Capítulo 27.
Billar. Escogió billar. Sanji agarro uno de los tacos y lo limpio con la tiza que se encontraba allí, mientras que Zoro acomodaba las bolas en un triángulo de madera. El rubio sonrió triunfante, porque sabía perfectamente como jugar, agradeciendo por aparte a Doflamingo su maestro en los juegos de mesa.
-¿Preparado para perder marimo? –Le pregunto y el peliverde solo le levanto la mirada sin expresión alguna.
-Comencemos, me aburre el solo pensar que jugare contra ti –Alejo el marco triangular y observo con cuidado que ninguna de las bolas rodaran.
-¿No queras decir “contigo”? –Le lanzo su tiza y el otro la atrapo como si nada, agarrando su taco y comenzando a pulirlo.
-No, así que cállate –Le aseguro dejando la tiza en una de las esquinas del tablero. Sanji suspiro con “molestia” fingida y se reclino sobre el tablero apuntando a la bola blanca -¿Vas a empezar tú?
-Sí, ¿Algún problema marimo? –Le levanto su ceja haciendo que Zoro reprimiera una risa. Aquello se había visto ridículo -¿De qué ríes? ¿Te estas riendo verdad? ¡Oye!
-¡Juega! Cejas de Diana –El rubio gruño y se reclino nuevamente contra el tablero apuntándole a la bola blanca. Observo fijamente la que tenía frente a sus ojos, la 32 color naranja. Golpeo la bola blanca que choco agresivamente contra la naranja regando a su paso las que se encontraban tras esta.
-Tu turno lechuga, y que no sea una pérdida de tiempo –Se enderezo y puso ambas manos sobre la cabeza del taco observando el juego del peliverde. Zoro se rasco la nuca echando un vistazo en qué lado poder jugar y decidió tirar del lado derecho directamente a la bola 04 morada.
Sanji miro perspicazmente, pero en su interior sabía que desde aquel punto sería imposible meter una bola dentro de uno de los agujeros. El peliverde golpeo la bola blanca y esta callo directamente a la morada que inevitablemente había chocado con la 32 naranja, luego esta chocaba dentro del cuadro para luego disparar a la 12 azul, que entro en uno de los agujeros.
Zoro levanto sus manos y miro alrededor como si le estuvieran alabando, mientras que Sanji parpadeaba confuso, ¡¿CÓMO DIABLOS?! Recopilo lo que con sus propios ojos había visto, pero no, eso había ocurrido, había golpeado bola por bola hasta meter una de ellas perfectamente.
-¿Qué decías cabeza de pollo? –Le dijo utilizando un nuevo apodo con su cabello, y por lo visto surtía efecto.
-¡BASTARDO! ¡YA VERAS CABEZA DE ALGA! –Bramo el rubio enojado agarrando con fuerza su taco y caminando al lado en donde se encontraba el peliverde, empujándolo y posicionándose para golpear la bola blanca.
Zoro río por lo bajo y se cruzó de brazos observando ahora al rubio. Sanji respiro profundamente y golpeo la bola blanca, que impacto contra la mesa y golpeaba ahora la 18 roja que con lentitud entro divinamente en el agujero. El rubio miro socarrón al peliverde que solo bufaba y se levantaba de hombros.
-Suerte.
-Maldito…
-Iré por una cerveza –Sanji arrugo el rostro “Hasta ahora comenzábamos a jugar, maldito marimo de mierda” pensó. Se quedó viendo como el moreno dejaba el taco a un lado de la mesa y se disponía a ir al primer piso.
-Eso me tomo por lo bajo –Se susurró; dejo el taco a un lado y se dispuso a buscar su cajetilla de cigarros que gratamente guardaba en el bolsillo delantero. Al encontrarla puso un pitillo sobre sus labios, pero no lo prendió, sabía que estaba prohibido fumar en el interior del establecimiento, pero se sentía más satisfactorio sí llevaba algo sobre sus labios. Guardo su cajetilla y busco con la mirada al pequeño mono.
