Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Imperium por wearkagain

[Reviews - 187]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Muy buenas tardes! Mis pequeños querrubines, ¿como estais? espero que muy bien. He aquí el siguiente capítulo de este encantadr fic llamado "Casualidades Ineresantes" ZoSan y un poco de MarcoAce. 

Vengo a deciros gracias por vuestros comentarios y por cierta persona que me ha dejado un comentario super lago y lleno de palabras belas que me alegran. Os agradezco a todos.

Os recuerdo que paseis por mi tumblr en donde podrán ve fotos y disfrutar un poco de este http://insanaysubnormal.tumblr.com/ y además para informaros que el día de mañana no podre subir un nuevo cap, pero os recompensare subiendo dos el día lunes. Espero os guste la idea.

(Recordad que todos los personajes de One Piece le pertenecen a nuestro querido Eiichiro Oda)

¡A Leer!

-Zoro –El moreno abrió con lentitud sus ojos encontrándose frente a él a cierto pecoso sonriente; tenía el cabello negro mojado por lo que supuso que no hace mucho se había duchado.

-Ace –Le saludo volviendo a cerrar sus ojos y se acomodaba en aquel árbol enorme.

-Con que es cierto ese rumor que dicen todos –Sintió como los dedos de su amigo rozaban cerca de su mejilla -¿Quién te ha dejado esto en el rostro? –Cejillas, se limitó a pensar dejando que su amigo ahora acariciara le gasa que estaba sobre su mejilla hinchada.

-Chicos –El peliverde volvió a abrir sus ojos encontrándose ahora con Marco quien estaba llevando varios libros entre sus manos.

-Marco –Dijeron un animado Ace y Zoro de una manera más formal.

-¿No deberías de estar en clase Zoro? –Le pregunto y este solo bostezo en respuesta.

-No quería ir –Fue la única excusa que podía decir.

-Zoro, recuerda que estas en tercer semestre y nosotros en el quinto, deberías ser más responsable; más adelante puedes darte el gusto de lo que hacemos los mayores –Profirió en burla el pecoso haciendo que el moreno le lanzara una piedra diminuta a su frente.

-Cierra el pico Ace.

-¿Qué te ha sucedido en el rostro? –Le pregunto ahora Marco que se sentaba ahora en el prado, Ace de la misma manera tomo lugar frente al moreno y al lado del rubio en el prado. El clima estaba caluroso y venteaba un poco; así de vez en cuando el viento soplaba los cabellos de los tres.

Zoro miro las hojas del gran árbol; ni él mismo sabía por qué coño el rubio le había pateado la cara.

Recordó como hace cinco días lo había acompañado a ese lugar llamado “Imperium” y que él de la nada se había quedado dormido, y luego de un rato su abdomen se había contraído por una fuerza que le había hecho perder el aire y por ultimo estaba aplastado contra el suelo. Lo primero que vio, fue el pie del rubio sobre él y no dudo en insultarlo de todos los modos.

Luego de aquella discusión estúpida habían vuelto al auto y había notado que el rubio echaba humos y no respectivamente se encontraba fumando. Así que decidió no hablarle, aun en ese instante seguía molesto por su manera de despertarlo y ¡Le decía que el animal era él!

-¿Dónde vives? –Había sido único que escucho salir de sus labios en el auto. El moreno sin más dio la dirección y en menos de veinte minutos había llegado a su destino. Zoro molesto ya había abierto la puerta del auto pero se había detenido por una presión sobre su brazo; al girarse el rubio lo agarraba fuertemente de su extremidad y su cabeza se mantenía agachada ocultando su rostro.

-¿Pasa algo? –no estaba preocupado; pero algo estaba yendo mal desde que había salido por aquella puerta color rosa.

-Siento haberte golpeado –Murmuro el rubio y Zoro solo suspiro y volvió a sentarse dentro del auto manteniendo la puerta abierta a su lado. Los minutos pasaban lentamente y el rubio aun no levantaba su rostro o alejaba su agarre sobre él, Zoro solo le observaba y volvía afijarse en su hogar. De seguro su tío estaría o bebiendo vino o mirando películas de terror por las cuales nunca se asustaba.

