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¿Qué pasó entre Bilbo y Tauriel? por mestefaniab

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Balin y Bofur, cargando antorchas, iban detrás de Bilbo y Tauriel por un amplio y oscuro pasillo. Se dirigían casi al centro mismo de la montaña. Mientras Bilbo sostenía un manuscrito antiguo, Tauriel observaba los símbolos élficos gravados en la pared...


 


Bofur había "reemplazado" al mago, en teoría porque éste era más importante para la negociación que se estaba llevando a cabo (en realidad Bofur se había auto convocado para la tarea ganándole la pulseada a Kili). Bofur, el bromista empedernido de la compañía, tenía una cualidad aparte de la alegría que lo caracterizaba... Era extremadamente, irremediablemente (y aún más allá de su autocontrol) chismoso. Cuando una verdad o una historia se le ocultaban ante sus ojos, él debía saberla... Luego de que Bilbo le ignorase al preguntarle sobre la elfa, el deseo por saber, lo que seguramente era una escabrosa y jugosa historia (así debía ser) se hizo presente…


 


Balin, conocía a Bofur muy bien, como así conocía muchas cosas. Entre las cosas que no se le escapaban, estaban los sentimientos de Thorin por el pequeño adorable, valiente y leal hobbit. Balin vio crecer al testarudo Thorin, su protegido, y lo quería como a un hijo. Un hijo que no era muy dado en demostrar sus sentimientos, pero que merecía no sólo la corona, sino ser feliz. Debía ayudarlo y allí estaba Bofur, para facilitarle las cosas. Propuso al llegar a una bifurcación (una que recordaba muy bien), separarse y antes de que Bofur echara a perder su plan, le entregó su antorcha a Tauriel. Tomó del brazo de su amigo con tal fuerza, que no le dejó ni siquiera voz para réplica. Sólo caminó unos metros y al tiempo que soltó a Bofur, se llevó su dedo índice a los labios, en señal de que hiciera silencio. Señas mudas y una sonrisa coronaron a Bofur…


 


Tras esperar veinte minutos, apreciaron la siguiente charla entre la elfa y el mediano, al otro lado del pasillo:


 


¡No muevas tanto luz, que no leo bien!_ Bilbo no podía fijar la vista.


 


¿Y desde cuando eres tan gruñón? Recuerdo que cuando llegábamos a las "fiestas prohibidas", antes de cruzar la puerta ya estabas riendo y bailando..._ A Tauriel siempre le divirtió molestar al mediano.


 


Maduré Tauriel, y creo que tu también… Digo, ¿nos ves como hace treinta años?, ¿bailando frenéticamente, alcoholizados y cantando sobre una mesa rodeados de extraños?_ El mediano alzó una ceja mientras sonreía de lado.


 


Si, ¡ja ja ja! Pero esa última fiesta fue nuestra perdición..._ Tauriel sonrió con tristeza, ya que sabía que le debía una disculpa, al que había sido su mejor amigo.


 


¡Ja ja ja! ¡La más divertida y loca de todas a las que fuimos!_ El hobbit sentía paz, había extrañado demasiado a su amiga y tenerla en frente, charlando con él se lo recordó.


 


Espere tres años en Bree por tu respuesta a mi carta..._ El tono acusatorio en la voz de la elfa no era tal, ella también lo había extrañado muchísimo, y hubiese querido contar con él los treinta años que no se vieron.


 


Lo siento Tauriel, reconozco que estaba enojado por el terrible predicamento en el que me pusiste... ¿Cómo se te ocurre inventar que éramos novios?, pero en fin, al mismo tiempo estuve triste porque al huir de la comarca me dejaste solo, sin la única amiga que tenía. Sólo tu sabías de mi secreto y del problema que acarreaba con mi padre por ello._ Esta vez fue Bilbo quien le reprochó con el tono de voz a su amiga.


 


De nuestro obligado casamiento sólo recuerdo la resaca..._ La elfa entendió que ya todo estaba perdonado.