No tardó mucho en encontrarle, estaba moviendo la plaqueta sobre la mesa de hielo con una velocidad increíble, que de la misma manera lo hacía su amigo Sabo. Parpadeo y se recostó sobre la mesa de billar observándolos.
Ambos chicos se atacaban y no defendían la portería, y por lo visto ninguno había anotado aun un “gol”. Jugueteo con su pitillo pasándolo de un lado a otro sobre sus labios, hasta que sintió como alguien le tocaba el hombro. Se giró abruptamente encontrándose con… ¿Un pulpo?
-Disculpe señor, pero no puede fumar aquí –Parpadeo mirando los ocho brazos y un peinado en forma de estrella.
-¿Disfraz? –Murmuro sin percatarse en que lo había dicho en voz alta.
-¿Oh? ¡Si! Anima el ambiente para los niños –Dijo mientras comenzaba a reírse; Sanji solo pensó que aquello era demasiado… Era el disfraz de un pulpo…
-Disculpa ¿Qué querías…ehh? –Removió sus manos, apenado, no le había puesto atención.
-¿Ah? Mi nombre es Hachi y solo venía a pedirle que no fume en las instalaciones, por los niños –Sanji agarro su pitillo y se lo enseño en el rostro.
-No esta encendido –Lo batió entre sus dedos haciendo notar que ni humo salía del cigarro.
-Me alegro mucho, pero aun así es mejor retirarlo -Volvió a decirle con aquel toque de felicidad, sin importar la situación.
-Veras, no me siento bien si no tengo algo en mi boca –Le comento y vio como el “pulpo” levantaba uno de sus tentáculos y buscaba dentro de un canguro algo. El rubio volvió a parpadear y observo como el hombre sacaba una piruleta, tendiéndosela en el rostro.
-Es mejor un caramelo que un cigarro, ¿no? –Sanji se rasco la nuca viéndose derrotado.
-Está bien, dame eso –Le recibió la piruleta y guardo su pitillo en la cajetilla de cigarros. Quito el empaque del chupetín y se lo llevo a la boca sintiendo el sabor de fresa con mora. Demasiado dulce.
-Bien, muchas gracias por su comprensión señor –Dijo retirándose y caminando a un montón de niños que le saludaban y agarraban los tentáculos. Sanji sonrío con ternura y vio como él hombre-pulpo les entregaba dulces a los menores.
Algo en su pecho se estrujo y le dolió. Cerró sus ojos y llevo una mano a su pecho apretando levemente su polo; no quería recordar, estaba en el presente, no en el pasado. Dejo de sonreír y miro nuevamente la mesa en donde estaba su amigo por un largo rato, hasta que por lo visto ya alguien había metido el disco en la portería. Sabo señalaba a Luffy entre risas y el menor solamente le gritaba que le patearía el trasero, que solo esperara. Hizo una mueca y se giró para mirar nuevamente la mesa de billar.
-Volví –Respingo y miro que frente a él estaba el marimo con una canasta de cerveza.
-¿Dónde rayos estabas? ¡Te has tardado! –Miro con atención como el moreno le ignoraba y dejaba la canasta en el suelo y abría una para comenzar a beber -¡No me ignores!
-Cállate, estaba por la piscina.
-¿Piscina?
-Sí.
-¡La piscina queda en el último piso! ¡Te has perdido! –Se burló. Era cierto, ese maldito marimo tenía un pésimo sentido de la orientación.
-¡No te consta! –Le grito Zoro molesto y sonrojado –Y si fuese así, no es mi culpa. Son las malditas cosas que cambian su lugar –Y dio por cerrado el tema dándole la espalda al rubio, agarrando su taco y preparándose para tirar.
Sanji se río profundamente y luego denegó con su cabeza, vaya chico el que le estaba atrayendo sexualmente.