-¿Qué estudias? –Se le escapó al moreno; estaba aburrido de tanto silencio y se alivió por haberle preguntado, ya que el rubio había levantado su vista y aflojaba el agarre contra su brazo.

-Cocina –Susurro y este solo río divertido.

-Eres un cocinero pervertido –por alguna razón, estaba bien levantándole el ánimo al rubio. Este sonrío de lado y lo soltaba por fin, mientras se acomodaba en su puesto.

-Y tú un marimo holgazán –Rechisto el rubio en voz apagada. Luego recordó la razón por la que había ido con él a aquel lugar y no dudo en volver a su petición.

-Luffy…

-Marimo –Le corto –Ahora no quiero hablar de eso –Parpadeo el moreno y el rubio solo negó con su cabeza –Has pensado en algún momento… en que ¿Te guste Luffy y por eso no deseas verlo con otro? –El peliverde ante aquella pregunta no dudo en sonrojarse y gritarle blasfemias de que él no era un retorcido como él.

Luego la pelea había comenzado de nuevo.

-¡ERES UN JODIDO SOBRE PROTECTOR LECHUGA! ¡ACEPTA QUE TE GUSTA LUFFY MARIMO DE MIERDA!

-¡TIENES MEJORES COSAS QUE HACER Y NO INCUMBAS A LUFFY EN ESO! ¡ESTAS APROVECHANDOTE SOLO PORQUE AUN ES UN NIÑO! –Y ese había sido el momento en el que el rubio rápidamente había lanzado una patada sobre la mejilla del peliverde sacándolo de su auto y dejándolo aturdido sobre el asfalto.

-¡YO NO ME APROVECHO DE NADIE! –Y sin más vio como el rubio se estiraba y cerraba la puerta fuertemente y arrancaba su auto. Zoro llevo su mano hasta su mejilla donde al sentir el contacto había comenzado a arder, le había dado y bien duro.

-Se ve tan mal –Reacciono volviendo a ver a sus amigos que seguían observando su mejilla hinchada.

-Da igual –No le dio importancia.

-Bueno, ya que estas aquí y no tenemos nada más que hacer… ¿Qué les parece si vamos donde Paula? –Propuso el pecoso poniendo una de sus manos sobre sus mejillas. Marco le había quedado mirando fijamente y Zoro sin más sonrió de buena gana.

-Quiero una cerveza –Sin entrar en más detalle los tres jóvenes se levantaron de aquel prado mientras se sacudían su retaguardia para después dedicarse a caminar directamente a la salida principal de la universidad.

En medio de charlas por parte de Ace quien le contaba al peliverde sobre la gran cantidad de comida mexicana que había comido y había hecho pagar a Marco; este solo miraba al frente; la mayoría de los estudiantes se veían divertidos y no pasaba desapercibido las miradas coquetas que le regalaban las estudiantes nuevas e incluso de otras carreras. El que estudiaran administración de empresas daba mucho de qué hablar.

Llegaron hasta la entrada principal donde chocaron con varios estudiantes que ingresaban y otros salían a toda prisa. Luego de forcejear lograron abrirse paso; no dudaron en cruzar la calle rápidamente y luego bajar una cuadra para ver el local llamado “Spiders Café” que quedaba justo en toda una esquina. Entraron entre carcajadas al escuchar la historia de Ace sobre cómo se había quedado dormido en clase y cuando había despertado se había encontrado solo con unas palabras escritas sobre el tablero: “Cierra la puerta al salir Portgas".

-Bienvenidos –Saludo una chica de cabello azul rizado, joven, de estatura media con un cuerpo delgado y exuberante.

-Paula –Saludaron los tres mientras pasaban de largo a su típica mesa en el fondo. Dejaron sus mochilas en sus pies y vieron como la peli azul se acercaba moviendo las caderas sensualmente.

-¿Qué desean chicos? Y Zoro, ¿Qué te ha pasado en el rostro? –Pregunto calmada.

-Cervezas y solo una pelea estúpida–Dijo Zoro cínicamente.

-Un poco de comida no caería mal –Aseguro Ace.