 


Quería matar al ministro por tener la voz tan aguda..._ El mediano no podía ser más feliz, las cosas entre los 2 volvían a ser como antes.


 


¿Te acuerdas cuando empezó todo?_ Tauriel sonrió


 


¿Te refieres a cuando nos conocimos? Yo me acuerdo muy bien ese día, era solo un niño y jamás había visto un elfo. Tú..._ No pudo terminar de decir más cuando Tauriel lo interrumpió.


 


¡No! Me refiero a cuando nos empezó a aburrir la piedra donde escondíamos la cerveza y decidimos ir de parranda por los bares de la comarca._ Tauriel reía por lo bajo.


 


Si, lo recuerdo, ¡maldita manía mía de aceptar tus estúpidas apuestas!_ Bilbo se sonrojo ligeramente al recordar sus andanzas.


 


¡De nada sirvieron! Aunque no te importaba bailar casi eróticamente... ¡Jamás te vi besar a nadie!_ Tauriel seguía divirtiéndose a costa del hobbit.


 


Por supuesto que no iba a besar a nadie, ¡si ese precisamente era el problema! Mi padre quería nietos y yo no encontraba atractiva a ninguna mujer..._ La tristeza del mediano volvió a calar en su mirada.


 


Sabes... Ese es un problema si eres mediano o si eres hombre, pero no lo es si hablamos de elfos... O de enanos..._ El ataque de la elfa fue frontal, quería saber que pasaba por el corazón de su amigo.


 


¡Ve al grano Tauriel, que no viviré tanto como tú!_ El mediano ya estaba harto y no dejaba de buscar la marca del registro en las puertas de las distintas recamaras. El pobre comenzaba a sentir hambre, aunque ahora estaba más relajado.


 


Bilbo Bolsón Tuk, ¿todavía eres virgen?_ Tauriel nunca fue sutil...


 


¿Qué clase de pregunta es esa? ¿Y tú?_ Bilbo en verdad estaba acorralado, bien sabía que su amiga siempre le había descubierto la mentira, y sobre su corazón todavía le costaba hablar...


 


¡Por supuesto que no! Pero ese no es el punto. Lo que quiero saber es como lograron convencerte estos enanos para salir de la comarca, cosa que nunca hiciste, y pensé que tal vez había sido tu corazón quien tomo esa decisión. Tu bien me contaste que aunque no desconoces el tema, jamás estuviste con nadie porque te negabas a ese sentimiento por tu padre, y al mismo tiempo porque querías hacer el amor como lo describían las novelas románticas de tu madre. Dime... ¿Eso ha cambiado?_ Como buena arquera, la elfa dio justo en el punto débil del mediano.


 


Eso creo que está cambiando, aunque no creo saber ni cómo ni por qué. ¡Yo tampoco doy crédito al estar aquí! Pero antes de seguir... Cuéntame, ¿cómo es que ya no eres virgen?_ Ahora el hobbit era el que se divertía.


 


Simple, harta de sentirme siempre inferior a un elfo varón, comencé a comportarme como uno y de la peor calaña posible. Es por eso, que cuando llegue al reino de bosque a pedir trabajo, me ofrecí como guerrera. Pasé exitosamente todas las pruebas que me hicieron, de hecho, gracias a ellas me forjé la fama de guerrera despiadada. Razón por la cual, con el tiempo, llegué a ser capitana de la guardia real._ Tauriel contestó resuelta, la máscara de los últimos años, con su amigo le pesaba.


 


¿Cuántos?_ A Bilbo ni le interesaba el número ni los detalles, pero en verdad no quería que ella volviera contra él, no sentía que era el momento de enfrentar sus sentimientos por cierto enano...


 


Perdí la cuenta antes de llegar al reino del bosque negro, pero luego no volví a estar con nadie y no por temor a las habladurías. Lo hice principalmente porque hastío la carne, es decir, quiero sentir algo más... De repente siento que hablo como tú hablabas, cuando tenías veinte años... ¡Ja ja ja!_ El corazón de la elfa latió rápidamente un segundo, en el que fugazmente recordó la valentía de Kili al poner su cuerpo entre el dragón y unos niños. Fue un segundo, pero su sonrisa se instaló, junto con un sonrojo leve que rogó que Bilbo no notase.