-Más te vale no haber movido las bolas –Le gruño el mayor, golpeando la bola blanca y dándole a la 05 amarilla, mandándola directa a un agujero.
-¿Por quién me tomas? Alcohólico compulsivo –Le dijo agarrando su taco y caminando a una mejor posición donde lanzar la bola.
-No soy un alcohólico… ¿Por qué tienes un chupetín? ¿Te han confundido con un niño? ¡JAJAJA! –Sanji disparo pero el golpe no había dado donde esperaba.
-¡ME HAS HECHO FALLAR! –Rugió señalando al moreno acusatoriamente -¡POR TUS ESTUPIDOS COMENTARIOS! Y no… no me dejan fumar –Murmuro el ultimo haciendo que el peliverde volviera a reír -¡Que te calles! ¡Juega! –Le grito y vio como el moreno le miraba arrogante.
-Ya esto es pan comido –Aseguro apuntando dándole a la bola, que chocaba con la 12 roja –Que por cierto, era a la que había querido golpear Sanji –Que entraba en el agujero.
Sanji estrujo con fuerza su taco y agarro la tiza para pulir.
“¿Querías jugar con fuego marimo? ¡Pues jugaras con fuego!”
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-Llaves –Estiro su brazo y levanto su mano esperando su “paga”. El que había conducido miro con lágrimas en sus ojos a su compañero y este solo denegó levantando sus manos.
-Nos lo hemos buscado –Declaro el muchacho y el llorón sin más le lanzo una llave con un llavero de una palma. Law agarro la preciada llave, pero le quito la palmera regresándosela al muchacho.
-No me interesa el llavero, tengo lo que quería –Señalo con su mirada la camioneta 4x4 que se encontraba estacionada frente a un local.
-¡Mi padre me castrara! –Grito sollozo el joven abrazando a su compañero. Law solo alzo sus hombros y se dirigió en donde se encontraba el pelirrojo, quien cínico hablaba con unas cuantas chicas que le elogiaban por tan ardua y magnifica carrera, de su físico perpetuó y por el precioso auto que poseía.
-¡Que guapo y con ese color de cabello! –Escucho chillar a una de las chicas que estaban allí. Suspiro y se acercó hasta quedar al lado del pelirrojo, levanto frente a sus ojos la tan apreciada llave y el menor solo le mostro sus dientes con su mirada soberbia.
-¡Gran premio! –Le arrebato la llave de sus manos y la llevo a sus labios para besarla y subirla al aire. Las chicas y algún que otro mirón gritaron, le silbaron e incluso lo llamarón suertudo -¿Qué vamos hacer con esa camioneta? Eh ¿Law?
-Es tuya –Dijo el pelinegro dándole la espalda y tomando asiento en la capota de su auto.
Observo el rostro del pelirrojo quien le miraba con los ojos abiertos.
-¿Para mí?
-Sí.
-¿Por qué?
-Tienes un auto podrido, este remendara esa chatarra.
-¡No le llames chatarra!
-Solo toma ese, está en mejores condiciones, es más, te recuerdo que por ponerte a reparar tu auto tuviste que ir al hospital y…
-¡Vale, vale! –El menor suspiro abiertamente y se giró a observar la camioneta que estaba justo detrás del deportivo –Bueno, tienes razón –Aunque no quisiera aceptarlo del todo.
-Bueno, me voy –Le comunico caminando al piloto de su deportivo. Pero la mano del menor se lo impidió, Trafalgar giro medio cuerpo arrugando las cejas. Las personas que habían estado allí se habían esparcido y ellos ya se encontraban literalmente solos -¿Qué sucede? –Le pregunto.
-Aún no he recibido mi recompensa –Le miro lascivamente causando que el moreno sintiese un escalofrió por toda su piel.
-Ah, eso.
-No digas, “ah, eso” –Comento fastidiado.