-Creo que lo dijeron todo, pero para mí una soda, gracias –Murmuro Marco y sin más la peli azul asintió para luego alejarse y asegurarles que pronto estaría su pedido. Zoro suspiro y poso sus brazos por detrás de la cabeza. Escucho como Ace le decía algo a Marco animadamente y este le escuchaba atento; sí, no debía de matarse la mente pensando en el rubio.

-¡Qué bien huele! –Escucho la puerta del local; por lo visto siendo viernes el lugar se llenaba rápidamente y como no.

-Chicos busquen una mesa, tengo hambre –La voz de una chica.

-¡Sanji! Mueve el culo –Abrió sus ojos de golpe al escuchar ese nombre; al mismo tiempo escucho como la voz de Ace se detenía y también se giraba en dirección a la puerta donde no demoro en aparecer el rubio llevando una mochila terciada sobre su pecho, vestía pantalones desgastados apretados de un color azul claro, una camiseta negra arremangada hasta sus codos y los dos primeros botones abiertos dejando ver su piel blanca como la porcelana y sus zapatos bien pulidos y oscuros.

-Ya –Dijo este caminando a una mesa que se encontraba al otro extremo. Zoro no dudo en verificar de quienes se trataban: primero había una chica de cabello rosa largo que comía un sándwich sin piedad, Jewelry Bonney, la conocía por su fama de comer y nunca engordar, estudiaba educación física o algo así y de seguro era por eso. El siguiente era un chico rubio pero un poco más claro y su cabello caía en pequeños rulos sobre su rostro, lo llamativo en su rostro era una especie de rasguño o quemadura sobre su rostro, Sabo, conocido por ser un chico fuerte y nada temeroso, varias veces lo había visto hablar con Ace. Y al lado de este una chica de cabello marrón corto  con ojos grandes y una figura de reloj de arena con piernas esbeltas, ni idea de quien era.

-Ese maldito… -Se giró al ver el rostro de su amigo Ace, estaba rancio.

Por lo visto el rubio no había notado su presencia y se encontraba concentrado charlando animadamente con el otro rubio. Rápidamente se les unían otras personas que Zoro no pudo reconocer claramente, era completos desconocidos.

Y por alguna razón sintió enojo al ver como el rubio se comportaba de manera amable y amistosa con estos, e incluso abrazaba y se dejaba abrazar por uno que otro chico.

-Aquí tienen –Ace miro de mala gana a Paula y se disculpó repentinamente –No te preocupes, ¿les caen mal? –Señalo con la mirada al grupo del otro extremo.

-Solo uno –Carraspeo Ace quien tomaba el primer pedazo de carne y comenzaba a masticar. Zoro y Marco tomaron una cerveza y empezaron a beberla con determinación.

Siguieron así y ya la mitad de las que había llevado la joven habían desaparecido y aumentaba los platos de carne que Ace rápidamente dejaba vacíos. Los tres al final ignoraron al rubio, pero para Zoro era completamente difícil; quería preguntarle la razón por la cual le había pateado y sí él estudiaba allí cocina y de nuevo hablar sobre Luffy.

¿Te guste Luffy y por eso no deseas verlo con otro?

Resonó la pregunta de aquel pervertido en su mente, ¿El gustarle Luffy? ¡Para nada! ¡Eran amigos desde pequeños! Y Zoro junto con Ace se habían encargado en otras palabras en protegerlo de quienes se metieran con él.

-Zoro, pásame una cerveza –El moreno miro a su amigo pecoso quien tenía rastro de la carne sobre una de sus mejillas.

-¿Piensas beber? –Le pregunto alcanzándole una de las cervezas que le quedaban.

-Estoy en mi derecho –Murmuro recibiéndola y bebiéndola de golpe. Zoro miro a Marco quien ahora se dedicaba a beber de la soda.

-¿Dónde están Trafalgar y Kidd? –Le pregunto y Marco alzo sus hombros.

-Escuche que Law en estos momentos se encuentra presenciando una cirugía y Kidd está descansando en casa.

-¿Descansando?