 


Je je... Te eche de menos amiga..._ Bilbo también sonrió.


 


¡Y yo a ti mellón!_ Tauriel iba a abrazar al mediano cuando un crujido la interrumpió.


 


Eso era todo lo que Balin necesitaba oír y todo lo que Bofur pudo conseguir, ya que al pronunciar esa palabra élfica la elfa abrió sin querer una puerta secreta, que llevaba a una cámara intermedia que comunicaba con otras, entre ellas, la tan buscada "despensa" con las vasijas que contenían la comida.


 


Después de una mañana, donde una negociación fallida podría arruinarle el humor a cualquiera de los presentes, la noticia de que ya no pasarían hambre simplemente les ilumino el rostro a todos... Tan felices estaban que no notaron la interacción entre el mediano y la elfa. Lo "usual" hubiese sido que Bombur se encargara del almuerzo y que el resto buscara la piedra, menos el mago (que nunca hacía este tipo de tareas) o el mediano (que siempre ayudaba a Bombur a servir la comida). Nada de esto sucedió exactamente así. Fue cuestión de una sola hora, donde duro la paz, Légolas y Gandalf estaban hablando a pocos metros de Bofur (quien no se perdía detalle de nada), todos los enanos buscaban la piedra y cierto mediano con cierta elfa no se los veía por ningún lado. Los primeros en notarlo, los mal pensados de siempre (Fili y Bofur), se lo hicieron saber al resto. Thorin, luego del comentario, se encontró a Bombur de frente (buscando la piedra como el resto) y Kili sin decir una palabra se dirigió lentamente a la puerta con la intención de buscarlos (por suerte nadie vio su cara, porque cegado por los celos, el joven enano daba tanto miedo como su tío en un mal día). Kili no tuvo que buscarlos, y Thorin pudo respirar tranquilo cuando el hobbit se asomo por la puerta.


 


¡¡¡A COMEEEEER!!!_ Bilbo, como siempre, ayudo a servir la comida y ayudo también a la hora de cocinar (no iba a dejar que la elfa cocinara sola para 13 enanos, 2 elfos, 1 mago y 1 hobbit).


 


Pese a todo, Thorin y Kili, comieron felices con el resto. Hasta que a la hora de la cena y luego de fracasar, nuevamente, en encontrar la piedra. Thorin cayó en cuenta que Bilbo no le había dirigido la palabra desde que el valiente hobbit se enfrentó al dragón, más específicamente hablando, desde que él amenazó al mediano con su espada. Volvía la culpa y pese a ello, esa noche el rey durmió tan profundamente (tanto por el cansancio como el estrés vivido) que sus pesadillas no lo despertaron...


 


En tanto Kili, estuvo intranquilo durante toda esa tarde. Intentó por todos los medios conocidos (por él), llamar la atención de la elfa sin éxito. En cambio si notó, la mirada que ella le dedicaba a Légolas. Una mirada triste y curiosa. Después de la cena y luego que todos se acostaran, decidió que lo mejor era no dormirse. Sabía que los elfos dormían poco y que si SU Tauriel y Légolas hablaban entre ellos, él debía escuchar... Poco antes de la madrugada, del cuarto día después de la caída de Smaug, Kili escuchó "dormido" una corta charla entre los elfos, minutos antes de que la compañía comenzara a despertar. En esa charla los elfos hablaron con sinceridad, preocupación y cariño mutuo. Tauriel dejó en claro que no amaba ni al hobbit ni al elfo. Légolas dejó en claro que si bien la quería era en calidad de hermanos y como tal, deseaba que le contase de su vida antes de conocerse. La elfa sintiéndose querida y apreciada, por primera vez, por uno de los suyos se dispuso a contarle con lujo de detalles cuando el "despertar" del resto la interrumpió... Kili estaba que se caía de sueño, pero era simplemente feliz, y pensó que era el mejor día de su vida...


 


 


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