-Vale, ¿Qué quieres Eustass? –Le miro y se acercó hasta quedar a pocos centímetros de él. Se le seco la garganta al ver como el pelirrojo tragaba saliva y luego miraba a ambos lados, esperando que nadie los estuviera observando.
-Aquí no –Susurro.
-¿Aquí no? –Río sagaz el pelinegro.
-Vámonos.
-¿Y los dos autos?
-Conduce el deportivo.
-No tengo papeles.
-A la mierda los papeles, solo no dudes. Sígueme detrás y ya. Por qué te quiero a ti, Law–Se alejó a paso rápido hasta la camioneta 4x4, dejando a Law con cierta incertidumbre. Sin nada más que hacer, fue al volante de su deportivo y encendió el motor; se puso el cinturón de seguridad y su mirada se clavó en la camioneta que ya pasaba a su lado. La ventanilla de aquel auto descendió dejando ver al menor quien le señalaba a Law que le siguiera y no se perdiera.
Trafalgar solo le levanto el dedo, y Kidd se carcajeo.
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Sanji le saco la lengua al peliverde haciendo que este se enojara y le lanzara una cerveza que con buenos reflejos, había atrapado.
-¡Animal! –Le grito el rubio, abriendo la botella y bebiendo el líquido amargo.
-Alégrate en que he decidido compartir MIS cervezas, con alguien como tú, cabeza de pollo.
-¡Cabeza de lechuga!
-¡¿Cómo me has dicho?!
-¿Podrían parar de hacer escándalo? –Ambos hombres se giraron para encontrarse con Sabo cruzado de brazos con Luffy a su lado riendo animadamente.
-Venga Sabo, que es muy divertido –Comentó el menor alzando sus brazos.
-Lo sé, pero siento que van a terminar contra una pared o algo agarrados –El rubio mayor observo al menor que estaba su lado.
-¿Ustedes ya acabaron? ¿Quién gano? –Pregunto Zoro dejando pasar los comentarios de Sabo.
-Empate –Articularon los dos.
-¿Ah? –Musitaron Zoro y Sanji.
-Verán, quedamos dos a dos el tiempo del juego no nos dio para el desempate –Explico el mayor.
-He de admitir que ha sido divertido, pero quería ganar –Murmuro Luffy.
-Bueno y por qué no van a jugar otra cosa y así ven quien es mejor –Propuso Zoro, haciendo que ambos expectantes le miraran.
-¡CLARO! –El rubio suspiro, eran igual de idiotas, todo les llegaba a último momento.
-¡Bien! Vamos Sabo –Luffy le agarró del brazo y fueron directos a buscar otro juego. Sanji les vio irse un poco incomodó.
-Esos dos… son extraños –Susurro el peliverde.
-Sí –Ratifico el rubio. Ambos chicos siguieron con su partida hasta que llegaron al último juego, que por causal había ganado el moreno –Quiero la revancha –Musito Sanji dejando la cuarta cerveza que bebía en el suelo.
-¿Quieres seguir humillándote? –Sanji denegó y le sonrió animado.
-¿Quieres apostar algo?
-¿Apostar?
-Ya sabes… un juego donde ganas algo… todo o nada –A Zoro se le iluminaron los ojos, pero descarto con rapidez la idea ¿Qué cojones le pasaba por la cabeza?
-¿Qué tipo de premio? –Inquirió abriendo otra cerveza y se fijó en que solo le quedaban dos.
-Si me ganas de nuevo, pide toda la cerveza, sake que desees –El moreno le miro boquiabierto.
-¡Enserio!
-No miento.
-Trato –Estiro su mano y el rubio la apretó con la suya. Con agilidad acomodo las bolas nuevamente, pero luego se detuvo en seco.
-Y si ganas tú, ¿Qué quieres? –Observo el azul profundo que emanaba el ojo descubierto del curly.
-A ti –Le sonrió carnalmente.