-Law me dijo que el muy idiota se había clavado una aguja en su mano y al no tomarse sus pastillas ha perdido fuerzas –Dijo con sorna haciendo reír a sus amigos. Ace negó con la cabeza diciendo que era lo típico de Kidd.

-¡Chicos! –Los tres giraron sus rostros encontrándose con las gemelas Kuina y  Tashigi. Las dos sumamente parecidas tanto por su color de cabello, piel y ojos, la única diferencia era que una de ellas usaba lentes de color rojo.

-Hermosas –Saludo Ace sonriéndoles. Ambas se acercaron a la mesa donde se encontraban ellos.

-Era de esperarse que se encontrarán aquí –Murmuro Kuina cruzándose de brazos; Zoro solo las miro a ambas y luego sintió como alguien pateaba su pierna. Se quejó y se giró en busca del culpable.

-Volvemos en un momento, acompáñame al baño Kuina –Pidió su hermana Tashigi y esta solo suspiro y asintió.

-No tardamos –Agrego y se alejaron ambas buscando el servicio de baños. Una vez que ambas se encontraban lejos de sus presencias Zoro agarro el cachete del pecoso y lo jalo.

-¡¿Qué diablos fue eso?! –Le pregunto furioso y el pecoso solo decía que le estaba doliendo su cachete entre sollozos; Marco comenzó a reírse -¿De qué te ríes? –Pregunto y este levanto sus manos hasta su pecho.

-Creo que eso fue por que Kuina estaba frente a ti y ni siquiera le saludaste –El pecoso asintió alejándose del agarre del moreno.

-Tu tampoco lo hiciste –Rechisto.

-Hasta hace una semana que las conozco y no soy muy hablador –Susurro y Zoro resoplo.

-¿Cuándo le dirás que te gusta?

-No me gusta.

-¿Cómo qué no?, es tu tipo Zoro.

-He dicho que no y cállate Ace.

-Vaya, así serías domado.

-Te borrare esa sonrisa del rostro.

-Marco, ¿Te imaginas los hijos de Zoro y Kuina? ¡Con ese mal genio de su padre y la agresividad de su madre! –Zoro re fruño y miro a otro lado en busca de algo entretenido; Ace siempre lo molestaba con lo mismo; Sí le gustaba, pero no se veía con ella.

Luego su mirada se perdió sobre el color dorado de cierta persona que a unos metros se encontraba sentado riendo y charlando. Parpadeo y suspiro, ¿Qué coño le estaba pasando?, vio como la delgada silueta de Sanji se levantaba de su asiento y decía algo a sus amigos para luego retirarse a algún lado. El servicio. Zoro sin más preámbulo se levantó de su asiento y comenzó a ir tras él.

-¿Dónde vas Zoro? –Pregunto Ace al ver a su amigo erguirse de su asiento –Lo he dicho en broma, vamos no te enojes.

-Iré al servicio –El peliverde comenzó a dar pasos directo al lugar donde claramente no estaban los baños.

-¡Zoro! –Este miro para atrás irritado y Ace aprovecho aquello -¡El servicio queda a la derecha! –De tal manera el peliverde sintió sus mejillas arder y agacho su rostro caminando ahora a la dirección correcta –Vaya que sí es un despistado –Susurro el pecoso girándose a ver a Marco -¿Qué hacemos?

-Esperar y seguir hablando –Dijo el mayor bebiendo un poco de su soda y mirando fijamente al pecoso. Ace mordió su labio ocultado su felicidad, estaba solo con Marco y podría ser su momento de decirle cuanto lo quería; ya lo había estado planeando toda la semana.

-Oye Marco…

-¡Yo! –Ambos mirando de nuevo al frente de su mesa encontrándose con el pelirrojo que como había dicho Law, estaba como una momia y su mano se encontraba envuelta de un montón de vendajes –Chicos pero que gusto –Dijo este tomando el asiento de Zoro.

Ace deseaba tener una aguja allí mismo, la enterraría en la cabeza e Kidd.

Notas finales:

¡Espero os haya gustado! Nos vemos en el siguiente capítulo y no olviden ejar sensuales comentarios. 

Besos y chao chao.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).