma. – Ahora veo que no eras el comandante solo por tu linda cara. – Me ha echado un vistazo, ambos estamos confundidos pues es la primera vez que nos vemos. – Aja! Comandante Yamazaki… - Le ha dado un par de ligeros codazos.- Yo también hubiera traicionado a mi mejor amigo y huido del pueblo, tratándose de esta lindura… - Yamazaki se ha preparado para lanzarle un puñetazo, sin embargo quien ha tirado el primer golpe he sido yo. Le he dado una fuerte bofetada la cual los ha dejado atónitos.
- No es una gran primera impresión la que le estás dando a “esta lindura” – Mi tono demuestra mi enfado en este momento.
- A…Aterrador… - Se ha puesto una mano en el lugar donde lo golpee. – Vaya! Parece que ningún adulto entiende mis bromas. – Yamazaki y yo hemos intercambiando una mirada de exasperación, sabiendo que sus bromas no eran para nada graciosas y menos en esta situación.
- Entonces ¿Vas a comenzar a cantar ya? Pajarito…
- Ouch! Tu sarcasmo es tan hiriente como siempre… - Yamazaki le ha dado una mirada asesina. – Bien… pues creo que ya se percataron de la primera cosa que venía a avisarles.
- Si… Rin se marchó. – Esa frase me ha apuñalado directo en el alma.
- Si, Australia está bastante lejos después de todo.
- ¿¡Regreso a Australia?!
- Si o al menos eso es lo que decía el reporte que le entrego al Jefe Zhen. Matsuoka resulto ser tan desconsiderado como usted Comandante. Se marchó de un día para otro sin siquiera avisarle a su mejor subordinado. – Ha hecho como si estuviera llorando dolidamente.
- Deja de llamarme “comandante”, bien sabes que ya no lo soy… - Ha desviado la mirada con un poco de pesar. – Si esa era la primera cosa que querías decirnos ¿Cuál era la segunda?
- Es sobre ustedes dos.
- ¿Nosotros? – Me ha robado las palabras de la boca.
- Más o menos… no pude “obtener” mucha información en la comisaria. Pero era algo así como un anuncio que los marcaba a ustedes dos. – Nos ha señalado con la vista. – Como dos “criminales” con prioridad de captura.
- ¿Pero por qué yo? – Entiendo que a Yamazaki lo busquen, pero ¿Porque a mí?
- No están muy claros los cargos… pero los principales era traición e intento de homicidio. Y dado que estos cargos fueron impuesto por el mismo jefe Zhen, no hay quien dude o se oponga ellos. – Yamazaki ha soltado una risa sarcástica.
- Pero si fue él, el que casi nos mata. Me apuñalo y luego intento acabarme lanzándonos de un risco.
- No lo dudo, pero es el jefe de jefes… no creo que nadie ponga en duda su palabra. Además el rumor de que Matsuoka se transfirió debido a “la traición de su mejor amigo y su pareja” no es de mucha ayuda para ustedes.
- “Solo le da más credibilidad” – Ha apretado los puños. – Nos tiene atados de pies y manos Nanase…
- Tal vez no del todo. – Le he mostrado la llave de nuevo. – Todavía no sabemos que hay “escaleras arriba” – Ha sonreído ligeramente. – Pero antes de subir. – He visto fuertemente a “Tora”- ¿Por qué nos cuentas esto? Entiendo que Yamazaki pueda confiar en lo que dices; pero yo no te conozco así que… convénceme. Haz que te crea…
- A…Aterrador… ¿Al Dtve. Matsuoka le gustan de este tipo? – Ha susurrado con un aire de espanto.
- Hjnm…
- P...Pues no es nada especial, no soy un espía de Zhen que quiere confundirlos si es lo que se preguntan. La razón más acertada que les podría dar es que yo también quiero destrozar a ese bastardo.
- ¿Y qué te hace pensar que nosotros vamos tras él? - Ha replicado Yamazaki.
- Supuse que si ustedes eran inocentes; vendrían a este lugar de nuevo para buscar a Rin y explicarle la situación, al no encontrarlo buscarían información y al hallar la información que les acabo de dar, no solo irían tras Rin sino también tras Zhen. Eso si ustedes de verdad fueraninocentes. Si no lo fueran ya estarían muy lejos de aquí, despreocupados de lo que las personas dijeran.
- Vaya! Parece que si aprendiste algo de esas mini-lecciones de detective que te dio Rin. – Le ha dado unas palmaditas.
- Por favor!Esto solo es una muestra de mi talento natural. – Se ha enorgullecido con un ligero sonrojo, parece que los halagos de Yamazaki han tenido un buen impacto en él.
- No confió en ti del todo, pero eres mejor que nada. – Le he extendido la mano.
- Ja ja ja – La ha estrechado con una sonrisa. – De verdad que Matsuoka tiene mucho valor!. – Lo ha dicho refiriéndose a mi “aterrador” carácter.
- No tientes a la suerte… - Le he apretado la mano fuertemente.
- ¡S…SI! – Se ha puesto firme.
- Bien subamos. –Hemos subido las escaleras apresuradamente, los nervios que desaparecieron durante la conversación de hace un momento, han regresado con más fuerza. La puerta de Rin se encuentra cerrada con llave; cosa que ha sido otra dura apuñalada para mí; como si me estuviera diciendo “Esta ya no es tu recamara”, sin embargo me he tragado mis sentimentalismos exagerados e ido a la de Gou, la cual; como se esperaba; está abierta.
- ¿Qué se supone que tenemos que hacer? – Ha indagado Sousuke mientras echa un vistazo a la oscura y solitaria habitación.
- No lo sé… conociendo a Gou debe ser algo pequeño pero importante.
- ¿Cómo ese papel? – Tora ha señalado el escritorio de Gou. He ido apresuradamente a tomarlo.
- No es un papel. – He rebatido. – Es una carta… - La cual tiene dos hojas; que he comenzado a leer desesperadamente. He abrazado cálidamente la carta contra mi pecho al terminar de leerla. – Gou… - Ella ha escrito una carta explicándome la situación y dándome ánimos en la primera hoja, mientras que en la segunda ha dejado información explicita de a donde se irán Rin y ella. Además ha dejado una foto de Rin y yo; la cual parece que fue tomada por ella en algún momento que estábamos distraídos, nos vemos tan felices y despreocupados. Un presente bastante cruel y cálido viniendo de parte de ella. No he podido evitar derramar unas cuantas lágrimas mientras guardaba la foto y le entregaba la segunda hoja de la carta a Sousuke. – E…Esto fue lo que dejo Gou…
- Parece que; al menos ella; no quería dejarte atrás. – Ha dicho Sousuke, mientras yo asentía débilmente. – Bien, pues si ya tenemos la parte faltante de este rompecabezas, no veo motivo para seguir aquí. – De la nada ha extendido la mano hacia Tora. – Gracias por todo.
- ¡…! – La ha estrechado un poco avergonzado. – Y…Yo solo hice lo quería hacer… nada más. – Le ha alborotado el cabello.
- Pues deberías hacer más seguido lo que quieres! – Se ha avergonzado aún más, como un niño cuando lo recompensan por algo que hizo bien. – Nos vamos entonces! – Hemos salido de la casa para cerrarla y marcharnos. Sin embargo Tora nos ha detenido por un segundo.
- ¡Esperen! ¡Recuerdan que son “criminales buscados” ahora? ¿Cómo piensan ir hasta Australia así? – Sousuke y yo hemos intercambiado una mirada de complicidad, sabiendo perfectamente a quien le íbamos a pedir este favor.
- Tenemos nuestros contactos, chico; no te preocupes por nosotros. – Nos hemos despedido de él para regresar a la playa.
- Entonces… - He suspirado profundamente. – ¿Makoto nos salvara otra vez?
- No por nada es un ángel… mi ángel. – Le he dado un codazo por eso último.
- Apresurémonos entonces.